- Solo acepté
a hacerlo contigo porque me lo suplicaste desesperadamente... Y aún así osaste
huir... - Mi nombre es Kim Kibum, y soy
el becario de estas oficinas. - Despreciarme así tiene un castigo muy
severo. Como compensación, tendré que reeducarte todos y cada uno de los días a
partir de hoy... - Y este hombre que me
amenaza, es Kim Jonghyun. Os contaría más de él, pero ni yo mismo sé más de él
además de su nombre. - Escucha atentamente. Si osas desobedecerme, de ignorar
algo de lo que te digo... Le contaré a toda la compañía que eres un pervertido
homosexual que acosa a hombres en la calle.
Peligro....
Mi vida ha
sido un total infierno desde aquella confusión en la calle hace un mes escaso.
La persona que yo confundí con mi ídolo y fantasía sexual resultó ser un
manipulador y un degenerado que ahora se dedicaba a amargarme un poquito más la
vida en el trabajo.
Lo peor de
todo es que Kim Jonghyun se había convertido en mi jefe, por lo que a ver quién
era el listo que osaba levantarle la voz o amenazarle con presentar la
dimisión. Dimisión? De qué hablo? Soy un becario, los becarios no tenemos ni
derecho a dimisión... Triste vida de post-universitario.
- Kibum... -
Mierda. Su voz.- Las copias de los
informes de contabilidad que has traído esta mañana a mi mesa están mal. Tienen
varios datos que no concuerdan con los que tenemos registrados en el ordenador,
así que deberíamos echarles un vistazo a los oficiales.
Viene para contarme su vida? Yo hago
fotocopias, no compruebo datos. - Ah... sí? - Vete ya... Movía mis pies nervioso por debajo de la mesa que se me
había asignado, gracias a él supongo, mientras fingía comprobar las firmas ya
comprobadas de una carpeta verde.
- Sí,
podrías buscarlos y traérmelos?
- Ah...
espera, deberían estar por aquí... - Empecé a abrir los cajones en busca de lo
que me pedía. Dárselos ahora significaría ahorrarme una visita a su despacho,
que se había convertido en el lugar más temido para mí de aquel inmenso bloque
de oficinas. Prefería vivir en el cuarto de contadores para siempre con tal de
no tener que entrar allí, y sentirme devorado por sus ojos nada más cruzar el
umbral de la puerta. Mierda... Dónde
demonios están? No era capaz de encontrarlos.
- Aish...
mira que eres despistado Kibum... - Levanté la mirada ante su inusual y dulce
tono, escéptico. - Esos informes no pertenecen a tu departamento, están en el
piso de abajo, en estadística.
Frené mis
manos que buscaban histéricas en los cajones y bajé la mirada. Tenía razón,
habían sido devueltos ayer. Eso significaba paseíto por el edificio y viaje al
infierno también conocido como despacho del señor Kim. Suspiré deprimido por mi
trabajo. Realmente lo odiaba.
- Lo quiero
en mi despacho en diez minutos... - Sentí su aliento en mi oreja cuando me
susurró al oído esas palabras. Un escalofrío me recorrió el cuerpo como un
latigazo. Se había acercado tanto que juraría haber sentido sus labios
acariciar mi lóbulo, apostaba a que no había sido sin querer. Los acosos
sexuales de ese tipo en el trabajo también se habían hecho habituales. Y qué
era lo que más me asustaba y me repugnaba? Que en cierto modo... no me
desagradaban tanto. De hecho, todos los días, en los almacenes, Jonghyun se encargaba
de "educarme", ya fuese en el suelo o sobre las mesas llenas de
archivos. Claro, yo era imbécil por seguir yendo a aquellos almacenes
subterráneos que nadie pisaba en meses, pero era adictivo. No me gustaba, pero
si no lo hacía, lo echaba de menos. Qué
cojones me pasa?
- Muévete
como te he dicho! - Jonghyun protestaba frustrado mientras me movía sobre él,
intentando obedecer todas sus órdenes, como siempre. - No importa el rato que
estemos haciéndolo, si no te mueves como te tienes que mover, no seré capaz de
terminar nunca!
Para él,
nuestros encuentros en aquella sala polvorienta y oscura no eran más que
entrenamientos para que yo, el chico virgen (aunque ya no tanto) aprendiese
cómo mantener relaciones sin dar pena.
- Aish...
déjalo. - Me dio un empujón y salió de mí para colocarme debajo con un
movimiento seco. - Eres desesperante. Un homosexual que no sabe ni cómo tener
sexo oral decentemente ni cumple bien su
labor de uke... Eres un desastre, y no estás mejorando nada.
No uses esa cara tan parecida a mi precioso
Blinger para decir esas crueldades... Cabrón insensible! Eso me gustaría
decirle, pero no tenía valor.
- Mañana lo
intentaremos de nuevo, ahora simplemente déjame terminar a mí. - Suspiré y un
grito ahogado salió de mi garganta cuando comenzó sus embestidas. Siempre era
lo mismo, tenía mi tiempo de pruebas para intentar satisfacerle, si no lo
conseguía y él se frustraba, simplemente su instinto dominante salía y bueno,
él llevaba la situación.
Tampoco es que tenga otra opción... Si le
desobedezco, mi año aquí de prácticas se habrá ido al traste, seré el
hazmerreír de la compañía, más incluso que ahora, el jefe me tomaría por un gay
salido y le sobraría tiempo para ponerme de patitas en la calle. Así que, tenía
que obedecer a Jonghyun, y soportar esto el tiempo que hiciera falta. La culpa
fue mía por confundir a Jonghyun con mi maravilloso Blinger... Gritarle que me
tomase la virginidad fue la cosa más estúpida que he hecho jamás.
- Kibum! -
Jonghyun se acercó a mí en la hora del almuerzo con su estúpida sonrisa de
trabajador impoluto. - El jefe nos ha invitado a ir a tomar algo a la salida
del trabajo... Te vienes?
Le miré
sorprendido. Me estaba invitando a tomar algo? No! Era estúpido? En qué estaba pensando mi iluso cerebro? Seguro
que solo me lo pedía para al mínimo despiste de los invitados, arrastrarme a
algún callejón, baño u opción disponible cualquiera, y darme otra de sus
estúpidas lecciones sobre cómo ser un buen uke. Ni hablar.
- No
gracias... No bebo. - Contigo ni a la
vuelta de la esquina, maldito bipolar. Eso decía ahora, pero luego me daba
asco a mí mismo por seguirle la corriente cual perrito.
Comparando la situación con cuando iba al
instituto, y el amigo que me gustaba se enteró de que yo era gay y me dijo que
le daba asco... y ser un juguete sexual de un dinosaurio adicto al sexo...No sé
qué situación es peor... Definitivamente, esta no duele tanto como la del
instituto, pero... Puff... Yo qué sé?
Chapoteaba
en la bañera mientras observaba las burbujas que el gel de baño hacía en el
agua caliente. Qué debía hacer con todo lo que estaba pasando? Extrañaba mi
antigua vida, tan tranquila que era aburrida, pero era mía, no tenía que
compartirla con aquel monstruo pervertido.
Bueno... acaso estoy yo en condiciones de
llamar a alguien pervertido? Kim Kibum es sinónimo de fan del porno gay...
Suspiré
ruidosamente antes de hundirme completamente en la bañera y salir unos segundos
después, echándome el flequillo para atrás.
La primera vez que me amenazó, no sabía lo
que iba a hacerme, así que me sentí muy asustado... Por ejemplo, ir a un hotel
para hacer eso... La verdad es que aquella vez realmente creí que iba a morir
allí. Quién iba a pensar que el sexo era tan doloroso? Tuve problemas para
andar incluso días después...
Agarré el
champú y empecé a frotarlo contra mi pelo.
Aunque... ahora ya no duele... Solía doler
tanto que me daba miedo, pero ahora...Todo está cambiando demasiado rápido... Y
yo no me estoy enterando de nada.
Antes de
darme siquiera cuenta, mis manos estaban acariciando mi propio cuerpo con
suavidad, buscando aquella sensación que tras tanta rutina ya era familiar. Pero... no se siente igual... No, no es lo
mismo... Sus manos no son así...
Entonces,
pareciendo el mayor idiota del mundo, abrí los ojos reaccionando y me pegué en
mis propias manos, enfadado.
- NO! KIBUM,
QUÉ ESTÁS PENSANDO!? NO!
Qué me está pasando?
- Hey. - Me
sobresalté al escuchar su voz y verle apoyado delante mía, en el escritorio. -
Llevas media hora mirando a la nada, qué pasa?
Se preocupa por mí...? Claro que no. Era
estúpido por pensar aquello.
- Ah! Nada,
nada... Estoy bien. Es solo que no pude dormir bien esta noche... - Me he pasado toda la noche despierto
pensando en tus manos, pero prefiero morir antes que admitirlo.
Se quedó
mirándome no muy convencido de mi triste y poco original explicación.
- Qué triste
excusa... - susurró convencido de que yo no era capaz de escucharle.- Pero
bueno, olvídalo. El archivo que me trajiste hace una hora, no tiene la
información que estaba buscando, sabes en cuál puede estar? Necesito las
condiciones del contrato que firmó el antiguo jefe de planta con la empresa de
publicidad.
- Mmmmm...
No, pero iré a mirar ahora mismo. - Perfecta
ocasión para huir. - Esos archivos antiguos están almacenados en el almacén
del ático, iré a echar un vistazo...
Me disponía
a incorporarme cuando noté sus manos sobre mis hombros. - No hace falta. - Sus manos...- No es este? - Alargó su
mano hacia unos archivos que había cogido ayer de ese mismo cuarto. - Aquí.
Este... - susurró mientras se inclinaba sobre mi espalda, tomando aquel grupo
de folios grapados.
- Ah...
sí... es cierto. - Apenas podía respirar... su espalda contra la mía... lo
había extrañado la noche anterior...
- Aish... -
se separó frustrado con los papeles en mano. Me estoy ensuciando todo de
polvo... la próxima vez sacúdelos un poco, vale? - Y eso es todo? Me dedicó una sonrisa dulce y se encaminó por el
pasillo hacia su despacho. Nada más? Sin
insinuaciones? Sin roces mal disimulados? Sin susurros provocadores? Le
observé desaparecer tras la puerta. Olvídalo
Kibum.
- Buen
trabajo chicos! - Los empleados se despedían los unos de los otros a la salida
del trabajo. Por fin era hora de volver a casa.
- Jonghyun!
- Dejé de recoger mis cosas cuando escuché a mis siempre
"encantadoras" compañeras de trabajo llamarle. - Te apetece venir a
beber con nosotras?
- Hey! Por
qué solo le invitáis a él? Qué hay de nosotros? - Los demás hombres se quejaron
entre risas de sus compañeras.
- Los
hombres casados no pueden venir! - le recriminó otra, causando aún más risas y
quejas entre ellos.
-
Entonces... - El silencio se hizo a mis espaldas cuando él abrió por fin la
boca. - Kibum también puede venir, no? El otro día me comentó que seguía
soltero.
Me giré
atropelladamente intentando que mi cerebro procesase.
- Qué!? Yo!?
No... es que yo...
- Vamos
juntos, Kibum... - Mi nombre en sus labios sonaba tan... - Está bien, no? -
Entre líneas llegó a mi mente su voz
diciéndome "Será mejor que vengas siendo obediente...". Sí, ese
bipolar de nuevo estaba utilizando sus poderes contra mí.
- Qué rollo!
El mes que viene empezamos las subastas en bolsa, vamos a estar hasta arriba de
trabajo!
- Hey! No
hables de trabajo hasta cuando estamos fuera!
Mis
compañeras parloteaban entre ellas como las urracas malvadas sin corazón que
eran.
Suspiré y le
di un trago a mi copa. No sabía ni lo que me estaba tomando. No soy bueno en estos acontecimientos...
- Hey, hey!
Jonghyun tiene novia? - No sabía como la conversación había llegado a ese punto,
pero fue oír su nombre y desperté de mi burbuja autista.
- Qué dices?
Cómo puedes siquiera preguntarlo? No hay más que mirarle! Claro que tiene!
- Qué va...
Rompimos en cuanto volví de Japón. - Respondió con una sonrisa de lo más
normal. Tenía novia...
- Eh? Ni
hablar! Entonces estás soltero ahora?
- Cuidado
Jong! Antes de contestar debes tener cuidado, que esta está muy lanzada últimamente...
- Es una manera
poco disimulada de llamarla zorra?
Todas
aquellas marujas de pelo oxigenado rompieron a reír. Jonghyun también lo hizo,
pero más levemente, siempre poniendo su imagen de perfecto hombre educado en
colegio privado sobre todo.
- Ah, de
verdad? - respondió finalmente. Podía ser
que se hubiese interesado en aquella mujer? - Kibum! - Desperté de mi
ensoñación de nuevo. - Qué ocurre Kibum? Por qué no hablas también con
nosotros?
- Ah! No, no
os preocupéis... Yo escucho y tal... - La
simple idea de que esa zorra se te acerque me repugna. Por qué?
- Kibum,
siempre eres así... - Una de esas barbies me dirigió milagrosamente la palabra
con cara de desagrado.
- Es cierto,
siempre que sale a beber, que es casi nunca, está callado y desaparece sin que
nadie lo note! - Otra también abrió la boca, poniendo los ojos en blanco y
haciendo aspavientos con las manos.
- Lo
siento... - Por qué me estaba disculpando? Maldita
disculpa automática...- Es que no sé beber, entonces no suelo quedarme
mucho tiempo.
- Entonces
bebe! Solo se puede aprender con práctica. - Aquella frase podía sonar
inocente, pero viniendo de sus labios, el doble sentido martilleó mi mente sin
piedad.- Te pediré algo que no tenga mucho alcohol.
Jonghyun
levantó la mano con intención de atraer la atención de alguno de los camareros.
- No! Está
bien, no te molestes! - Me apresuré en evitarlo, sin éxito alguno. En escasos
minutos ya tenía delante de mí una copa de color amarillo vivo con una hoja de
lo que parecía menta encima. Malditos
camareros trabajadores...
- Oh! - me
sorprendí a mí mismo al probarla. - Está... está muy bueno... - susurré dándole
otro sorbo.
- A que sabe
a zumo? Quieres otro que sepa más a alcohol? - Jonghyun me miró sonriente,
parecía feliz de que al menos alguna de sus lecciones hubiese sido un éxito.
- Eh? No,
no, con esta es suficiente... Gracias.
- No seas
así... Hay muchas otras bebidas que también saben muy bien y tienen más...
- Disculpad.
- La barbie nos interrumpió con cara de pocos amigos. Bueno, solo para mí,
claro, tras hacerse un sitio a duras penas al lado de Jonghyun, mostró una
sonrisa de anuncio de dentífrico y se atusó el pelo coqueta. - Jonghyun,
cuéntanos. Cuál es tu tipo ideal?
Jonghyun la
miró sonriente, pero no era su sonrisa normal... Era más como una de fachada,
de quita y pon.
- Mi tipo
ideal? - Miró al techo pensativo. - Mi tipo ideal... Si tuviese que decir
uno... Creo que sería como un zorro. Un zorro pequeño y blanco. - Tragué saliva
al escucharle hablar. - Pequeño y adorable. Me gustan de ese tipo. - Me ventilé
la copa de un trago y llamé al camarero para pedir otra.
Daba el
primer trago a mi nuevo vaso lleno cuando, inocente de mí, miré a Jonghyun,
quien seguía charlando de su tipo ideal y me observaba de reojo. Me hizo
atragantarme, pero ni se inmutó. - Me gustan del tipo que me hace querer
molestarles.
Tosí aún más
tras escucharle. Mi corazón latía a mil por segundo, sus palabras resonaban en
mi cabeza algo distorsionadas por el alcohol y mi lado realista del cerebro se negaba
a creerse la idea a la que mi corazón, inconscientemente, se agarraba. Puede ser que... esté hablando de mí?
- Vamos al
siguiente bar! - Una de mis compañeras, sonrojada por el alcohol, tiraba de la
manga de Jonghyun animándole a continuar la fiesta.
- Lo
siento... pero me voy a ir ya...
- Eh? - Su
desilusión me produjo una sonrisa. - Por qué? Aún es pronto!
- Es que...
Kibum parece que ha bebido mucho... - Por qué me metían a mí en la
conversación? Me molesté en despejar un poco mi mente y me di cuenta de la
situación. Yo apenas me sostenía de pie, y estaba completamente apoyado sobre
su cuerpo. Mi cabeza descansaba sobre su pecho mientras él me sujetaba por la
cintura firmemente con sus brazos.
- Sería
suficiente con pedirle un taxi! - Si hubiese tenido el control sobre mi cuerpo,
le habría lanzado una mirada asesina a aquella estúpida, pero no lo tenía.
Entre el alcohol y lo cómodo que me sentía entre sus brazos, aquella maruja
podía cantar misa si quería.
- No, mejor
le llevaré a casa... Por si acaso. - Sonreí para mis adentros. Aunque solo
fuese una fachada, una actuación perfecta, me sentía feliz al sentirme por una
vez protegido, obsequiado con cariño y cuidados. Por una vez, no era solo su
objeto sexual, al menos yo no me sentía así.
Me siento... caminando en las nubes.
Dónde estoy? Ah... he llegado a casa? Estoy
en un sueño? Dónde está Blinger?
Ah... Ahí está...
- Hola
Blinger, te quiero!
- Hey...- su
voz me despejó. Qué estupideces estaba diciendo? Y pensando? Aish... intentar
recordarlo hacía que me doliese la cabeza. - VAS A SEGUIR DORMIDO!?
Abrí
completamente los ojos ante su tono irritado. Qué había pasado? Dónde estaba? A
mi alrededor había una lujosa habitación, que desde luego, no era la mía.
- A quién
llamas tú Blinger? Pequeño salido? Ya te he dicho que me llames por mi nombre!
-
Jonghyun... - murmuré. Miré de nuevo a mi alrededor para asegurarme. No, no
conocía ese sitio.
- Ah, y no
vuelvas a beber jamás! Me oyes!?
Le miré con
los ojos entrecerrados. Aún estaba aturdido por todo. El alcohol aún me hacía
efecto. Dijo que estaba bebiendo cosas
bajas en alcohol... maldito dinosaurio mentiroso. No sabía cuándo había
empezado a llamarle dinosaurio, pero en cierto modo me lo recordaba. Cuando
terminábamos nuestras "prácticas" y él estaba sudado, se echaba el
pelo hacia atrás y éste le quedaba de punta, como una pequeña cresta que le
daba un simpático parecido a los dinosaurios de los dibujos animados.
- Estabas
bailando en medio de la calle! E incluso te subiste a los coches a cantar! - Él
continuaba su discurso moral, que no le pegaba nada, mientras yo intentaba
taparme con una sábana de la cama al darme cuenta de que por algún motivo,
estaba completamente desnudo. - E incluso vomitaste al final del show!
- Estas mintiendo,
no? - yo, fruto de mi desesperación ante la falta de recuerdos, intentaba
confiar en que mi timidez y dignidad no me habrían dejado hacer eso aún en
estado de embriaguez... Pero mis intentos fueron nulos.
- Lo tengo
grabado en el móvil. - Sacó el aparatito de su bolsillo y me lo mostró con
sonrisa triunfal. - Quieres verlo? Eres muy fotogénico... - el tono irónico no
podía ser más obvio.
- NO! -
intenté saltar para cogerle el teléfono y borrar el archivo, pero mi cuerpo no
estaba muy ágil y me espatarré con muy poco estilo sobre el colchón de nuevo. Bien, así, sin quedar mal ni nada.
Le escuché
suspirar y yo cerré los ojos con fuerza, muerto de la vergüenza. Él era la
última persona del mundo que quería que me viese en ese estado.
- No pude hacer
mucho más que traerte a un hotel y limpiarte un poco... Dabas mucho asco todo
sucio de vómito, sabes?
- Lo
siento... - susurré.
- Eres mi
juguete y aún así me haces ir detrás tuya arreglando todo lo que rompes. Tienes
valor!
- Lo
siento...
- Y para de
disculparte! Eso solo hace que me cabree más!
- Lo s...
- Ah! En
serio! - Noté su tono de frustración y cómo le daba un golpe a la mesa de
noche. - Si no fueses tú, te habría dejado tirado al lado de la carretera!
Abrí los
ojos ante sus palabras. Si no fuese yo...
Qué quería decir con eso?
- Ten
cuidado... - susurró finalmente.
Levanté la
mirada y me lo encontré desnudo de cintura para arriba. Cuándo se había
empezado a desvestir?
- Qué estás
haciendo? - Me atreví por fin a preguntarle a pesar de que la pregunta era
obvia.
- Estoy tan
enfadado que me he puesto cachondo. Creo que esa pregunta era innecesaria.
Sobró tiempo
antes de que se librase del resto de su ropa y me tuviese atrapado entre el
colchón y su cuerpo. Olía a alcohol, pero seguramente era más por mi parte que
por la suya.
Acercó sus
labios a los míos, pero no los besó. Bésame...
Mi mente lo rogaba, pero sabía que no iba a recibir lo que pedía. Tenía
razón. Tomándome del brazo me giró bruscamente y comenzó a acariciarme los
costados. Aquellas caricias eran únicas, al principio me daban asco pero
después, poco a poco... Todo ha cambiado.
De repente,
frenó sus caricias y se sentó en el colchón. Me quedé muy quieto. Esperaba que
en cualquier momento se abalanzase sobre mí como siempre hacía.
- Jonghyun?
- pregunté al notar que la espera se estaba haciendo demasiado larga.
- Ven... -
susurró. Levanté mi mirada del colchón y me giré. Me miraba muy serio, con el
pelo de punta dándole ese aspecto infantil de dibujo animado. Señaló sus
piernas. - Ponte encima, vamos a ver cuánto has mejorado.
La
desilusión me inundó de nuevo. Esto no era nada más que otra de sus clases.
Soy imbécil. No debo hacerme ilusiones. No
me gusta! No es eso! Pero... en el fondo... quiero sentirme como cuando me
abrazó al salir del bar para no dejarme caer...
Eso sí que
lo recordaba, y muy bien. Iba con ese pensamiento en la cabeza mientras me
aproximaba a él, gateando muy despacio intentando frenarme a mí mismo. Dejar
intacto el poco orgullo que me quedaba. Pero no, no era capaz. Siempre obedecía
lo que me decía sin rechistar, y empezaba a temer que lo hacía por cosas ajenas
a la amenaza impuesta.
Apoyé mis
manos en sus hombros. Me sorprendí al notar su temperatura. Está... muy caliente... Tragué saliva y
me senté sobre sus caderas, ahogando un grito ante la rápida intromisión.
Abrí los
ojos cuando noté que el dolor desaparecía. Hacía mucho que ya no dolía tanto
como la primera vez, pero aún así... Siempre costaba. Cuando los abrí, observé
su rostro. Él tenía los ojos cerrados y se estaba mordiendo el labio. Una
sonrisa leve se formó en mi interior. Quizás... le estaba gustando. Probé a
moverme un poco, muy suavemente, y él abrió la boca, dejando escapar un suspiro
que por primera vez, no era de frustración.
Sonreí
decidido, esta era la mía. Me sujeté con firmeza a sus hombros y comencé a
mover mi cadera, ahogando mis gemidos y sonriendo aún más al escuchar los
suyos, aquellos escasos que se le escapaban por todos los que tenía que
ocultar.
El efecto
del alcohol desapareció de mi cabeza dejando paso a la excitación que Jonghyun
me causaba. Quizás era porque se parecía a mi ídolo? No lo sabía, pero era
inexplicable por qué sentía algo distinto a asco por aquel hombre. Y dolía
pensar que era unilateral. Él no me veía más que como a un juguete, un
capricho, algo con lo que desahogarse cuando tenía un ratito.
Cuando noté
cómo se corría dentro de mí, suspiré dejando paso a mi propio orgasmo.
Me dejé caer
en la cama, y me tapé con la sábana de nuevo. No quería asumir que eso que
rodaba por mis mejillas no era sudor. Por
qué me afecta tanto?
Me hice el
dormido cuando él se acercó a mí. No insistió y se recostó a mi lado.
Tengo que quitarme estas estupideces de la
cabeza...
-Fin-
Oh... Unnie, lei un manga asi. Te inspiraste en el verdad?
ResponderEliminarAsí es! El manga se llama Porno Superstar y estuvo súper divertido! Me hizo gracia imaginarme al JongKey en una situación como la del manga y por eso decidí hacer la adaptación :)
EliminarNo podes dejarlo así... T_T porque!!!!
ResponderEliminarTe falta la tercera parte por leer xD Obviamente, esto no termina así
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