Myungsoo POV
- No es tan
difícil! Simplemente tienes que poner ahí lo que se te da bien hacer! – Le
chillo a Jessica, que me mira con los ojos humedecidos y expresión desesperada.
- Pero… Es
que no tengo nada que se me dé bien!
- Todos
sabemos hacer algo bien! – Rujo, ignorando que toda la cafetería se ha girado
hacia mí. Por suerte, gracias a mi gorro y mis gafas de sol, nadie parece
reconocerme.
- Hacer un
currículum es demasiado difícil… - Solloza, sonándose la nariz con una
servilleta. Pongo cara de asco y resopló, desplomándome en la butaca y dándole
un sorbo a mi café.
- Acaso
quieres dedicarte a ser puta toda tu vida? – Espeto, quitándome las gafas con
un movimiento brusco que la hace encogerse de miedo en su asiento, negando
suavemente con la cabeza. – Bien. Pues ahora coge ese jodido bolígrafo y pon
todos y cada uno de tus datos en ese folio antes de que me acabe el latte o
vamos a tener un serio problema.
Probablemente
amenazarla no sea la mejor forma de que evolucione, pero yo nunca he sido famoso
por mi paciencia ni mi tacto. Ella obedece en silencio y yo miro el enorme
reloj de estilo europeo de la pared, pensando cómo es posible que ya sea casi
la hora de comer y no hayamos avanzado ni lo más mínimo.
Cuando le
prometí a Sungyeol que me convertiría en una mejor persona, no pensé que fuese
a ser una tarea tan complicada… Amigos me recomendaron que empezare por ayudar
a la gente que más lo necesitase de mi alrededor, y en cuanto me lo dijeron,
recordé a aquella chica joven con la que había tenido un encontronazo en un bar
de mala muerte.
Dirigí mi
mirada hacia el folio y resoplé al ver ya la primera línea.
- Oye… -
Mascullé, intentando armarme de paciencia. – Jessica! – Levantó la mirada,
observándome con confusión. – Te llamas Leanne! Eso me dijiste! – Asintió
lentamente. – Y entonces por qué pones Jessica en tu nombre!?
- Oh! – Se
apresuró a tacharlo, mordiéndose el labio inferior, probablemente para no
llorar. La estaba presionando demasiado? – Lo siento… Es la costumbre…
Resoplé de
nuevo y tuve la tentación de encender un cigarro, pero la rechacé. Ser mejor
persona también incluía comportarme mejor conmigo mismo, así que iba a dejar el
tabaco y el alcohol. Por Sungyeol, y por mí.
- Ya fuiste
a ver a Sandy? – Pregunté, interrumpiendo su extremadamente lenta redacción.
Negó, sin levantar la mirada hacia mí. – Por qué no?
- Aún no he
acabado de pagar mi deuda… Aún no puedo dejarlo. – Hablaba con miedo, como si
yo fuese a pegarle o algo por el estilo. Era triste que una chica probablemente
más joven que yo viviese así de asustada de todos y de todo… Por lo que ella
había pasado era por lo que nadie debería de pasar en su vida.
- Te queda
mucho? – Negó de nuevo, mirándome.
- No
demasiado, gracias a ti. – Me sonrió con dulzura y le retiré la mirada. Todavía
no me sentía cómodo recibiendo la simpatía de la gente. – Prometo devolvértelo
lo antes posible.
Dijo esto y
empujó suavemente con el pie una bolsa de papel hacia mí. La miré y luego la
miré a ella, preguntándole con la mirada.
- Tu
chaqueta. Muchísimas gracias por prestármela aquel día. – Musitó, bajando la
mirada, sonrojada. Enarqué una ceja, conocía muy bien ese sonrojo femenino.
- No hay de
qué. – Respondí secamente, poniendo la bolsa en la silla vacía de mi lado. –
Cuánto te queda por pagar?
- Algo más
de cien mil. – Asentí y saqué mi cartera de la mochila, tendiéndole de nuevo un
billete. – Qué haces? No, no puedo aceptarlo!
- Cógelo, ya
me lo devolverás.
- No puedo.
- Oye,
obedece y calla. – Tragó saliva y lo tomó tímidamente. Asentí y guardé mi
cartera sin decir nada más. Ella observó el dinero con lágrimas en los ojos.
- Te juro
que te lo devolveré. Con intereses.
- Me da
igual, solamente acaba ya de rellenar ese maldito folio, que no tenemos todo el
día. Luego vamos a ir a ver a mi amiga Sandy, la del pub, para que te haga un
hueco.
- Te he
dicho que no puedo dejarlo aún!
- Tienes el
dinero, no? Pues ya está. Si no te atreves tú, iré yo a hablar con tu jefe. –
Tragó saliva y juraría que tembló ligeramente. Tanto miedo le daba? – Iremos a
hablar con ella. Acaba, venga.
En lo que
ella acababa, me acerqué a pagar los cafés, y tuve suerte de que el barista que
me atendió fue un hombre… Era bastante menos popular entre el género masculino.
Cuando volví
a la mesa, me tendió el folio como una niña que le quiere demostrar a su madre
lo bien que ha hecho los deberes, y asentí, guardándome el folio en la mochila.
- Luego lo
corregiré y lo decoraré como es debido. – Asintió y me sonrió con agradecimiento,
poniéndose la chaqueta y siguiéndome fuera del local.
- Oye, - La
llamé, mientras caminábamos por callejones poco transitados. Toda precaución
era poca. – no has pensado en volver a estudiar?
- No se me
da bien estudiar… Y menos en coreano. – Susurró, toqueteándose uno de los
mechones rubios con vergüenza.
- Qué hacías
en Estados Unidos, entonces? – Me miró de reojo y su expresión se oscureció.
- Era
peluquera… Maquillaba, peinaba… Esas cosas.
- Bueno, no
está mal! Tienes un título? – Asintió. – Y por qué no te apuntas aquí a algún
curso de estilismo o algo así?
- No tengo
dinero para eso…
- Según
tengo entendido, no son demasiado caros… - Musité, mirando al frente, mientras
pateaba una piedra a medida que caminaba. – Lo investigaré para ti si quieres.
- Por
baratos que sean, no tengo ni un won más, Oppa. – La miré, sorprendido porque
me llamase así. – Perdona… Cómo debería llamarte? L?
Fruncí el
ceño, disgustado.
- No, L no.
Cada vez me gusta menos… - Susurré. – Cuántos años tienes?
- Nací en el
93.
- Bueno,
llámame Oppa entonces… - Resoplé. Solamente mis fans me llamaban Oppa, y se me
hacía extraño que ella lo hiciese.
- Cuántos
años tienes tú?
- Soy del
92.
- Oh…
- Y respecto
a lo del curso… Oye, formarse es lo más importante. Trabaja el tiempo necesario
con Sandy para ahorrar el dinero, y entonces, apúntate a algo. No te digo que
no puedas ser modelo, pero necesitas un plan B, entiendes? – Desde cuando yo
hablaba con esa responsabilidad y comprensión? Simplemente era pensar en
Sungyeol y sentir que debía ser así… Él me estaba cambiando para bien.
- Pero… Y el
dinero que te debo, Oppa?
- Eso es
secundario, yo no lo necesito, y tú sí. No te preocupes, ya me lo devolverás,
cuando tengas un empleo.
No la estaba
mirando, pero pude adivinar una inmensa sonrisa en su rostro.
- Por qué
haces todo esto? – Susurró, acelerando su paso cuando yo lo hice, sin motivo
ninguno, simplemente porque sentí que debía.
- Por qué…
Preguntas? – Susurré, levantando la vista del suelo y mirando al frente,
visualizando las lágrimas de Sungyeol y notando un nudo en el estómago. –
Digamos que… Estoy intentando transformarme a mí mismo.
-
Transformarte? – Asentí, frenando ante un supermercado.
- Tengo
hambre… - Musité, entrando sin más, seguido de Leanne. Cogí un sándwich y una
botella de té, y la invité a hacer lo mismo. Salimos y comimos mientras
caminamos.
- Puedo
preguntarte a qué te refieres con lo de transformarte? – Preguntó, mordiendo a
trocitos muy pequeños su bocadillo. La ignoré y le pegué un gran mordisco al
mío. – Has hecho algo malo antes o algo así?
Resoplé. Era
demasiado insistente.
- No es
asunto tuyo. – Espeté, dándole entonces un sorbo a mi bebida. Ella asintió,
bajando la mirada con arrepentimiento.
- Perdona…-
Resoplé y la miré, enarcando una ceja.
- He hecho
mucho daño a la persona a la que más quiero en el mundo, y esa persona dijo que
volvería conmigo si le demostraba que podía cambiar. Quiero cambiar por él. –
Ella asintió, bebiendo tranquilamente, pero de repente se atragantó. La miré de
reojo.
- Un
momento… - Me miró fijamente, parpadeando repetidamente con esas pestañas
obviamente postizas.
- Qué?
- Quieres
cambiar por él? Un chico?
“Oh… Era
eso…”
- Sí.
- Y no es tu
hermano, verdad? – No pude evitar reír.
- No, no lo
es.
- Oh…
- Tienes
algún problema con eso? Con que la persona más importante de mi vida sea un
chico?
Levantó las
manos, negando con la cabeza.
-
Absolutamente ninguno! De hecho, ahora me siento más segura… - Rió y yo enarqué
una ceja.
- A qué te
refieres?
- Conozco a
un chico guapo en un bar asqueroso, el cual se niega a acostarse conmigo pero
que me recomienda a un club de strippers, que tiene mucha pasta y que no le
importa gastársela en mí… Me empezabas a dar mala espina, sabes? Pensaba que me
ibas a dejar inconsciente y vender mis órganos o algo…
Abrí los
ojos como platos, incrédulo.
- Estás de
broma?
-
Obviamente. – Me relajé visiblemente. – No soy quien para juzgarte, ya que eres
mi salvador, así que… Simplemente me sorprendió.
-Oh…
Seguimos
caminando en silencio y finalmente llegamos a ese pub que tan bien conocía.
Cuando Sungjong y yo aún no habíamos debutado, lo encontramos por casualidad,
necesitábamos cobijo por la terrible tormenta que caía y las camareras, aunque
ninguno de los dos tenía ni el más mínimo interés sexual hacia ninguna de
ellas, nos trataron amablemente y con dulzura, como los críos que éramos.
Desde
entonces, acudíamos con frecuencia a verlas, y nos habíamos convertido en
amigos, aunque yo hacía bastante que no iba.
- OMG! –
Chilló la extrovertida Sandy en cuanto abrí la puerta. Jessica se escondió a mi
espalda y yo sonreí a mi amiga. – Qué ven mis ojos! Pero si es Kim Myungsoo! Ya
creíamos que te habías olvidado de nosotras!
Les sonreí
con dulzura. Al ser cerca de las cuatro de la tarde, estaban limpiando todo
para esa noche y estaban sin maquillar y vestidas con unos vaqueros y
sudaderas. Así era como más guapas estaban, en mi opinión.
Pronto,
cinco de ellas estaban a mi alrededor, sonriéndome alegremente.
- Cómo has
estado? – Me preguntó Valery. Me encogí de hombros y sonreí, tomando el asiento
que me ofrecía Alice.
- Muy bien,
ocupado… - Reí, disculpándome en una sonrisa por no haber venido a verlas
antes.
- Eso es
bueno, idiota! – Exclamó Anna dándome una palmada en la espalda. Reí y
entonces, recordé a Jessica, aún estática en la entrada.
- Hola? No
te piensas mover? – Le recriminé, animándola con un gesto de mi mano a
acercarse. Las demás la miraron, curiosas.
- Permitid
que os presente a Jessica. – Ella sonrió con timidez. Probablemente era la más
joven de todas ellas.
- Hola… -
Susurró, haciendo una reverencia exagerada. Las demás le sonrieron con dulzura.
- Es tu
novia? – Se burló Tiffany, dándome un codazo.
- Todavía no
me siento atraído en exceso por vuestra secta de feromonas, pero bueno… Quién
sabe el día de mañana? – Rieron y le ofrecieron un asiento también a
Jessica.
- Tomáis
algo, muchachos? Vodka? – Preguntó Sandy, mirándome a mí, y lo rechacé
educadamente.
- He dejado
de beber. – Sandy me sonrió con orgullo maternal y asintió, guardando la
botella que ya había sacado.
- Me alegro
mucho, Myungsoo.
- Nos
preocupabas, sabes? – Comentó Alice.
- Estabas
muy raro ya la última vez que te vimos. – Añadió Tiffany.
- Gracias
por preocuparos, pero ya estoy mejor. – Sonrieron.
- Y tú,
jovencita? – Preguntó Sandy a Jessica. Esta se puso recta como un palo y la
miró como si fuese un general militar. No pude evitar reír. – A qué te dedicas?
- Yo…
- Es puta. –
La corté, haciendo que Jessica se pusiese roja como un tomate y bajase la
mirada. Sandy me pegó un puñetazo. – Ay!
- Un
respeto! Pobre chica! Puta suena muy vulgar! Eres scort, cielo? – Jessica
asintió, y Sandy se acercó a ella a abrazarla. – No te preocupes, no te juzgo.
Yo también tuve una mala época. Jessica la miró y sonrió suavemente.
- Quiere
salir de esa mierda. – Resumí, despidiéndome con la mano de las demás, que
volvían a sus respectivas tareas. – La he ayudado a pagar sus deudas con su
jefe, y ahora quiere trabajar para ahorrar y poder pagarse la matrícula para
una escuela de estilismo. Es modelo, sabes?
- Ah, sí? –
Sandy le sonrió y le acarició el pelo. Era una mujer muy maternal, y yo sabía
que en el fondo ya la había adoptado en su corazón.
- Sí… Vine
de California para trabajar como modelo, pero las cosas se torcieron…
- Lo siento
mucho, cielo.
- Me
preguntaba si tendrías alguna vacante, Sandy. – Se giró hacia mí, para mirarme.
– Ella es muy trabajadora, y su constitución es fuerte, no creo que le costase
mucho aprender a bailar. O si no podrías ponerla a servir copas.
Sandy se
volvió hacia ella de nuevo y la observó, dubitativa.
- Por favor,
no sé hacer otra cosa… Quiero cambiar mi vida. Quiero que en unos años mis
padres puedan estar orgullosos de mí, de que su hija tenga estudios y un
trabajo digno.
Algo se
enterneció en el rostro de mi amiga y asintió, tomando de las manos a Jessica.
- Está bien…
Pero te advierto que no es un trabajo fácil. – Ella asintió, levantándose de su
asiento. – Te daremos también alojamiento, de acuerdo?
- Muchísimas
gracias, jefa! No te fallaré! – Jessica la abrazó con fuerza y Sandy se echó a
reír.
- Empiezas
hoy? – Le preguntó. Jessica me miró, como pidiéndome permiso, y yo asentí.
- De
acuerdo.
- Perfecto!
Acompáñame entonces! No tienes que ir a por tus cosas ni nada?
- No tengo
nada mío… Así que… - Musitó. Sandy la abrazó de nuevo y se la llevó con las
demás.
En breves
estaba integrada. Eran buenas chicas que no habían tenido suerte en la vida, así
que yo me levanté y me marché. Me pasaría otro día para ver qué tal le iba a la
novata, pero ahora, tenía que ir a vérmelas con el jefe de la mafia de la
prostitución de Seúl. Tenía que asegurarme de pagarle todo lo que Jessica le
debía y que jamás la molestaría de nuevo.
Sungjong POV
- Qué? –
Chillé por teléfono, haciendo que Woohyun se asomase desde el salón, con
expresión curiosa. Le miré, con tristeza. – Entiendo… Dónde?
Me miraba
con confusión y yo le retiré la mirada, suspirando e intentando que no
escuchase nada de lo que Sunggyu me estaba contando por el aparato.
- Entiendo…
Esperadme ahí. Estáis los dos? … Sí, bien. Sí, sé dónde es. Estaré ahí lo más
rápido posible.
- Qué ha
pasado? – Preguntó cuando colgué. Negué con la cabeza y agradecí que Sungyeol
entrase por la puerta en ese mismo momento.
- Sólo
estáis vosotros? Y los demás? – Le sonreí mientras me ponía la cazadora.
- No lo
sabemos… Pero se acerca la hora de cenar y habrá que pensar qué se come en esta
casa! – Dramatizó Woohyun, olvidando su interés en mi conversación y volviendo
al sofá.
- Dónde está
Myungsoo? – Me susurró Sungyeol, cuando me acerqué a él.
- Ni idea,
la verdad.
- Y tú, a
dónde vas?
- A salvar
al grupo. – Resoplé, abriendo mi mochila y llenándola de bollería industrial de
emergencia y pañuelos. Sungyeol me miró con curiosidad.
- Puedes ser
un poco más concreto? – Me incorporé, me giré hacia él y puse una expresión resignada.
- Dongwoo y
Sunggyu han dejado el dormitorio, por qué? Porque ambos los dos son idiotas, y
se creen que eso va a cambiar lo que sienten por Howon y Woohyun respectivamente.
Me acaba de llamar Sunggyu con su voz de acabo-de-llorar-pero-que-no-se-note
diciéndome que esta noche van a dormir en el piso de un amigo suyo, que está de
vacaciones y se lo ha prestado. Y que probablemente se queden allí durante las
próximas semanas.
Sungyeol
parpadeó.
- Pero… Eso
no…
- Tiene
sentido. Lo sé. Pero qué te esperabas? A veces parece que el maknae de este
grupo es el único con dos dedos de frente.
- Oye! Y yo
qué?
- Tú sigues
enamorado de Myungsoo. No tienes ni dos dedos de frente, tienes un muro de las
lamentaciones.
- Cierto… -
Musitó, mientras me seguía a la entrada.- Dormirás allí hoy?
- Con ellos?
No los pienso aguantar una noche entera… Cuento con hacerles entrar en razón y
traerlos para la hora de cenar.
Sungyeol se
mostró sorprendido.
- Crees que
lo conseguirás?
- No pierdo
nada por intentarlo… Además, Woohyun está depre. Te toca a ti cuidarle.
Resopló
mientras yo acababa de atarme los cordones.
- Puedo al
menos saber qué sentimientos debo consolar?
- Resumiré
con rapidez porque tengo prisa: - Carraspeé y me puse una gorra. No tenía
transporte y tendría que coger un taxi si quería llegar pronto a Gangnam. – Key
vino e hizo creer a Sunggyu que se iba a costar con Woohyun, entonces Sunggyu
se enfadó y se fue, y Woohyun ahora está confuso porque no cree que Sunggyu se
haya ido porque siente algo por él, sino por otro motivo, pero ese motivo no
sabe cuál es por la sencilla razón de que ese mismo motivo no existe. Sunggyu
se ha ido porque ha descubierto que en realidad sí que siente algo por ese
llorón musculado que está tapado con cojines ahora mismo en nuestro sofá, que
por cierto, hay que llevarlo a tapizar con urgencia. Key se ha ido además
porque creo que tiene novio, Jonghyun, no sé si el de su grupo o el de CN Blue,
ya me informaré, entonces Woohyun se siente solo.
Sungyeol me
miró, completamente desconcertado ante mi atropellado y raudo discurso.
- Entonces…
Woohyun no estaba saliendo con Key? Pero ayer dijo…
- Todo
mentira. Para poner celoso a Sunggyu por lo visto… - Su cara lo decía todo y yo
me encogí de hombros. – Tú simplemente dile que todo va a salir bien y dale la
razón como a los locos. Woohyun es simple en ese sentido.
Asintió
suavemente, y se giró en dirección al salón.
- Ah! Yeol! –
Se giró hacia mí, que ya salía por la puerta. – No le digas a nadie que lo de
Key y Woohyun era mentira, eh? Ni le digas a Woohyun que lo sabes. Si él quiere
decírtelo, ya lo hará.
Su teléfono
sonó en ese momento, así que simplemente asintió a lo que yo le dije antes de responderlo
y yo, sin esperar alguna otra reacción de él, salí corriendo en dirección al
ascensor mientras localizaba en mi móvil la aplicación de los taxis. Los
mejores mil wons gastados de mi vida… Qué cosa más práctica! Pero ese no era el
momento de ponerme a filosofar sobre la maravillosa aplicación, sino de subirme
en el taxi que, según esta súper efectiva tecnología, estaría en apenas cuatro
minutos frente a mi edificio.
- Jonggie… -
Enarqué una ceja ante el exceso de afecto en el tono de voz de Sunggyu cuando
me recibió en la puerta de ese piso que habían tomado prestado de forma
indefinida.
- Ya he
llegado, Hyung. – Saludé, descalzándome y entrando en un amplio salón donde
Dongwoo estaba tirado en el parqué, boca abajo, al igual que lo había estado
Woohyun unas horas antes. Las similitudes eran inquietantes. – Hola, Dongwoo.
Un movimiento
de pie fue mi única respuesta y suspiré, sentándome y apoyando la mochila en
mis rodillas. Sunggyu se sentó a una distancia prudente de mi lado, entre mi
persona y Dongwoo, o lo que quedaba de él. En mis casi siete años que llevaba
conociéndole, jamás le había visto tan quieto. Seguro que estaba vivo? Un
sollozo confirmó mi respuesta y respiré aliviado.
- Está bien.
– Suspiré, mirándolos a los dos. Sunggyu animó con palmaditas a Dongwoo para
que se sentase como una persona y los dos me miraron. Tragué saliva. Así era
como se sentía el psicólogo de alcohólicos anónimos? Probablemente similar…-
Contadme, qué ha pasado?
Se miraron
entre ellos y Dongwoo tardó menos de tres segundos, por reloj, en empezar a
llorar como si se le fuese la vida en ello. Sunggyu tenía los ojos rojos y
humedecidos, pero él jamás lloraría delante de otra persona, así que
simplemente intentaba que su voz sonase estable y tranquila.
- Iré yo
primero, dado que Dongwoo parece más afectado. – Lo dudaba. Dongwoo tendía a
dramatizar todo, era su naturaleza, por eso se llevaba tan bien con Woohyun.
- Está bien.
– Comenté, abriendo la mochila y sacando dos cruasanes. Sunggyu lo miró y
juraría que eso le hizo ponerse aún más triste, y lo rechazó con un gesto de la
mano, pero no entendí por qué. Dongwoo, en cambio, agarró los dos y los engulló
como si no hubiese mañana.
- Hoy estaba
en casa desayunando… - Miró con melancolía en envoltorio del cruasán y su voz
tembló un poco. – Y llegó el idiota este de SHINee…
- Kibum?
- Oh, así se
llama? Ni lo sabía. – Tuve que aguantar para no echarme a reír. 5 años
mentales? No llegaban a 3.
- Bueno, sí,
a ver, llegó Kibum y?
- Tenía una
cita con Woohyun. – Su mirada se tornó seria y juraría haber visto una pizca de
furia brillar en sus ojos. – Traía películas estúpidas, y era obvio que quería
algo más con él que ver comedias románticas.
- Por qué lo
dices?
- PORQUE LOS
PILLÉ A PUNTO DE DESNUDARSE EN EL SOFÁ! EN NUESTRO SOFÁ! – De repente, Sunggyu
gritaba, se había incorporado y caminaba en círculos en la amplia estancia,
moviendo mucho las manos y mirándome con los ojos muy abiertos.
- Hyung…
Tranquilízate.
- QUÉ POCO
RESPETO! EN NUESTRO SOFÁ! CUANDO NO ESTÁN SOLOS EN CASA! QUE ESTABA YO DELANTE!
PODÍAN HABER ESPERADO A QUE YO ME HUBIESE IDO! ADEMÁS, KEY ES UN CANALLA!
- Hyung…
-HA ESTADO
CON TODO EL MUNDO! TIENE UNA REPUTACIÓN PÉSIMA Y VIENE A MANCHAR LA DE WOOHYUN,
QUE NUNCA LE HA HECHO DAÑO A NADIE, NI HA ROTO UN PLATO!
- Hyung…
Baja la voz…
- SE LLEVA
BIEN CON TODO EL MUNDO, SIEMPRE SONRÍE Y ES INOCENTE AUNQUE SEA IDIOTA!
- Hyung, los
vecinos…
- ADEMÁS,
WOOHYUN TAMBIÉN PODÍA HABERSE ESPERADO! SE SUPONÍA QUE ME QUERÍA A MÍ! –
Sonreí. Habíamos llegado a “ese” punto al que yo quería llegar.
- Oh…
- A MÍ! ME
SUSTITUYE POR ESE PROYECTO DE TÍO EN UNA SEMANA? MENOS? YA NI SÉ CUÁNTO HA
PASADO! ESE TIPO NI SIQUIERA SE PARECE A MÍ! SE SUPONE QUE TENGO QUE PENSAR QUE
SU CONFESIÓN FUE UNA BROMA DE VERDAD? ÉL NO SABE MENTIR! LE HABRÍA PILLADO SI
LO FUESE? PERO NOOOOO…
- Entonces,
lo que te molesta de todo esto no es que sea Kibum, verdad? Si no que te haya sustituido
por alguien.
- Es que no
ha sido cualquiera, ha sido Kibum! Por qué él? Qué tiene de especial? No parece
un hombre! O te gustan los hombres, o las mujeres! Pero los que no se sabe qué
son, pues no.
Me aguanté
la sonrisa de satisfacción.
- Entonces,
Hyung, si Woohyun hubiese empezado a salir con Taecyeon de 2PM, te hubiese
parecido bien?
Abrió los
ojos lo máximo que puso y me miró, confuso.
- Por qué
Taecyeon?
- Él es la
imagen idónea de un hombre. Rasgos masculinos, altura, musculatura, pelo corto,
voz grave…
- Bueno,
pero a ese no le conocemos. – No pude evitar sonreír y él enarcó una ceja.
- Qué?
- Si fuese
Taecyeon, no te preguntarías también qué tiene él que no tengas tú? No te
aferrarías de nuevo a la idea de que Woohyun te quería a ti y te ha cambiado
por otro?
- …
- Hyung,
creo que si has llegado a la conclusión de que no puedes volver al dormitorio
porque está Woohyun, y no soportas la idea de verle, es porque en el fondo, o
quizás no tan en el fondo, ya sabes lo que estás sintiendo… Me equivoco?
Se sentó de
nuevo, está vez un poco más cerca de mí.
- No lo sé…
- Veamos…
Desde mi punto de vista, te sientes perdido porque tú contabas con tener a
Woohyun ahí para ti, siempre habéis sido cercanos y ahora, ver que de repente
se aleja de ti y te substituye por otra persona, te duele. – Asintió con
suavidad. – El problema es que no creo que esto fuese así de grave si tú vieses
a Woohyun como un amigo. Podríais ser mejores amigos y que él tuviese otras
amistades, pero no es el caso, te duele que tenga pareja… - De nuevo, asintió. –
Así que la conclusión es…
Le miré con
una sonrisa comprensiva y me sorprendí al ver cómo sus ojos se humedecían ante
mis palabras.
- Sungjong…
- Susurró, tensando la mandíbula, aguantándose con todas sus fuerzas las
lágrimas. Le conocía demasiado bien. – Me dijo que me quería… Me lo dijo hace
dos años, y yo ni me molesté en hacerle caso… Le he hecho daño durante dos
largos años, pero él ha seguido siempre a mi lado… Y ahora se va a ir con otro
porque yo he sido un idiota con la mente más cerrada que un pistacho crudo.
Se tapó el
rostro con las manos y su espalda comenzó a temblar. No pude evitarlo y se la
acaricié, susurrándole palabras de consuelo. Descubrir lo que uno siente nunca
es fácil, pero descubrir lo que uno siente hacia quien menos te los esperas, es
más duro de lo que parece.
- Sabes,
Hyung? – Le tendí una de las cajas de pañuelos que había empaquetado siendo
previsor y él cogió tres, sonándose la nariz de una forma muy poco glamurosa.
Menos mal que las fans no le verían así. – Cuando llegué a casa… Woohyun me
contó que había roto con Kibum.
Sus sollozos
cesaron y me miró con los ojos como platos. Bueno, como platos pequeñitos.
- Qué?
- Sí, por lo
visto Woohyun no podía olvidarte… Algo así. No le hice mucho caso porque en
seguida me llamaste tú.
Estaba
mintiendo como un bellaco, pero era lo que había. Tenía que acordarme de
mandarle un kakaotalk a Woohyun contándole lo que yo le había dicho a Sunggyu
para que nuestras coartadas concordasen y así poder hacer creíble este montaje.
Si quería destapar la verdad, ya lo haría él. Yo por el momento no quería más
líos, y hacerme el loco, se me daba estupendísimamente.
- En serio?
Asentí.
- No lo
sabía…
- Era un
poco imposible que lo supieses, Hyung. – Reí suavemente.
Me giré para
coger un bollo y ofrecérselo de nuevo, pero Dongwoo había desaparecido en
alguna de las habitaciones con mis provisiones de grasas TRANS.
- Voy al
baño un momento… - Se incorporó lentamente y se fue por el pasillo de la misma
forma, arrastrando los pies, seguramente planteándose qué hacer ahora y cómo.
Me preparaba
mentalmente entonces para mi turno con Dongwoo cuando mi teléfono vibró en mi
bolsillo. Me imaginé que sería Woohyun preguntándome dónde me había metido,
pero no era él, era Sungyeol.
- Sí? –
Descolgué con una sensación extraña en el pecho.
- Sungjong! –
Su voz sonaba asustada al otro lado de la línea.
- Hyung! Qué
ha pasado?
- Myungsoo…
Está hospitalizado.
- Qué!?
- Sí… Lo
encontró un ciudadano tirado en un parque, inconsciente.
- Pero… está
borracho o algo?
- No, le han
pegado una paliza.
- Una
paliza? Quién?
- No lo
sabemos, pero se han llevado su cartera, le dejaron el teléfono y gracias a eso
me llamaron del hospital.
- Pero…
Vamos a ver… - Demasiado para un solo día. Sentía que todo a mi alrededor era
confuso, un sueño, o algo increíblemente absurdo. – Está ahí el mánager?
- No…
Woohyun viene de camino, yo he venido en taxi y él se quedó para cancelar la
agenda de Myungsoo para mañana.
- Quieres
que vaya yo también?
- No,
solamente te llamaba para comentártelo, que no va a haber nadie en casa por el
momento… Yo pasaré la noche con él, Woohyun no sé lo que hará.
- Está bien…
- Tengo
miedo, Sungjong… Tú porque no le estás viendo, pero está completamente
magullado. Casi irreconocible. No sabían que era un idol hasta que llegué yo y
se lo dije.
- Pero está
estable?
- Cuando
llegó tenía sangre en los pulmones… Lo tienen en cuidados intensivos. – Cerré
los ojos y me mordí el labio inferior. “Myungsoo… Qué has hecho ahora?”
- Cualquier
cambio que haya, me lo dices, vale? Si se despierta o si pasa cualquier cosa.
- No lo
dudes.
- Y tú,
relájate. Todo va a ir bien.
- Eso espero…
Rezaré para que así sea.
- Hyung, tú
no eres creyente.
- En estos
momentos me aferro a lo que sea, Sungjong. A lo que sea… - Su voz se rompió al
otro lado del teléfono y comenzó a llorar. Tragué saliva justo cuando Sunggyu se
acercaba a mi lado con el teléfono en sus manos y cara de circunstancia.
- Han
hospitalizado a Myungsoo… - Musitó. Asentí, mientras dejaba a Sungyeol
desahogarse al otro lado de la línea. – Acabo de leer el mensaje de Sungyeol,
estás hablando ahora con él? – De nuevo, asentí. – Pásamelo.
Obedecí y Sunggyu
tomó el aparato, carraspeando y poniendo su voz de líder de nuevo. Sonreí con
tristeza, era muy fuerte.
- Sungyeol,
escúchame y cálmate. – Su tono firme pero tranquilo conseguía calmarme de
alguna manera. Y estaba seguro de que a Sungyeol también. – Mándame por un
mensaje en qué hospital estás, que voy para allá. Sungjong se quedará aquí con
Dongwoo. … Sí, no te preocupes, yo me encargo. Hasta ahora.
Me miró y me
sonrió.
- A veces
veo cuánto has crecido, Jong, y no me lo creo. – Se acercó a mí para devolverme
el teléfono y me despeinó. – A veces pareces tú el más mayor de nosotros…
Gracias por todo.
- Hyung… -
Sus palabras me enternecieron y él se puso una cazadora y un gorro, cogiendo
con prisa el cargador de su teléfono y la agenda del grupo. – Estarás bien? No
quieres que vaya contigo?
- No…
Ocúpate de Dongwoo, sí? Él ahora te necesita… Y haz el favor de quitarle los
bollos antes de que se tenga que poner a dieta de nuevo y nos amargue la vida a
todos como la última vez. – Reí y asentí, observándole salir a todo correr, sin
calzarse siquiera, tan solo cogiendo su par de zapatos y llevándolos en la
mano. Probablemente se los pondría en el ascensor.
Una vez
solo, me incorporé, tomé aire e intenté olvidar que Myungsoo estaba
inconsciente en un hospital con el rostro deformado.
- Hyung! –
Llamé a Dongwoo a la puerta de ese cuarto y éste la abrió, con una napolitana
de chocolate colgando de su boca y sus ojos hinchados y rojos. Tenía hipo y no
paraba de sollozar.
- Me toca? –
Farfulló, haciendo que las migas del bollo cayesen al suelo. Sonreí con lástima
y asentí suavemente.
-Fin-
HAAAAAA QUE EMOCIONANTE UNNIE A LO ESPERABA POBRE MYUNGSOO SI MEDOLIO DESPUES DE TODO LO QE HA HECHO ME DUELIO (JAJAJAJAJ).
ResponderEliminarQUE LINDO QUE EL LIDER Y DONGWOO YA SEPAN DE SUS SENTIMIENTOS LO UNICO QUE ME PREOCUPA ES COMO VA ESTAR SUNGJONG CUANDO SE ENTERE QUE YA HAY CHUNJOE OTRA VES (HAAAA QUE MIEDO ).
SIGUE ASI UNNNIE ENSERIO ME ENCANTA TU FIC.
Me alegro de que te esté gustando tanto! Actualizaré lo antes posible.
EliminarEl drama L.Jong se acerca... xD
Gracias por leer y comentar!
:) si lo estoy sintiendo
Eliminar^^
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