Mentiría si dijese que los días restantes hasta el sábado
pasaron rápido, no lo hicieron, y los días de clase eran cada cual más incómodo
que el anterior, pero aguanté hasta el sábado.
- Qué haces Sungmin? – Zhoumi me observaba desde su cama,
mientras yo miraba desafiante a la ropa de mi armario.
- Pienso qué ponerme.- contesté secamente, pero es que
realmente tenía toda mi concentración puesta en aquello. “Colores brillantes?…
no, no creo que a Kyuhyun le guste que llame mucho la atención… Tonos pastel?
mmm… no, volvería a mi antiguo y rosa yo… Oh! Rosa! No, Sungmin, rosa no… y
todo de negro tampoco, que hace calor…” suspiré mirando al suelo, me estaba
volviendo loco.
- Quieres que te eche una mano? – le miré de reojo, a él y a
la ropa que llevaba puesta en ese momento. La verdad es que Zhoumi no vestía
mal… Ayudaba el hecho de que todo le quedase bien al ser alto y tener una
espalda ancha y masculina… todo lo contrario a mí.
- De acuerdo…- me aparté de mi armario para que él pudiese
observar mi ropa.- qué me aconsejas?
Lo miró pensativo durante unos minutos, hasta que por fin se
levantó de la cama y avanzando hacia mi armario, cogió unos vaqueros azul
claro, una camiseta blanca y una chaqueta de punto azul marino.
- Es básico, pero elegante. – me lo dio y lo miré no muy
convencido.
- No es demasiado básico?
- Vas a ver a tus padres, no? – Es verdad! esa era la excusa
que le había dado a Zhoumi. No quería que supiera que iba a salir con Kyuhyun,
aún no estaba muy seguro de lo que debía pensar sobre mi compañero de cuarto,
así que de momento, mejor guardar las distancias.
- Cierto… es perfecto, gracias.- me di la vuelta, dejando
las prendas sobre mi cama y desvistiéndome, notando los ojos de Zhoumi, de
nuevo en su cama, clavándose en mi espalda.- No tienes nada mejor que hacer mas
que mirar cómo me visto?
Escuché como se reía traviesamente.- No.
- Lo suponía…- era muy incómodo el cambiarse delante de tu
compañero de cuarto, que parecía que te estaba grabando con los ojos, y
cambiarse en el cuarto de baño me parecía demasiado.
Terminé de cambiarme y me senté en la cama, quedaba una hora
para quedar en el lugar hablado. Habíamos decidido, bueno, YO había decidido
(puesto que él ni me miraba, simplemente asentía a todo lo que yo le decía)
quedar en la ciudad, así nadie haría preguntas incómodas al vernos salir
juntos.
No sabía si Kyuhyun había salido ya hacia el punto de
encuentro, pero yo tenía que ir tirando si quería llegar puntual, o al menos
antes que él.
Me despedí de Zhoumi y salí de la habitación. Hacía tiempo
que no estaba tan nervioso, me sudaban las manos y juraría que estaba hasta
temblando cuando subí al autobús de camino a la ciudad.
No había planeado mucho la cita, la verdad… Sabía lo que
quería hacer, a donde quería llevarle… lo que no sabía era cuánto me permitiría
hacer Kyuhyun…
Bajé un del autobús un rato después, mirando el reloj. “Aún
queda media hora…” Decidí ir a comprar un café. Sabía que a Kyuhyun le
entusiasmaba el americano con hielo, así que me acerqué al Starbucks más
cercano y pagué por los dos americanos.
Me dirigí a la plaza donde, en teoría habíamos quedado, y me
coloqué en medio de ésta a esperarle. Esperé la media hora sobrante y otra más,
y puede que incluso otra más, hasta que le vi venir, caminando con la cabeza
baja y arrastrando los pies. Miré mi reloj, llegaba casi una hora tarde, el
hielo del americano se había convertido en agua y el alivio que sintió mi
corazón fue indescriptible.
Me acerqué a él, tendiéndole el café. –Creía que no
vendrías.- le sonreí con dulzura, animándole con la mirada a que cogiese el
aguado café.
- Te lo prometí, no? – tomó el café, mirándolo no muy
seguro.- llego un poco tarde…
- No pasa nada.- sonreí de nuevo, dándole un sorbo a mi
café, estaba casi caliente del tiempo que había estado esperándole al sol, pero
no me importaba, esta era mi oportunidad y estaba dispuesto a aprovecharla.
Empezamos a caminar, le observé de reojo cuando se decidió a
darle un sorbo al café, su intento de disimular su cara de asco casi hace que
tuviera que escupir el mío de la risa.
- A dónde vamos? – dijo mientras miraba fijamente al café,
dudando entre si debía tirarlo o no.
- Mmmm… qué te parece si vamos al parque te atracciones?- me
miró fijamente, abandonando su punto fijo que era el café. Sí, ese era mi plan
A, llevarle al parque de atracciones, el parque donde yo había visto su
auténtico corazón por primera vez… Sí, el chantaje emocional podía ser todo los
rastrero que quisiera, pero estaba dispuesto a ello si con eso podía conseguir
que Kyuhyun volviese a mí.
- Al parque? – preguntó sin dejar de mirarme. En mi opinión,
Kyuhyun parecía un poco nervioso con la idea.
- de atracciones.- sonreí volviendo a mirar al frente.
Tomamos el autobús, Kyuhyun en algún momento del trayecto
había tirado disimuladamente el café a una papelera, y ahora, miraba por la
ventana del autobús, serio y con la mirada perdida. Desde que había empezado
nuestra cita no había sonreído ni una vez, yo ya tenía asumido que él no iba a
ponerme las cosas fáciles, pero yo tampoco se las iba a poner a él.
Bajamos en la parada del parque, estaba igual que la última
vez, solo que con más gente.
- Vamos.- Caminé hacia la entrada, notando cómo el me seguía
a un paso más lento. Le dí las entradas al hombre de la entrada y pasamos
dentro. – En qué quieres subir primero?
Negó con la cabeza.- Todo esto es para críos, así que tú
decides.- Toma ataque! Sonreí para no darle la satisfacción de verme enfadado
en este día. “Buen ataque Kyuhyun…”
- Vale! Yo elijo pues… Qué te parece la montaña rusa?-
señalé el conjunto de bucles, curvas y pendientes de vértigo que se veían al
otro lado del parque aún cuando nosotros nos encontrábamos en la entrada, y le
miré sonriendo, buscando su aprobación.
Lo miró no muy convencido, pero asintió finalmente,
siguiéndome hacia allí con los brazos cruzados y mirando en todo momento a su
alrededor.
Había un buen trecho caminando hasta la montaña rusa, no era
nada fácil caminar sin perdernos el uno al otro, estaba muy lleno de gente, y
el ruido de la muchedumbre a la par que la rallante música de las atracciones,
no ayudaba.
- Cuidado!- Cuando fui consciente de lo que estaba pasando a
mi alrededor, abrí los ojos y me encontré con Kyuhyun sujetándome para que no
me cayese por un barranco. A qué clase de persona se le ocurre poner un
barranco ahí? miré hacia abajo, era de una de estas atracciones de agua, que
pasa un río por debajo y te lleva a donde Cristo dio las tres voces… Pero eso
no era lo importante, miré a mi torso, donde los brazos de Kyuhyun me sujetaban
firmemente, hacía mucho que no recordaba cómo se sentía eso…
Me soltó, dándome un ligero impulso hacia atrás que me hizo
caerme de culo contra el duro suelo de asfalto. – Eres idiota? No miras por
dónde vas? Podrías haberte matado!- Kyuhyun me gritaba desde su altura, y yo le
miraba conteniéndome la risa. Matarme? Eran dos metros de cuesta… era imposible
que me matase, pero eso él no parecía entenderlo, y el simple hecho de que se
preocupase por mí ya me hacía sentirme un poco mejor.
- Lo siento…- contesté levantándome y sacudiéndome el pantalón
sucio. Volvimos a ponernos en marcha, Kyuhyun caminaba detrás mía farfullando
quejas sobre la mínima seguridad de este lugar, que podría haberse caído un
niño, y que si no había presupuesto para unas simples vallas y no se qué sobre
una hoja de reclamaciones.
Teníamos que subir otra cuesta para llegar a la montaña
rusa, pero entonces, cuando la subíamos, recordé de repente dónde estábamos…
miré a mi derecha, encontrándome con la casa del terror, ese lugar dónde yo y
mi brillante inteligencia, me había escondido, huyendo de la visión de Kyuhyun
y su cita, y donde poco después, Kyuhyun me había encontrado y abierto su
corazón a mí.
Miré hacia atrás de reojo, Kyuhyun también miraba al tétrico
edificio, muy serio y de nuevo con la mirada perdida. “Tú también lo recuerdas…
verdad Kyuhyun? No te creo capaz de olvidarlo…”
Llegamos por fin a la montaña rusa, no había tanta cola como
me esperaba encontrar, así que en unos escasos quince minutos, ya estábamos
escuchando las advertencias de seguridad.
Miré a Kyuhyun, muy emocionado, mi lado infantil afloraba en
estas situaciones, y yo bailaba nervioso sobre mi asiento, mientras Kyuhyun me
observaba de reojo, incrédulo y, claramente, intentando no sonreír… se notaba
que los músculos de sus mejillas estaban tensos, intentando aguantarse la risa.
En cuanto la atracción arrancó, las risas y los gritos de
todos los tripulantes, incluyéndome a mí, también empezaron a salir sin parar
de nuestras gargantas. Yo miraba a Kyuhyun de vez en cuando, él simplemente se
dejaba llevar por la atracción, sin expresión alguna y con los brazos cruzados
sobre el cinturón de seguridad, aunque yo me fijé, y de vez en cuando una
sonrisa sí que amenazaba en asomarse por ese rostro serio y sereno que
intentaba mostrar.
Cuando al fin paró la atracción, nos miramos fijamente el
uno al otro, ambos dirigiendo la mirada al mismo sitio, y ambos, para mi
sorpresa, estallando en carcajadas al vernos el pelo el uno al otro… Kyuhyun
parecía que acababa de salir de una secadora, tenía el pelo hecho un desastre,
y por lo visto yo también debía de tenerlo así, porque las risas de Kyuhyun no
paraban. Me daba igual que se estuviese riendo de mí, hacía mucho que no le
veía así, y el corazón se me alegro completamente al volver a ver esa sonrisa
que tanto me gustaba…
- Ven aquí…- Cuando el sistema de seguridad de la atracción
nos liberó, Kyuhyun se acercó a mí, alargando los brazos hasta alcanzar mi
cabeza, y recolocándome el pelo cuidadosamente. Mi sorpresa y mi sonrojo no
eran fáciles de ocultar, levantar la mirada y verle sonriendo de nuevo mientras
me peinaba realmente me hizo querer quedarme así para siempre. Bajó la mirada
hasta mi rostro, y borró rápidamente su sonrisa, aunque un leve sonrojo sí que
podía apreciarse en él. Sonreí, las lágrimas de absoluta felicidad querían
salir, pero no estaba dispuesto a permitírselo, no en ese momento. De alguna
manera, lo sentí, sentí el corazón de Kyuhyun… La calidez que solamente yo
conocía que éste podía emanar y la luz con la que lo iluminaba todo.
Bajamos de la atracción, él se peinaba el pelo con
nerviosismo, intentando arreglar el desastre hecho por el viento y la
adrenalina, y rechazando (por supuesto) mi ayuda en todo momento.
El resto del día Kyuhyun intentó aparentar que no se lo
pasaba bien, pero tampoco era tan buen mentiroso, y entre el algodón de azúcar,
el air hockey y el pique que se pilló con la máquina que mide tu fuerza y que
no dejaba de llamarle débil, pues se lo pasó bien, lo sé porque él no fue
capaz, por mucho que lo intentó, de esconder todas las risas, sonrisas y
miradas que nos dedicamos el uno al otro.
- Bueno Kyuhyun… - miré mi reloj, faltaban dos horas mas o
menos para que el parque cerrase.- Qué te parece si…- miré a mi alrededor, no
había mucho en lo que no hubiéramos montado aún, hasta que mis ojos se
tropezaron con la enorme noria que ya tenía encendidas las luces, y como pronto
se haría de noche, era perfecta.- Qué te parece si montamos en la noria?
La miró, posiblemente recordando también lo que había pasado
en la noria… No eran recuerdos bonitos, pero eran recuerdos juntos al fin y al
cabo. Asintió, otra vez haciéndose el serio y el aburrido y subimos a la noria.
La vuelta duraba aproximadamente una hora y poco, así que
lentamente la rueda iba girando, cogiendo altura. Tardaba media hora en llegar
a lo más alto, en esta media hora, yo recordé todo lo que había ocurrido el año
pasado en aquel parque, cada segundo de aquel día lo podía proyectar una y otra
vez en mi cabeza, como si de una película se tratase, y por cómo lucía Kyuhyun,
apuesto a que él estaba haciendo lo mismo. Estábamos a punto de llegar a lo más
alto del recorrido. Ninguno de los dos había pronunciado palabra alguna en
ningún momento. Le miré, estaba a punto de hacerse de noche, y las luces de
colores se reflejaban en nosotros.
- Kyuhyun…- me miró serio, era un momento un tanto
incómodo.- Oye… puedo preguntarte algo?- Asintió con la cabeza, sin dejar de
mirarme, y yo alcé la mirada, mirando mi propio reflejo en sus ojos negros.-
Cuando te marchaste el verano pasado…- tuve que bajar la mirada, no aguantaba
el contacto visual, era demasiado para mí en aquel momento.- me prometiste que
no me olvidarías… Solamente contéstame a esto… Lo hiciste? De verdad que me has
olvidado?- bajó la mirada, dirigiéndola a la ventana, observando la preciosa
vista que se apreciaba desde lo alto de la noria.
- Cómo podría haberlo hecho, Sungmin? – mi corazón empezó a
latir a mil por hora, Kyuhyun acababa de reconocer que no me había olvidado, y
yo no sabía que decir.
Trataba de poner en orden mis pensamientos, cuando su voz me
sacó de mi concentración.
- Esperaste mucho? - Le miré.
- Esperar...?- no acababa de comprender la pregunta.
- Cuando quedamos, llegué tarde... esperaste mucho?
Tuve que apretar los labios con todas mis fuerzas para que
una sonrisa no saliese de mi boca, él no dejaba de mirar por una de las
ventanas de nuestra cabina, pero yo no conseguía sacar mis ojos de él.
- No, no mucho.- asintió y el silencio volvió a apoderarse del
momento. Desvié la mirada hacia abajo, no debería de quedar más de veinte
minutos para que nuestro paseo terminase, qué debía hacer?
- Lo siento...- volví a mirarle, y él me miró a mí,
retirándome la mirada en cuanto nuestros ojos se chocaron.- lo siento...
- Por qué?- le miré, no entendía por qué me pedía disculpas...
- La noria... el año pasado... aquel beso... ya me disculpé
de aquella, pero ahora siento la necesidad de volver a hacerlo.- sonreí. Su voz
sonaba suave y dulce, hacía tiempo que no la escuchaba de esa manera.
- No seas idiota... ambos nos equivocamos en aquella
época...- me dolía un poco hablar de cuando salíamos de una forma tan lejana...
los recuerdos volvían, amontonándose todos de golpe, y un poquito sí que
dolía...
- Aquella época...- suspiró.
- Sí...
Ninguno de los dos sabía que decir, bueno, yo sabía qué
quería decir, pero no me atrevía... Me daba miedo que saliese huyendo de la
noria aún estando a la altura a la que estábamos. Mataría por poder tener el
valor de decirle, mirándole a los ojos, que le quería, que por favor, volviese
conmigo, que no era capaz de imaginarme mi vida sin él y que por favor, que me
besase...
- ... V-v-vuelve...- me miró.
- Qué?
- Vuelve... Vuelve conmigo!- no estoy seguro de si lo grité
o no, solamente sé que Kyuhyun me miraba sorprendido desde el asiento de
enfrente.- Te echo de menos...
Bajé la mirada, completamente avergonzado. "La has
cagado, Sungmin... Lo sabes, verdad?"
Una mano en mi mentón hizo que todos mis pensamientos se
paralizasen de golpe, y el sentir sus labios sobre los míos, hizo que mi mente
se quedase completamente en blanco.
Cuando volví a ser consciente de lo que pasaba a mi
alrededor, vi a Kyuhyun arrodillado ante mí, sujetándome con una mano el mentón
y con la otra el cuello, dejándome completamente inmóvil mientras me besaba. Movía
sus labios lentamente sobre los míos al mismo tiempo que yo disfrutaba de
aquella suavidad y calidez que no se podía lograr de otra forma.
Cerré los ojos, intentando memorizar esa sensación para no
olvidarla nunca más... "Dolía tanto tener que cerrar los ojos para poder
recordarte..." cuando ese pensamiento cruzó mi mente, las lágrimas se
amontonaron en mis ojos, preparadas para salir en cualquier momento... pero era
cierto... había dolido mucho tener que cerrar las ojos para recordar solamente
un poquito como era la sensación de aquellos labios, los que ahora volvía a
notar sobre los míos.
De repente, Kyuhyun se separó, con los ojos aún cerrados y
volvió a su asiento mecánicamente. Abrí los míos y le miré, mis emociones y mis
pensamientos estaban revolucionados; mientras mi corazón latía de tal forma que
apuesto a que él podía escucharlo, mi mente intentaba buscarle la explicación
lógica a lo que acababa de pasar.
- No puedo...- Parpadeé varias veces, volviendo a la
realidad, y mirándole, con la frente apoyada en el cristal, los ojos cerrados y
la mandíbula tensa.- No puedo Sungmin... Aunque quiera no puedo.
- ...- me costaba un poquito procesar la información en
aquel momento.- Qué?
- Que no puedo... No puedo volver.
En ese momento todo se desplomó, mi cerebro renunció a
seguir buscando una explicación romántica y bonita para dedicarse a buscar una
explicación para lo que Kyuhyun acababa de decir.
- No... no lo entiendo...- bajé la cabeza, con los ojos muy
abiertos y mis lágrimas esperando ansiosamente la cuenta atrás para empezar a
caer.
- No tienes que entenderlo, es simplemente un dato que te
estoy dando...- Kyuhyun contestó de forma fría, ya con los ojos abiertos y sin
dignarse ni siquiera a mirarme.
- Pero... Por qué me acabas de...- No tenéis ni idea de cuánto
deseaba no empezar a llorar en aquel momento, pero estaba muy cabreado, no,
cabreado no, furioso es la palabra que busco.
- De besar?- Kyuhyun dirigió su mirada a mí al mismo tiempo
que yo la levantaba buscando sus ojos, intentando que me dijese que todo era una
broma de mal gusto.- Tranquilo, no ha significado nada... Puedo besar a quien
quiera.
Ahí, justo en ese preciso momento, mi interior, corazón incluido,
se hizo añicos, trizas, pedazos y cenizas, todo al mismo tiempo. Qué? A quién
quiera? Por qué?
- Ah...- Ah? Bien Sungmin... Así es como siempre logras tus
objetivos...- ya veo...
El encargado de la noria abrió la puerta, haciéndonos una
señal para que bajásemos. Ya habían pasado los veinte minutos, y Kyuhyun se
apresuró a bajar rápidamente, desapareciendo entre la multitud que aún rondaba
el parque de atracciones. Dirigí mi mirada a él, no iba a esperarme? Tsé, qué
clase de pregunta era esa? Era obvio que no...
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