*Sungjong
POV*
- No es eso!
– Yo no podía parar de reírme… L.Joe, al otro lado de la línea, intentaba
defender su integridad a capa y espada, pero ni yo ni sus compañeros de grupo
parecíamos estar dispuestos a colaborar con su objetivo. – Yo no he dicho eso!
- Hyung!
Abre tu corazón! Si te guardas todo dentro, te saldrá un tumor!
- Es cierto!
Lo dijeron ayer en la tele!
- Un tumor,
o arrugas! Siendo idol no sé yo qué será peor…
- OS CALLÁIS
DE UNA VEZ!?
En serio…
Como siguiese riéndome así, me iban a tener que llevar a urgencias…
- Qué
exagerado eres siempre… Aigoo… - Escuché un portazo e intenté dejar de reírme
cuando noté que la voz de L.Joe ya iba dirigida a mí.
- Lo siento…
- Susurró. – Son unos pesados… En esta casa no existe la intimidad.
- Está bien.
– Mordía un peluche para no soltar una sonora carcajada cuando todos los demás
dormían. Sunggyu Hyung me reñiría, mucho. – Me pareció escuchar la voz de
Chunji…?
- Ah… Sí…
Digamos que hemos arreglado las cosas.
- Oh? En
serio? – Una mancha de decepción se estampó en mi ánimo.
- Sí,
hablamos las cosas como dos adultos… Incluso lloramos, aunque me dé vergüenza
decirlo. – Rió. – Pero bueno, ahora todo está bien.
- Ah… Habéis
vuelto así? Sin más?- De verdad… Por qué me sentía tan desanimado de repente?
- Volver? –
Su voz sonó claramente sorprendida. – Ni hablar! No, en absoluto… - Me sentí la
peor persona del mundo porque en mi rostro se formó automáticamente una sonrisa
al escuchar las noticias. – Simplemente hemos dicho que por el bien del grupo,
y por el nuestro, seguir como el perro y el gato no iba a ayudar, así que lo
mejor era quedar como amigos y ser maduros. De hecho… Era él quien canturreaba
esas tonterías hace un rato.
- Oh! Eso es
genial! – Mi entusiasmo era demasiado palpable… Debía moderarme. – Me alegro
mucho de que hayáis quedado como buenos amigos.
- Y yo… Lo
que más miedo me daba de esto era perderle… Sigue siendo muy importante para
mí.
- Normal,
normal. – Yo no podía dejar de sonreír. Me sentía estúpidamente feliz.
- Y L?
- Ni idea…
Con Sungyeol en su cuarto, me imagino… - Me sorprendía a mí mismo la
indiferencia con la que había aprendido, en un periodo tan corto de tiempo, a
tratar el tema Myungsoo. Me merecía un premio.
- Oh, yo
creía que compartíais cuarto los tres.
- Así era,
pero hubo un momento en el que la situación se volvió insostenible para todos.
- Me lo
puedo imaginar… Entonces ahora con quién compartes cuarto?
- Qué
cotilla… - Resopló frustrado al otro lado del teléfono. Me encantaba sacarle de
sus casillas. – Tanto te gusto que te molesta pensar que pueda compartir cama
con otro?
- Venga ya…
Era una simple pregunta para… - Se calló de pronto.
- Para?
- Para que
no se acabara la conversación. – Susurró y me pareció lo más dulce del mundo.
L.Joe parecía derrochar seguridad, pero yo no le conocía de hace tanto y ya me
había demostrado ser más sensible de lo que jamás habría imaginado. “Qué mono…”
- Lo decía
de broma, bobo. – Reí con suavidad. Me sentía feliz por primera vez en mucho
tiempo y no sabía por qué… Mi amistad con L.Joe provocaba eso en mí? Tendría
que hacerme más cercano entonces. – Ahora comparto un cuarto solo para mí…
Antes dormía con Woohyun, sabes? El chico que no para de acosar a Sunggyu…
- El que
siempre recibe collejas?
- Ese.
Bueno, antes dormía con él, pero le tocó tanto las narices a Sunggyu para que
le dejase compartir cuarto con él que al final lo consiguió. Parece tonto al
principio, pero siempre acaba consiguiendo lo que quiere. SIEMPRE. Es
impresionante.
- Bueno…
Parece que lo que no consigue es que Sunggyu Hyung le haga todo el caso que le
gustaría…
- No te
creas! Sunggyu mira muchísimo por él, lo que pasa es que no lo deja ver a los
demás. Cuando Woohyun llega tarde a comer, se asegura de que los demás dejemos
comida de sobra para él también, y eso para el resto de nosotros no lo hace… Al
menos no con tanto énfasis. Lo mismo con el agua caliente… Siempre nos mete
prisa para que le quede a Woohyun, que siempre se ducha de último. Es al único
al que le recoge la colada, se la dobla y ayuda con las tareas… Lo curioso es
que ni él mismo parece saber por qué lo hace.
- Tú pareces
sí saberlo, en cambio…
- Porque es
tan obvio que le gusta que lo notan hasta las fans! Cuando Woohyun no está con
nosotros, se le ve tenso, pero en cuanto llega y se ponen a discutir, parece
súper feliz. Si no tiene a Woohyun molestándole, no es él mismo. Siempre que se
va, prohibiéndole seguirle, en teoría enfadado, se va con una sonrisa en el
rostro… Cómo es posible que alguien no sepa que le gusta otra persona?- Tuve
que bajar mi propio tono de voz, por miedo a que me escuchasen en otras
habitaciones. Mi frustración hacia mis Hyungs era tan grande que apenas la
podía contener cuando me tiraban de la lengua.
- Entonces…
En tu grupo son todo parejas o qué? – Reí y él rió conmigo.
- No… Al
contrario, parece que a todos les gusta alguien, pero son tan idiotas que no se
arriesgan… Y si no arriesgas, no ganas. Eso es así.
- Yo les
entiendo… Te juegas mucho dentro de un grupo cuando tu pareja está en el mismo…
Yo he visto a mis compañeros pasarlo realmente mal cuando Chanhee y yo
discutíamos. Ya no es sólo tu vida, es también la de otras personas, entonces…
Hay gente que no tiene la fuerza necesaria como para atreverse a tomar el
riesgo. A mí ahora me dicen que lo intente de nuevo, y no podría. Me daría
miedo.
- Ya… Lo
entiendo, pero… Aish, no sé. – Reí de nuevo y él me imitó.
- Por
cierto… - Agudicé el oído tras unos segundos de silencio. – Respecto a lo de
antes… No les hagas caso a los de mi grupo, son unos críos.
Reí. – Qué
pasa? Tan mala es la idea de que yo pueda llegar a gustarte? En el ensayo
dijiste que no tenía comparación con otros y que no entendías a Myungsoo…- Reí,
pero él no me siguió. Parecía pensativo.
- Y lo
mantengo.
- Eso es que
te gusto! No?- Cuán lejos iba a llevar la bromita?
- …
- L.Joe?
- Puede… -
Vale. Adiós a la broma.
- Qué?
- Que vale.
Que puede que me gustes… - De repente, mi garganta estaba seca, pero al mismo
tiempo tenía una sensación muy extraña en el estómago, y en absoluto
desagradable. Hacía mucho que no la sentía… Muchos años.
- Que…? Me
estás hablando en serio? Me estás diciendo que te gusto? De verdad? – No quería
sonar con tono de reproche, pero es que simplemente no me lo había creído hasta
que había salido de sus labios.
- No lo sé…
- Susurró, y podía notar los nervios y la frustración en su voz.
- Oh…
- Pero…
Sungjong, si fuese así, tan malo sería? – Tragué una saliva inexistente y mi
respiración se detuvo, dejando paso a mis latidos, que resonaban por todo mi
cuerpo.
- Yo… - Mis
labios se movían solos, pero en la mitad de los movimientos, no salía sonido
alguno. – Yo no he dicho eso… - Susurré. Por qué demonios me hacían tan feliz
sus palabras?
Pude
imaginar una sonrisa en su rostro al otro lado del móvil y un suspiro de alivio
que hizo que otra sonrisa se dibujase en mi cara.
- Es tarde…
Debes de estar cansado… - Mi sonrisa se amplió al escuchar su voz, más tímida
que nunca. – Voy a dejarte descansar.
- De
acuerdo… Buenas noches. – Rió con suavidad.
- Buenas
noches.
Colgué y me
dejé caer de espaldas en la cama, observando el techo blanco de mi habitación
sin poder borrar la sonrisa de mi cara.
- Qué carajo
me está pasando? – Me pellizqué un moflete y puse morros, para a continuación
romper a reír yo solo. Quien me viese, me tomaría por loco. – Sungjong, te
estás enamorando acaso? Venga ya… - Reí, hablándome a mí mismo con sarcasmo,
pero… Después de pensarlo… Quizás la locura no era tan grande…
- Imposible.
– Mi conclusión fue esa aquella noche. Me metí en la cama y cerré los ojos,
pensando en lo feliz que sería mañana, un día sin agenda. – Me iré de compras…
A quemar la tarjeta, que hace mucho que no lo hago…
- A dónde
vas? – Sungyeol no estaba en casa, y para variar, la bipolaridad de Myungsoo
salió a relucir. Llevaba persiguiéndome desde que había salido de mi cuarto.
- No te
importa, Myungsoo. – Notaba cómo se ponía más y más nervioso porque no le
dedicaba ni una mísera mirada.
- Jonggie… -
Resoplé. Ya empezaba de nuevo. – Por favor… Ni siquiera vas a hablar conmigo?
- Estoy
hablando, ahora, por favor, déjame salir. – Myungsoo estaba colocado
estratégicamente de forma que no podía llegar al salón sin acercarme
peligrosamente a él. No iba a correr riesgos.
- A qué hora
viene Sungyeol? – Le miré a los ojos con frialdad. Tardará mucho? Porque me
pregunto cómo reaccionaría si te viese rogándome un polvo.
- No te
estoy rogando hacer el amor… - Ahogué una carcajada sarcástica. “Hacer el amor…
JÁ.”- Sólo quiero que hablemos.
- Vale, me
pregunto cómo reaccionaría Sungyeol si te viese intentando hablar conmigo para
volver a sacarle brillo a sus cuernos. – Bajó la mirada y se frotó las manos
con nerviosismo.
- Tanto me
odias? – Susurró. Su patetismo ya no funcionaba conmigo.
- En absoluto.
– Me acerqué a él, corriendo todos los riesgos posibles, y le puse la mano en
el hombro, haciendo que levantase los ojos y me mirase, sorprendido. Le sonreí
con dulzura. – Sabes? Ya no te deseo mal alguno…
- No? –
Negué con la cabeza y mantuve mi sonrisa. Tomé su mano y la aparté de mí con
fuerza en el momento en el que se posó en mi cintura.
- No, porque
bastante has tenido ya con perderme para siempre. – Su mirada se tornó oscura y
fría y yo reí felizmente, apartándole de mi camino de un empujón y cogiendo mi
preciosa cazadora vaquera nueva para salir de casa a buscarle un par de compis
para que no estuviese tan solita en el armario.
- Jonggie!
Espera! – No le di tiempo a continuar su actuación de óscar, ya que cerré la
puerta de un portazo y bajé las escaleras para no tener que esperar al
ascensor. No al menos delante de casa y que él pudiese salir a montar el
numerito allí fuera.
- Rico,
rico… - Le daba otro sorbo a mi frapuccino
del Starbucks mientras ojeaba los mensajes del móvil en dirección a Apgujeon.
Hoy iba a arrasar… Llevaba meses ahorrando para este momento.
Tiré el
envase vacío en cuanto llegué a la calle de moda de Seúl. Las tiendas
brillaban, al menos a mis ojos, y los maniquíes me saludaban, invitándome a
entrar y pasar un rato en agradable compañía. Agradecía inmensamente que nadie
me reconociese hoy… Era mi día libre. No quería firmar nada ni flashes
cegándome.
- Qué le
parece eso? – Una de las dependientas de la tienda en la que me encontraba me
enseñaba un jersey de punto de color gris clarito con detalles en azul cielo.
Lo analicé atentamente.
“Pero… A él
le gustaría algo como esto? Quizás es demasiado clásico para que le guste…”
Miré sorprendido a la dependienta, que me miraba con expresión preocupada.
- Dios mío…
- Mi expresión no cambió. Estaba alucinando demasiado.
- Señor? Se
encuentra bien?
- No. Estaba
pensando en si le gustaría el jersey… A Él!? No… No puede ser…
- Señor?
- No puede
ser… - Cogí las bolsas de marcas varias que ya tenía llenas y sin despedirme
siquiera de las pobres dependientas, salí de la tienda aún con expresión de
haber visto a Jesucristo haciendo skateboard.
- Yo… No lo
entiendo. – Susurré, caminando entre la multitud, fijando mi vista en los
adoquines de la calle peatonal. – No tiene sentido… Es exactamente igual a la
última vez…
Los
recuerdos de un joven yo viviendo y pensando por y para Myungsoo se agolpaban
en mi cabeza, esos mismos que me había propuesto recordar siempre para no
cometer el error de volver a hacerlo pero… Aquí estaba. De verdad me estaba
empezando a gustar L.Joe? Por qué? Desde cuándo?
- Ahora va a
resultar que el amor es contagioso. – Mascullé, parándome a mirar el escaparate
de una tienda de gorras que me recordó inmediatamente a ese endemoniado
señorito de cabellos rubios que me estaba llevando por el camino de la
amargura.
Antes de
darme cuenta siguiera, tenía entre mis manos una gorra con ojos y dientes en la
visera que me hacía muchísima gracia.
- La tiene
en amarillo? – En seguida me la trajeron y me desternillé de risa. El parecido
con L.Joe era innegable. – Me la llevo.- “Es sólo un regalo… No significa nada.
Un regalo de agradecimiento por todo lo que ha hecho por mí.”
Me la
envolvieron para regalo, metiéndola en una bolsa con cuidado. No era barata,
pero definitivamente había sido diseñada para que una cabeza como la de él la
llevase.
- Muchas
gracias! – Sonreí al dependiente cuando salía y me quedé helado en la puerta,
al igual que la persona que estaba enfrente de mí.
- Hola… -
Susurró. Yo parpadeé varias veces y al final sonreí, o al menos esa era la
intención de la mueca que se formó en mi rostro, fácilmente confundible con un
síntoma de ictus cerebral.- Qué haces aquí?
L.Joe miró
mis bolsas y tomó su propia respuesta. Parecía muy nervioso, pero al menos
hablaba.
- Yo… Vine
de compras. – Susurré. No sé si me escuchó siquiera, porque mi voz sonaba a un
volumen inaudible. – Y tú?
“Sungjong,
relájate, quieres? Es L.Joe! No el FBI!”
- Lo mismo.
– Levantó uno de sus brazos, con tantas bolsas o más que yo. Sonrió y yo sonreí
de nuevo. La incomodidad se podía cortar con cuchillo.
- Esto… Te
apetecería ir a tomar algo? – Levanté la mirada, sorprendido. “Una cita?”- Hay
una heladería buena por aquí cerca.
Señaló a la
derecha y yo, cual perro, miré en esa dirección aunque no veía más que una masa
de cabezas por la hora punta.
- Yo…
- Si no te
apetece no importa! – Se apresuró. Le miré, divertido. Era incómodo, pero… No
del todo desagradable. – Era por… Charlar.
Reí y él
rió, nervioso. Asentí con la cabeza.
- Me encanta
el helado. – Sonreí con dulzura y él me imitó, así que caminamos en absoluto
silencio hasta aquella heladería. Los precios eran completamente irracionales,
pero el helado era bueno.
- Sorbete de
frambuesa y pistacho… - Murmuró, mirando mi copa. – Curiosa mezcla.
- Me gustan
los sabores raros. – Sonreí, tomando a continuación una cucharada rosa y verde.
Rió y me imitó, tomando una de tres tonos de marrón acordes a los tres
chocolates que había escogido.
- Por
cierto… Sé que no viene a cuento, y no le busques una segunda intención ni nada
por el estilo pero… - Le miré, curioso. Apartó la mirada en cuanto nuestros
ojos se conectaron y yo sonreí. Ambos estábamos muy nerviosos, y además, sin
motivo ninguno. – Te he comprado un regalo. – Lo dijo tan bajito que apenas le
pude escuchar.
- Eh? Un
regalo?
No dijo nada
más, simplemente puso una bolsa de color blanco sobre la mesa llena de papel de
seda y la empujo hacia mí. Le miré, completamente sorprendido.
- Es que lo
vi y… Me recordó a ti. – Rebusqué en la bolsa y saqué un gorro de algodón con
un pompón, de color azul eléctrico con un bordado blanco. Sonreí con dulzura.
- Me
encanta… - No mentí en absoluto. Amaba los gorros, y amaba los pompones; las
combinaciones de ambos, junto a mi color favorito, era una locura. – Muchísimas
gracias.
Me miró de
reojo, con expresión nerviosa y le sonreí ampliamente. Me sentía nervioso, pero
también sumamente feliz… Me había comprado algo solamente porque le recordaba a
mí? Qué clase de persona hacía eso? Entonces recordé la gorra y entendí cómo se
sentía. Bajé la mirada y levanté la bolsa de color rojo con dibujitos de
animales varios. La miró, enarcando una ceja.
- Y eso?
- Yo…
También te compré un regalo.
- No tienes
que darme algo sólo porque yo te comprase algo, en serio… - Rió, negando con la
cabeza. Levanté la mirada y la dirigí hacia él, con indignación.
- Oye! Que
entré en esa tienda pensando en ti! Yo jamás compraría nada allí! No es mi
estilo! Lo hice pensando en ti, así que haz el favor de coger la bolsa y no
hacerme sentir más incómodo! – Su rostro mostraba su sorpresa, pero una sonrisa
se dibujó en su rostro, la cual se contagió al
mío de inmediato. – Espero que te guste…
Lo abrió y
su rostro, literalmente, se iluminó.
- Bromeas!?
Es una pasada! Es preciosa! – Reí y noté mi cara cálida. Hacía años que no me
ruborizaba por algo como esto… Era infantil, divertido y… agradable. Muy
agradable.- Muchísimas gracias! De verdad la compraste por mí o lo dices por
quedar bien?
- Me recordó
a ti… Tenéis la misma cara. – Se echó a reír y reí con él. Se quitó la gorra
que llevaba y se puso la nueva, mirándose en la pantalla del móvil y luego
mirándome con una sonrisa.
- Cómo me
queda? – Levanté los pulgares y rió, transmitiéndome alegría. Seguimos comiendo
nuestro helado, y a medida que seguíamos charlando, mi imagen de Byunghyun iba
cambiando… Era más guapo, más interesante, más humano y menos idol… Era lo
mismo que me había atraído de Myungsoo, la única diferencia es que de Byunghyun
me llegaban vibraciones de bondad y honestidad, no de alerta y peligro.
Nos
despedimos al llegar al sitio donde a él le esperaba su furgoneta. A mí el
mánager me recogería en la manzana siguiente.
- Me lo he
pasado genial. – Me sonrió, retocándose la gorra por enésima vez.
- Yah! Si
sigues toqueteándola la vas a manchar!
- Es que es
tan bonita que no puedo evitarlo! – Reímos y negué con la cabeza.
- Eres como
los niños, impaciente!
- Seré. –
Volvimos a reír, aunque solo fuesen tonterías, era divertido. El mero hecho de
estar hablando lo era. La furgoneta pitó y L.Joe hizo una mueca de molestia. –
Tengo que irme… Tengo un programa de radio.
- Está bien.
– Le sonreí y nos despedimos con una leve reverencia. Entonces, al verle abrir
la puerta del vehículo negro, de repente, sentí un vacío en mi interior
dolorosamente familiar.
- Byunghyun
Ah! – Se giró, con expresión sorprendida a causa de que le llamase por su
auténtico nombre. Le sonreí y, por algún motivo, mi timidez desapareció. – Oye…
Cómo de malo crees que sería que me gustases?
*POV Hoya*
- Qué ricos
que son los pequeñines de Teen Top, eh? – Dije, mientras me metía en la cama y
me hacía a un lado para dejarle hueco a Dongwoo. Siempre habíamos dormido
juntos, desde el pre debut, así que era tontería cambiarlo a estas alturas… Y a
mí no me molestaba en absoluto. Dongwoo se tumbó a mi lado, mirándome a la cara
y sonrió, asintiendo.
- Te entran
ganas de morderles, no? – Reí, sorprendido por su respuesta.
- No
exactamente, pero sí, entiendo a lo que te refieres. – Rió conmigo y me abrazó
con fuerza, como solía hacer todas las noches. Cerré los ojos al apoyar mi
cabeza en su pecho. Adoraba esa sensación… Me sentía querido aunque solo fuese
un exceso de cariño por parte de Dongwoo.
- Howon… -
Abrí los ojos, mirándole. Él me miraba también, con una sonrisa dulce. – Oye…
Qué crees que pensaría la agencia si supiesen que uno de sus idols tiene pareja? Me refiero, oficial, de esas que tienen
citas en la calle y se toman fotos juntos.
Mi corazón
latía desbocado… Aunque mis ilusiones no tardarían en hacerse añicos contra el suelo.
- Pues no lo
sé… Por qué lo dices? – Sus pupilas se agrandaron y yo rezaba en mi cerebro
porque un milagro ocurriese.
- Por nada…
Da igual.
- No, ahora
me lo dices! No me dejes con la intriga! – Dongwoo apartó sus ojos de mí y se
tumbó boca arriba, mirando mi litera, inútil desde su compra.
- Es que…
Hay alguien que me gusta. – Mi corazón palpitaba con tanta fuerza que me iba a
romper el esternón.
- Quién es?
– Pregunté, suavemente. “Por favor… Por favor…”
- Bomi. – CRASH es la onomatopeya que describe a
la perfección lo que sentí en ese momento.
- Bomi. –
Repetí, deseando con todas mis fuerzas que hubiese sido un lapsus temporal. “no
Howon. Bomi.”
- Sí. – CRASH de nuevo. – La he visto varias
veces, y hemos quedado un par de veces para tomar algo… Es preciosa, no crees?
Me gusta mucho… Es completamente mi estilo.
Sentía que
alguien había hecho un corte en mi cuerpo y estaban metiendo, por turnos,
limón, sal, vinagre, ácido sulfúrico y lejía. Así, no dolía ni nada… Era peor.
Era mil veces peor.
- Oh. – Me
miró, confuso por mi reacción.
- Qué te
pasa?
- Nada.
- Howon?
- Nada.
- Pero…
- Buenas
noches. – Me giré, mirando la pared y apagué la luz de un cojinazo. Podía notar
los ojos de Dongwoo taladrándome la nuca, pero, aún encima, yo no lo sabía,
pero aún no había tocado fondo.
- Howon…
Somos amigos, verdad? – Cerré los ojos con fuerza y me mordí el labio,
intentando calmarme antes de responder.
- Sí. – Esa
palabra había sido el esfuerzo más grande jamás cometido en toda mi vida.
- Entonces…
Puedo pedirte un favor? – “Madre mía…”
- Claro.-
“Venga, acaba de destrozarme.”
- Vendrías
conmigo a una cita con ella? Si no viene una de sus compañeras le da miedo… -
Abrí los ojos como platos y me contuve para no asesinarlo. Cómo podía pedirme
eso!? Claro que, tampoco sabía que yo estaba completamente enamorado de él…
- Claro. –
“Soy idiota. El idiota más grande del mundo. Exijo mi premio Guinness.”
Y ahí estaba
yo, al día siguiente, en una cafetería en un barrio poco transitado de Seúl,
sentado enfrente de Eunji, que me miraba con una ceja enarcada.
- Hola. –
Dije con sequedad.
- Hola. –
Respondió de la misma manera, mientras que Bomi y Dongwoo charlaban
animadamente sobre cosas de gente hiperactiva y rara.
- No sé qué
demonios hago aquí… - Mascullé, mordiendo con fuerza la pajita de mi smoothie en vez de sorber por ella.
- Si estás
descontento, ahí está la puerta. – Masculló ella, haciendo el mismo acto que
yo. Enarqué una ceja y de nuestras miradas emanaba odio. – A mí me han traído
diciendo que iba a conocer a un chico maravilloso… Ya la simple idea no me
hacía ninguna gracia.
- Lo mismo
digo. No tenía ni el más mínimo interés.- Resoplamos los dos a la vez.
- Créeme
cuando te digo que yo tenía menos…
- Permíteme
que lo dude.
- No sabes
nada de mí, chico morado.
- Ni tú nada
de mí, chica diabólica.
De nuevo,
una mirada de odio.
- Mira, me
da igual que lo cuentes a la prensa o a quien quieras, pero te lo voy a decir
claro… Estoy enamorada de Bomi, y estoy hasta las narices de que me digan que
estoy en edad de casarme y que consiga novio. Fin. Ahora entiendes por qué
tenía menos interés que nadie en esto?
Mi mirada de
odio se convirtió en una de infinita comprensión y compañerismo. Ella, al notar
el cambio, también la cambió, pero a una de extrañeza y desprecio.
- Eunji…
- Qué?
- Amo a
Dongwoo.
- … Qué?
- Que llevo
enamorado de él desde hace seis años. – Su mirada se volvió dulce como el
algodón de azúcar y por impulso, nos tomamos las manos y nos miramos a los
ojos, ambos con unas ganas de llorar que no nos cabían en el cuerpo. Descubrí
que se podía conectar con una persona en cuestión de segundos.
- Unnie! Ya
os estáis tomando las manos!? Os dije que erais el uno para el otro! – Eunji
enarcó una ceja.
- Howon!
Aprovecha! Es guapísima, y aún no tiene novio! – Hice lo mismo, ambos nos
miramos y suspiramos con frustración.
- No estás
cansado de esto? Siempre así… - Asentí, tomando un sorbo de mi bebida.
- No sé tú,
pero yo no paro de lanzarle indirectas a lo bestia… Y no se da enterado! –
Eunji asintió a mis palabras, tomando un sorbo de su zumo.
- Yo igual!
Venga, incluso duermo con ella! En una cama individual!
- Y yo!
Compartimos la litera inferior! Desde el debut! – Reímos juntos por no llorar.
Era lo más frustrante del mundo.
- Yah… Voy a
darte mi número… Algún día que necesitemos llorar nuestras frustraciones, mejor
en confianza… - Asentí, sacando mi número y tomando nota de sus palabras. – Te
agrego a kakaotalk?
- Estupendo.
– Presioné la opción de aceptar amistad y nos sonreímos.
- Parece que
tú y Eunji os habéis hecho cercanos, no? – Me dijo Dongwoo, entrando ya en
casa. Le miré, incrédulo. Era alucinante que tuviese tan pocas neuronas.
- Sin
comentarios.
- Es guapa,
verdad? No tanto como Bomi, pero también es preciosa. Y lista! Fue a una muy
buena universidad y ahora también está preparándose para ser actriz. Y qué voz!
- Ya.-
Contesté secamente, dirigiéndome a la cocina a por un zumo.
- Qué te
pasa? – Me siguió. – No te ha gustado? Tan exigente eres con las mujeres? No lo
sabía… Como nunca he conocido a ninguna de tus novias…
- Porque no
las ha habido… - Susurré.
- Qué?
Decías algo?
- No, nada. –
Me giré y le sonreí, con cansancio. Él me miró, confuso. – Dongwoo… Algún día
entenderás por qué me comporto así. Algún día.
Me dirigí a
nuestro cuarto y me subí a la litera superior, desvistiéndome y metiéndome bajo
las sábanas a pesar de que todavía no era la hora ni de la merienda.
- Eres un
imbécil… - Susurré.
*POV
Changjo*
- Y yo para
que se supone que vengo? – Dijo Chanhee Hyung, siguiéndonos a regañadientes a
mí y a Changhyun, que íbamos pasándonos el balón entre risas.
- Porque no
te puedes quedar tú solito en casa, Hyung! – Respondió Changhyun, dándole una
patada al balón para pasármelo. – Tienes que salir y ser feliz, como antes.
- Soy feliz,
enano, pero las cosas van poco a poco. – Changhyun y yo nos miramos, negando
con la cabeza a sus palabras.
- Estás
engordando y tienes que hacer ejercicio. – Corté, echándonos a reír por los
insultos que nos decía nuestro Hyung.
- Malditos
críos irrespetuosos… - Mascullaba aun cuando acabábamos de llegar al parque.
- Hyung! Si
seguro que al final te lo pasas bien… Exagerado! – Reí, pasándole el balón, al
que recibió con cara de pocos amigos.
- Venga,
Hyung! – Changhyun se quitó la sudadera y empezó a trotar por el césped, yo le
seguí, invitando a Chanhee a seguirnos. Para nuestra sorpresa, lo hizo, y sin
quejas extremas.
Changhyun y
yo, la noche anterior habíamos hablado de salir a jugar, pero nos sentíamos mal
por la ruptura de nuestros Hyungs, que aunque parecían estar llevándolo mejor
ahora que cuando estaban juntos, no debía de ser fácil. Ninguno de nosotros
tenía aún experiencia sobre ese tema, así que optamos por traer al menos a uno
de ellos a nuestro terreno.
- Parece que
no se lo pasa tan mal… - Me susurró Changhyun, aprovechando que Chunji había
ido a beber agua. Asentí.
- Así al
menos se distrae un poco…
- De todas
formas, Byunghyun Hyung lo está llevando mucho mejor que él… Por qué será? – Me
encogí de hombros. – Es que… Yo no quiero seguir pillando a Chanhee Hyung
llorando a escondidas por la casa…
- Le tienes
pillado así? – Le miré, preocupado, y él asintió. Ambos miramos a Chanhee…
Tenía la mala costumbre de interiorizarlo todo, lo bueno y lo malo… Y todos
temíamos que al final explotase.
- Bueno… Ayudaremos
en lo que podamos. – Le sonreí y me sonrió con dulzura. Empezamos a correr y de
nuevo a pasarnos el balón. Yo estaba pendiente de las reacciones de Chanhee,
quería verle feliz y distraído, aunque fuese por un rato, del infierno que
debía de estar pasando en su interior… Le admiraba mucho por saber disimularlo
tan bien, pero también me daba pena… Y quería hacer algo por él, aunque esto
parecía ser lo único que estaba a mi alcance.
- Jonghyun!
– Changhyun chilló mi nombre justo a tiempo para que yo pudiese esquivar el
balón que venía directo a mi cara. Caí al suelo, y mi amigo se acercó corriendo
a ver si me encontraba bien.- Dios mío, estás bien!?
Me eché a
reír. No me había hecho nada de daño, pero él ya tenía las lágrimas en los ojos
y me miraba como si me hubiese roto todos los huesos.
- Estoy
bien! Eres un exagerado, eh?
- Me
preocupo por ti, jope! – Se le escapó una lágrima y yo le abracé, entre risas.
Chanhee nos miraba con expresión dulce y sonreí al escucharle sollozar en mi
cuello.
- Desde donde
yo estaba parecía que te habías caído hacia atrás… Y como estás malito de la
espalda… - Murmuraba entre hipidos. Yo no podía dejar de sonreír y de
abrazarle, sintiéndome feliz por tenerle siempre a mi lado, ayudándome hasta
cuando no era necesario.
- Mi espalda
ya está mejor…
- El médico
dijo quince días de reposo absoluto. Ha pasado una semana y no has guardado
nada de reposo, así que tengo derecho a preocuparme! – Se apartó de mí y me
pegó un manotazo en el hombro, haciéndome reír con suavidad. Le sonreí con
ternura y le despeiné el pelo azul. Sonrió con timidez y le observé, sin dejar
de sonreír. A veces no me entendía a mí mismo y cómo me sentía al ver esa clase
de reacciones en Ricky…
- Va!
Tortolitos! Os levantáis ya u os traigo el picnic? – Miramos a Chanhee, apoyado
en un árbol, mirándonos con una sonrisa y una ceja enarcada. Changhyun se
levantó y me tendió una mano, tirando de mí con suavidad.
- Seguro que
no te duele? – Susurró, palpándome la espalda con cuidado. Reí y negué con la
cabeza.
-
Segurísimo. – No parecía muy satisfecho con mi respuesta, pero asintió,
corriendo para coger el balón y lanzándomelo.
- Tú ten
cuidado con tu tobillo, que aunque ya hayan pasado unos meses, ya sabes que no
te conviene forzarlo. – Le dije, cuando pasé por su lado con el balón. Sonrió y
asintió, pero parecía dolerle porque tenía que parar de vez en cuando y
masajeárselo.
- Changhyun?
Estás bien? – Chunji se acercó a él, que yacía en el suelo, tras un árbol. Cómo
no le había visto hasta ahora?
- Estoy bien.
– Dijo, intentando incorporarse sin éxito.
- Déjame
ver. – Yo me acercaba a toda velocidad a donde ellos estaban. Cuando llegué a
su lado, Chanhee le estaba desatando los cordones del pie izquierdo y lo
observaba, con expresión preocupada.- Madre mía… esto está hinchadísimo… Y no
es solo de ahora, verdad? Has estado bailando más de lo que deberías? Te
dijimos que no tenías que ir a ensayar salvo cuando fuésemos todos!
Yo observaba
todo de pie, sin saber qué hacer. Chanhee Hyung le movía el tobillo con suavidad,
y del dolor que Changhyun sentía, se le marcaban las venas del cuello.
- Nos vamos
al hospital. – Mascullé, mirándole con enfado.
- No es
necesario, puedo andar. – Se incorporó, tensando la mandíbula al intentar
apoyar el pie.
- No lo
fuerces, Changhyun… - Le dijo Chanhee, tomándole por la cintura y sirviéndole
de apoyo.
- Es que
eres un idiota! – Le grité, haciendo que los dos me mirasen con sorpresa.
Estaba furioso por dentro… Porque Changhyun estaba herido y yo no podía hacer
nada, y porque le había advertido y no me había hecho caso. – Cómo puedes ser
tan egoísta!? Sabes lo que pasaría si ese esguince fuese a más? No podrías
volver a bailar! Y somos un grupo de baile! Qué harías de tu vida? Dejarías el
grupo!? TE IRÍAS!?
- Jonghyun,
relájate… - Chanhee me puso una mano en el hombro y me di cuenta entonces que
mi respiración estaba increíblemente acelerada. Changhyun lloraba y me sentí
horrible.
- Lo siento…
Pero es que la nueva coreografía no me salía bien y…
- Te salía
perfecta. – Mascullé, apartando a Chanhee de un empujón de su lado y tomándole
yo por la cintura. Por algún motivo, me incomodaba que alguien más le
sostuviese… Yo tenía más fuerza que los demás y, por lo tanto, podía hacerlo
mejor. Porque era por eso… No?- Y ahora nos vamos a un hospital. Chanhee Hyung,
adelántate y pide un taxi.
Sorprendentemente,
me hizo caso y salió corriendo a coger nuestras cosas y salir a la carretera a
la espera de que uno apareciese. Yo mientras ayudaba a Changhyun a caminar en
silencio.
- No apoyes
el pie… Úsame a mí de apoyo. – Susurré, haciendo que asintiese con la cabeza
gacha. – Siento… Haberte gritado. Me asusté mucho.
Sonrió y
sollozó un poco. – Está bien… Me lo merecía, de todas formas… Soy un
irresponsable.
- No lo
eres, lo que eres es un perfeccionista. – Me miró y le sonreí con ternura. Le
quería mucho… Seguramente era porque nuestra edad era tan cercana que habíamos
podido conectar de una forma que no habíamos podido conseguir con los demás. –
No llores… Duele?
- Mucho… -
Resopló, sin borrar la sonrisa, y yo le paré un momento para secarle las
lágrimas del rostro.
- Te darán
calmantes dentro de poco, no te preocupes. – Asintió.
- Gracias…
No te merezco. – Reímos y Chanhee nos llamó, haciéndonos señas con las manos de
que el taxi ya estaba allí.
- Primero,
eres un idiota, y segundo… Sube a mi espalda, si no el taxi se largará. – Me
agaché frente a él, que se mostró dubitativo. – Oh, venga ya, Changhyun! No
eres una chica! Sé perfectamente cuanto pesas y me da igual, así que sube!
- Cállate!
Es mi complejo! – Dijo, subiéndose. Había adelgazado, pero jamás se lo
reconocería.
- Mentiroso…
Eso es la altura.
- Cállate! –
Sonreí, y aceleré mi paso hasta subir al coche y llegar al hospital más
cercano.
No nos
dejaron pasar a la sala mientras estuviesen pasando consulta a Changhyun, jamás
entendería por qué, pero en todos los hospitales era así. No íbamos a
coaccionarle ni nada… Pero bueno.
- Jonghyun…
- Levanté la mirada del suelo, mirando a Chanhee.
- Mh?
- Por qué
eres así con Changhyun?- Parpadeé, sin saber a qué se refería.
- Así? Cómo?
- Sobre
protector. Todos sabemos cómo es, y ya sabemos que no tiene remedio, pero tú te
empeñas en seguir protegiéndole de todo, y cada vez que algo le sale mal, te
culpas, y te enfadas contigo mismo, pero gritándole a él…
- Porque somos
amigos… No quiero que se haga daño!
- Además… -
Continuó, dibujando poco a poco una sonrisa en su rostro. – Siempre te
preocupas más por él que por los demás, le cuidas más, incluso en aspectos que
él no aprecia pero los de su ambiente sí que lo hacemos… O acaso le sigues
diciendo que su desayuno se lo prepara Niel? Y se lo sigue creyendo?
- Es que si
se lo tiene que hacer él, no desayuna… Y es la comida más importante del día… -
Empezaba a ver a dónde quería ir a parar, que era al punto al que yo había
llegado tantas veces, pero que rechazaba repetidamente.
- Te lo digo
porque en su día, alguien fue así conmigo también… Byunghyun cocinaba fatal, no
se parece en nada a ti, pero me refiero a que él también se negaba a aceptarlo
al principio… Lo que uno no puede es negar la realidad eternamente, y menos una
realidad que no tiene absolutamente nada de malo.
- No le
quiero de esa forma que tú dices, Hyung. – Reproché, bajando la mirada de
nuevo. Mis mejillas ardían por algún motivo.
- No? Y
entonces, de cuál le quieres? – Esa pregunta me caló. Cómo quería a Changhyun? Desde
luego, no era un amigo más… Ni el mejor siquiera… Era distinto. Era… Changhyun.
- Yo… No… A
él… - No sabía nada. Ya no sabía nada. Chanhee Hyung acababa de descolocarme
completamente.
- Jonghyun? –
El doctor de asomó por la puerta de la consulta de urgencias y Chanhee y yo nos
levantamos a la vez. – Podéis pasar… Está preguntando por ti, - Me señaló. –
pero está algo sedado por los dolores, así que no te extrañes si dice algo raro
o pronuncia extraño.
Sonreí con
ternura, imaginándome al pequeño Changhyun medio dormido, pero tuve que borrar
mi sonrisa al ver la expresión de superioridad con la que me miraba Chanhee.
- Ya verás…
Nunca me equivoco. – Rió en bajito y fingí no haberle escuchado mientras
entrábamos en la sala de color blanco.
- Jonghyun…
- Changhyun lloriqueaba desde la camilla. Me acerqué, intentando no mostrarme
muy ansioso, aunque si hubiese sido por mí hubiese corrido hacia allí como si
no hubiese mañana.
- Estoy
aquí. – Susurré, acariciándole el pelo. Le miré el pie, que estaba mucho más
hinchado que antes y vendado con fuerza. Debía de doler un montón. – Cómo
estás?
Sonrió y le
devolví la sonrisa.
- Mañana ya
podré bailar. – Reí y negué con la cabeza.
- Atrévete a
intentarlo y te esposaré a la puerta del hospital.
- Tendrías
que verte la expresión de idiota que tienes ahora mismo… - Susurró Chanhee a mi
oído, haciendo que mi rostro se pusiese de color carmín y le mirase con odio.
Sonrió con ternura y fruncí el ceño.
- Tengo
hambre… - Protestó Changhyun. Reí.
- Eso no es
novedad… Tú siempre tienes hambre. Por eso estás gordo.
- No estoy
gordo! – Lloriqueó, intentando pegarme, pero no tenía fuerzas para mover los
brazos lo suficientemente rápido como para hacerme un mínimo de daño. Reí de
nuevo y tomé su mano, pegándome con ella en el pecho repetidas veces con
suavidad.
- Soy malo,
no? Ya lo sé… - Sonrió con dulzura y entonces, en ese momento, me di cuenta de
que quizás Chanhee Hyung no estuviese tan mal encaminado en su hipótesis.
Observé el rostro de Changhyun, que me miraba con ojitos brillantes y sedados,
y sonreí.
“Cómo quiero
yo a Changhyun?”
- Me aburro…
- Puso morros y cerró los ojos, cayendo dormido. Mi sonrisa se amplió.
- Hyung. –
Levanté la mirada, mirando a Chanhee, que estaba enfrente de mí, al otro lado
de la camilla. – No sé cómo le quiero pero… - Tragué saliva. Chanhee me miraba,
con expresión comprensiva y dulce. – Sólo sé que no quiero que le pase nada
malo… Quiero protegerle de lo que pueda pasarle, y quiero ser yo quien le
proteja, nadie más.
Sonrió y se
acercó a mi lado, dándome palmaditas en el hombro, mientras yo volvía a
observar a Changhyun dormitar, aferrado a mi mano.
- Cuándo has
crecido tanto? – Susurró. Le miré y me sonrió con aura maternal. – Poco a poco
lo irás entendiendo… Estoy seguro.
“No sé cómo
te quiero, Changhyun… Sólo sé que te quiero.”
-Fin-
Wooo la relacion entre Sungjoong y L.joe va muy bieen!! Creo q su relacion como pareja va aparecer muuuy pronto, aahhh son tan lindos los dos con sus juegos y su timidez al mismo tiempo *0* ya quiero verlos como novioos!!! Aunq todavia me da pesar por Chanji u.u pleaase q le llegue un pretendiente pronto!!!
ResponderEliminarAaahhh no puedo creer q Chanjo ya se dio cuenta q quiere a Ricky todavia esta confundido pero algo es algo espero se de cuenta pronto!!! Es q los dos son tan lindos siempre cuidandosen mutuamente *0*
Pueden a ver mas desafortunados que Hoya y Eunji con sus amores tan despistados q no se dan cuenta de nada y lo unico q hacen es hacerlos sufrir más?!?! Aunq me gusta su amistad que mejor q tener a alguien q en verdad te comprende, me gustaria q se hicieran muuuuy amigos y q los otros dos empiecen a sentir celos, bueno soñar no cuesta nada jajajajajajajjajaaja
Espero q la proximq vez q vuelva x estos lares hayan de nuevo dos capitulos!!! Jjajajajjajajajja me encanta tu fic asi q espero volver a leerte pronto ^_^
... Lo de Hoya y Eunji no se me había ocurrido... Pero es buena idea! :D Gracias jajajaja *sí, roba ideas de sus lectores. Muy moral todo.*
EliminarMe encanta que te encante :3 Gracias por leer y comentar! (y por la idea xD)
Cumplí mi tarea *W* lo dije y lo repito si la historia me gusta lo leo y lo vuelvo a leer *W* asasasdads entonces vamos a hacer esto: Matamos a Myungsoo~ si que muera!! por maldito! hacemos que Sungyeol se enamore de Shinwoo de B1A4 -notece que los shipeea desde que se entero de que eran cercanos (http://pbs.twimg.com/media/BciXKYpCEAEdO_c.jpg:large) y hagamos que CAP se rapte a Niel >w< y que L.joe y Sungjong se casen en secreto, que Hoya le de celos a Dongwoo, Lo de Ricky y Changjo es muy tierno, así que así esta hermoso!! AHHHH Y QUE Sungkyu le de el si a Woo TwT, No nos olvidemos de Chanhee que demuestre que también puede ser feliz, asdasdadsdas tantas parejas me mareo, pero aprendo rápido xD!! y con lo de L.joe y Chanhee se me rompio el corazon y me sentí tan tan metida con lo de Myungsoo y Sungjong que quiero matar a L de verdad, esta genial, ya me hacia falta leer algo nuevo TwT ♥
ResponderEliminarMe alegro de que te guste, aunque me tendré que plantear tus sugerencias jajajaja Espero que sigas leyendo y gracias por comentar ♥
Eliminar