Sehun POV. Idol Star Athletic Championships
Tomé su mano mientras le miraba a los ojos, mostrándole esa
sonrisa que nunca solía mostrarle a nadie más, entrelacé mis dedos con los
suyos y me acerqué a su mejilla, depositando un beso suave, casi imperceptible,
casi como un roce de mis labios con su perfecta piel. Luhan rió y me apartó
suavemente, mirando de reojo a los demás miembros que jugaban entre ellos
esperando a que llegase el turno de alguno para participar en algo. Agudicé el
oído para escuchar el murmullo de las fans, algunas chillaban emocionadas,
otras de horror, otras exigían que Baekhyun y Chanyeol hiciesen lo mismo y
otras simplemente se mantenían en silencio comprobando si sus cámaras habían
captado bien el momento para los FanMade
MV.
- ¿Qué estás haciendo? - Murmuró Luhan sin soltar mi mano,
consciente de los cientos de ojos que teníamos sobre nosotros. Le volví a
dedicar mi mejor sonrisa y rodeándole por los hombros, nos sentamos con el
resto de nuestros compañeros.
- Nada, fanservice.
- Respondí en otro murmuro mientras apoyaba mi cabeza en su hombro, cerrando
los ojos y sin pode ocultar una leve sonrisa. Me encantaba el olor de Luhan.
Era muy suave, muy acogedor. A pesar de que ese espantoso chándal de color azul
verdoso que se nos había asignado no olía tan bien como solía oler su ropa, no
me podía quejar en absoluto. Podía notar las miradas de reojo, extrañadas, de
los otros grupos a nuestro alrededor. A estas alturas ya no nos afectaba;
dentro del mundillo al que nos dedicábamos ya éramos conocidos como el grupo de
las parejas. Todos teníamos una asignada, y supongo que el hecho de que seamos
pares no ayudaba mucho a la disolución de los rumores. Yo la verdad es que
jamás me había molestado en ocultar mis sentimientos por mi mejor amigo. No era
mi estilo. No me importaba que el mundo lo supiese, pero a Luhan... Siempre que
me había confesado, él me había rechazado sin darme razón alguna. "Somos
amigos, Sehun.", ese era su slogan. Pero para mí hacía mucho tiempo que
era más que un amigo, mucho más.
Abrí los ojos al escuchar los altavoces del enorme pabellón.
- En salto de altura: EXO, Tao. - Luhan se levantó, dejando
a mi cabeza sin soporte y a mí de morros. Suho también se incorporó
inmediatamente; desde que tenía ese complejo de madre estaba insoportable. Por
suerte, yo me había librado y le había regalado todas las "ventajas"
de ser el hijo pequeño del líder a Tao.
- Lo va a hacer genial, ¡ya veréis! - Cruzó los brazos,
orgulloso, mientras le miraba con ese brillo maternal en los ojos. - Ha
entrenado muy duro.
- Hombre... Que yo sepa no ha hecho salto de altura en su
vida, pero bueno... - Rió Xiumin.
- Es Ninja, le irá bien. - Añadió escuetamente Kris.
Luhan asentía en silencio mientras todos esperábamos el
primer salto del maknae de M. Le miré de reojo, es obvio que él lo notó, pero
no se molestó en devolverme la mirada. Entrelacé un brazo con el suyo, y
entonces obtuve su atención. Primero miró nuestros brazos, después me miró a
mí, a los ojos, con una mirada frustrada. Admito que estaba jugando sucio...
Estaba utilizando a las cámaras, a las fans y a los demás grupos para que Luhan
no pudiese alejarse de mí como siempre solía hacerlo cuando estábamos a solas.
Mi comportamiento era poco más que patético, pero... ¿Qué le iba a hacer?
Estaba desesperado.
Salí de mi ensueño cuando escuché una oleada de aplausos y
chillidos a mi espalda. Tao lo estaba haciendo bien.
- Ven aquí. - Masculló entre dientes el líder, arrancándome
de los hermosos brazos a los que yo estaba aferrado y llevándome a una esquina
detrás de las cámaras. Me recoloqué la chaqueta del chándal y le miré con
rencor.
- ¿De qué vas? - Le espeté.
- Hey, tranquilito. Un poquito más de respeto a tus mayores,
¿vale? - Parecía enfadado. No lo entendía, hace unos segundos era una amorosa
madre orgullosa de que su pequeño fuese a traer una medalla a casa para
colgarla en el salón.
Resoplé como única respuesta. Y entonces, tras unos segundos
de silencio, su mirada pasó de mirarme con enfado a contemplarme con tristeza y
comprensión.
- Sehun... ¿Qué estás haciendo? - Bajé la mirada. No
soportaba ese tono de compasión, me hacía sentirme aún más patético. Sabía
perfectamente a lo que se refería. - ¿Es así como quieres llamar la atención de
Luhan? ¿Obligándole a que te haga caso por la fuerza para no dañar su
reputación? Así no vas a conseguir que te quiera, Sehunnie, solo vas a
conseguir que te aleje más de él.
La voz suave de Suho me impedía levantar la mirada de mis
zapatillas azules. Noté su mano en mi hombro, dándome suaves palmaditas y mis
piernas no lo soportaron, cayendo de rodillas al suelo de parqué.
- Hyung... ¿Qué he de hacer entonces? - Susurré lo
suficientemente alto como para que sólo él me escuchase. Mi voz estaba tan
triste que no quería salir. - Luhan solamente me ve como amigo, y ya sabes,
todos sabéis, que hace mucho que no le veo como amigo. ¿Cuántos años me lo
guardé dentro todo? ¿Y cuántos años llevo esperando pacientemente a que me diga
un "te quiero" que no sea por compasión? Demasiados, Hyung... - Noté
la mano de Suho sobre mi cabeza, acariciándome el pelo suavemente para, a
continuación, sentarse enfrente mía, mirándome a los ojos con una sonrisa
tranquila.
- Escucha, Sehun. - Susurró sin borrar su sonrisa. - Luhan
es más mayor que tú, ha vivido más que tú, tiene experiencias en la vida que tú
aún no has tenido... Luhan ha tenido novias, ha viajado, ha vivido en más
países... Lo que quiero decir es que es más maduro que tú, ha crecido más como
persona adulta, y por eso es lo suficientemente consciente de sus decisiones.
Si él te ve solo como amigo, tendrás que respetarlo, no te pido que lo aceptes
de inmediato, pero a la larga tendrás que vivir con ello. Eres muy joven,
vendrán más personas, volverás a enamorarte. - Le miré con los ojos humedecidos
y el asintió en silencio. Apreté los labios, conteniendo mi enfado. No soy una
persona que suele aceptar los consejos fácilmente. - No puedes obligar a
alguien a que te quiera, Sehun... - Cuando dijo esta última frase, algo en mi
interior explotó.
De un zarpazo retiré su mano de mi cabeza y me sequé una
lágrima de rabia que amenazaba con caer en breves. Suho me miró, claramente
sorprendido.
- Tú no sabes nada. - Le espeté. - Claro, tu vida es muy
fácil, ¿no? Tienes al pequeño Tao para cuidarle y creerte que eres la mamá,
tienes al grupo entero para hacer el idiota, y así cualquiera es feliz, ¿no?
¿Pues sabes qué? ¡Mi vida no es tan sencilla! ¡Es la primera vez que me
enamoro! Yo también he tenido novias, ¡y jamás había sentido esto! ¡Quiero que
me quiera! ¡O al menos tener la ilusión de que lo hace! Porque es la única manera
que tengo de no sentir frío a pesar de que sea verano, de no sentirme solo en
una casa de doce personas, de tener hambre, de tener sed, de sentirme vivo,
Hyung... ¿No lo entiendes? ¡Me da igual que sea más maduro, que sea más mayor o
que sea más lo que sea! Hoy es la única oportunidad que tengo para comportarme
como si realmente fuésemos pareja... De poder tomarle la mano y que me sonría,
aunque sea de mentira. De poder darle un beso en la mejilla sin que me aparte
de un empujón. De sentarme a su lado y apoyar la cabeza en su hombro sin que me
mire con frustración... ¡Es mi única oportunidad!
Respiraba agitadamente. Me dolía la garganta. No me había
dado cuenta de que le estaba gritando a Suho, quien me miraba con lástima en la
mirada, aún sentado en el suelo donde minutos antes me había acompañado.
- Te entiendo, Sehun, claro que te entiendo... Pero esto es
lo que se llama un amor no correspondido... De esta forma lo único que vas a
lograr es hacerte aún más daño del que ya te estás haciendo.
Me rasqué la cabeza con fuerza, frustrado. Me dolía el
pecho. Suho se incorporó y me secó con la manga azul verdosa la cara. Sin darme
cuenta, había empezado a llorar de frustración.
- Hyung... Odio esto. - Sollocé.
- Lo sé, pequeño... Pero hay que aprender a manejar estas
situaciones, ¿sí? - Me miraba con comprensión mientras me acariciaba el rostro.
Quizás sí que fuese como una madre.
- Siento todo lo que te he dicho... - Murmuré, y obtuve una
sonrisa como respuesta. Suho siempre lo perdonaba todo. Era el cojín anti
estrés de EXO. - Hyung, voy a hacer una cosa... Cuando el día de hoy acabe,
acabemos de grabar y se apaguen los focos... Terminaré con esto. - Pude notar
la sorpresa en sus ojos, al mismo tiempo que orgullo por mi madura decisión. -
Me rendiré de una vez. Lo superaré y miraré hacia adelante en lugar de seguir
estancado.
Me abrazó y me sonrió con alegría. - Me alegro mucho, Sehun.
Se nota que ya eres un adulto. - Me guiñó un ojo y se encaminó a donde estaban
los demás, animando a Tao que ya estaba semifinalista.
Miré desde lejos a Luhan, sonriendo con alegría a Xiumin
mientras agitaban unas banderitas con el nombre de Tao escrito.
Definitivamente, a mí nunca me sonreía así. Suspiré y esforzándome por sacar
una sonrisa a duras fuerzas, me encaminé con mis compañeros.
- ¿Dónde estabas? ¡Eres un vago, enano! - Kai me recibió con
una sonrisa y se la devolví.
Estábamos todos animando a Tao cuando, antes de que pudiese
darme cuenta de qué estaba pasando, observé cómo Suho y Kris salían disparados
hacia la colchoneta donde Tao estaba tirado sin moverse.
- ¡Dios mío! - Chilló Lay, corriendo detrás de los dos
líderes. Kris cogió a Tao y se lo llevó corriendo a enfermería, con Suho
detrás.
Los demás, cuando pudimos reaccionar, salimos también
detrás.
- ¿Qué ha pasado? - Pregunté a Baekhyun.
- Se dio con la barra... Y además un tirón muscular... Nada
grave. - Sonrió, claramente aliviado. Suspiré, también aliviado y observé a Tao
en la camilla con gesto de dolor, a Kris tomándole la mano firmemente mientras
Lay le observaba con expresión oscura y a Suho llorando como una magdalena a su
lado.
- ¡Hyung, te han dicho ya todos los médicos que no es nada! Spray para lesiones y reposo!
- Le reprochaba Tao, cansado de que le mojase el chándal.
- ¡Pero me he asustado mucho! - Sollozaba el líder, agotando
las existencias de pañuelos de papel de todos los que se acercaban a preguntar
qué tal estaba nuestro amigo.
Tao resopló, incorporándose con ayuda de Kris y yendo a
calmar a las fans, que estaban a punto de entrar en pánico.
- Qué susto, ¿no? - Me senté al lado de Luhan, que estaba en
el suelo con la cara entre las manos.
- Pues sí... Al ver que no se movía casi me da algo. -
Levantó la mirada con los ojos enrojecidos. Parecía ser que Suho no era el
único llorón de por aquí. No pude evitar reír y revolverle el pelo, obteniendo
una mirada dulce por su parte y una sonrisa que hicieron que mi corazón
volviese a dolerme.
- Sois unos exagerados. - Dije, retirándole la mirada por
primera vez desde que tengo memoria. - Tao es inmortal, no le puede pasar nada,
y mucho menos por darse un golpe con una barra.
- Tienes razón. - Rió, dándose golpecitos en las mejillas
para animarse a sí mismo.
- ¿Te acuerdas de cuando nos enseño sus vídeos de prácticas?
¿De cuando estaba aprendiendo artes marciales? - Ambos rompimos a reír al
recordar a aquel pequeño Tao correteando por un tatami huyendo de patadas y
golpes varios.
- Cuando estaba aprendiendo a dar volteretas... - Volvimos a
reír.
- Pobrecito... - Respiré, sujetándome el estómago que me
dolía de reírme.
- Ya... - Resopló, dejándose caer hacia atrás. - Viste cómo
estaba mirando Lay a Kris?
Asentí, poniendo una exagerada expresión de miedo.
- Intuyo que cuando volvamos al dormitorio va a haber
bronca...
- Lay Hyung es muy celoso... Cualquiera lo diría.
- Hombre, es lógico... Si fuese con otro en lugar de Tao no
creo que se pusiese tan celoso, pero es él.
- ¿Y?
Me miró y puso tono de tertuliano. - No sabes los rumores
del dormitorio de EXO-M, amigo mío. Hay rumores de que Kris está indeciso entre
ellos dos, por mucho que lo niegue, siempre le hace más caso a Tao y los trata
de una forma muy distinta... Los dos tienen un trato demasiado especial.
Asentí y enarqué una ceja. - Interesante... - Nos miramos y
volvimos a reír.
- El que va a estar insoportable va a ser Suho. - Dije,
obteniendo de nuevo la atención de Luhan. - Su predilecto ha tenido un
accidente, va a vivir en la histeria absoluta hasta que le vea hacer mortales
otra vez.
- ¿Por qué tendrá esa obsesión con Tao? - Murmuró.
- Quién sabe... Quizás sea porque es el único de nosotros
que está dispuesto a dejarse mimar las veinticuatro horas del día... ¿No?
Luhan se encogió de hombros, asintiendo. - Debe ser por
eso...
- ¡Gente! - Kai aterrizó entre nosotros dos con muy poca
delicadeza.
- Qué bruto es... - Se quejó Luhan, acariciándose el costado
donde había recibido un golpe.
- La ceremonia final está a punto de empezar, así que vamos
a la fila y, por favor, ¡vayámonos ya a casa!
- ¡Sí, que ya empiezo a sentir la claustrofobia! - Luhan se
incorporó de un salto y me tendió la mano, sorprendiéndome. La rechacé con una
sonrisa y me levanté por mi cuenta, dejándole con una expresión confusa. No
podría soportar tomar de nuevo su mano...
Los tres nos unimos a nuestros compañeros en la fila y en
breves ya estábamos despidiéndonos de los demás grupos, deseándonos buena
suerte en el futuro y esas cosas que en realidad sólo se dicen por cumplir.
Luhan POV
- ¡Me pido primer en la ducha! - Kai salió escopeteado hacia
el baño, deleitándonos con su exhibicionismo habitual de camino al baño.
Kyungsoo bajó la mirada inmediatamente, rojo como un tomate y provocando las
burlas de los demás. - Hyung! - Kai se asomó por la puerta de la ducha,
mirándole a él. - ¿Vienes? Hay que ahorrar agua... - D.O abrió, aún más si
cabe, los ojos y asintió, huyendo de las burlas mientras corría a refugiarse en
los brazos del famoso bailarín son una sonrisa brillante en el rostro. Sonreí
también; los envidiaba tanto... Ellos podían llevar una relación
"normal", dentro de lo que cabe, y tenían la suficiente fuerza como
para soportar los contratiempos. "Yo no sería capaz..." Miré a Sehun
de reojo y metí las manos en los bolsillos mientras le seguía a nuestro cuarto.
Sonreí cuando recordé a Sehun sonrojado preguntándome si quería compartir
cuarto con él.
- Me voy a duchar, Luhan. - Me dijo, tomando la toalla y
saliendo por la puerta.
"Cuándo dejó de llamarme Hyung? ¿Cuándo dejó los
formalismos?" Me tiré en la cama en plancha, suspirando y recordando el
día. El sólo recuerdo de Sehun sonriéndome mientras me tomaba la mano hacía que
el corazón se me sobrecogiese. Yo no era como él, yo jamás había dejado que
nadie supiese de mis verdaderos sentimientos hacia él, no tenía ese valor de mirar
al mundo entero y decirle quién era la persona a la que amaba. Me odiaba por
eso.
- Luhan. - Suho entró por la puerta, con su flamante sonrisa
en el rostro y se la devolví.
- ¿Sí?
- Hablé con Sehun, tal y como me pediste.
- Ah, ¿y bien?
- Bueno, de alguna manera se convenció a sí mismo de que
tenía que olvidarse de ti, así que creo que lo hice bien. - Me levantó el
pulgar, guiñándome un ojo. Yo no fui capaz de devolverle el entusiasmo. ¿Sehun
se iba a olvidar de mí? ¿Lo había decidido él solo? - ¿Qué ocurre? ¿No era eso
lo que querías?
Asentí en silencio, bajando la mirada hasta mis propias
rodillas.
- ¿Y lo decidió él solo? - Pregunté por fin.
- Sí, fue muy maduro la verdad... Bueno, después de un
berrinche bastante gordo, al final se dio cuenta de que así no iba a ninguna
parte.
- Ah... Pues que fácil se rindió, menos mal. - En el fondo,
esto es lo que quería, quería que Sehun dejase de sufrir porque yo no era capaz
de corresponderle, pero por otro lado me sentía triste de que se hubiese
rendido tan fácilmente.
- Voy a ir a ayudar a Kyungsoo con la cena. No parece poder
moverse tan bien como antes... - Resopló y negó con la cabeza, ocultando una
sonrisa traviesa. - Voy a tener que darle algo a JongIn para que se esté más
tranquilito... - Murmuró saliendo de mi cuarto y dejándome solo con mi
desilusión sin sentido.
- Bueno... Esto es lo que querías, Luhan. No tienes ningún
derecho a quejarte. - Murmuré, abriendo el armario para buscar mi muda. La puerta se abrió en ese mismo momento.
- Date prisa en ir a ducharte o esos buitres te agotarán el
agua caliente. - Sehun entró con el torso descubierto mientras se secaba el
pelo con una toalla. Tragué saliva y asentí con una sonrisa fingida. Me dirigí
a mi cama para coger mis toallas, dobladas encima con olor a suavizante por
cortesía de Kyungsoo.
- Perdona por mi comportamiento de hoy. - Dijo a mi espalda
en voz bajita, tan bajita que apenas era audible. Me giré, mirándole
sorprendido.
- No pasa nada... Está bien. - Murmuré. No podía dejar de
mirarle, sus ojos marrones me habían hipnotizado.
- Luhan... - Me derretí al escuchar su nombre de esos labios
con los que tantas noches había soñado. - Te lo voy a preguntar por última vez.
Esta será de verdad la última, te lo prometo. Jamás volver a sacar el tema, lo
juro... Pero... Por favor, sal conmigo.
Algo se rompió en mi interior en ese momento. Retiré la
mirada de sus ojos, hermosos como ellos solos, y cogí mis toallas, dirigiéndome
a la puerta.
- Imposible, Sehun. Somos amigos. - Iba a abrir la puerta,
pero su brazo desde mi espalda me lo impidió.
- Esta vez no voy a aceptar esa razón. Dame una de verdad.
Dime que no me quieres, que no te gusto, que no soy tu tipo o que amas a otra
persona... Pero no me digas que es porque somos amigos. - Mantenía baja mi cabeza,
mirando la moqueta de color crema.
- Porque no. - Le escuché resoplar a mi espalda.
- Luhan... Mira, ya lo sabes, te quiero desde hace más de
dos años, desde hace dos años te he visto solamente a ti, solamente has sido
tú, ¿por qué no eres capaz de aceptarme? ¿No soy lo suficientemente bueno?
Todos dicen que soy guapo, ¿no lo soy para ti? Quiero un motivo al cual me
pueda aferrar para no volver a observarte dormir en la cama de al lado sin
pensar que quizás mañana pueda por fin llenar ese espacio vacío a tu lado,
entre la pared y tu. - Tragué saliva. La voz de Sehun sonaba pausada, suave,
grave, llena de dolor... Por mi culpa.
Me giré, tirando las toallas al suelo y, sacando valor de
donde no lo hay, le encaré.
- Sehun, no es que no te quiera... Lo hago, y lo sabes, te
atesoro más que a nadie, pero... ¡Eres un crío! ¿Cuántos años tienes? ¿Dieciocho?
No funcionaría y nos arrastraríamos a ambos a romper la amistad que tenemos.
Tienes mucho por vivir, tienes muchas cosas que experimentar antes de poder
decidir qué quieres o a quién quieres... No soy lo suficientemente bueno para
ti, Sehun. No te merezco, no merezco tu inocencia o tu pureza. No merezco que
me quieras de esta forma, incansable, incesante. Además... ¿Cómo crees que
sería nuestra relación? No creo que pudiésemos compaginar la vida de idol con
la romántica. Es muy duro.
- Chanyeol lo hace bien, y Kyungsoo también. - Sonreí, sabía
que me sacaría eso en cara. Negué con la cabeza.
- Ellos viven juntos. Tienen las noches para ellos, los
trayectos en furgoneta, los días libres... Pero yo en breves volveré a China,
con los demás miembros, y los de K os quedaréis aquí. ¿Qué harás entonces? ¿Qué
haría yo? ¿Tres meses como mínimo sin vernos?
- Hoy en día las relaciones a distancia son mucho más
fáciles de llevar... Existe internet y... - Le corté.
- No. No, Sehun. Soy una persona adulta, espero más de una
relación que un "Buenas noches" antes de irme a dormir, ¿sabes? - Ya
me estaba poniendo en mi papel de "Hyung malvado" que tenía que sacar
en los momentos como este.
- ¿Qué quieres de mí que sepas que no puedo darte? Puedo
dártelo todo, Hyung... - "Hyung!?" Sehun con una sola palabra logró
derribar una de mis barreras. Me llevé la mano al pecho instintivamente. Dolía.
Bajé la mirada. No tenía respuesta para aquello. Sehun me
había borrado todas las excusas, que al fin y al cabo era lo que le estaba
dando, excusas baratas. Le quería demasiado como para hacer que su primera
relación fuese de esta forma tan fría y distante como sería la nuestra.
- Luhan... - Su mano me tomó el mentón, levantándome el
rostro hasta encontrarme cara a cara con él. - Hyung... No soy un niño, sé
perfectamente que una relación entre nosotros sería dura, muy dura... Pero... ¿No
crees que el hecho de que me esfuerce tanto en tenerla sea porque puedo
enfrentarme a ella? Si tengo que esperar tres meses por ti, lo haré. He
esperado una vida entera para encontrarte, ¿qué son dos meses o tres en
comparación? Apenas minutos. Te extrañaría, por supuesto, pero eso solo
significaría que cada vez tendría más ganas de verte. - Tragué saliva. Mis
barreras estaban muy debilitadas... Ya apenas eran de papel. Más aún cuando los
labios de Sehun se posaron suavemente sobre los míos, acariciándolos como si
fuesen de delicado cristal, con cuidado, muy despacio... Ya no existían
barreras. - Hyung... - Susurró sobre mi boca. - Por favor, sé mi primero y mi
último... Quiero que seas tú, jamás he estado tan seguro de algo en mi vida...
Sus suplicas derribaron hasta la última de mis débiles
defensas, ya no me quedaba nada más que lanzarme a sus brazos como si no
hubiese mañana. Asentí lentamente.
- Está bien, Sehun. Tú sabrás a lo que te enfrentas... Pero
esta vez no seré yo el que te frene. - Sus ojos brillaron como jamás los había
visto brillar. Se humedecían de una forma adorable. Le sonreí con suavidad.
- Me... ¿Me quieres? - Preguntó con la voz entrecortada.
Asentí. Jamás creí que le vería con esa expresión. Era un enorme peluche lleno
de ternura. Hermoso como nadie. Perfecto. Y era mío.
Me sorprendió cuando se abalanzó sobre mis labios. Rodeó mi
cintura con sus largos brazos, tomándome por completo y pegándome a su cuerpo.
Solo en ese momento caí en que aún no llevaba camiseta, y la verdad, en esos
momentos lo agradecía. Subí mis manos para rodearle el cuello, aprovechando de
paso para acariciar esos brazos, suaves. Muy suaves. Sus labios sabían muy
bien, eran tiernos, se acomodaban perfectamente a los míos y me hacía gracia
cómo se le notaba la inexperiencia, cuando movía sus manos nerviosas por todo
mi cuerpo, demasiado rápidas, y sus labios demasiado lentos... Sonreí sobre su
boca y antes de que ambos pudiésemos darnos cuenta, ya habíamos aterrizado en
mi colchón.
No pude evitar reír al ver la cara de Sehun al vernos en esa
situación. Se separó de mí inmediatamente y ocultó el sonrojo de su rostro
entre sus manos.
- Perdona, me he dejado llevar. - Negué con la cabeza y me
acerqué a él. Era adorable. Le acaricié el cuello con los labios, haciendo que
abriese los ojos como platos y me mirase, claramente asustado. - Hyung...
- Sehun... - Le miré con dulzura. Sabía que él lo deseaba
tanto como yo, pero le traicionaban los miedos... - Está bien... Ven aquí... -
Abrí mis brazos, recibiéndole casi de inmediato y volví a recostarme, dejándole
a él encima para que tuviese menos miedo. - Yo puedo enseñarte. - Le sonreí y
le besé con ternura, siendo correspondiendo inmediatamente. Podía notar su
erección contra mi estómago, pero también cómo temblaban sus manos, que me acariciaban
muy despacio por encima de la ropa. Sonreí; sí que era inocente... Y pensar que
siempre se hacía el mayor...
Me incorporé un poco, quitándome la camiseta y riendo al ver
que él apartaba la mirada inmediatamente. - Tonto... Mírame... - Le susurré, recibiendo
encantado a sus ojos, que me escaneaban como si jamás me hubiese visto. Sonreí
y le besé de nuevo, llevando por mí mismo sus manos hasta mi torso, para que
supiese lo que había que hacer. Me mordí el labio inferior. No era nada malo
con las manos...
El resto lo supo hacer perfectamente. Mi pequeño aprendía
rápidamente. Unos minutos después, estábamos ambos completamente desnudos,
sudando, retorciéndonos por las caricias mutuas, pero yo quería más.
- Sehun... Vamos... - Le apremié, hablando entrecortadamente.
Definitivamente, era bueno. De nuevo, su expresión nerviosa apareció, aunque
esta vez era más de histeria.
- ¿Seguro? - Preguntó, mirándome con indecisión. Sonreí y le
acerqué a mí, abriendo más las piernas para hacerle el camino más fácil. Asentí
y él asintió también.
Cerré los ojos, mordiéndome el labio con fuerza cuando
empecé a notar su intromisión. Escuchaba su respiración al lado de mi oído,
ahogaba sus gemidos con suspiros y por fin, después de unos segundos
interminables, logró entrar por completo. Me miró con expresión preocupada.
- ¿Estás bien? - Murmuró. Asentí y él me besó el cuello. Me
sorprendí de que supiese lo que tenía que hacer para relajarme el cuerpo. No
tuve ni que decirle cuándo estaba listo para seguir, lo supo él solo. Estaba
muy orgulloso. Se movía deliciosamente dentro de mí, me acariciaba todo el
cuerpo con la boca, despertando en mí cosas que no creí que pudiese sentir. Sus
manos me recorrían, entero, por toda mi anatomía, arrancándome gemidos
demasiado vergonzosos pero que por suerte no pareció apreciar.
No tardamos en llegar ambos. Sehun se dejó caer encima mía,
extasiado, y sacándome un gemido. Pesaba más de lo que me esperaba, pero no me
importaba. Había sido delicioso. Me miró, avergonzado, esperando algún comentario
por mi parte. Le sonreí y le besé, abrazándome a él, que se había dejado caer a
mi lado para evitar amanecer con un cadáver debajo.
- Has sido genial... - Le dije, besando su pecho. Sonrió,
orgulloso.
- ¿En serio? - Asentí y me abrazó con fuerza.
- De hecho... Creo que nunca me había gustado tanto... -
Murmuré, encontrándome con su mirada sorprendida.
- Eso es porque me quieres, y seguro que me quieres a mí más
de lo que has querido a nadie. Dicen que cuando lo haces con quien tu quieres,
es lo mejor. - Le miré con expresión divertida. ¿De dónde había sacado toda esa
confianza de repente? No pude evitar reír.
- Si tú lo dices... Te creeré. - Puso morros, enfadado por
mi desconfianza. - Sabes qué, Sehunnie? - Se sonrojó al escucharme llamarle
así. - Puede que sí que sea porque te quiero más de lo que he querido a
nadie... - Susurré sobre su oído, dibujando automáticamente una sonrisa de
oreja a oreja en su rostro. Se giró y me abrazó con fuerza, besándome con
ansias. Reí sobre sus labios. Era terriblemente feliz. Ojalá hubiese dejado a
un lado mis inseguridades antes, y así habría podido abrirme del todo a la
montaña de sentimientos que Sehun me ofrecía y nunca se cansó de recordarme que
ahí estaban, esperándome.
- Sehun... - Murmuré, observándole dormir frente a mí. - Sé
mi último...
-FIN-
Que hermoso!!!! realmente amo como escribes!
ResponderEliminarMe alegra mucho que te guste! ^^
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