2 de enero de 2014

[VIXX ONESHOT] Hyde: Just let me be by your side.

Abrí los ojos y mi mirada se dirigió instintivamente al despertador que tenía al lado. Era casi medio día... Las 11:40 del día 31 de Diciembre. "Fin de año...", pensé mientras me incorporaba lentamente y arrastraba mis pies a través del cuarto hasta la ducha.
- Buenos días, Leo! - N canturreaba villancicos desde la cocina, emocionado. No le respondí, no era necesario malgastar saliva con él... "Es tan molesto... Siempre gritando..."
- Leo-Hyung! - Cerré los ojos y tragué saliva para no amordazarlos a todos y tener un poco de calma en el piso. "Jamás me dejarán llegar a la ducha, lo sé." Me giré y al ver sus ojos brillantes mi mal humor desapareció en un abrir y cerrar de ojos. "Hyuk..." Nunca había sido bueno expresándome, por eso siempre prefería que los demás intuyesen lo que pasaba por mi mente, y este pequeño siempre había sido bueno en eso.
- Hyung! - Repitió, con una sonrisa alegre en el rostro, le miré e hice un amago de sonrisa. Se dio por satisfecho y me tendió un paquetito. Lo miré y luego volví a dirigir mi mirada hacia él, confuso. - Sé que por Navidad no me tocaste tú en el amigo invisible, pero hoy es Fin de Año y quería regalarte algo.
Lo tomé y bajé la mirada avergonzado. - Gracias. - Susurré y ahogué una sonrisa. Hyuk soltó una de sus risitas musicales y se alejó de mí en dirección a los demás, que se peleaban por el mando de la televisión en el salón. Le observé unirse a la lucha y la sonrisa ahogada resurgió a mis labios de forma natural.


Antes de que otro de los miembros viniese a interrumpirme, me encerré en el baño y empecé a dejar correr el agua de la ducha, esperando a que saliese caliente. Me desnudé y entonces volví a reparar en la cajita que me había dado. Me acerqué con cautela y la abrí lentamente. Tomé el pequeño marco que descansaba en su interior y observé atentamente la fotografía. Noté un nudo de emoción en la garganta y de nuevo, la sonrisa apareció en mi boca. Hyuk me sonreía desde la derecha de la foto, rodeándome con el brazo en un momento tierno de hace unos dos años.

- Tenéis que haceros cercanos! No podéis seguir así porque, además, entorpecéis el trabajo del equipo! - N nos reñía a Sanghyuk y a mí. Aparté la mirada, odiaba las reprimendas, pero el pequeño mantenía la mirada baja y asentía. N suspiró y lo siguiente que hizo fue salir de la sala y dejarnos encerrados dentro. - Ya saldréis cuando seáis capaces de dirigiros dos palabras agradables seguidas!
Levanté la mirada, sorprendido, pero ya era demasiado tarde. La puerta estaba cerrada y Sanghyuk estaba tan tenso que parecía una estatua. Resoplé y me senté en una colchoneta, enfrente de él. Él me miraba desde su posición, inmóvil.
No recuerdo cuánto tiempo pasó, pero al final me estaba poniendo tan nervioso que me levanté, le tomé por los hombros y le obligué a sentarse justo donde yo estaba hace unos instantes. Me senté a su lado. Hyuk me miró, confuso, y le devolví la mirada.
- Hyung... - Se la retiré, no porque estuviese enfadado, sino porque acababa de darme cuenta de que el pequeño Hyuk era adorable desde un plano tan cercano. Y me estaba sintiendo nervioso en lugar de incómodo. Volví a mirarle de reojo y entonces le vi a él, rojo como un tomate, mirando fijamente al suelo.
- Taekwoon Hyung... Tú me odias? - Abrí los ojos y le miré extrañado.
- Por qué debería? - Respondí en un susurro. Él me miró entonces, ahora era él el sorprendido.
- Porque nunca me hablas... De hecho, no esperaba que me fueses a responder ahora. - Una sonrisa tímida se formó en su rostro, y yo me quedé hipnotizado mirándola. No me di cuenta del por qué hasta que ya fue muy tarde.
- No suelo hablar mucho... - Volví a murmurar. Su sonrisa se amplió.
- Entonces ya soy feliz! - Exclamó incorporándose. Tenía miedo de que me odiases y por eso me alejaba de ti, pero si es porque hablas poco no importa... Hay gente que habla demasiado, no crees? - colocó las manos alrededor de su boca y susurró el nombre de N. Me eché a reír sin poder evitarlo. Era muy tierno.
- Amigos? - Me tendió la mano, sorprendiéndome y cortándome la risa. Le miré a la cara. Tenía una sonrisa radiante, derrochaba alegría, brillaba... Asentí y la tomé.

Sanghyuk decidió entonces que había que inmortalizar el momento. Volvió a sentarse a mi lado, cogió su teléfono móvil y nos sacó una fotografía para enseñársela a N. No me podía creer que la hubiese guardado todo este tiempo. Volví a meter la foto con cuidado en la caja para que no se estropease con la humedad y me metí en la ducha. Me sentía terriblemente feliz, pero mi corazón era consciente de que solo era un detalle por ser el mayor, por eso no debía hacerme ilusiones.
"Es imposible que me siga queriendo después de tanto tiempo, verdad?" Sentía el agua correr por mi espalda, empapándome y trayendo con ella recuerdos felices y tristes al mismo tiempo.

- Leo-Hyung... - Bajé el libro que estaba leyendo y dirigí mi mirada hacia él, quien se mantenía asomado a la puerta de mi cuarto con una sonrisa tímida y las mejillas ligeramente sonrosadas. Esa visión hizo que mi estómago se encogiese. - Puedo pasar? - Dejé el libro en la mesilla como única respuesta y él asintió, cerrando la puerta tras de sí y acercándose a mí con las manos a su espalda.
- Tachááááááán! - Con un movimiento rápido, me entregó el paquete que traía escondido y se sentó de un salto en mi cama. Le miré sorprendido y confuso. - Feliz cumpleaños! Es el primero que pasamos juntos desde el debut!
- Pero... ya me hicisteis un evento hoy... - Susurré, mientras observaba el intento de envoltura que le había hecho a la caja. Llena de cinta adhesiva y arrugas.
- Bueno, pero yo quería regalarte algo. - Movía las manos nervioso y me indicó con la mirada que lo abriese. Obedecí y saqué un perrito de peluche con un corazón colgado en el collar. - He grabado algo en el collar. - Explicó. - Pero no lo puedes escuchar ahora, trae mala suerte! Hoy por la noche, cuando estén todos durmiendo, escúchala. - Se incorporó a la velocidad del rayo y salió corriendo por la puerta, aunque de refilón pude ver su rostro aún más rojo que el corazoncito del cachorro inanimado. - Espero que te haya gustado el regalo! Felicidades, Hyung!

De nuevo en mi cuarto, abrí el armario y del fondo de un cajón, saqué el perrito. Acaricié su cabecita con delicadeza, imaginando que quizás fuese la de mi pequeño, y presioné el corazón aprovechando que todos habían ido a hacer la compra.
- Cumpleaños feliiiiiiz~ Cumpleaños Feliiiiiiiiiz~ Te deseo, Taekwoonnie Hyung, cumpleaños feliiiiiiz! - Sonreí con ternura. - Hola Hyung! Soy Sanghyuk! Supongo que ahora no estarás nada contento porque te he hecho un regalo que hace ruido... Pero siempre puedes quitarle las pilas! Soy una persona práctica! - De nuevo, otra sonrisa al escucharle reír a través del pequeño altavoz. - Hyung... - De repente, su tono de voz cambió radicalmente. Me preparé a mi mismo para volver a escuchar esas palabras por milésima vez. - Te quiero mucho... Pero... No como quiero a los demás Hyungs... Yo... Mmmm... Creo que me he enamorado de ti, Taekwoon Hyung, pero no era capaz de decírtelo en persona y por eso se me ocurrió esto... Perdóname si te ha molestado! Entenderé que no quieras volver a hablarme o a mirarme... Pero... si por casualidad quieres responderme... Te estaré esperando esta noche en el salón, cuando todos duerman. De verdad que entendería que no quisieras volver a hablarme! Está bien! No te sientas forzado a nada, Hyung! No quiero eso... Solo quiero que sepas cómo me siento... Mmmm... Bueno... Esto es todo... Buenas noches, Hyung! Feliz cumpleaños! ... Te quiero... -

Abracé el peluche al escuchar las palabras finales siendo susurradas, y me acuclillé en el suelo con el animalito entre mis brazos, maldiciéndome por haber sido tan estúpido aquella noche, por no haber entendido mis sentimientos y no haber sido capaz de atravesar la puerta y corresponderle. Porque sí, yo quería a Hyukkie, pero me había dado cuenta tarde, muy tarde...
Aún así, Hyuk amaneció a la mañana siguiente en el sofá, yo estaba con N cuando le despertó, y su rostro no dejó ver ni un ápice de dolor ni de enfado... Simplemente nos sonrió como si nada y se disculpó por haberse dormido allí. Me dedicó uno de sus cotidianos "Buenos días, Hyung!" y se dirigió a la ducha dando saltitos.
Yo, tan sólo una semana después, me di cuenta de que también estaba enamorado de él al verle quedarse dormido en la sala de prácticas. Cuando le cargué hasta el dormitorio, al sentirle abrazar mi espalda, o cuando refunfuñaba en sueños por no estar cómodo o tener frío... O cuando hundía el rostro en mi pelo y murmuraba mi nombre sonriendo... Esos gestos dejaron que mi mente se abriese y se diese cuenta de lo que estaba pasando en mi interior. Pero era tarde... Y yo no era tan valiente como Sanghyuk. Yo jamás me había confesado a nadie... Y era tan malo expresándome con palabras que seguro que la fastidiaría... Por eso, aún casi un año y medio después, sigo guardándome mis sentimientos y viviendo el máximo silencio posible.
- Odio esto... - Le susurré al perrito, que me miraba con sus ojos de plástico brillantes. - La impotencia de no poder expresarme como quisiera... Y ahora seguro que es demasiado tarde... Quién sería tan tonto de esperar años por una respuesta?
Me tumbé en la cama y apreté del nuevo el corazón del animalito, escuchando la voz de Hyuk una y otra vez hasta quedarme dormido de nuevo.

- Leo! - N entró en mi cuarto como un huracán, dándome un susto de muerte y, de paso, despertándome. - Mueve ese culito y prepárate! Vamos a comer!
Me restregué los ojos y me quedé helado al ver a Hyuk en la puerta, dejando salir a N, que iba a poner la mesa. Yo no era el único helado. Hyuk miraba al perrito que descansaba entre mis brazos con una expresión clarísima de pánico. "Mierda."
- Yo... Esto no... - Intenté explicárselo pero, como de costumbre, las palabras no querían salir. Me sentía estúpido.
- No pensé que lo hubieses guardado... - Murmuró y dibujó una sonrisa suave en su rostro. Tras unos segundos mirándonos, Hyuk bajó la mirada y cambió su expresión melancólica por una alegre, la que solía usar siempre. - Hyung! Hongbin ha comprado pollo! Nos lo vamos a comer todo, así que date prisa o te quedarás sin comida hasta la cena! - Fruncí el ceño. Hyuk ni me miraba al hablarme, como solía hacer. Cerró la puerta tras de sí al acabar su actuación, porque eso había sido claramente teatro puro, y cerró la puerta al salir.
Miré al chucho con el ceño aún fruncido. Me costaba mucho generalmente entender a la gente, y más aún a la gente entenderme a mí, pero esto me había descolocado por completo.
- A qué venía esa expresión? - Murmuré recordando la cara de Hyuk al ver el peluche. Obviamente, no obtuve respuesta, así que lo devolví al fondo del cajón, coloqué la foto de Hyuk sobre la mesa de noche y salí de mi cuarto antes de que esas bestias devorasen hasta los huesos del pollo.

- Quién cocinará esta noche? - Preguntó Ravi con la boca llena de arroz. Le miré con reproche y tragó enseguida. - Es fin de año, deberíamos celebrarlo bien!
- Piedra, papel o tijera? - Preguntó Hongbin.
- Eso es de críos! - Chilló Ken con una voz excesivamente aguda. - Juguemos a ver quién da la nota más alta!
Todos ignoramos su sugerencia.
- Yo creo que lo bonito sería que lo hiciésemos entre todos... Para que sea más significativo. - N sonrió de forma maternal y nos miró con ternura.
- No sería mala idea si no fuese porque siempre que trabajamos en equipo, tú te escaqueas. - Reprochó Hongbin.
- Qué exagerado eres, Binnie! - Protestó N.
Hyuk se mantenía en silencio, comiendo sin parar, como si no tuviese fondo. Le observé, también en silencio, preocupado por lo que podría estar pasando por su cabeza.
- Leo, tú qué opinas? - Ken me integró en la discusión sin que nadie se lo pidiese, por supuesto. Me encogí de hombros como única respuesta.
- Yo voto por lo de hacerlo entre todos... Pero cuando digo todos, quiero decir TODOS. - Ravi recalcó con especial énfasis la palabra y todos rieron y acordaron hacer eso.
- Bueno, habrá que dividir las tareas entonces... - N sacó un bloc de notas del mueble que tenía a sus espaldas y un bolígrafo del bolsillo. - Chef principal? Yo, por supuesto. - Sonrió alegremente a todas las quejas de los demás. - Pinches? Binnie y Ken. Limpieza? Ravi, que es un negado de los alimentos. Y... me faltáis vosotros dos... - Hyuk y yo levantamos la mirada, temiendo lo peor. - Id a la compra, que faltan cositas por coger.
- Hyung! - Hyuk se apresuró en mostrar su desacuerdo con el plan. Eso me dolió... Antes nunca habría tenido objeción en estar conmigo. - Hemos ido a la compra hace tan solo unas horas!
- La compra de la comida, pequeño, pero si hacemos cena de fin de año hay que hacerla bien!
De nada sirvieron las quejas de Hyuk, N hizo una lista rápida y se la dio junto a un sonoro beso en la mejilla que solo sirvió para que Hyuk se quejase aún más... Y para hacer que la vena del cuello se me hinchase. "Eso era necesario?" - Te parece bien, Leo?
Miré a Hyuk de reojo, que observaba a N con resignación, y asentí con un suspiro. Discutir con él era tontería, siempre acabaría ganando de una forma y otra.

Recogimos la mesa entre todos y yo volví a mi cuarto. Aún tenía un rato para descansar antes de que el lío de la maldita cena empezase.
- Hyung? - Escuché llamar a la puerta, pero ésta no se abrió. - Soy Hyuk...
Me sorprendí, pero me dirigí a la puerta y la abrí. Hyuk bajó la mirada en cuanto mis ojos se toparon con los suyos y empezó a mover las manos, como siempre que hacía cuando estaba nervioso. Le indiqué con la mano que pasase y obedeció en silencio, pero se quedó en medio del cuarto sin tomar asiento.
- Estabas ocupado?
- Está bien. - Murmuré.
- Ah... - Tragó saliva. - Esto... Está bien que vayamos juntos al supermercado?
Le miré, interrogante. Me encantaba eso de Hyuk... Nunca había tenido que usar demasiadas palabras para entenderme con él... Solamente una mirada y él sabía lo que yo quería decir... Jamás nadie lo había entendido tan claramente como él.
- Es que... El muñeco... He pensado que quizás estarías enfadado por haber vuelto a escuchar esas estupideces y tal... - "Estupideces!?" Me incorporé de la cama de un salto, sorprendiéndole.
- No, yo... - "Ahora, Leo... Explícaselo todo! Ahora es el momento ideal!" La idea la tenía clarísima, pero mi mente no reaccionaba. Resoplé frustrado y miré al parqué. Me odiaba a mí mismo.
- Hyung. - La voz seria de Hyuk me hizo mirarle. - Eso ya pasó. Siento haberte hecho pasar por un momento incómodo y prometo que no volverá a pasar. He madurado en este tiempo y he corregido errores. Por eso creo que lo mejor es olvidar lo que ha ocurrido hoy y hacer como si nunca hubiese pasado, no?
No tenía palabras. Un error? Yo era un error? Estupendo...
No tuve más remedio que asentir y recibir con los brazos abiertos la sonrisa del pequeño.
- Perfecto entonces. Prepárate, que en un rato nos vamos, que N ya ha tomado el mando de la cocina y esto parece un reality show! - Rió y salió del cuarto, dejándome a mí dentro con mi frustración y mi tristeza. Porque sí, escuchar de la persona a la que quería que yo no había sido más que un error, una confusión, y además que su confesión, a la que tantas veces me había aferrado en momentos difíciles, no era más que una sarta de estupideces, me ponía profundamente triste. Pero de qué servía eso? Tampoco sabía expresarlo. Toda la vida había sido una persona que interiorizaba las cosas, pero... Había llegado un momento en el que sentía que me sobrepasaba.

Me puse los guantes en cuanto salimos del edificio y nos dirigimos al supermercado más cercano.
- Tenemos que ir a uno grande! Así tendremos todo en el mismo local y no tendremos que andar de paseo por ahí! - Hyuk iba memorizando la lista y quejándose de que había cosas completamente innecesarias. Asentí y busqué en el teléfono el supermercado más grande que tuviésemos alrededor. Había uno no muy lejos y nos encaminamos hacia allí.
- Jamás había estado aquí, y tú? - Negué con la cabeza mientras desenganchaba un carrito en la entrada del sitio y ambos nos adentrábamos en el inmenso supermercado. No pude evitar sonreír cuando vi la boca de Hyuk abrirse de par en par al observar la inmensidad del sitio. - Es gigante!
Asentí sin borrar la sonrisa y le quité la lista para empezar nuestra tarea.
No sé en qué momento Hyuk me tomó del brazo, pero estaba firmemente agarrado y no se soltaba. Quizás tenía miedo a perderse, pero la verdad es que no me importaba en absoluto, al contrario; me sorprendió lo cómodo que me resultó su contacto.
- Oppa! - Hyuk y yo nos giramos al escuchar a una niña detrás de nosotros. Era minúscula, no debía de tener más de cuatro años. Hyuk sonrió y se agachó hasta quedar a su altura.
- Hola, señorita! - Saludó alegremente, arrancándome otra sonrisa. Me agaché con él y saludé a la pequeña con la mano. - En qué podemos ayudarte?
- Oppa, me he perdido... - La pequeña hizo un puchero que sólo alimentó más nuestras sonrisas. - No encuentro a mi madre... Qué debo hacer? - Hyuk me miró y yo me encogí de hombros.
- La adoptamos temporalmente? Puede que nos encontremos con su madre mientras hacemos la compra... Y si no ya avisamos a seguridad. - No me pareció mala idea, así que tomé a la niña entre mis brazos y la coloqué en el carrito. Ella parecía feliz rodeada de verduras y alimentos varios.
- Ahora sois mis papás! - La pequeña reía feliz mientras Hyuk le ponía caras. - Tú eres el papá número uno! - me señaló y luego señaló a Hyuk. - Y tú eres su novia, mi otro papá!
Hyuk y yo nos miramos de reojo, noté como una suave incomodidad empezaba a espesarse en el ambiente.
- Un momento... - Murmuró Hyuk, cambiando su expresión. - Y por qué soy yo la novia, eh? - Le reprochó a la pequeña entre risas y empezó a hacerle cosquillas. La niña chillaba y reía como una loca mientras yo intentaba calmar mi interior observando a esos dos seres, cada cual más infantil que el otro, jugar.
En ese momento me replanteé muchas cosas... Yo sabía que en este mismo instante estaba enamorado de Hyuk, pero... Y mañana? Llevaba estándolo un par de años, pero eso qué significaba? Y el día de mañana? Y dentro de veinte años? Yo jamás me había enamorado de un hombre... No podría tener hijos, ni una familia normal, que siempre había sido mi sueño... No podríamos casarnos, jamás enseñaría a mis hijos a andar en bicicleta o jugar al fútbol...
Le miré una vez más. Volvía a tener tomado mi brazo, y estaba observando atentamente la inmensa nevera de natas y yogures en busca de la marca que N había anotado. Verle ahí, atento con la niña, concentrado en algo tan banal, esforzándose hasta en esto... Hizo que todo lo demás me diese igual. Yo quería pasar el resto de mis días viendo esa expresión, esa sonrisa brillante y sus ojos almendrados. Escuchando sus quejas y sus risas, sus comentarios y sus dudas, ayudándole en lo posible y estando día sí y día también junto a él... Si dentro de veinte años no estábamos juntos, pues es la vida, pero actualmente mi vida y Sanghyuk van unidas, pegadas la una a la otra, y eso era lo que más claro tenía.
- Creo que esto es todo... - Murmuró poniendo un pavo en el carro. - No me parece normal que hayamos comido pollo y ahora vayamos a comer pavo, pero bueno... Ellos sabrán! Yo solo quiero comer! - Sonreí y él rió.
- Jieun! - Una señora corrió hacia nosotros.
- Mamá! - Nuestra pequeña abrió los brazos para recibir a su madre, que nos miró con desconfianza. - Mamá, ellos son mis oppas-appas! - Sí, ese era el apodo que nos había quedado a lo largo de la compra. - Me han cuidado y me han regalado esto!
Le enseñó con orgullo una piruleta a su madre, la misma que Hyuk llevaba en el bolsillo hace unas horas. La madre parecía más tranquila después de inspeccionarla una y otra vez por si le habíamos roto algo o robado alguno de sus organitos.
- Gracias por cuidarla... Es una inquieta y en cuanto me despisto desaparece! - Nos dijo la mujer, colocando a la niña en su carro.
- Es preciosa, nos lo hemos pasado muy bien con ella. - Respondió Hyuk, despidiéndose con la mano.
- Sois pareja? - Miré a la señora, incrédulo. "Será cotilla...!?"
Hyuk se echó a reír y negó con la cabeza. Nos despedimos de nuestra niña adoptada temporal y fuimos a pagar.
- Oye, te has dado cuenta de que no nos ha reconocido nadie? - Dijo Hyuk, cargando con sus  bolsas de regreso a casa. - Me siento tan poco idol en estos casos... - Hizo un puchero  y acto seguido se echó a reír. Sonreí y asentí. - Pero me hace querer trabajar más duro! Para que todo el mundo me señale y diga: Ese es Hyuk de VIXX! Tú no?
Asentí con una sonrisa y, por fin, llegamos a casa.

- Me van a tener que amputar los dedos por tu culpa! - Hyuk nada más dejar las bolsas en la cocina, fue a lloriquearle a N. - Míralos! Están morados! Todo por el peso de tu maldito pavo y tus verduras varias de guarnición!
N reía ante los gritos del maknae sin darles más importancia de la mínima obligatoria.
- Cómo vais? - Me acerqué a Hongbin, que daba vueltas a una olla que parecía contener un tipo de sopa no identificable.
- Pues... Bien... Bajo la dictadura del Líder, pero bien. - Rió y asentí, dándole unas palmaditas en el hombro como único ánimo. Yo ya había cumplido y me iba a mi cuarto a descansar y a pensar en el día de hoy.

Después de tumbarme en mi cama durante dos horas eternas, me levanté y, siguiendo las órdenes de N, busqué un traje en el fondo del armario.
- No sé para qué tengo que arreglarme si no vamos ni a salir de casa... - Murmuré mientras me abotonaba la camisa.
En ese mismo momento que terminaba de meterme la camisa por dentro de los pantalones, llamaron por enésima vez a la puerta en lo que iba de día. "Me la van a gastar...", pensé mientras ésta se abría sin esperar respuesta.
- Hyung! - Hyuk se metió a mil por hora en mi cuarto, cerrando tras de sí y echando el pestillo justo a tiempo para que N se diese de morros contra ella. - Ayúdame!
Enarqué una ceja mientras escuchaba a N chillando al otro lado de la puerta y al pobre Hyuk a medio vestir con la respiración cortada por la carrera.
- Eres el maknae! Tienes que obedecer!
- No me voy a poner un vestido! Déjame vivir!
- Jamás!
N golpeaba la puerta sin cesar, Hyuk se metió en mi armario y de repente me vi en una situación completamente absurda. Resoplé, armándome de la escasa paciencia que tengo, y avancé a zancadas hasta la puerta, abriéndola con brusquedad y sorprendiendo a N, que sostenía un vestido de gala en la mano. Lo observé y luego le dediqué una mirada aprensiva.
- Tengo que interpretar la situación como que estás dándole golpes a mi puerta y pegando gritos cerca de mi habitación, a sabiendas de cuánto odio el ruido, porque quieres que el enano se travista? - N tragó saliva y se empezó a hacer pequeño. - Es eso, Líder? Me estás molestando por otro de tus estúpidos fetiches? - N ya era del tamaño de un tomate cherry cuando escondió el vestido a su espalda y negando suavemente con la cabeza, desapareció tras la puerta de su cuarto. Cerré entonces la mía y tras asegurarla con el pestillo, abrí las puertas del armario para evitar que Hyuk falleciese por falta de oxígeno.
- Gracias, Hyung... - Susurró, saliendo con cuidado del armario y recolocando la ropa que había desordenado a su paso. Cerró las puertas y se apoyó en el armario, resoplando.
Le miré el pecho prácticamente desnudo; traía la camisa a medio abrochar y lo abrochado no estaba precisamente ordenado... Parecía que llevaba puesto un harapo.
- Huy! Lo siento, Hyung! Las prisas... - Hyuk se dio cuenta del lugar en el que mis ojos estaban fijos y empezó a abotonarse la camisa. Tragué saliva. Algo empezaba a arder en mi interior... Algo desconocido deseaba que en vez de arreglarse la camisa, hiciese lo contrario.
En un arrebato, tomé sus manos temblorosas y húmedas por el sudor. "Está nervioso?" No podía comprobarlo, me sentía demasiado violento con solo pensar en mirarle a la cara, pero mis manos comenzaron a moverse solas y a desabotonar de nuevo todos y cada uno de los botones.
- Hyung? - Alcé la mirada, encontrándome con un niño, porque al fin y al cabo no era más que un crío, con los ojos brillantes y el rostro colorado. Quise sonreír, pero no salió de mí, de hecho mis manos empezaron a abotonar su camisa de nuevo mientras mi cerebro emitía órdenes confusas que ni él mismo entendía. Llegué a la zona de su clavícula y echando un último y rapidísimo vistazo a su piel virgen, cerré el telón de seda blanca.
Me aparté de él, con la mirada baja y con ganas de morirme de la vergüenza. Le había tocado... Yo, por mi propia voluntad! No me lo podía creer... Pero ahora llegaba el temor, o más bien pánico, a su reacción. Entonces, noté un lazo alrededor de mi cuello, un lazo negro y ancho...
- Si te vas a arreglar, hazlo bien. - Susurró, mientras temblaba como un flan intentando atarme la corbata. Temblaba mucho y yo no lograba entender por qué. Levantó la mirada, encontrándose con mis ojos, y al ver esa expresión nerviosa y tímida, llorosa y confusa, algo nació en ese momento en mi interior. Tomé sus manos y, dejando caer la corbata al suelo, las coloqué en mi nuca, acercándole a mí, y con un intento muy patético de decisión, le rodeé la cintura.
Hyuk tragó saliva, pero no se alejó en ningún momento de mi cuerpo. En ese momento intenté aproximarle algo más a mí, y para mi sorpresa tampoco se resistió. Notaba su pecho respirando aceleradamente junto al mío, sus manos entrelazadas sobre mi nuca, e incluso alguna discreta caricia de sus dedos en mi pelo. Nos mirábamos a los ojos, nada más, intento averiguar qué pensaba el otro, pero ninguno dejaba mostrar ni una pizca de lo que cruzaba su mente.
Algo se cruzó por mi mente en ese momento... Llamémosle arranque de locura o quizás falta de control, pero me acerqué a sus labios muy despacio, y Hyuk no alejaba su rostro al ver al mío aproximarse. Poco a poco, acortando la distancia de una forma eterna, Hyuk cerró los ojos y entonces la distancia murió. Un casto y puro beso, solo eso, era lo que necesitaba para conseguir abrir mi interior, la caja de mis sentimientos amordazados. Rocé sus labios con los míos muy suavemente, despacito, lo justo para no asustarle y yo calmar este ardor que sentía en el pecho. Pude sentir sus manos aferrarse a mi cuello, pegándome aún más a él y convirtiendo la caricia en un choque brusco pero en absoluto indeseado. Correspondí y sentí cómo abría levemente la boca; un desafío que no iba a rechazar, y me adentré en ella, saboreándola y recorriéndola con ansias. "Cómo podía haber vivido antes sin esto?", pensé el instante antes de que Hyuk abriese los ojos y me diese un empujón, alejándome de él y dejándome con frío, mucho frío.
- Sanghyuk, yo... - Tarde. Hyuk se había secado las lágrimas que apenas me había dejado ver y había salido corriendo por la puerta. Caí sobre mis rodillas y pegué un puñetazo en la alfombra. Uno? No... Muchos más... Descargué mi rabia y mi confusión hasta que mis nudillos ardieron y sintieron el dolor de la piel desprenderse. - Yo te quiero... - Sollocé, secándome las lágrimas con rabia e ignorando el escozor del líquido salado en mis heridas.
- A CENAAAAAAAAAAAAR!
- N, que no grites!
- Calla, Hongbin!

Juro, por todo lo que conozco, que jamás en toda mi vida había vivido un momento tan incómodo como esa cena. Todos riendo y bebiendo, mientras que yo cumplía mi papel de alma en pena del grupo y a Hyuk parecía que le había atropellado un camión.
- Podías haberte peinado un poco al menos, no? - Le riñó el líder. La única respuesta que obtuvo fue un encogimiento de hombros y un sollozo.
- Déjale! Seguro que aún le duele el brazo... - La excusa que el pequeño había dado a los demás para explicar su deplorable aspecto y su falta de alegría era que se había caído de la litera y se había hecho mucho daño. "Es una excusa patética..." - Quieres que vayamos a una farmacia? O al hospital? - Hongbin le observaba con preocupación. Hyuk negó con la cabeza sin levantar la mirada y rompió mi corazón un poco más. Podía soportar mi propio dolor, pero verle sufrir a él? Verle triste? Sin su sonrisa permanente? Prefería morir a vivir viendo eso.
- Le voy a traer hielo para que se lo ponga, por si acaso. - Dijo Ravi, levantándose.
- No queda! Tráele guisantes congelados! - Miré a Ken, siempre me sorprendían sus comentarios absurdos y fuera de lugar... Nunca sabías con qué podría salir.
Ravi no dijo nada y simplemente obedeció, tendiéndoselos a Hyuk, que los aceptó con un amago de sonrisa y se los colocó en el brazo. Negué levemente con la cabeza y continué comiendo. No tenía nada de hambre, pero prefería forzarme a aguantar el interrogatorio que me harían.
- Cuáles son vuestros deseos para el año nuevo? - Preguntó entonces Hongbin.
- Si los decimos no se cumplirán! - Replicó Hongbin.
- Eso es un mito... Solamente tienes que cambiarle las palabras y meter sinónimos por todas partes y listo! Un deseo nuevo pero que significa lo mismo! - Todos rieron ante la ocurrencia de Ken. Todos menos yo y el niño de los guisantes.
- Yo deseo... - N apoyó la cara entre sus manos, pensativo. - Yo quiero que el año que viene nos vaya tan bien como este y que seamos un VIXX mejor y más brillante.
Todos aplaudimos a nuestro líder (unos con más entusiasmo que otros...) y el turno pasó a Ken.
- Yo deseo que ganemos muchos premios, que tengamos muchas fans fieles y poder comer sin engordar! - Ahora el entusiasmo subió de nivel con su último comentario y todos rieron. Yo me conformaba con dar palmadas suaves y mal acompasadas para dar el pego.
- Hyuk? - Le llegó el turno.
Alzó la mirada y sonrió de esa forma de nuevo. "No hagas eso..." - Yo? Bueno... Yo deseo que nos vaya muy bien a todos en el futuro, y que pase lo que pase, siempre podamos seguir siendo amigos y compañeros. - Tragué saliva al pillar las indirectas y los demás aplaudieron mientras sonreían por las palabras del más pequeño.
- Pues yo deseo que N Hyung deje de acosarnos a todos el año que viene! - Gracias al comentario de Ravi, los aplausos pasaron a comentarios de apoyo a grito pelado.
- Yo deseo que Ken deje de imitar a un mosquito en los programas de televisión! - Exclamó Hongbin, recibiendo la misma reacción anterior excepto por Ken, que se metió en su papel de señora y empezó a regañar.
De repente, me encontré entre la espada y la pared.
- Y tú, Leo?
Miré a Hyuk de reojo, observando sus ojos tristes.
- Yo... - Susurré, como de costumbre. - Yo deseo poder aprender a expresarme mejor en el futuro, a decir lo que pienso y a tener el valor como para poder obtener lo que más deseo. - Hyuk bajó la mirada y tragó saliva, nervioso. Me aplaudieron no muy convencidos de mis palabras, pero lo dieron por válido.
- A brindar, no? - Ravi descorchó el champán y lo sirvió en las copas. - Feliz año nuevo, chicos!
Brindamos y le dimos un trago a la copa antes de irnos cada uno a nuestro cuarto para llamar a la familia y amigos.

Hyuk me siguió hasta mi cuarto y antes de que pudiese preguntar a qué se debía, cerró la puerta con pestillo y se giró con expresión seria.
- Tenemos que hablar, Hyung. - Se sentó en mi cama y me indicó que le imitase. Lo hice. - Por qué me besaste?
"Porque te quiero... Porque estoy enamorado de ti!". Esas palabras habrían sido ideales para el momento, pero nada salió de mi boca. Nada. Tenía un nudo en la garganta.
Hyuk me miraba, y notaba cómo sus ojos se iban humedeciendo a medida que mi silencio se prolongaba. Yo no quería eso! No quería hacerle llorar! Pero lo hice... Las lágrimas empezaron a bañar sus mejillas y asintió en silencio, bajando la mirada.
- Entiendo... Jugando, no? Está bien... No pasa nada... - Se incorporó. - Lo siento por hacerme ilusiones, Leo Hyung. No volverá a pasar. Feliz año.
- NO! - Le agarré por la muñeca y con un movimiento brusco le atraje hacia mí, aprisionándolo entre mis brazos con fuerza. - No te vayas... No te vayas... - Susurré. - NO ME DEJES SOLO!
Hyuk me miró, sorprendido por mi grito y le devolví la mirada. Estaba claramente confuso.
- Leo... Suéltame. - Murmuró. Mis brazos no se movieron ni una pulgada. Sus ojos se inundaron de nuevo y hundió su rostro en mi pecho, empapándome mientras me daba débiles puñetazos en el pecho. - No me hagas esto, Hyung... Déjame ir...
- No quiero dejarte ir, ese es el problema... Lo hice una vez, pero no volverá a pasar... No a no ser que me lo pidas. - Susurré, provocando que llorase aún más y el pánico me invadiese. No sabía qué hacer.
- Eres un idiota... Por qué esta noche? Mi propósito de año nuevo era olvidarte, sabes? Llevo seiscientas noches esperándote en ese maldito salón... Y todas las noches yéndome a dormir con la esperanza de que mañana fuera diferente... - Hyukkie sollozaba sobre mi pecho, pegándome sin descanso, pero no me importaba. Me lo merecía. Cerré los ojos, arrepentido, y posé mis labios sobre su cabeza suavemente, aspirando el olor de su pelo, su olor.
- Yo... - Llegaba mi turno de sincerarme. - Llevo enamorado de ti mucho tiempo... Ya lo estaba antes de darme cuenta siquiera... Pero cuando me di cuenta ya había pasado la noche de mi cumpleaños y creí que simplemente lo habrías dejado pasar... No sabía que me habías estado esperando... Lo siento, no me lo merezco. - Susurré, aflojando un poco la fuerza de mis brazos. Hyuk no tardó en deshacerse de ellos y alejarse un paso atrás. De nuevo, sentía frío.
- Me estás diciendo... Que me quieres? Que fue un beso de verdad? - Murmuró entre sollozos, y yo le respondí asintiendo la cabeza en silencio. - Puedo...?
Le miré confuso, pero entonces se acercó a mí y me besó. Con cuidado, con suavidad, como la primera vez. Mi cuerpo actuó por sí mismo, sujetando su cintura y aproximándole a mí. Sonrió sobre mis labios y le correspondí.
- Entonces... Ahora eres mi novio? - Sonreí aún más ampliamente por la inocencia que derrochaba. Asentí en silencio y su sonrisa se transformó en una expresión facial completa de auténtica felicidad. De un salto rodeó mi cintura con sus piernas y me abrazó.
- Te quiero, Hyung! - Reí y con una mirada le respondí. La entendió perfectamente, porque me plantó un sonoro beso en los labios que me sorprendió y me encantó al mismo tiempo. - Puedo dormir aquí hoy?
"QUÉ!?" Negué con la cabeza inmediatamente, desenredando sus piernas y dejándole con cuidado en el suelo.
- Qué? Por qué no? - Le miré con los ojos como platos. "Este niño..."
- Porque ahora... Ahora no es lo mismo.
- Pero...
- NO.
Hyuk hizo un puchero y se fue por la puerta sin despedirse. Resoplé y me dejé caer en la cama con una sonrisa en el rostro. Me daba igual que se hubiese enfadado, ahora estábamos juntos y la sensación era maravillosa.
Me incorporé al escuchar la puerta abrirse y a Hyuk entrando por ésta, volviendo a cerrarla bien cerrada, y caminando hacia mí con decisión.
- Qué te he dicho? - Susurré. Pero me hizo caso omiso. Se sentó sobre mi cadera, y empujándome sobre la cama, se recostó encima de mí y me besó con ansias. Mi cerebro daba órdenes de detenerle, pero mi cuerpo no reaccionaba.
- Hyung... - Susurró lamiéndose lentamente la saliva de la comisura de sus labios. MI saliva. - Espero que así lo entiendas mejor... Pero llevo dos años esperando esto... De verdad que no me vas a cumplir mi deseo?
- Hyuk... Yo... No... - No me dejó continuar. Me quedé hipnotizado viendo como desabrochaba los botones de su camisa uno a uno, los mismos que yo había abotonado no mucho antes. Le miré, desesperado. No sabía qué hacer... Me dejaba llevar por el deseo (que no era poco) o era consciente y responsable como Hyung? La tela se deslizó por sus hombros ahora desnudos y la respuesta estuvo clara. Me abalancé sobre su boca, incorporándome y tumbándole para colocarme yo encima. Hyuk reía sobre mis labios mientras luchaba con mis botones; le ayudé arrancándome la camisa de cuajo. "Que le den a los botones... Sobran."
Su piel era suave y tersa... Sin imperfecciones. Y si las tenía eran invisibles para mí. Era salada y dulce a la vez, el manjar más exquisito jamás probado, y la visión de él sonrojado debajo de mí, mordiéndose el labio para evitar hacer más ruido del necesario, la primera maravilla del mundo a mis ojos. "Sólo yo puedo verte así... Solo yo!" Le arranqué el cinturón y el pantalón, haciendo lo mismo con el mío a continuación. Ya era imparable.
- Espera... - Hyuk me sostuvo la mano cuando estaba agarrando la goma de su ropa interior. Me temí lo peor. "Lo sabía... Le he asustado..." - Puedes... Puedes apagar la luz? - No pude evitar sonreír al escucharle, sonrojado y sudado. Le besé la frente, sintiendo como podía morir en ese mismo momento de absoluta felicidad, y asentí. Me levanté mientras aguantaba mis ganas de ponerme a saltar por todo el cuarto y chillar como un loco. "Tiene que ser un sueño..."
No era un sueño. Cuando volví a recostarme sobre él en la oscuridad, notar sus besos sobre mis nudillos heridos, sus labios en mi cuello, sus manos por mi cuerpo... No, no era un sueño.
Le saqué la ropa interior, escuchando un ligero gemido de liberación y sonreí, besándole los labios con suavidad, transmitiéndole seguridad para calmar sus nervios...
- Despacio... - Murmuró, y le respondí con un beso mientras mis manos le preparaban.
Hyuk gemía y protestaba debajo de mí, pero cada vez que le preguntaba si quería parar, sujetaba mi mano con decisión y la movía bruscamente dentro de él.
- Despacio... - Repitió en un susurro a mi oído que lo único que hizo fue que quisiese tomarle sin piedad alguna, entrar bruscamente y calmar este ardor de una vez... Pero le quería demasiado como para hacerle eso... Le bañé el rostro a besos y sentí cómo mordía mi labio a medida que me introducía en él.
- Duele? - Le pregunté, preocupado. Negó con la cabeza, pero su expresión decía lo contrario. - Lo siento, Hyukkie... - Me moví un poco para empezar a acostumbrarle y noté el sabor de la sangre en mi boca por la fuerza de sus mordiscos. No me importaba... Hasta eso era hermoso.
Toda la noche juntos, la primera noche, eterna, insaciables, nos faltaron horas antes de, finalmente, llegar exhaustos al éxtasis casi a la vez y recostarnos juntos el uno al otro.
- Me has manchado... - Susurró Hyuk con una sonrisa cansada mientras se limpiaba con un pañuelo de papel los muslos.
- Lo siento... - Murmuré, pasándole más, avergonzado por la situación. Cómo podía él parecer tan tranquilo? - Te duele? - Susurré mientras dejaba que me limpiase el abdomen, manchado por ambos. Asintió con una sonrisa absolutamente feliz que me contagió.
- Duele muchísimo... Pero eso me hace ver que no es un sueño... Me gusta... - Susurró y me dio un beso casto en la mejilla. - Menos mal que mañana tenemos vacaciones. - Rió y sonreí aún más ampliamente, recostándome en la cama y recostándole a mi lado con cuidado.

- Se ha cumplido mi deseo de año nuevo... - Murmuró Hyuk, mirándome a los ojos con esa sonrisa traviesa.
- Y a mí todos los del año. - Susurré antes de rodearle entre mis brazos y escuchar su risa alegre. La adoraba.
- Quédate para siempre a mi lado, Hyung...
- Hasta que tú me pidas que me vaya...
- No me hagas caso... Ni entonces me hagas caso.
Le sonreí y asentí a su petición.
"Va a ser un gran año.", pensé mientras observaba nuestra fotografía sobre la mesilla y a Hyuk durmiendo sobre mi pecho.
"Me esforzaré para poder decirte todos los días cuánto te quiero..."


FIN

4 comentarios:

  1. Emm... Hi~~ XD

    Pero qué cosa más hermosa he leído! De verdad, no sé cuántas veces te lo he repetido, pero me ha encantado la forma en que describías todo, especialmente la forma de ser de cada uno, hay Fanfics que los lees y quieres pegarte un tiro (lol), pero como tú los escribes es espectacular, pude imaginarme a la perfección todo, en definitiva, Amé cada pequeña frase de la historia <3

    Gracias por escribir sobre ellos, no solo sobre LeoHyuk, sino sobre VIXX~~ (Me encantan)

    Nos vemos~

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    1. Emm... A ti ya te conozco xD El "Hi~~" sobra xD
      Lo del tiro también sobraba... D: AQUI SUISIDIOS NOH!
      A mí también me encanta VIXX... De hecho, en secreto público (?) tengo preparado un Neo muy cuqui <3
      Chuuuuus p'atí ^^

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    2. Pero el "Hi~~" mola (?) XD
      NEO!! *O* esperaré a leerlo, lo leeré, tenlo por seguro
      lol, aquí no me pego un tiro entonces, de todas formas aquí mola todo, pa'qué lo haría? XDD
      Acepto tus Chuuus y te envío otros Chuuuuuuuus (?)
      ¿Respuesta rara? perdón, es el calor agobiante (¡Te odio verano! *IMISSYOUINVIERNO*)
      ¡Nos leemos! C:

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    3. Mola coca-cola (?) Tengo que dejar de ver series de los 80...
      NEO IS RIAL!
      Suicidios prohibíos que luego tengo que limpiarlo yo y no me llega el Fairy.
      Pues yo colecciono tus Chuus y los meto en el baúl de los recuerdos (uuuuh~)
      Dímelo a mí... No puedo esperar a estar a menos diez grados otra vez.
      Siii~

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