20 de enero de 2013

♥KyuMin♥ Cap. 23


Kyuhyun se estiró al bajar del avión. Catorce horas de vuelo entumecían hasta al último de los músculos del cuerpo de cualquiera.
- Bienvenido a Corea. - sonrió una amable señorita mientras le pedía el pasaporte con un gesto educado.
"Ya estoy aquí..." pensó sonriendo con amplitud. Nunca creyó que pudiese sentirse san seguro tan alejado de su familia.
Salió del aeropuerto arrastrando la maleta y subiéndose a un taxi, dio la dirección del hotel que previamente había mirado y el coche blanco se puso en marcha. Durante la hora de trayecto, Kyuhyun miraba con ansia a través de la ventana la maravillosa ciudad de Seúl. Pagó al taxista y bajó del vehículo.
- Muchas gracias.- dijo en un coreano que debía de sonar un poco extraño, o al menos eso dedujo  por la sonrisa burlona del taxista.
- No hay de qué, muchacho. Disfruta la estancia.- Kyuhyun asintió y le cedió las maletas al botones del hotel, quien amablemente le guió a su habitación tras pasar por recepción.
- Vaya... - a medida que caminaba por los pasillos, iba admirando la exquisita decoración del edificio, discreta y elegante, añadiendo esa sensación de lujo que hace que te sientas afortunado pero sin sentirte millonario. Su asombro tocó la cima cuando entraron en el cuarto que había reservado por adelantado. Era inmenso, y en eso tenía que admitir que había engañado un poco a sus padres... el dinero que tenía que pagar por ese mini apartamento no podría ser cubierto solamente con su paga mensual (por generosa que fuera), así que en su plan entraba buscarse un trabajo, por cutre que fuese, y así aprender a mantenerse.
- Muchas gracias. - le sonrió al botones y le dio la propina después de que depositase cuidadosamente las maletas sobre la alfombra.
Se sentó en el escritorio del cuarto y descolgó el teléfono, debía llamar a casa para avisar de que había llegado a salvo. Marcó los números y dejó que el pitido de espera sonase cuatro veces antes de escuchar cómo descolgaban desde el otro lado del mundo. Sonrió.
- Mamá! - canturreó felizmente. - Ya llegué.
- Ya me echas tanto de menos? - su sonrisa se borró después de escuchar la voz de Zhoumi al otro lado del aparato. Una risa aguda sonó. - Mamá no está Kyuhyunnie, pero puedes hablar conmigo, no? Hacía mucho tiempo que no pasábamos tanto tiempo separados...
Kyuhyun cerró los ojos con decepción al escucharlo, y tras morderse el labio con dureza para reprimir sus ganas de colgar, contestó finalmente.
- Zhoumi, sabes cuándo volverán papá y mamá?
- No... creo que fueron al cine o algo así... Ah, por cierto, por qué no te has llevado ninguna foto de nosotros dos? Están todas en casa! Quieres que te las escanee y te las mande?
Kyuhyun suspiró y bajó la cabeza mientras negaba.
- No te preocupes, no es necesario... llamaré más tarde.
- Esper...!- Colgó el teléfono con fuerza sin más. No tenía ganas de acoso, estaba muy cansado después de tantas horas, además, en Seúl aún era mediodía, así que tendría que aguantar para acostumbrarse al horario. Decidió salir a buscar el trabajo sin el cual no duraría más de un mes en aquel apartamento. Abrió su maleta para buscar su diccionario de coreano mientras miraba a su alrededor. Allí tenía de todo, una mini cocina, dormitorio, baño y un escritorio. Qué más necesitaba para vivir? Se guardó en un bolsillo la cartera y el móvil, cogió la llave de su nuevo hogar temporal y salió de allí. Mientras se ponía la chaqueta en el ascensor, pensaba en qué clase de lugares podría trabajar. Aún era joven, además de inexperto, novato, estudiante... Quizás un Starbucks estaría bien? No sabía...
- Buenos días. - dijo en recepción con una sonrisa en la cara. La recepcionista le miró con ojos brillantes mientras sonreía y empujando al señor viejo que iba a atenderle, se situó delante y le miró.
- Buenos días señor, en qué puedo ayudarle? - se arregló el pelo coqueta y sin disimulo ninguno. Kyuhyun rió, le parecía muy extraño todo.
- Sí... quería preguntarle si tendría algún mapa de la ciudad disponible, soy nuevo, jamás había estado aquí y...-
- Por supuesto! - la joven enseguida desapareció debajo del mostrador para resurgir con tres papeles plegados en las manos. - tenemos varios tipos:  de metro, de transportes en general y luego el callejero... todos gratis, por supuesto, para nuestros huéspedes... irán acompañados de mi número solo por ser usted.
- Solo el mapa, gracias. - Kyuhyun tomó el callejero y se alejó riendo entre dientes.  Dejando a la chica con un puchero en el rostro, abandonó la lujosa entrada del céntrico hotel.
- Veamos... - murmuró desdoblando el amplio mapa y buscando las calles principales que no quedasen muy lejos. -Quizás en esta... - remarcó con su bolígrafo una calle que sobresalía de las demás. Según el mapa era zona comercial, muchas cafeterías, y eso significaba, posibilidades de trabajo.
No tuvo que entrar en más de dos locales para que en seguida prácticamente le pusiesen un delantal y lo situasen detrás de una barra.
- Tienes que venir todos los días de tres y media hasta el cierre. Te parece bien? - Kyuhyun asintió sorprendido mientras recogía el uniforme que el dueño le tendía. No le desagradaba tanto, era azul cielo, pegaba muy bien con la heladería en la que le había tocado. El sueldo no era maravilloso, pero era un sueldo, y eso ya era como para darse con un canto en los dientes.
Feliz, Kyuhyun decidió pasear por las calles durante un rato, pero finalmente se rindió y, mapa en mano, volvió al hotel, donde por suerte ya no estaba la pesada recepcionista. Subió hasta su cuarto y se tiró en la cama, cerrando los ojos y durmiéndose.
La alarma del móvil sonaba al día siguiente en la capital coreana. Kyuhyun abrió los ojos un poco desorientado. "Ah, cierto, Seúl..." murmuró en su mente mientras se desperezaba y se metía en la ducha. Se arregló vagamente y tras no encontrar nada en la nevera de la mini cocina (y no iba a usar el mini bar), suspiró y aún sin sus ojos completamente abiertos, decidió que lo mejor sería desayunar de camino al trabajo.
- Cuántas horas habré dormido? Más de un día? - miró el reloj dándole un mordisco a un croissant  y suspiró mientras caminaba por las abarrotadas calles.
Sintiéndose un genio por llegar a su lugar de trabajo sin perderse, entró en la colorida heladería y saludando con la cabeza a sus compañeros, entró por una puerta que ponía "solo personal" y sacó su cursi uniforme azul cielo de la mochila, poniéndoselo y guardando las cosas en la taquilla. "Listo..." pensó mirándose al espejo mientras se colocaba bien la gorra con una vaquita sonriente dibujada.
- Bienvenido, en qué puedo ayudarle? - haciendo de tripas corazón, Kyuhyun atendió con una sonrisa a su primer cliente. No pudo evitar sorprenderse, aquello era un chico o una chica?
- Mmmm... Quiero un helado de fresa con sirope de fresa y... Mmmm... - la cara de Kyuhyun parecía un poema. Aquello era un cámara oculta? Un tipo vestido entero de rosa, juraría que hasta sus calcetines lo eran, pidiendo un helado rosa, con sirope rosa... qué más? virutas rosas? - Qué tal algo de virutas rosas? -Kyuhyun suspiró bajando la cabeza. "lo veía venir."- Ah, y un corazón de esos! - el misterioso chico rosa señaló una de las chucherías que tenía detrás Kyuhyun.
- De acuerdo... - Kyuhyun asintió mientras tecleaba en la pantalla, aún así, le miraba de reojo mientras aquella cosa rosa tarareaba acompañado de otros muchachos (mucho más normales).
- Va Sungmin! Date prisa! - gritó uno de sus compañeros.
"Hasta su nombre es de chica..." susurró para sus adentros Kyuhyun mientras tomaba una de las chucherías, sí, también rosas.
El muchacho pagó y se fue con el resto del grupito.
- Qué cosa más rara... - murmuró mientras guardaba el dinero en la caja. "Aún así... era guapo... parecía una chica..." pensó mientras miraba por las paredes de cristal de la heladería y le perdía de vista entre los peatones.
Así, pasaron dos meses desde su llegada a Seúl, y entre lágrimas de la recepcionista, que resultó ser una acosadora... (Pero de las que te traen el desayuno y se ofrecen a plancharte la ropa) se despidió de sus conocidos del hotel y tomando su equipaje, se dirigió al colegio.
-Preséntate por favor- Le dijo la profesora.
-Hola, me llamo KyuHyun. Por favor, cuidad de mí.

* fin flashback*


- Quéquéquéqué!? - salté de su cama histérico. - Me estás diciendo que ya nos conocíamos y aún así cuando entraste en el colegio no me dijiste nada? - Me miró con una expresión de frustración, seguramente porque le había interrumpido.
- Sungmin... me estás diciendo que después de todo lo que te he contado lo que más te ha impactado es que te conocí en una heladería!?
Me volví a sentar algo avergonzado...
- Sorry... - sururré. - Pero por qué no me dijiste nada?
- Si te soy sincero... no me acordaba... me he acordado a medida que te iba contando la historia... - Kyuhyun sonrió con inocencia y yo fruncí el ceño. Este hombre tenía memoria para lo que a él le interesaba.
- Bah, olvídalo. Continúa. - me acomodé de nuevo en la posición que tenía hace unos minutos y le miré curioso mientras él sonreía. Parecía... tímido?
- La continuación ya la sabes... entré en el colegio, y te conocí, compartimos cuarto... me enamoré de ti... - me miró con una expresión dulce que me derritió completamente. Me sentí como aquel helado de fresa que me había pedido en nuestro primer encuentro. Se levantó y sentándose a mi lado en la cama me dio un beso en la mejilla. - estos besos también están vetados temporalmente? - me miró sonriendo.
Negué y le aparté un poco con las manos.
- No, pero son el desencadenante de los que sí que lo están, así que distancia y sigue contando. Por qué cuándo volviste no me hablabas? - después de la broma, le miré, volvía a estar serio. Se notaba que a él también le dolía recordarlo. Suspiró y apoyando su cabeza en mis rodillas, tomó aire para continuar su relato.

*Flashback*

El vuelo de regreso fue tan duro como el de ida, llegó agotado, y no ayudó que nada más salir del aeropuerto, su madre se tirase encima suya entre lloros y gritos sin sentido aparente.
- Volviste! Has comido bien? - su madre se secó las lágrimas y empezó a escanear a su hijo. - Estás más delgado!
- Claro que comí bien mamá, y he hecho más deporte, eso es todo... - comentó riendo con cansancio el recién llegado.
- También estás más alto... no te dejaré pasarme! - refunfuñó el padre mientras le daba unas firmes palmaditas (más bien manotazos) en la espalda que casi le hicieron caer.
- De acuerdo padre... - susurró Kyuhyun mientras lo saludaba con expresión dolorida. De repente miró a su alrededor, extrañado por la falta del que suele ser el protagonista en todos los eventos familiares. - Y Zhoumi?
- No quiso venir... Dijo que te vería en casa. - contestó su madre mientras observaba al chófer subir el equipaje al coche. - Y es raro... siempre estaba preguntando por ti...
- Bah, estaría cansado, no juzgues al chiquillo! - le reprochó su marido.
- No le juzgo, solo opino! - protestó la señora mientras entraba insolentemente en el coche antes que él, haciéndole suspirar pidiendo al cielo paciencia. Kyuhyun rió, sus padres no cambiarían jamás.
No tardaron en llegar a casa, Kyuhyun dejó las cosas en la entrada, prometiendo que las recogería al día siguiente. Sacó el móvil, tenía llamadas perdidas de Sungmin. Nada más ver los mensajes, una estúpida sonrisa se formó en su cara, al mismo tiempo que la tristeza de no poder verle y la felicidad del amor se peleaban dentro de él.
- Tengo que hacer una llamada. - dijo excusándose de sus padres y saliendo al jardín mientras marcaba el número de su novio. - Sungminnie!
- Kyuhyun! - la voz dulce y afeminada del chiquillo sonó a través de la línea. - Has llegado bien? Estaba preocupado...
- Babo, te dije que era un vuelo largo...
- Ya, pero aún así... Bueno, pero estás bien? Cansado?
- Agotado... - rió Kyuhyun.
- Descansa todo lo que necesites, vale? Ve a dormir... - su voz parecía decir que no quería colgar, pero su deber de novio le decía que debía mandarle dormir. - Me llamarás mañana?
- No sé yo... me lo voy a pensar... - rió Kyuhyun. Le encantaba molestarle y escuchar sus protestas infantiles a través del teléfono. -  Era broma bobo, claro que te llamaré.
- En serio?
- Claro que sí. Me voy a dormir, te quiero.
- Te quiero.
Colgó y miró el cielo despejado con un aire melancólico. "Sungmin... "
Nada más girarse, el corazón le dio un vuelco al encontrarse a Zhoumi mirándole seriamente.
- Zhoumi... - susurró blanco como la tiza Kyuhyun. Reaccionó rápido. Debía aparentar normalidad. - Qué tal?
- Con quién hablabas? - Preguntó fríamente.-  A quién quieres tanto?
- A nadie... no te preocupes... - Kyuhyun intentaba aparentar calma, pero no era fácil, seguramente Zhoumi había escuchado toda la conversación.
- No sabía que te habías echado novio... - se acercó a Kyuhyun arrastrando los pies y mirándole desafiante. - A diferencia de ti, yo me he mantenido solo, sin acercarme a nadie, solamente te tenía a ti en mente en todo momento... te he sido fiel.
- Ah, sí? Mira tú que bien... - ironizó Kyuhyun. - A ver Zhoumi, sí, tengo novio, es un amor, le amo, le adoro, y no tengo nada de lo que arrepentirme, ni tú nada que echarme en cara porque no estamos juntos! - añadió un énfasis especial a sus últimas palabras y se alejó de su hermano.
Más tarde, en su cuarto, Kyuhyun yacía sobre su cama rodeado de inquietud mientras miraba la foto de Sungmin dormido que tenía de fondo de pantalla. La acarició con el pulgar y en un sollozo que ahogó con una almohada, pataleó fuertemente sobre el colchón. Por qué no podía tener una vida normal? Por qué? Kyuhyun conocía muy bien a Zhoumi, sabía que su hermano rozaba la locura psicótica y sería capaz de cualquier cosa para arrebatarle lo más importante. Su mentalidad era "Quito lo que más espacio ocupe en tu corazón y en ese agujero me meto yo, aunque sea por la fuerza."
- No quiero que te hagan daño... No quiero que vuelvas a llorar... - susurró mientras observaba su pantalla donde yacía el pequeño con expresión dulce y tranquila.
Los días del verano pasaron, y Kyuhyun finalmente tocó el fondo de los fondos cuando un día, en la comida, Zhoumi anunció que este curso acudiría con Kyuhyun al internado de Corea.
- Qué? - exclamó casi gritando Kyuhyun, levantándose de la mesa. - Por qué?
- Ha insistido tanto... nos dijo que te había extrañado mucho el curso pasado, no sería capaz de pasar otro igual, así que decidimos mandarlo contigo. - comentó con calma su madre.
Kyuhyun, sin alma, se dejó caer sobre la silla mientras miraba a Zhoumi, quien masticaba tranquilamente con expresión triunfante y sosteniéndole de forma impertinente la mirada.
"No..." Kyuhyun estaba al borde del colapso, no sabía qué hacer, Zhoumi le haría daño a Sungmin sin remordimiento alguno como no hiciese algo... Quedaba menos de un mes para volver, y la única solución que veía, por muy dolorosa que fuera, era alejar a Sungmin de su lado. Borró su número y sus fotos de su móvil, tiró las que llevaba en la cartera, y pasó de llamarle cada día a ignorar sus llamadas. Entre lágrimas, cada vez que pulsaba la tecla roja de "colgar", murmuraba para sus adentros - Ojalá no tuviera que ser así... Lo siento.-

*Flashback End*

Le miré con ojos descorazonadores, tantas llamadas sin respuesta... ahora todo tenía sentido.
- Pero... no pensaste en hablarlo conmigo? Podríamos haber encontrado otra solución... - le acaricié el rostro que descansaba sobre mis piernas, mirando al techo con los ojos húmedos.
- No había otra solución... si te lo contaba habrías sugerido hablar con él, y eso no es posible, esa era la única opción que veía... - susurró mientras cerraba los ojos dejando correr una única lágrima que me apresuré a secar con mi mano.
- Pero...- me miró. - Aún hay cosas que no entiendo...
- Qué cosas? - sujetó mi mano sobre su mejilla, como si necesitase mi cálido contacto para vivir.
- Pues... - murmuré. - Por qué entonces Zhoumi siguió acercándose a mí? Y qué era aquello de que no valía hacer trampas? - dirigí mi mirada a sus ojos, estaba muy curioso sobre todo, aunque poco a poco las piezas sueltas de mi puzzle mental empezaban a cobrar sentido y se empezaba a interpretar la imagen.

*Flashback*

La vida en la escuela con su hermano no era fácil, no habían dejado que nadie supiese de su tipo de relación, simplemente eran amigos de la infancia, y para la sorpresa de Kyuhyun, cuando se lo propuso a Zhoumi, éste aceptó de inmediato sin protestar.
Sin embargo, las cosas no salieron como él había planeado, su plan inicial era que Zhoumi no supiese quién era Sungmin, pero enseguida el chico llamó también la atención a ojos de Zhoumi y antes de ser siquiera consciente, Zhoumi estaba intentando hacerse cercano a él.
Kyuhyun al principio lograba soportarlo a duras penas, pero hubo un día que no lo logró más: el día en el que empezó "el juego".
Ya había avisado a Zhoumi unos días antes de quién era Sungmin, y le había advertido de que no osase siquiera tocarle un pelo... Gran error por su parte, eso solo alimentó la competitividad de su compañero, y desde entonces, se esforzaba por hacerse más y más cercano a Sungmin. Kyuhyun estaba a punto de volverse loco, tenía miedo de que si volvía al lado de Sungmin, Zhoumi en su locura personal, no lo dudaría dos veces antes de librarse de él de una forma u otra, pero si seguía así, protegiéndole desde la oscuridad... Quizás Sungmin acabaría enamorándose de verdad de Zhoumi? Lo que más sorprendía a Kyuhyun eran las dotes teatrales de Zhoumi, siempre actuando como el caballero de brillante armadura delante del débil y derrotado Sungmin.
- Me he cansado ya de tus estupideces! - gritó Kyuhyun en la parte trasera del edificio escolar, dándole un puñetazo a la pared y mirando desafiante a Zhoumi, quien tranquilamente se acomodaba en un banco y le miraba risueño.
- A qué te refieres Kyuhyunnie? - tomó una margarita entre los dedos y empezó a arrancarle los pétalos inocentemente.
- Maldito bastardo... - apretó los dientes mientras se acercaba a él amenazante. - Cuántas veces te he dicho que te alejes de él?
Zhoumi se encogió de hombros y con su imborrable sonrisa en la cara, se puso de pie sobre el banco, haciendo equilibrios en el reposabrazos.
- Pero... - saltó de éste y se acercó a Kyuhyun de forma socarrona. - me he enamorado.
La vena de la frente de Kyuhyun se hinchó, amenazando con explotar de un momento a otro. Agarró por el cuello de la camisa a Zhoumi y lo tiró al suelo, mientras el agarrado solamente reía histérico.
- Qué pasa Kyuhyunnie? Tienes miedo de que tu novia te abandone? - reía y reía mientras Kyuhyun ya levantaba el puño decidido a deformarle ese apuesto rostro.
- No tengo miedo... Sungmin solamente me ama a mí. - bramó mientras alzaba el puño.
- Quieres apostar? - Frenó el puño y le miró. Conocía bien a Zhoumi, su alimento para la vida era la competición, pero estaba seguro de que si la ganaba y Sungmin se quedaba a su lado, Zhoumi se libraría de él de todas formas...
- Está bien.  - Kyuhyun se incorporó y le miró tendido en el suelo tranquilamente. - Juguemos.
Las normas impuestas para "el juego" era que no había normas salvo que Sungmin no fuese herido. Sin embargo, las normas que Kyuhyun se había puesto a sí mismo eran más duras: no podía hacer que Sungmin creyese que quería volver con él de una forma amorosa, simplemente alejarle de Zhoumi, hacerle sentir incómodo a su lado... Esa era la única manera, y le dolía de una forma espantosa.

*Fin Flashback*

- ... pero llegó un momento que se hizo insoportable... - Kyuhyun hablaba casi en susurros desde mis rodillas, era muy difícil escucharle, pero más o menos iba entendiendo y mi corazón se iba compadeciendo cada vez un poco más. - y llegó el momento en el que tenía que volver a tu lado, protegerte con todo lo necesario contra Zhoumi, que era lo que tenía que haber hecho desde el principio... perdóname... - me abrazó en un movimiento rápido, apretándome y hundiendo su cabeza en mi pecho. Mis brazos le rodearon y me mecí a mí mismo para acunarle a él y calmarle. Él sollozaba de nuevo.
- Está bien Kyuhyun... Está bien... - murmuraba a su oído mientras él no me soltaba. Una sonrisa tierna se formó en mi rostro. No sabía que todo eso había ocurrido! Yo vivía en una burbuja de ignorancia mientras a mi alrededor había una guerra en el que el mayor herido no era yo, era Kyuhyun.
- Podrás perdonarme? - alzó la mirada, aún sin soltarme pero alejándose unos centímetros.
Le miré confuso, aún estaba procesando toda la información recibida, había sido también muy difícil para mí pero... era Kyuhyun, era el hombre que quería a mi lado el resto de mi vida, mi único y verdadero amor...
- ...
- Sungmin? - me miró con desesperación.
- Claro que sí. - sonreí con dulzura y le besé en los labios, liberando por fin aquella angustia que llevaba guardada todo ese tiempo... Me correspondió en el acto y ambos nos perdimos entre suspiros y besos. No supe cuánto tiempo estuvimos besándonos, pero podría haberme pasado así días y días. Los labios me dolían por las magulladuras y heridas, pero aquel dolor no era desagradable, era suave y relajante, una anestesia local que llevaba pidiendo meses.
- Sungmin... - susurró Kyuhyun sobre mis labios.
- Sí?- respondí sin abrir los ojos siquiera, me daba miedo despertarme de aquel sueño perfecto.
- Te amo. - abrí los ojos y me lo encontré levemente ruborizado, a esa mínima distancia que nos separaba pero que para nosotros era un universo.
Sonreí y tras susurrarle un "Te amo" en el oído, volví a sus labios como si hoy fuese el último día del planeta.
"Te quiero tanto Kyuhyun... Pero tanto..."

*Fin* 

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