Abrí los ojos lentamente, incapaz de ocultar la sonrisa que
se formó en mis labios al contemplar su rostro justo delante del mío, con
aquella respiración relajada que hacía que su pecho subiese y bajase en un
ritmo perfecto e hipnótico. No pude evitarlo, alargué mi brazo intentando
moverme lo menos posible para no despertarle y le acaricié tímidamente la
mejilla, como si fuese una obra de arte que pudiese ser rota si se trataba
descuidadamente. Definitivamente, aquel
era el chico al que yo amaba, le había extrañado tanto que necesitaba 365 días
para volver a grabarle dentro de mí de nuevo, recordar uno a uno todos aquellos
pequeños detalles que me sabía de memoria pero que las lágrimas se habían
llevado sin compasión alguna. Aquel lunar en el cuello, o cómo arrugaba la
nariz cuando sentía frío... Necesitaba volver a verlo todo, poco a poco. Le
tapé con la sábana cuidadosamente cuando sus brazos me rodearon a la velocidad
del rayo, haciendo que casi me diese un infarto por la sorpresa.
- Kyuhyun, qué haces? - murmuró algo que no logré entender,
aún estaba durmiendo? Miré el reloj, marcaba las 07:31 de la mañana, normal que
estuviese durmiendo... Sonreí como un bobo, echaba tanto de menos aquel olor
inconfundible... el aroma propio de Kyuhyun era mejor que cualquier perfume de
marca cara y frasco de diseñador, notaba su piel en contacto con la mía,
aquella suavidad que ni la seda podía igualar. Acaricié sus antebrazos sin
borrar la sonrisa, y cuidadosamente me di la vuelta entre ellos, no quería que
me soltase, solamente quería verle, contemplar su rostro mientras dormía como
había hecho segundos antes, acariciar su rostro sin que él se diese cuenta y
quedarme así para siempre.
- Kyuhyun... Sabes cuánto te quiero? - le susurré, deseando
que no me escuchase. - Porque ni yo mismo lo sé... Solamente sé que es más que
a nada y que a todo, lo eres todo para mí... - apoyando mi cabeza en su pecho,
de la misma forma de la que me dormí la noche anterior, cerré los ojos,
acariciándole el torso con la punta de los dedos y sonriendo como una colegiala
que duerme por primera vez con su príncipe azul soñado. Recordé vagamente lo
ocurrido la noche anterior, haciendo que mi sonrisa se volviese más débil hasta
desaparecer, dirigiendo mi mirada hacia mis propios brazos, aprecié las marcas
rojas que Zhoumi me había hecho al agarrarme con tanta fuerza. De pronto, unas
manos sujetaron gentilmente mi brazo, haciendo que mi mirada se dirigiese a
Kyuhyun, quien acababa de despertarse.
- Kyuhyun...
Él no dijo nada, solamente observó mi brazo serio, y tras
mirarme a los ojos, besó mis marcas y mis golpes suavemente, sonriéndome
después e incorporándose sin importarle mi peso.
- Buenos días Sungmin. - Sonrió con dulzura y rodeándome la
cintura me abrazó tiernamente. Aquella sensación, la calidez, la tranquilidad,
el sentirse protegido... Si eso no es felicidad, qué lo es?
- Buenos días... - susurré tímidamente aún entre sus brazos.
No parecía importarme estar sentado encima de mi novio,
quien solamente llevaba puesta su ropa interior, solamente quería quedarme así
todo el tiempo posible...
- Aaaaah! - un gritito histérico salió de mi boca
(inconscientemente) cuando Kyuhyun se levantó, cargándome en brazos como si
fuese un bebé y no pesase mis kilitos, dejándome sentado en la cama de
enfrente, mirándole a los ojos y apreciando su sonrisa, tan perfecta y
preciosa, tal y como yo la recordaba...
- Por qué chillas, bobo? - rió sentándose en el suelo, justo
delante mía.
- No sé... - era cierto, no lo sabía, me había salido
solo... Supongo que tenía complejo de princesa tras una noche tan perfecta.
Kyuhyun rió, bajando la mirada unos segundos para después
volver a mirarme a mí sin borrar en ningún momento la sonrisa. Ambos nos
mirábamos a los ojos, el tiempo parecía detenerse cuando lo hacíamos, mi
respiración se aceleró un poco cuando asomé por un segundo la cabeza al mundo
real y fui consciente del estado en el cual se encontraba mi novio... Estaba
desnudo, bueno, casi, delante mía, a él no parecía importarle y desde luego
tampoco parecía ser consciente del efecto que eso podía causar en mí... o sí?
Kyuhyun se acercó con un aire furtivo hacia mí, quien no podía apartar la
mirada de aquellos ojos oscuros, tan oscuros que no sabrías decir si eran
negros o del color chocolate más intenso. Estaba a escasos centímetros de mi
rostro, ya no sonreía, yo tampoco, pero en ese preciso momento recordé: "Una vez te quise Zhoumi! Pero tienes que
superar que ya no quiero volver a tenerte en mi vida!" El grito de
Kyuhyun rebotó en mi cabeza, haciendo que girase la cara justo cuando sus
labios iban a tomar contacto con los míos.
Le miré a los ojos de nuevo, poniendo una mano en su pecho y
empujándole hacia atrás suavemente mientras le pedía disculpas con la mirada.
Él me observaba claramente confuso.
- Ocurre algo? - preguntó con preocupación.
Negué con la cabeza mientras sonreía intentando
tranquilizarle. - No ocurre nada... Pero no voy a hacerlo.
- El qué?
- Besarte. - sus ojos oscuros se agrandaron, dándole un
aspecto divertido y si hacemos caso a mi maldad y lado cómico del asunto,
dándole un suave parecido a una rana.
- Nunca más? - No pude hacer otra cosa que echarme a reír,
lo había dicho con un tono de niño pequeño encaprichado al que no le van a devolver
su juguete, y me dio muchísima pena verle sentadito en el suelo, prácticamente
desnudo y mirándome con sus ojos de rana triste.
- Ya veremos, pero hasta que no me expliques lo que me
tienes que explicar, no va a haber más skinship
entre nosotros. - sonreí y me levanté dirigiéndome al baño, y observé que
aunque seguía con la misma posición en el suelo, su mirada había cambiado.
Estaba preocupado? Por qué? Habían sido muchos mese de abstinencia, yo también
necesitaba ya un beso (como mínimo) de él, pero no podía acercarme tanto a él
sin recordar las palabras que había gritado la noche anterior... Por qué tanto
misterio? No podía ser tan grave... O sí?
Escuchaba el agua de la ducha mientras observaba mi cuerpo
desnudo en el espejo, lleno de marcas rojas y moradas, que en contraste con mi
piel pálida me daban un aspecto lúgubre y patético... Parecía que me habían
pegado una paliza a la salida del colegio, y ni siquiera había recibido ni un
solo golpe por parte de Zhoumi, solamente fuerza y presión... Un escalofrío me
recorrió el cuerpo al recordarlo con más detalle, no muy claramente gracias al
alcohol, y una lágrima resbaló por mi mejilla. Por qué lloraba? Ni yo mismo
estaba muy seguro... No sabía si era porque me dolía el cuerpo, o por
decepción, traición, desilusión... Yo ya no sabía nada...
- Sungmin, estás bien? Llevas mucho tiempo ahí dentro... -
Kyuhyun llamó a la puerta, pero yo no contesté, me miraba a mí mismo como quien
mira a un monstruo, yo sabía que no había sido culpa mía, pero me sentía
culpable... y sucio. - Sungmin?
Ahora las lágrimas caían sin control alguno, eclipsando con
los flashbacks de la noche anterior los momentos maravillosos de hace tan solo
unos minutos.
- Sungmin, voy a entrar. - Y entró. La puerta se abrió y
Kyuhyun me miró con los ojos abiertos como platos. Recorriendo mi cuerpo y
reparando en todas y cada una de las heridas, yo también le miré, seguramente
con la misma mirada rota con la que me había estado observando hace diez
segundos.
- Cómo vas a quererme así? - susurré arrodillándome en el
suelo frío del baño y agachando la cabeza, intentando inútilmente tapar con las
manos mis numerosas magulladuras. Kyuhyun me observaba desde la puerta del baño,
envuelto ahora en una bata azul que contrastaba con su piel blanca y su cabello
castaño. - Como vas a poder quererme si estoy así?
En realidad no quería que me escuchase decir aquello, pero
las palabras salían a trompicones de mi boca, apenas audibles debido al agua de
la ducha. Levanté un poco mi cabeza mirándome de perfil en aquel inmenso espejo
y apreciando por primera vez una herida sangrante en mi costado, aquella sí la
recordaba, los dientes de Zhoumi se habían clavado en mí incompasivos a mis
gritos de auxilio. La rocé levemente con los dedos y un dolor me invadió
haciendo que inmediatamente volviese a llorar. Quién iba a querer a alguien
lleno de marcas y tan apestosamente débil que no fuese capaz de defenderse
cuando están a punto de violarlo?
Miré a Kyuhyun, estaba inmóvil y me miraba aterrado, seguro
que de un momento a otro saldría corriendo y se iría de nuevo.
- Lo siento... - le
miré de nuevo. - Perdóname Sungmin...
- Qué? - la confusión se apoderó de mí en cuanto Kyuhyun se
acercó y se tiró a mi lado, abrazándome suavemente mientras sollozaba en mi
cuello. Sollozaba? Sí, Las lágrimas de Kyuhyun resbalaban por mi pecho, algunas
parándose en arañazos y dejándome un leve escozor a su paso.
- Fue todo culpa mía... Todo por intentar proteger lo más
importante para mí... - apenas se le entendía entre sollozos e hipidos. Yo ya
no lloraba, mi cerebro no procesaba tanto como para poder soltar lágrimas y
entender las de otro al miso tiempo.
- Para proteger lo más importante?
- Para protegerte a ti. - Me miró a los ojos y me rozó los
labios con los suyos, muy suavemente, seguramente para no hacerme daño, ya que
también tenía algún que otro golpe en éstos. Se separó en seguida, recordando
mi norma antes dicha sobre el "skinship". - Perdóname.
- Yo... No entiendo lo que me quieres decir... Cómo va a ser
culpa tuya?
Suspiró y se secó las lágrimas, furioso consigo mismo, yo le
miraba atónito, estaba más perdido y confuso que nunca y no sabía qué hacer...
Por suerte no hizo falta que hiciese nada; Kyuhyun me puso un albornoz, apagó
la ducha y me cogió de nuevo en brazos colocándome otra vez en la que supuestamente
era la cama de Kibum.
- Está bien... - Se sentó en la cama de enfrente con las
manos cruzadas y mirando al suelo fijamente. - Te voy a contar mi historia,
Sungmin, y la de Zhoumi. Por qué he sido así durante estos meses y por qué
necesitaba alejarte de mí.
Le miré curioso y me acomodé en la cama, tenía la impresión
de que sería una historia larga y no muy fácil de contar.
*Flasback*
- Septiembre, 1998-
- Mamá, a dónde vamos?
- Un niño en el asiento trasero de un Mercedes negro protestaba por tener que
salir de casa y abandonar su partida de videojuegos, mientras su madre le
repeinaba una y otra vez, intentando que el pelo rebelde de su hijo se amoldase
a su gusto.
- A un entierro
cariño. Estate quieto, que te arrugas la ropa!
- Yo no quiero ir.
- No es que tengas
opción... - intervino el padre con voz grave mientras le pedía al chófer que se
diese más prisa.
Era un día lluvioso,
muy apropiado para un entierro, ya que la lluvia tiene la cualidad de añadir
dramatismo a las cosas. Bajaron del coche y cubiertos por tres paraguas del
mismo color oscuro que sus ropas, se unieron al grupo de gente que se juntaba
alrededor de dos cajas de madera oscura cubiertas de rosas blancas. Kyuhyun no
entendía qué hacía él allí, observaba las expresiones de la gente, y nadie
sonreía, las mujeres llevaban gafas de sol aunque el tiempo era horrible y los
hombres mantenían tensa la mandíbula como si intentasen no llorar. De pronto,
analizando a las personas, Kyuhyun se topó con la mirada de un niño, más o
menos debía de tener su edad y altura, y le miraba inexpresivo, manteniendo
firmemente sujeta la mano de una anciana que lloraba desconsoladamente.
- Hola. - Kyuhyun se
dio la vuelta y miró a aquel muchacho de ojos grandes y pelo negro.
- Kyuhyun Ah... Saluda
a Zhoumi. - La madre de Kyuhyun entró en acción mientras el padre le daba el
pésame a la anciana. - Es el hijo de unos amigos nuestros, ya os conocisteis
antes, no te acuerdas?
Kyuhyun le miró con
desconfianza, aunque le daba pena por otra parte. Era el hijo de los muertos,
era obvio porque nadie hacía otra cosa
más que sonreírle y ofrecerle comida que el niño siempre rechazaba con una
sonrisa. No, no le recordaba, pero le
daba curiosidad cómo alguien que acaba de perder a sus padres lucía tan
tranquilo.
- Vamos a jugar? -
preguntó el niño desconocido.
- Claro, por qué no? -
Kyuhyun le siguió, intentando recordar el nombre que su madre le acababa de
decir. Zhoumi.
Desde ese momento,
ambos, los dos muchachos, crecieron juntos. Cuándo la abuela de Zhoumi falleció
un año después, el niño se mudó con la familia Cho, a la inmensa mansión que
éstos poseían y se criaron como hermanos, o al menos eso creían al principio.
-Marzo 2006-
- Una graduación
preciosa, chicos! - La madre de Kyuhyun corría detrás de los dos muchachos
sacándoles fotos cada tres segundos con las togas y los birretes. - A la escuela
superior los dos ya... Qué mayores sois! - Sacó un pañuelo del bolso y de la
forma más dramática posible, se puso a llorar. - Mis niños... - sollozaba entre
los brazos de su marido quien apenas podía aguantar la risa.
- Buen trabajo chicos,
ambos habéis tenido grandes calificaciones! Hay grandes escuelas con las
puertas abiertas para gente trabajadora y estudiosa como vosotros. - El padre
sonreía con orgullo mientras acariciaba la espalda de su esposa. - Estoy orgulloso de que seáis mis hijos.
Kyuhyun ya se había
acostumbrado a que sus padres tratasen a Zhoumi como a un hijo más, aunque por
un lado le dolía que toda su familia también lo hiciese. Los regalos de navidad
siempre eran iguales para ambos, él ya no tenía prioridad ninguna por ser el
hijo biológico, y en los estudios Zhoumi también era mejor, siempre el número
uno de la clase, mientras Kyuhyun era el eterno segundón. Los profesor siempre
hablaban de los brillantes hermanos Cho, pero Zhoumi era el ojito derecho de
todos, y con las chicas también, siempre caían rendidas a sus pies, pues aunque
ambos eran buenos en los deportes, quien destacaba era Zhoumi, aunque Kyuhyun
jamás había sabido de ninguna novia suya o de que le gustase alguien...
Kyuhyun estaba tirado
en su cama, mirando al techo, cuando llamaron a la puerta.
- Sí?
- Soy yo. - La voz de
Zhoumi, siempre alegre, llegó a sus oídos.
- Pasa. - La puerta se
abrió y Zhoumi entró, cerrándola tras de sí.
- Qué pasa? - preguntó
Kyuhyun, mirándole curioso.
Zhoumi se sentó en la
silla del escritorio y giraba lentamente, con una sonrisa en la boca, sin
quitar la vista de encima a Kyuhyun.
- Quiero hablar
contigo... - Frenó la silla y se acercó aún subido en ésta hasta la cama donde
Kyuhyun descansaba. - Ahora que hemos terminado los exámenes y ya no hay riesgo
de que te desconcentres.
Zhoumi sonreía
brillantemente, Kyuhyun se olía algo, pero no sabía qué era. Había algo
distinto en él.
- Dime. - dijo por fin
tras una pausa silenciosa.
- Hoy... Taeyeon me ha
pedido salir.
Kyuhyun se incorporó
rápidamente. Qué? Que le había pedido salir? Algo se rompió en su interior,
pero no sabía el qué...
- Aaaaam... - intentó
aparentar calma, aunque en su interior quería explotar. Lo peor? Que no sabía
por qué.
- Qué debería decirle?
- Zhoumi le miraba con sus ojos grandes y negros como la noche.
- No lo sé... Tú qué
piensas? - Kyuhyun estaba confuso. No sabía qué decir. Toda la vida había
odiado un poco a Zhoumi por robarle la mitad de cada miembro de su familia,
pero... Y si ahora le quitaban a Zhoumi? Era su amigo, su hermano... Su
hermano? No... Jamás le había visto como tal, solamente como un intruso en su
casa, pero no un intruso desagradable, quizás alguien con quien tenía una
relación extraña, más allá de la fraternal pero sin llegar a nada más.
- Hombre... ella es
guapa, no? - Zhoumi volvió a girar sobre la silla, mientras jugueteaba con su
camiseta nervioso.
- No lo sé. Qué
quieres que te diga? - Kyuhyun observaba cómo su amigo giraba una y otra vez
sin aspecto alguno de marearse. De
pronto, Zhoumi frenó, y rápido como jamás Kyuhyun le había visto, se abalanzó
encima suya, quedando ambos tumbados encima de la cama del primogénito.
- Quiero que me pidas
que la rechace. - Kyuhyun tragó saliva, por muy cercanos que ellos fuesen, no
estaba acostumbrado a que se tirase encima de él en su cama. - Pídemelo, por
favor...
Los ojos de Zhoumi se
habían vuelto suplicantes, su sonrisa había desaparecido y por primera vez
desde que se conocían, Kyuhyun le había visto una expresión de tristeza en el
rostro. Inconscientemente, alargó la mano y le acarició la mejilla. Zhoumi era
hermoso, jamás le había visto de aquella manera, sus facciones estilizadas, su
piel pálida y tersa, sus ojos grandes y
expresivos, su cuerpo delgado y esbelto... Era una obra de arte con vida
propia. Antes de darse siquiera cuenta, ambos se perdían en una espiral de
besos y caricias prohibidas, intentando hacer el menor ruido posible,
acariciándose y conociendo partes del cuerpo del otro que ni siquiera conocían
del suyo propio. Y ahí, en aquella cama, en aquella casa conservadora como la
que más, y tras una tarde de cumplidos académicos, ambos perdieron su
virginidad.
Los dos hermanos Cho,
eran aparentemente solo hermanos ante el público, buenos amigos que jugaban y
eran divertidos y graciosos, pero cuando el telón se bajaba, ambos se querían y
no solamente dándose el amor fraternal que supuestamente debían, si no amor que
ellos creían que sería para siempre. Pero todo cambió.
-Que te quieres cambiar
de colegio? - Preguntó el padre de Kyuhyun mirándole sorprendido.
- Sí, siempre tengo
que ir al mismo colegio que mi... - tragó saliva - hermano. Pero yo no quiero
estar permanentemente a su sombra, no quiero ser conocido por ser el pequeño de
los hermanos Cho, quiero que me conozcan por quién soy, mi nombre completo.
- Pero Kyuhyun... eso
lo conseguirías si estudiases más.
Kyuhyun dio un
puñetazo a la inmensa mesa de roble macizo de su padre. Que estudiase más? Era
la persona que más estudiaba en el país, en el continente! Lo que no entendía
era como Zhoumi podía sacar semejante calificaciones solamente leyéndose el
libro una vez por encima. Era tan frustrante...
- No te estoy pidiendo
permiso papá, te estoy avisando. He encontrado una gran escuela en Corea, iré
allí. Es un colegio interno, así que no tendréis que preocuparos de que coma
bien o que me secuestren. - Kyuhyun sonrió a sus padres y abandonó la estancia,
dejando tras de sí un silencio incómodo y miradas de confusión.
- Cómo que te vas? -
Zhoumi escandalizado perseguía a Kyuhyun por toda la habitación. - Y yo qué?
- Tú te quedas. -
Kyuhyun le sonrió y se dirigió al armario a recoger la maleta más grande que encontrase.
- Por qué no me lo
habías dicho? Podríamos haberlo hablado! Por qué te vas? Y aún encima tan
lejos! Estarás en el otro lado del planeta!
- Y? Ahora existe el
teléfono, internet... Será como si no estuviésemos separados! - Kyuhyun
esquivaba los agarres que Zhoumi intentaba.
- No te irás. - Zhoumi
empezó a reír. - No me creo que realmente te vayas a ir... No te lo permitiré.
No me vas a dejar. No vas a ser como esos idiotas de mis padres que me
abandonaron!
Zhoumi respiraba
agitadamente mientras Kyuhyun le miraba sorprendido y asustado. Qué le pasaba?
- Zhoumi... tus padres
no te abandonaron, fallecieron!
- Mentira, eso fue lo
que quisieron que la gente creyera, pero me dejaron solo con esa estúpida vieja
que luego también me abandonó! - Zhoumi reía y reía, su cara se estaba poniendo
roja y Kyuhyun estaba claramente asustado.
- Cree lo que quieras
Zhoumi, pero yo me voy. - Abrió la puerta de la habitación invitando a su
supuesto hermano a que saliese. Zhoumi le miró incrédulo pero finalmente sonrió
y se dirigió a la puerta y salió por ella como si nada. - Ah, y lo siento, pero
yo también te dejo.
La sonrisa de Zhoumi
desapareció en cuestión de décimas de segundo, y justo cuando iba a decir algo,
Kyuhyun cerró la puerta. Puede parecer cruel lo que hizo, pero hacía tiempo que
Zhoumi ya no era el mismo, era muy posesivo, no dejaba ni que saludase a la
gente, y si estaba a solas con alguien, él no paraba hasta que conseguía
acoplarse al lugar. Kyuhyun estaba empezando hasta a sentir miedo, y para ser
sinceros, esa era realmente la razón por la que abandonaba la ciudad.
- Cuando te irás? -
Preguntó la madre durante la cena. Zhoumi apretó los cubiertos entre las manos
mirando a Kyuhyun de reojo.
- En dos semanas. -
contestó, ignorando las miradas-
- Pero es curso no empieza
hasta dentro de dos meses, no? Por qué vas ahora? Tienes ya dónde quedarte
hasta que el colegio abra los dormitorios? - el padre de Kyuhyun preguntaba sin
parar, intentaba ocultar la preocupación que sentía por que su hijo fuese a
abandonar el nido e irse tan lejos.
- Hay un hotel en el
centro de Seúl que no está nada mal, y como van a ser dos meses de alojamiento
pues me hacen precio. Además, en ese tiempo me dará tiempo a perfeccionar el
coreano, que lo tengo un poco abandonado... Solamente lo hablo en casa.
- Qué? Un Hotel? Y eso
me toca pagarlo a mí, no? - El padre estalló en furia, lo del dinero no era
ninguna tontería en esa familia, y Zhoumi reía entre dientes convencido de que
ahora no dejarían a Kyuhyun irse.
- No, lo pagaré yo
papá. Tengo mis ahorros guardados, y cuando llegue a Seúl trabajaré como
profesor temporal en una academia, lo tengo todo planeado.
Sus padres le miraban
no muy convencidos y Zhoumi había dejado de reír.
- Tengo dinero! -
protestó el hijo, levantándose de la mesa. - Me iré, y entonces cuando vuelva,
me veréis como una persona completamente nueva!
Kyuhyun se levantó de
la mesa y se dirigió a su cuarto, donde se encerró y echó el pestillo, últimamente
se había olvidado de hacerlo y Zhoumi se saltaba a la torera la privacidad, así
que intentaba no olvidar cerrar bien la puerta.
Abrió los ojos ante el
ruido de unos golpes en la puerta, aquel día era el día del vuelo, quién le
estaba molestando?
- Kyuhyunnie... -
canturreó Zhoumi detrás de la puerta.
Kyuhyun alargó la mano
hasta el despertador. Eran las 4 de la madrugada, por qué le estaba
despertando? Escuchaba sus uñas arañar la puerta de la estancia, mientras el
mayor canturreaba suavemente una y otra vez aquel apodo cariñoso que le había
puesto de pequeño.
- Qué quieres? -
Preguntó aún desperezándose de la cama.
- Ábreme la puerta. -
susurró entre risitas.
- Vete a dormir
Zhoumi, es muy tarde! O temprano, depende de por donde lo mires...
Kyuhyun agudizó el
oído ante el silencio que se había hecho después de sus palabras. Suspiró al
escuchar unos sollozos tras la puerta, era demasiado bonito para ser cierto que
el acosador de su hermano le hubiese hecho caso.
- Qué te pasa? - le
preguntó acercándose a la puerta, cuyo pomo se movía incansable por culpa de
Zhoumi que no se rendía intentando abrirla.
- Te vas tan lejos...
- Y?
- Y si te enamoras de
otro? - Kyuhyun guardó silencio. Había querido mucho a su hermano el tiempo que
fueron más que eso, le había amado, pero ahora ya no, un día se despertó sin
sentir nada por él, no era culpa suya, no había podido evitarlo, pero Zhoumi no
parecía haberlo aceptado.
- Pasará lo que tenga
que pasar Zhoumi, ya no estamos juntos.
Escuchó de nuevo una
risa al otro lado de la puerta.
- No permitiré que te
enamores de otro... Eso no pasará, solamente me amas a mí, para siempre, no me
abandonarás, jamás.
Kyuhyun cerró los ojos,
le dolía que su amigo, su hermano, hubiese alcanzado aquel nivel de obsesión y
de locura, le asustaba... le daba pena.
- Perdóname Zhoumi.
Siete horas después,
en el aeropuerto se escuchaba por megafonía la llamada para los pasajeros del
vuelo 703 con destino a Seúl, Corea.
- Mi hijo... que se
va... - La madre de nuevo lloraba melodramática entre los brazos de su fornido
marido.
- Cuídate mucho, hijo.
Y ya sabes... - Se liberó de los brazos de su esposa y se acercó hasta su hijo,
susurrándole al oído.- Si necesitas dinero... no dudes en llamar.
Kyuhyun sonrió, al
final de todo, cuando estaba al límite, su padre siempre acababa cediendo y
derrumbándose.
- De acuerdo padre.
- Zhoumi, no piensas
decirle nada a tu hermano? - Bramó su padre ocultando las lágrimas como podía.
- Ayer ya le dije todo
lo que le tenía que decir. - Zhoumi sonrió fríamente e inclinó la cabeza a modo
de despedida. - Adiós Kyuhyunnie, no me olvides. - rió entre dientes y se dio
la vuelta, desapareciendo entre los cientos de pasajeros que caminaban en
dirección a las puertas de embarque.
- Volveré el verano
que viene... - dijo Kyuhyun intentando borrar de su mente esa sonrisa
siniestra. - No me extrañéis mucho! - rió.
- Quién va a
extrañarte? - protestó su padre. - Venga, vete! Que se te va el avión y ya he
pagado el billete!
Su madre le sonrió a
su hijo, y cuando se alejaba, le hizo un gesto con la mano.
"Llámanos!",
interpretó Kyuhyun. Asintió y tras mostrar el pasaporte, desapareció entre los
transeúntes.
-Fin-
Noona~ no me digas que termina aca ¬ 3 ¬) Quiero más YA! Amo el Kyumin y como noona lo escribe~
ResponderEliminarAigoo... quizás seas nuestro primer lector masculino! xD
EliminarNunca me habían llamado noona... me siento feliz (y vieja) .-. Aún así, muchas gracias por leernos, espero que lo sigas haciendo y que te gusten mucho!
Ah, y tranquilo, que esto no termina aquí ;D