- Yugyeom! –
Bambam saltó encima de mi cama, haciéndome rebotar y abrir los ojos con
esfuerzo. Qué hora era? Para un día que teníamos para descansar… - Yugyeom!
Despierta!
- Qué pasa? –
Murmuré, sin prestar demasiada atención a mi pronunciación.
- Te echaba
de menos. – Me quedé estático ante sus palabras y le miré, aún con los ojos
entrecerrados.
- Qué? –
Bambam me sonrió con ternura y me empujó contra la pared, haciéndose un hueco a
mi lado en el colchón.
- Dormías
mucho, y te echaba de menos, Yugyeom. – Se mordió el labio interior y metió una
de sus piernas entre las mías, pegándose a mí, apoyando su cabeza en mi pecho. –
No duermas tanto… Me siento solo.
- Pero… Yo
creía que…
- Sí que me
gustas, Yugyeom. Siempre me has gustado… Pero me acomplejaba tu altura, tu
hermoso rostro y tu inteligencia superior.
- Pero… Cómo
has sabido que me gustas? – Bambam miró hacia arriba, encontrándose con mis
ojos y mi confusión, y sonrió alegremente.
- Porque te
quiero, por eso lo sé.
- Eso no
tiene sentido.
- Claro que
no lo tiene… Esto es un sueño.
- Qué!?
- Despierta!
O lo hyungs se enfadarán!- Bambam se acercó a mi rostro y me depositó un beso
en la mejilla. Le miré, rogándole con los ojos que me dijese que esto no era un
sueño, que era una broma y que realmente pasaríamos el día juntos entre
arrumacos, pero de repente, un pitido lejano empezó a sonar. Bambam sonrió al
escucharlo y se encogió de hombros.
-
Despertador. Venga, date prisa.
En ese
momento, todo se volvió negro durante un nano-segundo, y cuando abrí los ojos,
Jaebum Hyung estaba entrando en nuestro cuarto y cogiendo un cojín para
comenzar su no-demasiado-amable rutina de despertares con cojinazos.
- Arriba,
chavales! A desayunar!
Me incorporé
y le miré con los ojos humedecidos por la rabia.
-
Nooooooooo!! – Me quejé, pataleando sobre el colchón en un sollozo.
- Qué te
pasa? – Escuché a Bambam a mi lado y le miré, despeinado y frotándose los ojos.
Hice un puchero y continué quejándome, siendo completamente ignorado por mi
líder y por Bambam, que en seguida se levantó y fue a hacer cola al baño.
- Algún día…
- Suspiré, mirando al techo. – Algún día me confesaré y todo irá mejor… Algún
día!!
-Fin-