Comisaría central de Policía. Seúl.
- Tenemos
que darnos prisa… - Susurró Eunjung, bajando las escaleras a toda prisa y
dirigiéndose a la gran pizarra que había sido preparada para empezar la
investigación. Dudaba que el tiempo estuviese del lado de la justicia, y el
resto de la comisaría también, por eso todos corrían de un lado para otro,
ocupados.
- Creo que
ya puedes irte a casa, Donghwan. Aquí no haces más que molestar. - Dijo
Changmin, caminando detrás de su superior. El aludido le miró, serio.
- No me voy
a ninguna parte.
-
Empezaremos a dividirnos desde ahora. - La jefa les miró, con los brazos
cruzados y el pelo desordenado.
- ¿Perdón? -
Changmin miró a Eunjung, sin entender. - Señora Lee, creía que…
- Creyó
usted mal. - Replicó. - Este hombre ahora está en el epicentro de la
investigación, ha sido tan testigo como yo, y si realmente esto es obra del
mismo sujeto que les puso a ustedes en aquel juego macabro y sádico, su
testimonio y ayuda es de vital importancia ahora mismo.
- Yo también
fui una marioneta en ese evento, Lee. - Espetó Changmin, visiblemente molesto.
Era un hombre al que siempre le gustaba salirse con la suya, y no conseguirlo
le sacaba de sus casillas.
- Por eso
está usted también aquí.
- Pero…
-
Suficiente. Hay siete niños cuyas vidas corren peligro, no hay tiempo de
ponerse quisquilloso.- Donghwan interrumpió, haciendo que Changmin le mirase
con el ceño fruncido.
- Recalco
que mi compañero no está en sus mejores cualidades mentales, ni físicas, para
este caso.
- Eso es
decisión mía. Y ahora, centrémonos. - Eunjung tampoco era una mujer a la que le
sobrase la paciencia, y mucho menos bajo presión. - Estamos en una cuenta
atrás, así que déjese de niñadas y comencemos a trabajar.
- La
pantalla grande está lista, jefa. - Dijo un policía, acercándose corriendo. -
Tenemos el proyector conectado y la pizarra al lado para hacer el seguimiento.
- Gracias,
agente Cho. Vaya a controlar las llamadas telefónicas por si acaso es un
imitador y se pide un rescate.
- Sí,
señora.
El agente
Cho salió corriendo ante la orden, y Eunjung volvió a girarse hacia sus dos
investigadores principales.
- Nos
dividiremos. - Resumió, tomando aire y abanicándose con la revista que no hacía
tanto que había estado ojeando.- Inspector Kim, usted vaya a revisar los
expedientes de los anteriores asesinatos del sujeto. Quizás al verlos todos
juntos podamos sacar algo nuevo.
- Sí,
señora.
- Y usted,
Changmin, conmigo. Vamos a llamar a las familias, agencia y mánager a ver cómo
ha podido ocurrir esto.
- Oído.
No tardaron
más de una mirada de frustración de Changmin a Donghwan para dispersarse y
salir cada uno por un lado.
Donghwan se
apresuró al archivo policial, encontrando rápidamente la gruesísima carpeta
marrón en el rincón de los casos pendientes, y tomó una mesa vacía y alejada
del alboroto para ponerse a ello.
- ¿Pero
qué…? - Musitó, frunciendo el ceño al abrirla y sacar las subcarpetas. - ¿¡El
caso del cantante todavía no está aquí!?
- ¿Algún
problema, inspector? - Se acercó un compañero, encargado de la organización de
los archivos.
- Sí. ¿Dónde
está el caso de hoy? ¿Todavía no se ha archivado? - El hombre hizo un gesto,
extrañado.
- Lo archivé
yo mismo en cuanto volvió usted y el inspector Kang de la escena del crimen.
Recuerdo que las fotografías eran particularmente perturbadoras y las guardé
rápidamente en la carpeta correspondiente.
- ¿Está
seguro?
- Completamente.
Escaneé el código de barras, conforme todo estaba en orden. Ahora siempre se
hace eso para que no haya fallos.
- Pues aquí
no está. - Musitó Donghwan, enfadado.
- Iré a
mirar por si acaso en el resto de casos que he archivado hoy. - Donghwan
asintió, y cuando el policía desapareció entre las estanterías de carpetas,
continuó ojeando lo que tenía.
Reparó
especialmente en la carpeta de su propio caso, el caso del cual él, junto a
otros compañeros del cuerpo, habían sido encerrados en aquella fábrica
abandonada a la salida de la ciudad y torturados hasta la muerte. Él y Kang
Changmin habían sido los únicos supervivientes de aquella masacre. Todavía le
dolía la cabeza cuando pasaba por delante de los despachos colindantes al suyo
propio y los veía vacíos.
Pero de
nuevo, algo le llamó la atención de ese caso.
- Perdona, -
El policía de antes asomó la cabeza entre las estanterías y se acercó. - ¿estas
fotografías están bien? ¿Estas son las pruebas que tuvimos que pasar en la
fábrica?
El policía
miró por encima y asintió.
- Son las
que me trajeron los fotógrafos, inspector.
- Vale, siga
buscando el caso de Kim Hyung Joon, por favor.
El hombre asintió
y siguió con su misión, mientras Donghwan sentía ese ya más que conocido dolor
de cabeza volver a él. Había algo en este caso que no terminaba de encajar.
Colocó todas
las fotografías en fila. Primero las de las dos inspectoras, luego las de los
otros dos inspectores, las de Changmin y, por último, las suyas.
De todas las
pruebas era muy difícil escapar con vida, por no decir imposible. Él lo había
logrado a base de pasar semanas ingresado en el hospital, en cuidados
intensivos, pero Changmin… Había salido intacto. Sin nada más que arañazos
superficiales.
Fijó la
mirada en las fotografías del único compañero de trabajo que quedaba con vida.
Sí, tenía muy mala pinta con todas esas sierras y clavos, pero era demasiado
sencilla.
Sí, habría
que ser un genio acróbata para poder salir de ahí intacto, pero es que Changmin
había salido caminando por su propio pie, mientras que él había necesitado casi
cuatro transfusiones de sangre. Sus compañeros habían sido desmembrados,
abiertos en canal o desangrados de la más brutal de las maneras. ¿Por qué
Changmin no?
De todas las
trampas, la suya era la única que no estaba teñida de carmesí.
- ¿Cómo es
posible que nadie se haya dado cuenta antes? Por favor… - Resopló Donghwan,
frustrado, con los puños en tensión.
- ¡Inspector!
- Le llamó el policía, acercándose de nuevo. Donghwan le miró, esperanzado.
- ¿Y bien? -
Le miró las manos, vacías.
- Lo he
revisado todo dos veces, incluso el sistema informático, y todo indica que
guardé el caso de Kim Hyung Joon donde debía.
Donghwan
frunció el ceño y bajó la mirada. Llevó su dedo índice al centro de su frente y
presionó con fuerza: Le dolía a horrores la cabeza.
- ¿Quién le
trajo la carpeta del caso?
- Uno de los
forenses, señor.
- ¿Y con
quién venía? ¿Solo?
- No, con el
inspector Kang.
Presionó
todavía más fuerte. Le dolía. Mucho.
- En la
agencia me han dicho que el presidente Park llegaría en breves. Le han llamado
a propósito. - Anunció Changmin, acercándose con el bloc de notas en la mano y
el bolígrafo en el bolsillo. Eunjung colgó el teléfono tras agradecer la
información a la madre de uno de los chicos.
- ¿No puede
venir él aquí? - Protestó, frustrada. - ¿Tan ocupado está?
- Park
Jinyoung es un hombre muy ocupado. - Resumió Changmin, cerrando el blog y
guardándolo en el mismo bolsillo que el bolígrafo.
- Entonces
irás a la agencia, ¿no? - El inspector asintió. - Está bien, lleva a un policía
contigo y no os demoréis mucho. Pedid de paso las cámaras y preguntad a los
empleados si han visto algo sospechoso últimamente.
- ¿Como fans
acosadores o algo así? - Eunjung negó.
- Eso lo
verán a diario… Todos en esa agencia son idols menos el presidente, que lo fue
en su día. Pregunta a compositores, coreógrafos, estilistas, a los mánager de
todos los grupos, resto de artistas… Incluso a organizadores de promoción. A
todos. Reúnelos y dales el número de la comisaría para que informen en caso de
que hubiesen notado algo raro.
- Tomo nota.
- Changmin se colocó la chaqueta. - ¿Pero no sería mejor si fuese solo?
Tardaría menos.
Eunjung
enarcó una ceja.
- Me veo en
la obligación de recordarle, inspector Kang, que aquí la que manda soy yo. Me
importa un bledo lo que usted tenga que decirme, solamente cállese y obedezca.
No tengo tiempo para que se me ponga quisquilloso.
Changmin
frunció el ceño y resopló, un gesto que a la jefa de comisaría le pareció de lo
más impertinente.
- ¡KWANG! -
Gritó la inspectora, al ver que Kang no se movía de su sitio. Si no fuese
porque había habido cinco bajas por fallecimiento, ya le habría puesto en la
calle.
Un policía
se acercó corriendo al escuchar su nombre.
- Kwang,
señora. ¿Qué necesita?
- Acompañe
al inspector Kang a la agencia de los chicos.
- De acuerdo,
señora. - Se giró hacia el inspector e hizo una reverencia formal. - Estoy
listo, señor Kang.
- Ya. Lo
veo. - Espetó, girándose sobre sus talones y saliendo en dirección al ascensor,
seguido del agente Kwang. Eunjung suspiró, frustrada por el comportamiento
infantil de su inspector.
- Entiendo
que esté traumatizado, pero para eso existen las bajas. - Masculló, girándose
ella también y corriendo a la inmensa pizarra, donde colgaban todas las fotos
de los casos anteriores del mismo criminal, y sobre ella, se proyectaba en
directo la imagen de los chicos, todavía inconscientes. - Mientras estén
dormidos, no se activará el reloj. Así que recemos porque sigan así más tiempo.
- Musitó, cerrando los ojos e intentando calmarse.
- ¿Señora,
no cree que deberíamos de avisar a los creadores de perfiles? - Eunjung miró a
una agente, que se había acercado con los ojos llorosos. Trabajar bajo tanta
presión no era fácil.
Eunjung
recordó el testimonio de Kim Donghwan y Kang Changmin, y recordó haber leído el
informe del caso, que anunció que el juego no había durado más de 4 horas en
total. 4 horas para acabar brutalmente con 5 vidas, y casi con 7.
- Está bien.
Iremos trabajando hasta que lleguen. - Susurró, y la agente no tardó en salir
disparada hacia el teléfono. - No tenemos demasiado tiempo…
Pasaron más
de dos horas, dos horas en las que los muchachos de la imagen apenas se habían
movido, lo que le daba algo de margen para trabajar a las fuerzas del orden.
- Eunjung. -
Llamó Donghwan, acercándose con la gruesa carpeta en las manos. Ella le miró,
agradecida de ver la cara de alguien medianamente tranquilo. - He acabado de
ojear la carpeta, y he notado unas cuantas cosas que me parecen extrañas.
- ¿Sí? ¿Como
qué?
- ¡Señora
Lee! - Changmin interrumpió en ese mismo momento, entrando solo en la
comisaría. Eunjung no podía decir que se alegrase de verlo, pero al menos
esperaba que hubiese tomado declaración a alguien.
- Inspector
Kang. - Le saludó, girándose hacia él. Donghwan de nuevo sintió ese dolor de
cabeza que le llevaba por el camino de la amargura, y se calló hasta el saludo.
- He ido a
hablar con el presidente Park. No sabía nada, hacía varios días que no veía a
los chicos debido a la apretada agenda de éstos y la suya propia. Reuní al
staff como usted me pidió, y les informé a todos de lo sucedido. Nadie dijo
haber visto nada extraño, y el mánager está hospitalizado con un ataque de
ansiedad, por lo que todavía no se nos permite tomarle declaración.
- Estupendo.
- Masculló la jefa de comisaría, girándose de nuevo a la pizarra y tachando el
“JYP” que había escrito. - Es decir, estamos como al principio.
- Eso me
temo. - Suspiró Kang, quitándose la chaqueta y colocándola sobre una silla que
ni siquiera era la suya. Donghwan frunció el ceño ante el gesto, más todavía
cuando Changmin le miró fijamente e hizo una expresión de frustración.- ¿Pero
todavía sigues aquí?
- ¿No me
ves?
- Creía que
ya habrías visto algún fantasma o habrías entrado en una de tus paranoias y te
habrían mandado a casa con una camisa de fuerza.
Donghwan
suspiró, y enarcó una ceja con cansancio.
- Siento
decepcionarte.
- Haznos un
favor a todos y lárgate, Kim. Solamente retrasarás la investigación. - Eunjung
se giró, furiosa.
- Ya basta
de peleas de parvulario, por favor. ¿Cuántos años tienen? Debería darles
vergüenza. - Changmin sonrió con sorna y Donghwan le miró fijamente. Había algo
ahí que apestaba a fraude.- Inspector Kim, ¿qué quería decirme usted sobre unas
pruebas extrañas? - Changmin le miró, atentamente, pero Donghwan optó por
callarse. Todavía no sabía qué estaba pasando allí, pero tenía una cosa
perfectamente clara: En aquella comisaría alguien había saboteado las pruebas.
Y no sabía quién era el topo, así que el silencio sería su mejor aliado de
momento.
- Ya no lo
recuerdo, señora Lee. - Eunjung frunció el ceño. - Es este dolor de cabeza,
será mejor que me vaya a casa y cuando se me pase podré pensar con claridad y
recordarlo.
- Le ruego
que no tarde, inspector. - Suplicó con elegancia la jefa, despidiéndose
cordialmente. Changmin ni se despidió, se conformó con observar a Donghwan
caminar lentamente, sumido en sus propios pensamientos, hasta el ascensor, que
se cerró con la misma lentitud.
En el mismo
momento que Donghwan salía del edificio de la policía, en el tercer piso, donde
se encontraba la gran imagen proyectada, se creó un gran alboroto.
- ¡Se han
despertado! ¡SE HAN DESPERTADO!
En algún lugar de Seúl.
Un chico
ancho y con el pelo corto abrió los ojos lentamente, intentando que su vista
borrosa se enfocase. Frunció el ceño una vez que lo hizo, mirando a su
alrededor con confusión.
- ¿Qué
diablos…? - Musitó en inglés. Observó la habitación recubierta hasta el techo
de azulejos que en su día debieron de ser blancos, ahora marrones por la
suciedad y el moho. Estaba oscuro, pero había la suficiente luz como para ver a
su alrededor. Solamente funcionaba uno de los alógenos del techo.
Tragó saliva
e intentó incorporarse, pero estaba demasiado mareado para ello. Solo entonces,
al moverse, se dio cuenta del enorme grillete que le rodeaba el cuello,
clavándose en su piel a causa de su peso. Intentó arrancárselo, pero no lo
logró, y entonces fue cuando empezó a cundir en pánico.
- ¡MARK! ¡YOUNGJAE!
- Gritó, zarandeando al chico delgado de su derecha y a uno más bajito y rubio
de su izquierda. - ¡DESPERTAD!
Lentamente,
los aludidos abrieron los ojos lentamente, también frunciendo el ceño a causa
del dolor de cabeza y el mareo.
- ¿Qué es
esto? - Murmuró Mark, mirando con los ojos como platos a su alrededor. Youngjae,
al contrario, no dijo nada, simplemente observaba en silencio, confuso.
- ¡YAH! ¡DESPERTAD
TODOS! - Gritó Jackson, incorporándose como pudo, sintiendo el peso del
grillete de hierro empujarle contra el suelo. Su espalda se resentía, pero él
continuó gritando hasta que, lentamente, todos sus compañeros habían abierto
los ojos y miraban a su alrededor con expresiones de auténtico terror.
Era una
habitación rectangular, sin ventanas, solamente iluminada por un alógeno de
escasa potencia. En el fondo había una puerta oxidada y grande, encima, una
pantalla en negro, notablemente más moderna y limpia que el resto de los
componentes de la habitación. A cada extremo de la puerta, unos enormes
jarrones de vidrio transparente contenían unos cuantos cables y cientos de
clavos, también oxidados. Los cables trepaban por la mugrienta pared hasta la
televisión.
Paralela a
la puerta, en el otro extremo de la habitación, otros dos jarrones exactamente
iguales, decoraban con un toque terrorífico la ya de por sí horrorosa escena.
Entre estas dos paredes, los chicos estaban encadenados por el cuello a un
sistema que parecía de poleas: Todos con un grillete en el cuello, el cual era
conectado por una cadena gruesa a un conjunto de engranajes. Pero lo más
aterrador era la afiladísima cuchilla, brillante y pulida con forma de media
luna, que estaba sobre la cabeza de cada uno. En ese momento, prefirieron no
preguntarse para qué serviría.
Enfrente de
ellos, había una especie de cubos también de vidrio, enmarcados por juntas de
madera oscura, y también parcialmente llenos de clavos. Sin embargo, pendiendo
sobre los clavos gracias a un fino hilo transparente, se encontraba una pequeña
llave.
- ¿Es esto
una broma? - Preguntó Jaebum, un chico de pelo negro y corto, ojos pequeños y
complexión delgada. Él era el que más cerca estaba de la puerta oxidada, pero
todavía más cerca del jarrón de clavos.
- Si es así,
no tiene ninguna gracia. - Al otro lado de la sala, en el otro extremo de la
fila de cuchillas, habló un chico bajito y también de pelo negro, pero éste con
la voz más aguda y visiblemente más joven. Bambam le llamaban, ya que su nombre
original era demasiado complicado de pronunciar.
Al lado de
éste, un chico alto y fuerte también había logrado incorporarse y miraba a su
alrededor con ojos llorosos.
- Que
alguien me diga que esto es una cámara oculta, por favor. - Sollozó, mirando a
Bambam y a Youngjae.
- Yugyeom,
cálmate. - Le dijo Jinyoung, otro chico moreno, situado entre Jaebum y Mark.
Ambos le miraron cuando habló. - Si esto es una broma, no tardarán en
hacérnoslo saber.
- No tiene
pinta de que lo sea. - Susurró Mark, girándose sobre sí mismo y alzando la mano
hasta rozar con la yema del dedo índice la cuchilla. Su carne en seguida se
dividió en dos y un chorro fijo de sangre recorrió su mano, cayendo por su
muñeca y perdiéndose en su sudadera negra. El resto de los chicos abrieron los
ojos como platos, todos menos Jackson, que se abalanzó sobre la mano del chico
castaño y vendó el dedo herido con su camiseta holgada, haciendo presión.
Jinyoung frunció el ceño, pero todos los demás se miraron los unos a los otros
completamente asustados.
- Está bien.
- Dijo Jaebum con voz temblorosa. - Tenemos que tranquilizarnos y pensar. ¿Alguien
recuerda cómo hemos llegado aquí?
Todos los demás
negaron lentamente con la cabeza. El chico de pelo negro del fondo de la habitación y
el alto que estaba a su lado, Bambam y Yugyeom, parecía que iban a romper a
llorar de un momento a otro.
Jaebum era
el líder del grupo, se sentía responsable de esos seis chicos, y por primera
vez desde que los había conocido, no sabía qué hacer.
- Vamos a
morir. - Suspiró Youngjae, sentándose en los azulejos y hundiendo el rostro
entre sus manos. Los demás le miraron.
- No… -
Yugyeom, a su lado, comenzó a caminar sin darse cuenta ni de que lo hacía. Los
demás entonces le miraron a él, que había comenzado a llorar de histeria. - ¡NO
QUIERO MORIR!
Tras su
rugido, su impulso fue correr, pero se detuvo al escuchar los gritos de sus
compañeros, que habían sido empujados hacia la cuchilla en cuanto él había
tirado de la cadena enganchada al grillete.
- ESTATE
QUIETO. - Le chilló Mark, señalando la pantalla de la televisión, que había
parpadeado en cuanto Yugyeom había salido en estampida. - Tranquilízate y
escúchame: - Dijo ahora más suavemente, tragando saliva como podía. Aquel
endemoniado grillete apenas le dejaba respirar. - Primer, vuelve a tu sitio
lentamente, ¿vale? - Yugyeom obedeció entre lágrimas, y en cuanto llegó, el más
alto se sentó, al igual que Youngjae. Bambam le miró con tristeza.
- ¿Qué pasa,
Mark? - Preguntó Jackson, observando la expresión del chico, concentrada en
seguir los cables de la habitación.
- Eso… -
Señaló entonces los jarrones, uno por uno. - Son bombas de clavos.
- ¿Cómo lo
sabes?
- Lo vi en
la televisión una vez. - Musitó. - Si tiramos de estas cadenas, la televisión
se encenderá, y no es muy difícil adivinar que se accionará un contador que
hará la cuenta atrás para que exploten. - Los demás le miraron con horror.
- Lo que yo
dije, - Susurró Youngjae. - vamos a morir.
Yugyeom
sollozó a su lado, recibiendo inmediatamente el abrazo de Bambam.
- Nadie va a
morir. - Replicó Jackson, mirando con crudeza a su equipo. - Saldremos de esta.
- ¿Nadie va
a preguntar por eso? - Espetó entonces Jinyoung, señalando los cubos de vidrio
que estaban enfrente de ellos. Siete pares de ojos se fijaron en ellos. -
Tienen unas llaves colgando, quizás sirvan para abrir esto. - Dijo, agarrando
su grillete. Jaebum frunció el ceño y miró la pantalla.
- Si nos
acercamos a ellos es posible que las bombas detonen. - Comentó.
- La opción
es, o probar, o quedarnos aquí para siempre. - Contestó Jinyoung. Ambos amigos
se miraron fijamente, pero sin querer decirse nada. A veces una mirada es
solamente una mirada.
- Está bien.
- Musitó Jaebum, dirigiéndose a los demás. Youngjae levantó la mirada, copiando
a los demás. - Yo iré primero. Tiraré de la cadena, así que no os asustéis si
os arrastra hacia atrás, ¿vale?
Todos
asintieron sin demasiada convicción. “Un líder es un líder. Siempre. Para lo
bueno y para lo malo.”, pensó Jaebum, mirando a sus amigos, a sus hermanos,
como si fuese la última vez que los fuese a ver.
Cogió aire y
comenzó a caminar, no sin esfuerzo, escuchando gruñidos a su espalda y ruidos
de cadenas.
- Duele… -
Lloriqueó Bambam, pero no podía dar media vuelta, por mucho que quisiese
proteger a uno de los más pequeños.
No dio más
de cinco pasos cuando se escuchó un pitido agudo y se encendió la televisión,
mostrando un símbolo chino.
- ¿Qué es
eso? - Susurró Yugyeom, mirando fijamente el dispositivo.
- Pone
justicia. - Dijo Jackson, con el ceño fruncido.
Jinyoung
miró a Mark, buscando una segunda opinión, pero el chico simplemente asintió
lentamente. Efectivamente, ponía justicia.
- Hola, GOT7. - Una voz distorsionada por
ordenador rebotó en los azulejos de la habitación. - Bienvenidos a mi fantasía, espero que estéis cómodos.
- ¿Pero qué
cojones…? - Masculló Jaebum, también con la vista fija en la televisión.
- Vosotros, que os creéis que poseéis el
mundo. Egocéntricos, obsesionados con vuestra imagen y ganancias, sin tener en
cuenta nada más que los bienes materiales en vuestras vidas… ¿De qué os sirve
eso ahora? - Los chicos se miraron entre ellos, sin entender.- Lo que os rodea es mi mundo, ahora vosotros
tendréis que lograr sobrevivir en él. Me imagino que ya habréis notado los
artilugios que os cuelgan del cuello, ¿me equivoco? Si es así, simplemente
espabilad y llevaos las manos a éste. Estos collares están conectados a unas
cadenas. Siempre que uno avance, los demás retrocederán, justo como vuestras
carreras musicales. Irónico, ¿verdad? En fin, continúo. Estas cadenas están
conectadas unas con otras, por lo que no intentéis correr dos a la vez, no os
servirá de nada; tendréis que ir uno a uno. Enfrente de vosotros encontraréis
siete acuarios, uno para cada uno. Soy pura generosidad. Tendréis que romper el
cristal como podáis y coger la llave que abrirá los grilletes. Una vez abierto
el primero, la puerta que veis a vuestra derecha se abrirá y podréis pasar a la
siguiente fase.
- ¿De qué
está hablando? - Susurró Bambam, mirando con miedo a Yugyeom. El chico era
extranjero y le costaba entender lo que decía la voz distorsionada. Yugyeom le
hizo callar, ya se lo explicaría más tarde.
- Sé que los jarrones os habrán llamado la
atención, pero no os preocupéis, saciaré vuestra curiosidad: Son bombas. En
cuanto mi explicación acabe, empezarán dos contadores: El primero será de diez
minutos, que será el tiempo que tendréis para salir de esta habitación o
quedaros en ella para siempre. El segundo será de tres minutos, y será el
tiempo que tendréis para liberaros de vuestros grilletes. Aquel que no lo haya
logrado en ese tiempo, será arrastrado por su cadena hasta esa preciosa
guillotina que pende sobre vuestras hermosas cabecitas jóvenes. ¿Estáis
dispuestos a perder la cabeza por un simple juego? - La voz rió
siniestramente, encogiendo los corazones de los siete muchachos.- Sin embargo, me caéis bien… Os he cogido
cariño después de tanto tiempo juntos, así que os daré diez consejos que os
ayudarán a sobrevivir en mi mundo, ¿estáis listo para escucharlos? Mark,
Jackson, Bambam: Prestad atención, porque solamente lo diré una vez.
- ¿Cómo se
sabe nuestros nombres? - Murmuró Mark, mirando a Jinyoung y a Jackson. Ninguno
supo responderle, estaban demasiado asustados como para molestarse en responder
siquiera un “ni idea”.
- Recordad que el tiempo no se detiene por
nada ni por nadie. Haced lo contrario a lo que os diga vuestro cerebro, la
lógica a veces no es la solución. Vivid
y dejad vivir, esto es importante. A este juego pueden jugar hasta 7 personas,
pero solamente es necesaria una… Así que vosotros decidís. Controlad vuestras
emociones, os pueden traicionar, y tened claras vuestras prioridades. También
tened en cuenta que no siempre lo que se dice es lo que se piensa.
- Habla
demasiado rápido… - Sollozó Bambam, completamente asustado y confuso.
- Aprended a sentir y soportar: Sentid y
soportad lo que yo sentí. Y, por último, sabed que la suerte no existe… Tras
todo esto, solamente me queda por decir una cosa: Suerte, chicos. A los que lo
logréis, os veré en la siguiente prueba.
La pantalla
eliminó su símbolo y se dividió en dos. En la derecha se inició una cuenta
atrás de diez minutos, tal y como había dicho la voz, y en la izquierda, la de
tres minutos.
Tristemente,
ninguno logró reaccionar a lo que estaba pasando.
- Por favor…
- Lloró Bambam desconsoladamente. - Que alguien me explique qué ha dicho… ¡Por
favor!
Yugyeom
estaba en shock, con los ojos como platos fijados en las bombas de clavos. Los
demás, demasiado obcecados y confusos como para escuchar lo que se decía a su
alrededor.
- ¿Cómo has
podido permitir que pasase esto? - Jinyoung rompió el silencio con un grito que
hizo sobresaltarse a todos menos a los dos pequeños, que continuaban en shock
al fondo de la sala. Jaebum se giró, dándose por aludido, y efectivamente, para
él era el mensaje.
- Eh?
- ¡Esto es
culpa tuya! ¡Se supone que tenías que guiarnos y cuidarnos! ¿¡Qué clase de
líder eres!?
- ¡No es
culpa de Jaebum! ¡No creo que se haya dejado secuestrar por gusto! - Le gritó
Jackson a Jinyoung, que en seguida le dedicó una mirada asesina. Youngjae,
mientras, observaba todo en silencio, sin expresión. Parecía que la vida ya
había abandonado su cuerpo.
- Yo… -
Jaebum, dolido por el comentario de su amigo, sintió como los nervios empezaban
a dominarle. - No… Lo siento… Yo…
- ¡Si
hubieses hecho bien tu trabajo, ahora no estaríamos aquí a punto de morir! -
Continuó Jinyoung. Mark le miraba, sin comprender.
- DE VERDAD,
JINYOUNG. ¿¡ERES IDIOTA!? - Rugió Jackson, intentando alcanzarle para pegarle,
pero Mark se puso en medio rápidamente, estirando los brazos e impidiendo que
ambos se alcanzasen el uno al otro.
- Por favor,
- Dijo, mirándolos con reproche. - ahora no es el momento. Queda un minuto y
medio para que todos nos degollemos, así que, démonos prisa.
- Jaebum no
tiene la culpa. - Musitó Youngjae, haciendo que todos le mirasen, incluido
Jaebum. - Es la persona más honesta y responsable que conozco, jamás habría
dejado que esto sucediese si hubiese estado en su mano.
Jinyoung
entonces bajó la mirada, con los ojos en lágrimas, y mira a su mejor amigo, que
le mira con tristeza.
- Lo siento…
- Susurró. Mark entonces tomó su mano y le sonrió suavemente, bajo la atenta
mirada de Jackson, que sintió cómo la rabia le recorría de los pies a la
cabeza.
- JODER.
ESTOY HARTO. - Rugió de nuevo, y sin contemplaciones, salió corriendo con todas
sus fuerzas hacia el cristal. Se sacó una zapatilla, metió el puño dentro y,
sin escuchar los gritos de ahogo de sus compañeros y amigos, partió el vidrio
de un fuerte puñetazo, cogiendo la llave y girándose, mirando únicamente a
Mark. Éste le devolvió la mirada, mientras luchaba por no quedarse sin
respiración. Jackson dejó de hacer fuerza con las piernas y se dejó caer de
rodillas, siendo inmediatamente arrastrado por la correa hasta su sitio
original. - Corre, Mark. - Logró decir, recuperando la respiración del tirón de
la cadena. Cogió la llave con cuidado y abrió su grillete. En ese momento, la
puerta hizo un ruido ensordecedor y se abrió con un chirrido.
Cuando todos
la miraban, Mark ya había roto el cristal de un codazo, por lo que el brazo le
sangraba, y se arañaba la piel cogiendo la llave entre vidrios rotos.
- ¡JINYOUNG,
CORRE! - Chilló, siendo arrastrado también hasta su posición original. El
aludido miró a Jackson, tendido en el suelo, dolorido y escaso de respiración,
y asintió a la llamada de Mark. Jackson le dirigió una mirada de rencor.
El moreno corrió,
haciendo de nuevo que los demás protestasen por sus vidas.
- ¡Jinyoung,
cuarenta segundos! - Gritó desesperadamente Jaebum. No tardó en romper el
cristal, envolviendo su brazo en la sudadera. - ¡Youngjae, ve tú!
- ¡No,
Hyung! - Respondió Youngjae, sin quitar la mirada del temporizador. - ¡Corre
tú!
- ¡Joder,
Youngjae! - Rugió el líder, pero sin embargo, obedeció, corriendo como si le
persiguiese el mismísimo diablo. En ese momento, Mark y Jinyoung se abrazaban,
aliviados de estar liberados, pero tirados en el suelo. Las piernas en esos
momentos siempre escogían fallar.
Jaebum
recogió su llave con el mismo método que Jackson, y cuando se dejaba arrastrar,
quemándose la espalda a través de la camiseta por la fricción, miró a los más
jóvenes del grupo. ¿Por qué no se daba prisa cuando quedaban menos de 30
segundos?
- Chicos,
ahora vosotros. - Les apremió Youngjae. Los dos pequeños se miraron entre
ellos, y Yugyeom le sonrió con dulzura a Bambam.
- ¡Ve tú,
corre! - Bambam respiró agitadamente y asintió nervioso, saliendo corriendo de
inmediato, pero a él, a causa de que su fuerza era menor, le llevó más tiempo
que a los demás alcanzar la caja de cristal. - ¡TÚ PUEDES, BAMBAM! ¡YO SÉ QUE
PUEDES! - Gritaba Yugyeom, mirando de reojo el contador. 18 segundos.
Por fin, el
pequeño rompió el cristal, cogió la llave y exclamó de dolor cuando la
cadena tiró con fuerza de su cuello hacia atrás.
- ¡Yugyeom,
corre! ¡CORRE! - Le rugió Youngjae, prácticamente empujándole para que saliese
a la carrera. 11 segundos.
Yugyeom no
pudo ni pensarlo, porque cuando quiso darse cuenta, había tropezado con sus
propios pies y estaba de rodillas, haciendo fuerza para intentar que la cadena
no tirase de él hasta el inicio. 8 segundos.
- YUGYEOM! -
Chilló Youngjae. - Los demás miraban el temporizador, aterrorizados. Yugyeom,
sacando la fuerza que le proporcionó la adrenalina, se abalanzó como un animal
sobre la caja, rompiéndola de un codazo y cogiendo la llave, volvió corriendo
lo más rápido que pudo hacia su sitio.
- ¡YOUNGJAE,
CORRE, POR DIOS! ¡CORRE! - 5 segundos. Jaebum gritaba, dejándose la garganta,
pero todos escucharon la cadena de Yugyeom chocarse contra la pared, con el
grillete abierto de par en par como los de los demás. Lo que recordarían hasta
el fin de sus días, fue la cadena de Youngjae retroceder rápidamente en cuanto
el reloj llegó a cero, el cuerpo de Youngjae chocarse violentamente contra la
pared de azulejos y la cuchilla abrirse paso por su cuello, dividiendo su carne
en dos, salpicando el líquido vital de su amigo a Jackson y a Yugyeom, que
miraban la escena con los ojos como platos.
- ¡YOUNGJAE! ¡NO!
¡YOUNGJAEEEEE! - Jaebum comenzó a gritar, cayendo sobre sus rodillas y llorando
desesperadamente. - ¡NO, YOUNGJAE! ¡NO! ¿¡POR QUÉ, JODER!? ¿¡POR QUÉ!?
Jinyoung y
Mark observaban la cabeza de Youngjae, que había rodado un metro lejos de su
cuerpo. La observaban sin expresión, sin moverse, sin pestañear siquiera. ¿Qué
estaba pasando? ¿Por qué a ellos? ¿Por qué Youngjae? ¿Por qué alguien jugaría
así con sus vidas?
Jackson
logró moverse un poco, alargando la mano hasta la de su amigo, sin vida y
empapado en su propia sangre, sin poder evitar romper a llorar.
- ¿QUÉ
MIERDA ES ESTO? - Lloró, aferrándose a esa mano pringosa por el líquido
carmesí. Yugyeom entonces empezó a vomitar, siendo abrazado violentamente por
Bambam, que sollozaba y temblaba como si le estuviesen dando espasmos.
- Quedan 14
minutos hasta que exploten las bombas… - Susurró Jinyoung, sin moverse de su
sitio. Solamente sus labios respondían a su cerebro. La imagen había sido
demasiado para él.
- Youngjae…
- Jaebum se incorporó, con el rostro empapado en lágrimas, y se giró hacia la
pantalla. - Juro que te vengaré. Te lo juro. Esto no quedará así… - Masculló,
caminando a lo largo de la habitación, recogiendo todas las llaves.- Los demás,
vámonos.
Jaebum
estaba de pie al lado de Yugyeom, que abría la boca a causa de las arcadas,
pero ya no tenía nada más que vomitar. Jackson no soltaba la mano del cuerpo de
su amigo, con la mirada perdida en sus pensamientos.
- Moveos. No
quiero perder a nadie más. - Musitó, posando la mano en la cabeza de Bambam,
que temblaba exageradamente contra el cuerpo de Yugyeom, del que no se soltaba.
- Sí. -
Jinyoung, con la misma expresión en su rostro, se levantó tambaleante, y lo
mismo hizo Mark, que se acercó lentamente a Jackson y le puso una mano en el
hombro.
- Vámonos,
Jackson. - Le dijo en inglés. Jackson tensó la mandíbula y le miró con los ojos
enrojecidos del llanto y la furia.
- Era mi
amigo… - Siseó, sin soltar su mano. Mark asintió, también comenzando a llorar.
Antes el shock no se lo había permitido. - ¿Sabes lo divertido que era? ¿Cómo
se esforzaba en todo? Sí, era un payaso y daba pena a veces, pero yo le quería.
Era mi hermano. - Sollozaba, pero su voz salía en forma de balas, cargadas de
sed de venganza y furia primitiva. - Sea quien sea ese animal, no va a salir
vivo de esta.
Mark asintió
de nuevo, secándose las lágrimas, y se agachó a su lado, mirándole con dulzura.
- Yo también
le quería…
- ¿Tú acaso
sabías que existía? ¿No estabas demasiado ocupado con tu romance estúpido con
ese gilipollas? - Espetó Jackson, retirándole la mirada y alzando la mano de
Youngjae a su propia mejilla. Los dos maknaes ya seguían al líder hacia la
salida, lentamente, gracias a la ayuda de Jinyoung.
- Si quieres
vengarle, - Susurró Mark, ignorando el golpe de su mejor amigo. - has de
sobrevivir. Y para eso necesito que salgas de aquí, conmigo.
Jackson
volvió a mirarle, esta vez con la tristeza dibujada en su rostro. Le miró a los
ojos unos segundos, y se incorporó, soltando la mano de Youngjae y quitándose
la sudadera, tapando el cuerpo.
- Volveré a
por ti. - Le susurró, quitándose el collar que llevaba puesto y colocándolo
encima del cadáver. - No te dejaré aquí.
Mark sollozó
y cerró los ojos, rezando una oración por el alma de su amigo. No era
especialmente creyente, pero en esos casos, prefería hacerlo por si acaso.
- Y tú, -
Abrió los ojos al escuchar a Jackson llamarle con crudeza. - no me hables así.
Sabes lo que provocas en mí… Así que no me hagas esto.
- Chicos,
seis minutos. - Les apremió Jaebum desde la puerta. Jinyoung, a su lado,
observaba la imagen con expresión consternada. Jackson asintió a la llamada y
se alejó de Mark, que le siguió con la mirada hasta que se sentó en la sala
contigua, al lado de Yugyeom que lloraba desconsoladamente mientras balbuceaba
“ha sido culpa mía”.
- Mark. - Le
llamó Jinyoung con dulzura. Éste sollozó y asintió también a su llamada,
caminando lentamente hacia él.
Comisaría central de Policía. Seúl.
En la
comisaría, unos cincuenta miembros del cuerpo miraban con expresiones de pánico
la inmensa pantalla. La inspectora no era menos, pero intentaba aguantar las
lágrimas, cosa que la mayoría de los presentes no era capaz de hacer.
- Se ha
cargado a un niño de diecinueve años. - Susurró alguien por ahí con voz
entrecortada.
Entonces,
Eunjung miró a su derecha, donde se encontraba Changmin, observando todo con el
ceño fruncido. Éste, al sentirse observado, le devolvió la mirada.
- inspector
Kang… - Susurró Eunjung, intentando sonar segura y no desmoronarse ante las
brutales imágenes que acababa de presenciar. - ¿Dónde están los creadores de
perfiles?
- Llegando,
señora Lee. - Ésta asintió, y tragando saliva, sacó pecho y se giró ante la
multitud, intentando por todos los medios mostrarse segura.
- No tenemos
tiempo que perder. Esto no es un farol, ¡así que todo el mundo a trabajar! ¡YA!
...fu**...lo haces muy realista Unnie, esta buenisimo, esperare la prox cap
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado <3 Gracias por leer y comentar :D
EliminarA decir verda es la primera ves que leo este genero... y me FACINO!!! De veras, bueno como dijo la otra chica..veo un triangulo amoroso <3 JinMarkSon 7w7 aunque me guste mas el Markson XD me agrada la idea, esta clarisimo lo del YugBam *u* y Jb pobre ..YoungJae se fue T0T....aiigooo estoy con los nervios de punta l pensar quien sera el siguiente *m*
EliminarPues el siguiente va a ser todavía más intenso, así que... Hay que prepararse! Jajajaja
EliminarGracias por leer y comentar
¡¡Youngjae!! nooo TT^TT tenía un 0,0000001% de esperanza de que al menos en la primera prueba salieran todos con vida, pero no fue así.... ;^; Ohh, estoy en shock, te lo aseguro, no se qué escribir XD este comentario va a ser extraño, lo veo venir.
ResponderEliminarPrimero... desconfío de Changmin... y de casi todos en general, (Hasta de Donghwan ._.) pero sobre todo de él, salió demasiado... sano con respecto a sus compañeros cuando pasó por las pruebas...
Segundo; mis niños ;^; ¿Quién les haría algo tan horrible a esos pedazos de algodón de azúcar rosa? Pasando de la obviedad de lo profundamente consternada que estoy por lo que están pasando.... Me gustó mucho la forma en que describiste todo, la habitación, las luces, la maquinaria... prácticamente pude transportarme a aquel lugar, fue genial!
Tercero; ya veo el triángulo amoroso que hay entre Jackson, Mark y Jinyoung, pobre Jackson ;^; sufre...
Cuarto......... ¿Debería de acostumbrarme a que muera gente en el fic, no? XD debería haberme hecho a la idea en cuanto leí el "Capítulo 0" pero aún no lo consigo del todo jajaja, jaja, ja...... TTuTT
¡¡¡Te extrañaré Yongjae!!! Espero que los demás no se culpen demasiado por su muerte, yo intento no hacerlo también... soy comprensiva, ¿Qué persona normal no perdería los nervios en una situación así? es normal que perdieran los valiosos segundos del principio del juego...
Me encanta, es totalmente emocionante, me gusta mucho mucho :3
Si el comentario te parece raro atribúyeselo a lo de Younjae XD
Gracias por el capítulo~~ <3
Youngjaeeeeee D: (Comparto tristezas aunque lo haya escrito yo)
EliminarHaces bien en desconfiar hasta de tu colchón... Aquí va a haber salseo jajaja
JinMarkSon van a dar guerra también...
Cuarto: Sí. xD
No ha sido raro, ha sido especial (?) xD Todos estamos traumatizados por lo sucedido, incluso yo, que mira cómo salió el capítulo xD
Gracias a ti, mai lof, por leer y comentar siempre <3