3 de enero de 2013

♥KyuMin♥ Cap. 22


Abrí los ojos lentamente, incapaz de ocultar la sonrisa que se formó en mis labios al contemplar su rostro justo delante del mío, con aquella respiración relajada que hacía que su pecho subiese y bajase en un ritmo perfecto e hipnótico. No pude evitarlo, alargué mi brazo intentando moverme lo menos posible para no despertarle y le acaricié tímidamente la mejilla, como si fuese una obra de arte que pudiese ser rota si se trataba descuidadamente.  Definitivamente, aquel era el chico al que yo amaba, le había extrañado tanto que necesitaba 365 días para volver a grabarle dentro de mí de nuevo, recordar uno a uno todos aquellos pequeños detalles que me sabía de memoria pero que las lágrimas se habían llevado sin compasión alguna. Aquel lunar en el cuello, o cómo arrugaba la nariz cuando sentía frío... Necesitaba volver a verlo todo, poco a poco. Le tapé con la sábana cuidadosamente cuando sus brazos me rodearon a la velocidad del rayo, haciendo que casi me diese un infarto por la sorpresa.
- Kyuhyun, qué haces? - murmuró algo que no logré entender, aún estaba durmiendo? Miré el reloj, marcaba las 07:31 de la mañana, normal que estuviese durmiendo... Sonreí como un bobo, echaba tanto de menos aquel olor inconfundible... el aroma propio de Kyuhyun era mejor que cualquier perfume de marca cara y frasco de diseñador, notaba su piel en contacto con la mía, aquella suavidad que ni la seda podía igualar. Acaricié sus antebrazos sin borrar la sonrisa, y cuidadosamente me di la vuelta entre ellos, no quería que me soltase, solamente quería verle, contemplar su rostro mientras dormía como había hecho segundos antes, acariciar su rostro sin que él se diese cuenta y quedarme así para siempre.
- Kyuhyun... Sabes cuánto te quiero? - le susurré, deseando que no me escuchase. - Porque ni yo mismo lo sé... Solamente sé que es más que a nada y que a todo, lo eres todo para mí... - apoyando mi cabeza en su pecho, de la misma forma de la que me dormí la noche anterior, cerré los ojos, acariciándole el torso con la punta de los dedos y sonriendo como una colegiala que duerme por primera vez con su príncipe azul soñado. Recordé vagamente lo ocurrido la noche anterior, haciendo que mi sonrisa se volviese más débil hasta desaparecer, dirigiendo mi mirada hacia mis propios brazos, aprecié las marcas rojas que Zhoumi me había hecho al agarrarme con tanta fuerza. De pronto, unas manos sujetaron gentilmente mi brazo, haciendo que mi mirada se dirigiese a Kyuhyun, quien acababa de despertarse.
- Kyuhyun...
Él no dijo nada, solamente observó mi brazo serio, y tras mirarme a los ojos, besó mis marcas y mis golpes suavemente, sonriéndome después e incorporándose sin importarle mi peso.
- Buenos días Sungmin. - Sonrió con dulzura y rodeándome la cintura me abrazó tiernamente. Aquella sensación, la calidez, la tranquilidad, el sentirse protegido... Si eso no es felicidad, qué lo es?
- Buenos días... - susurré tímidamente aún entre sus brazos.
No parecía importarme estar sentado encima de mi novio, quien solamente llevaba puesta su ropa interior, solamente quería quedarme así todo el tiempo posible...
- Aaaaah! - un gritito histérico salió de mi boca (inconscientemente) cuando Kyuhyun se levantó, cargándome en brazos como si fuese un bebé y no pesase mis kilitos, dejándome sentado en la cama de enfrente, mirándole a los ojos y apreciando su sonrisa, tan perfecta y preciosa, tal y como yo la recordaba...
- Por qué chillas, bobo? - rió sentándose en el suelo, justo delante mía.
- No sé... - era cierto, no lo sabía, me había salido solo... Supongo que tenía complejo de princesa tras una noche tan perfecta.
Kyuhyun rió, bajando la mirada unos segundos para después volver a mirarme a mí sin borrar en ningún momento la sonrisa. Ambos nos mirábamos a los ojos, el tiempo parecía detenerse cuando lo hacíamos, mi respiración se aceleró un poco cuando asomé por un segundo la cabeza al mundo real y fui consciente del estado en el cual se encontraba mi novio... Estaba desnudo, bueno, casi, delante mía, a él no parecía importarle y desde luego tampoco parecía ser consciente del efecto que eso podía causar en mí... o sí? Kyuhyun se acercó con un aire furtivo hacia mí, quien no podía apartar la mirada de aquellos ojos oscuros, tan oscuros que no sabrías decir si eran negros o del color chocolate más intenso. Estaba a escasos centímetros de mi rostro, ya no sonreía, yo tampoco, pero en ese preciso momento recordé: "Una vez te quise Zhoumi! Pero tienes que superar que ya no quiero volver a tenerte en mi vida!" El grito de Kyuhyun rebotó en mi cabeza, haciendo que girase la cara justo cuando sus labios iban a tomar contacto con los míos.
Le miré a los ojos de nuevo, poniendo una mano en su pecho y empujándole hacia atrás suavemente mientras le pedía disculpas con la mirada. Él me observaba claramente confuso.
- Ocurre algo? - preguntó con preocupación.
Negué con la cabeza mientras sonreía intentando tranquilizarle. - No ocurre nada... Pero no voy a hacerlo.
- El qué?
- Besarte. - sus ojos oscuros se agrandaron, dándole un aspecto divertido y si hacemos caso a mi maldad y lado cómico del asunto, dándole un suave parecido a una rana.
- Nunca más? - No pude hacer otra cosa que echarme a reír, lo había dicho con un tono de niño pequeño encaprichado al que no le van a devolver su juguete, y me dio muchísima pena verle sentadito en el suelo, prácticamente desnudo y mirándome con sus ojos de rana triste.
- Ya veremos, pero hasta que no me expliques lo que me tienes que explicar, no va a haber más skinship entre nosotros. - sonreí y me levanté dirigiéndome al baño, y observé que aunque seguía con la misma posición en el suelo, su mirada había cambiado. Estaba preocupado? Por qué? Habían sido muchos mese de abstinencia, yo también necesitaba ya un beso (como mínimo) de él, pero no podía acercarme tanto a él sin recordar las palabras que había gritado la noche anterior... Por qué tanto misterio? No podía ser tan grave... O sí?
Escuchaba el agua de la ducha mientras observaba mi cuerpo desnudo en el espejo, lleno de marcas rojas y moradas, que en contraste con mi piel pálida me daban un aspecto lúgubre y patético... Parecía que me habían pegado una paliza a la salida del colegio, y ni siquiera había recibido ni un solo golpe por parte de Zhoumi, solamente fuerza y presión... Un escalofrío me recorrió el cuerpo al recordarlo con más detalle, no muy claramente gracias al alcohol, y una lágrima resbaló por mi mejilla. Por qué lloraba? Ni yo mismo estaba muy seguro... No sabía si era porque me dolía el cuerpo, o por decepción, traición, desilusión... Yo ya no sabía nada...
- Sungmin, estás bien? Llevas mucho tiempo ahí dentro... - Kyuhyun llamó a la puerta, pero yo no contesté, me miraba a mí mismo como quien mira a un monstruo, yo sabía que no había sido culpa mía, pero me sentía culpable... y sucio. - Sungmin?
Ahora las lágrimas caían sin control alguno, eclipsando con los flashbacks de la noche anterior los momentos maravillosos de hace tan solo unos minutos.
- Sungmin, voy a entrar. - Y entró. La puerta se abrió y Kyuhyun me miró con los ojos abiertos como platos. Recorriendo mi cuerpo y reparando en todas y cada una de las heridas, yo también le miré, seguramente con la misma mirada rota con la que me había estado observando hace diez segundos.
- Cómo vas a quererme así? - susurré arrodillándome en el suelo frío del baño y agachando la cabeza, intentando inútilmente tapar con las manos mis numerosas magulladuras. Kyuhyun me observaba desde la puerta del baño, envuelto ahora en una bata azul que contrastaba con su piel blanca y su cabello castaño. - Como vas a poder quererme si estoy así?
En realidad no quería que me escuchase decir aquello, pero las palabras salían a trompicones de mi boca, apenas audibles debido al agua de la ducha. Levanté un poco mi cabeza mirándome de perfil en aquel inmenso espejo y apreciando por primera vez una herida sangrante en mi costado, aquella sí la recordaba, los dientes de Zhoumi se habían clavado en mí incompasivos a mis gritos de auxilio. La rocé levemente con los dedos y un dolor me invadió haciendo que inmediatamente volviese a llorar. Quién iba a querer a alguien lleno de marcas y tan apestosamente débil que no fuese capaz de defenderse cuando están a punto de violarlo?
Miré a Kyuhyun, estaba inmóvil y me miraba aterrado, seguro que de un momento a otro saldría corriendo y se iría de nuevo.
- Lo siento...  - le miré de nuevo. - Perdóname Sungmin...
- Qué? - la confusión se apoderó de mí en cuanto Kyuhyun se acercó y se tiró a mi lado, abrazándome suavemente mientras sollozaba en mi cuello. Sollozaba? Sí, Las lágrimas de Kyuhyun resbalaban por mi pecho, algunas parándose en arañazos y dejándome un leve escozor a su paso.
- Fue todo culpa mía... Todo por intentar proteger lo más importante para mí... - apenas se le entendía entre sollozos e hipidos. Yo ya no lloraba, mi cerebro no procesaba tanto como para poder soltar lágrimas y entender las de otro al miso tiempo.
- Para proteger lo más importante?
- Para protegerte a ti. - Me miró a los ojos y me rozó los labios con los suyos, muy suavemente, seguramente para no hacerme daño, ya que también tenía algún que otro golpe en éstos. Se separó en seguida, recordando mi norma antes dicha sobre el "skinship". - Perdóname.
- Yo... No entiendo lo que me quieres decir... Cómo va a ser culpa tuya?
Suspiró y se secó las lágrimas, furioso consigo mismo, yo le miraba atónito, estaba más perdido y confuso que nunca y no sabía qué hacer... Por suerte no hizo falta que hiciese nada; Kyuhyun me puso un albornoz, apagó la ducha y me cogió de nuevo en brazos colocándome otra vez en la que supuestamente era la cama de Kibum.
- Está bien... - Se sentó en la cama de enfrente con las manos cruzadas y mirando al suelo fijamente. - Te voy a contar mi historia, Sungmin, y la de Zhoumi. Por qué he sido así durante estos meses y por qué necesitaba alejarte de mí.
Le miré curioso y me acomodé en la cama, tenía la impresión de que sería una historia larga y no muy fácil de contar.

*Flasback*

- Septiembre, 1998-

- Mamá, a dónde vamos? - Un niño en el asiento trasero de un Mercedes negro protestaba por tener que salir de casa y abandonar su partida de videojuegos, mientras su madre le repeinaba una y otra vez, intentando que el pelo rebelde de su hijo se amoldase a su gusto.
- A un entierro cariño. Estate quieto, que te arrugas la ropa!
- Yo no quiero ir.
- No es que tengas opción... - intervino el padre con voz grave mientras le pedía al chófer que se diese más prisa.
Era un día lluvioso, muy apropiado para un entierro, ya que la lluvia tiene la cualidad de añadir dramatismo a las cosas. Bajaron del coche y cubiertos por tres paraguas del mismo color oscuro que sus ropas, se unieron al grupo de gente que se juntaba alrededor de dos cajas de madera oscura cubiertas de rosas blancas. Kyuhyun no entendía qué hacía él allí, observaba las expresiones de la gente, y nadie sonreía, las mujeres llevaban gafas de sol aunque el tiempo era horrible y los hombres mantenían tensa la mandíbula como si intentasen no llorar. De pronto, analizando a las personas, Kyuhyun se topó con la mirada de un niño, más o menos debía de tener su edad y altura, y le miraba inexpresivo, manteniendo firmemente sujeta la mano de una anciana que lloraba desconsoladamente.
- Hola. - Kyuhyun se dio la vuelta y miró a aquel muchacho de ojos grandes y pelo negro.
- Kyuhyun Ah... Saluda a Zhoumi. - La madre de Kyuhyun entró en acción mientras el padre le daba el pésame a la anciana. - Es el hijo de unos amigos nuestros, ya os conocisteis antes, no te acuerdas?
Kyuhyun le miró con desconfianza, aunque le daba pena por otra parte. Era el hijo de los muertos, era obvio porque nadie  hacía otra cosa más que sonreírle y ofrecerle comida que el niño siempre rechazaba con una sonrisa.  No, no le recordaba, pero le daba curiosidad cómo alguien que acaba de perder a sus padres lucía tan tranquilo.
- Vamos a jugar? - preguntó el niño desconocido.
- Claro, por qué no? - Kyuhyun le siguió, intentando recordar el nombre que su madre le acababa de decir. Zhoumi.
Desde ese momento, ambos, los dos muchachos, crecieron juntos. Cuándo la abuela de Zhoumi falleció un año después, el niño se mudó con la familia Cho, a la inmensa mansión que éstos poseían y se criaron como hermanos, o al menos eso creían al principio.
-Marzo 2006-
- Una graduación preciosa, chicos! - La madre de Kyuhyun corría detrás de los dos muchachos sacándoles fotos cada tres segundos con las togas y los birretes. - A la escuela superior los dos ya... Qué mayores sois! - Sacó un pañuelo del bolso y de la forma más dramática posible, se puso a llorar. - Mis niños... - sollozaba entre los brazos de su marido quien apenas podía aguantar la risa.
- Buen trabajo chicos, ambos habéis tenido grandes calificaciones! Hay grandes escuelas con las puertas abiertas para gente trabajadora y estudiosa como vosotros. - El padre sonreía con orgullo mientras acariciaba la espalda de su esposa. -  Estoy orgulloso de que seáis mis hijos.
Kyuhyun ya se había acostumbrado a que sus padres tratasen a Zhoumi como a un hijo más, aunque por un lado le dolía que toda su familia también lo hiciese. Los regalos de navidad siempre eran iguales para ambos, él ya no tenía prioridad ninguna por ser el hijo biológico, y en los estudios Zhoumi también era mejor, siempre el número uno de la clase, mientras Kyuhyun era el eterno segundón. Los profesor siempre hablaban de los brillantes hermanos Cho, pero Zhoumi era el ojito derecho de todos, y con las chicas también, siempre caían rendidas a sus pies, pues aunque ambos eran buenos en los deportes, quien destacaba era Zhoumi, aunque Kyuhyun jamás había sabido de ninguna novia suya o de que le gustase alguien...
Kyuhyun estaba tirado en su cama, mirando al techo, cuando llamaron a la puerta.
- Sí?
- Soy yo. - La voz de Zhoumi, siempre alegre, llegó a sus oídos.
- Pasa. - La puerta se abrió y Zhoumi entró, cerrándola tras de sí.
- Qué pasa? - preguntó Kyuhyun, mirándole curioso.
Zhoumi se sentó en la silla del escritorio y giraba lentamente, con una sonrisa en la boca, sin quitar la vista de encima a Kyuhyun.
- Quiero hablar contigo... - Frenó la silla y se acercó aún subido en ésta hasta la cama donde Kyuhyun descansaba. - Ahora que hemos terminado los exámenes y ya no hay riesgo de que te desconcentres.
Zhoumi sonreía brillantemente, Kyuhyun se olía algo, pero no sabía qué era. Había algo distinto en él.
- Dime. - dijo por fin tras una pausa silenciosa.
- Hoy... Taeyeon me ha pedido salir.
Kyuhyun se incorporó rápidamente. Qué? Que le había pedido salir? Algo se rompió en su interior, pero no sabía el qué...
- Aaaaam... - intentó aparentar calma, aunque en su interior quería explotar. Lo peor? Que no sabía por qué.
- Qué debería decirle? - Zhoumi le miraba con sus ojos grandes y negros como la noche.
- No lo sé... Tú qué piensas? - Kyuhyun estaba confuso. No sabía qué decir. Toda la vida había odiado un poco a Zhoumi por robarle la mitad de cada miembro de su familia, pero... Y si ahora le quitaban a Zhoumi? Era su amigo, su hermano... Su hermano? No... Jamás le había visto como tal, solamente como un intruso en su casa, pero no un intruso desagradable, quizás alguien con quien tenía una relación extraña, más allá de la fraternal pero sin llegar a nada más.
- Hombre... ella es guapa, no? - Zhoumi volvió a girar sobre la silla, mientras jugueteaba con su camiseta nervioso.
- No lo sé. Qué quieres que te diga? - Kyuhyun observaba cómo su amigo giraba una y otra vez sin aspecto alguno de marearse.  De pronto, Zhoumi frenó, y rápido como jamás Kyuhyun le había visto, se abalanzó encima suya, quedando ambos tumbados encima de la cama del primogénito.
- Quiero que me pidas que la rechace. - Kyuhyun tragó saliva, por muy cercanos que ellos fuesen, no estaba acostumbrado a que se tirase encima de él en su cama. - Pídemelo, por favor...
Los ojos de Zhoumi se habían vuelto suplicantes, su sonrisa había desaparecido y por primera vez desde que se conocían, Kyuhyun le había visto una expresión de tristeza en el rostro. Inconscientemente, alargó la mano y le acarició la mejilla. Zhoumi era hermoso, jamás le había visto de aquella manera, sus facciones estilizadas, su piel pálida y tersa, sus ojos grandes  y expresivos, su cuerpo delgado y esbelto... Era una obra de arte con vida propia. Antes de darse siquiera cuenta, ambos se perdían en una espiral de besos y caricias prohibidas, intentando hacer el menor ruido posible, acariciándose y conociendo partes del cuerpo del otro que ni siquiera conocían del suyo propio. Y ahí, en aquella cama, en aquella casa conservadora como la que más, y tras una tarde de cumplidos académicos, ambos perdieron su virginidad.
Los dos hermanos Cho, eran aparentemente solo hermanos ante el público, buenos amigos que jugaban y eran divertidos y graciosos, pero cuando el telón se bajaba, ambos se querían y no solamente dándose el amor fraternal que supuestamente debían, si no amor que ellos creían que sería para siempre. Pero todo cambió.
-Que te quieres cambiar de colegio? - Preguntó el padre de Kyuhyun mirándole sorprendido.
- Sí, siempre tengo que ir al mismo colegio que mi... - tragó saliva - hermano. Pero yo no quiero estar permanentemente a su sombra, no quiero ser conocido por ser el pequeño de los hermanos Cho, quiero que me conozcan por quién soy, mi nombre completo.
- Pero Kyuhyun... eso lo conseguirías si estudiases más.
Kyuhyun dio un puñetazo a la inmensa mesa de roble macizo de su padre. Que estudiase más? Era la persona que más estudiaba en el país, en el continente! Lo que no entendía era como Zhoumi podía sacar semejante calificaciones solamente leyéndose el libro una vez por encima. Era tan frustrante...
- No te estoy pidiendo permiso papá, te estoy avisando. He encontrado una gran escuela en Corea, iré allí. Es un colegio interno, así que no tendréis que preocuparos de que coma bien o que me secuestren. - Kyuhyun sonrió a sus padres y abandonó la estancia, dejando tras de sí un silencio incómodo y miradas de confusión.
- Cómo que te vas? - Zhoumi escandalizado perseguía a Kyuhyun por toda la habitación. - Y yo qué?
- Tú te quedas. - Kyuhyun le sonrió y se dirigió al armario a recoger la maleta más grande que encontrase.
- Por qué no me lo habías dicho? Podríamos haberlo hablado! Por qué te vas? Y aún encima tan lejos! Estarás en el otro lado del planeta!
- Y? Ahora existe el teléfono, internet... Será como si no estuviésemos separados! - Kyuhyun esquivaba los agarres que Zhoumi intentaba.
- No te irás. - Zhoumi empezó a reír. - No me creo que realmente te vayas a ir... No te lo permitiré. No me vas a dejar. No vas a ser como esos idiotas de mis padres que me abandonaron!
Zhoumi respiraba agitadamente mientras Kyuhyun le miraba sorprendido y asustado. Qué le pasaba?
- Zhoumi... tus padres no te abandonaron, fallecieron!
- Mentira, eso fue lo que quisieron que la gente creyera, pero me dejaron solo con esa estúpida vieja que luego también me abandonó! - Zhoumi reía y reía, su cara se estaba poniendo roja y Kyuhyun estaba claramente asustado.
- Cree lo que quieras Zhoumi, pero yo me voy. - Abrió la puerta de la habitación invitando a su supuesto hermano a que saliese. Zhoumi le miró incrédulo pero finalmente sonrió y se dirigió a la puerta y salió por ella como si nada. - Ah, y lo siento, pero yo también te dejo.
La sonrisa de Zhoumi desapareció en cuestión de décimas de segundo, y justo cuando iba a decir algo, Kyuhyun cerró la puerta. Puede parecer cruel lo que hizo, pero hacía tiempo que Zhoumi ya no era el mismo, era muy posesivo, no dejaba ni que saludase a la gente, y si estaba a solas con alguien, él no paraba hasta que conseguía acoplarse al lugar. Kyuhyun estaba empezando hasta a sentir miedo, y para ser sinceros, esa era realmente la razón por la que abandonaba la ciudad.
- Cuando te irás? - Preguntó la madre durante la cena. Zhoumi apretó los cubiertos entre las manos mirando a Kyuhyun de reojo.
- En dos semanas. - contestó, ignorando las miradas-
- Pero es curso no empieza hasta dentro de dos meses, no? Por qué vas ahora? Tienes ya dónde quedarte hasta que el colegio abra los dormitorios? - el padre de Kyuhyun preguntaba sin parar, intentaba ocultar la preocupación que sentía por que su hijo fuese a abandonar el nido e irse tan lejos.
- Hay un hotel en el centro de Seúl que no está nada mal, y como van a ser dos meses de alojamiento pues me hacen precio. Además, en ese tiempo me dará tiempo a perfeccionar el coreano, que lo tengo un poco abandonado... Solamente lo hablo en casa.
- Qué? Un Hotel? Y eso me toca pagarlo a mí, no? - El padre estalló en furia, lo del dinero no era ninguna tontería en esa familia, y Zhoumi reía entre dientes convencido de que ahora no dejarían a Kyuhyun irse.
- No, lo pagaré yo papá. Tengo mis ahorros guardados, y cuando llegue a Seúl trabajaré como profesor temporal en una academia, lo tengo todo planeado.
Sus padres le miraban no muy convencidos y Zhoumi había dejado de reír.
- Tengo dinero! - protestó el hijo, levantándose de la mesa. - Me iré, y entonces cuando vuelva, me veréis como una persona completamente nueva!
Kyuhyun se levantó de la mesa y se dirigió a su cuarto, donde se encerró y echó el pestillo, últimamente se había olvidado de hacerlo y Zhoumi se saltaba a la torera la privacidad, así que intentaba no olvidar cerrar bien la puerta.
Abrió los ojos ante el ruido de unos golpes en la puerta, aquel día era el día del vuelo, quién le estaba molestando?
- Kyuhyunnie... - canturreó Zhoumi detrás de la puerta.
Kyuhyun alargó la mano hasta el despertador. Eran las 4 de la madrugada, por qué le estaba despertando? Escuchaba sus uñas arañar la puerta de la estancia, mientras el mayor canturreaba suavemente una y otra vez aquel apodo cariñoso que le había puesto de pequeño.
- Qué quieres? - Preguntó aún desperezándose de la cama.
- Ábreme la puerta. - susurró entre risitas.
- Vete a dormir Zhoumi, es muy tarde! O temprano, depende de por donde lo mires...
Kyuhyun agudizó el oído ante el silencio que se había hecho después de sus palabras. Suspiró al escuchar unos sollozos tras la puerta, era demasiado bonito para ser cierto que el acosador de su hermano le hubiese hecho caso.
- Qué te pasa? - le preguntó acercándose a la puerta, cuyo pomo se movía incansable por culpa de Zhoumi que no se rendía intentando abrirla.
- Te vas tan lejos...
- Y?
- Y si te enamoras de otro? - Kyuhyun guardó silencio. Había querido mucho a su hermano el tiempo que fueron más que eso, le había amado, pero ahora ya no, un día se despertó sin sentir nada por él, no era culpa suya, no había podido evitarlo, pero Zhoumi no parecía haberlo aceptado.
- Pasará lo que tenga que pasar Zhoumi, ya no estamos juntos.
Escuchó de nuevo una risa al otro lado de la puerta.
- No permitiré que te enamores de otro... Eso no pasará, solamente me amas a mí, para siempre, no me abandonarás, jamás.
Kyuhyun cerró los ojos, le dolía que su amigo, su hermano, hubiese alcanzado aquel nivel de obsesión y de locura, le asustaba... le daba pena.
- Perdóname Zhoumi.
Siete horas después, en el aeropuerto se escuchaba por megafonía la llamada para los pasajeros del vuelo 703 con destino a Seúl, Corea.
- Mi hijo... que se va... - La madre de nuevo lloraba melodramática entre los brazos de su fornido marido.
- Cuídate mucho, hijo. Y ya sabes... - Se liberó de los brazos de su esposa y se acercó hasta su hijo, susurrándole al oído.- Si necesitas dinero... no dudes en llamar.
Kyuhyun sonrió, al final de todo, cuando estaba al límite, su padre siempre acababa cediendo y derrumbándose.
- De acuerdo padre.
- Zhoumi, no piensas decirle nada a tu hermano? - Bramó su padre ocultando las lágrimas como podía.
- Ayer ya le dije todo lo que le tenía que decir. - Zhoumi sonrió fríamente e inclinó la cabeza a modo de despedida. - Adiós Kyuhyunnie, no me olvides. - rió entre dientes y se dio la vuelta, desapareciendo entre los cientos de pasajeros que caminaban en dirección a las puertas de embarque.
- Volveré el verano que viene... - dijo Kyuhyun intentando borrar de su mente esa sonrisa siniestra. - No me extrañéis mucho! - rió.
- Quién va a extrañarte? - protestó su padre. - Venga, vete! Que se te va el avión y ya he pagado el billete!
Su madre le sonrió a su hijo, y cuando se alejaba, le hizo un gesto con la mano.
"Llámanos!", interpretó Kyuhyun. Asintió y tras mostrar el pasaporte, desapareció entre los transeúntes.

-Fin-

2 comentarios:

  1. Noona~ no me digas que termina aca ¬ 3 ¬) Quiero más YA! Amo el Kyumin y como noona lo escribe~

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    1. Aigoo... quizás seas nuestro primer lector masculino! xD
      Nunca me habían llamado noona... me siento feliz (y vieja) .-. Aún así, muchas gracias por leernos, espero que lo sigas haciendo y que te gusten mucho!
      Ah, y tranquilo, que esto no termina aquí ;D

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