4 de julio de 2014

[TEENFINITE] Forbidden. Capítulo 6: Something New.

* Myungsoo POV*

Lo último de lo que tenía ganas era de aguantar las miraditas de reproche que me mandaban esos críos de Teen Top, así que simplemente, en cuanto vieron a L.Joe salir sin mirar atrás del edificio y noté que los susurros y los carraspeos aumentaban, cogí mi sudadera, mi mochila, y me largué de aquel sótano de mala muerte. No estaba de humor, y la resaca era espantosa… La noche anterior había agotado las existencias de todos los bares que se habían cruzado en mi camino, y lo peor? Que no me sentía mejor. El alcohol ya no anestesiaba mis sentimientos.
- Esto es una mierda. – Mascullé, entrando en un garito de mala muerte que tenía toda la pinta de no haber visto una fregona desde su apertura.
- Hola, guapo. – En cuanto tomé asiento, una chica con una falda que si fuese un centímetro más corta se consideraría un cinturón se me acercó, contoneándose y exhibiéndose como si tuviese algo extraordinario de lo que presumir.
- Hola. – Respondí, secamente. En cierta manera me gustaba ir a esos sitios… Nunca me reconocía nadie. Las busconas, las prostitutas y los viejos ludópatas no estaban al día del mundo de los idols, y podía dejar de ser L un rato para poder, por fin, ser yo, ser Myungsoo.
- Quieres pasarlo bien un rato? – La miré de reojo mientras el camarero ponía dos hielos en un vaso opaco y el vodka, al caer sobre él, lo hacía crujir de una forma siniestra. Me gustaba.
- No, vengo a deprimirme, no a reírme. Lo siento. – Sonreí dulcemente. Hacía fan-service hasta a la gente que no sabía quién era.

- Venga, guapo. Dime tu nombre, sí? – Colocó una mano sobre mi muslo, subiendo lentamente hacia una zona muy poco apropiada. La detuve y la miré a los ojos, completamente serio. Ella tragó saliva.
- Créeme, no quieres saber mi nombre. – Mascullé, metiéndome en mi papel improvisado de traficante de drogas, asesino en serio o algo por el estilo. Lo que fuese mientras esa buscona con tinte rubio de supermercado me dejase en paz.
- Jessica, - Me giré y vi a un hombre con gafas de sol, fumando un puro en la esquina del antro. La chica también le miró, con rostro asustado. – el señor te ha dicho que no quiere. Aparte de ser una inútil, también eres sorda?
Enarqué una ceja y miré a la chica, que estaba paralizada y juraría que incluso temblaba un poco. Entendí enseguida que pasaba, no había que ser Einstein para hacerlo.
- Disculpe, - Le interrumpí, y soltó el humo de su boca despacio. Tragué saliva e intenté mostrarme lo más seguro posible. – cuánto es por un servicio?
La tal Jessica se giró hacia mí, mirándome con los ojos muy abiertos, confusa por mi comportamiento.
- Depende de lo satisfecho que te hayas quedado. – Sonrió de lado y asentí, liquidando el vaso de vodka (del malo, todo hay que decirlo) y tomándola de la muñeca, desaparecí en dirección a los servicios.
Una vez entramos, la empujé dentro de una de las cabinas y cerré la puerta a mi espalda. Ella me miraba como si estuviese viendo a un alienígena.
- Qué? – Espeté, mirándola con una ceja enarcada. – No me vas a dar las gracias?
Parpadeó varias veces y entonces asintió lentamente, arrodillándose delante de mí y llevando las manos a mi cinturón. Resoplé, frustrado.
- Eso no, estúpida. No quiero que me toques, creo que te lo di a entender antes. – Se frenó en seco y miró hacia arriba, descolocada. Aproveché para observarla bien. No era una chica fea, más bien mona, y tenía buen cuerpo. Su voz era bonita, aunque no la había escuchado cantar.
- Entonces… Qué hago? – Susurró, con la voz entrecortada. No pude evitar sonreír, frustrado.
- Nada, hablemos. – La empujé con suavidad y me senté sobre la taza del retrete, mirándola. Ella continuaba arrodillada en el suelo, observándome. La veía un poco fuera de lugar.
- De dónde eres? Por tu acento intuyo que coreana no. – Dije, sacando un cigarro del bolsillo de la mochila y encendiéndolo. – Quieres?
Lo rechazó educadamente con un gesto de la mano y suspiró, apoyándose contra la puerta.
- Soy de California. Estados Unidos. – Hice una mueca de asombro y asentí, dándole una calada que me supo como el cielo.
- Y qué haces en Seúl?
- Soy modelo… En teoría. – Susurró, bajando la cabeza. – Vine para cumplir mi sueño y convertirme en una estrella, pero… Siempre que lograba pasar una audición, duraba poco en la agencia.
- Cuántas veces has fallado? – Extendió la palma de la mano y separó los dedos. – Cinco!? – Asintió con suavidad, intentando cambiar de postura con ese proyecto de falda que llevaba puesta. Por cómo se movía, interpreté que no quería que le viese lo que ella andaba ofreciendo a cambio de dinero. Resoplé y le lancé mi sudadera sobre las piernas. Levantó la mirada y me sonrió con suavidad.
- Gracias… - Le retiré la mirada y observé las pintadas obscenas de la pared.
- Jessica… Es tu verdadero nombre?
- No… Me llamo Leanne, pero mi jefe me dijo que me parecía a Jessica de Girl’s Generation y me dijo que me cambiase el nombre para conseguir más clientela. – La miré de reojo. Yo no le veía el parecido.
- Cuánto llevas en esto?
- Va a hacer un año…
Fingí que su respuesta no me había sorprendido. Un año no era poco tiempo si tenías un trabajo así…
- Cuánto llevamos aquí? – Pregunté, mirándola. – Cuánto sueles tardar con tus clientes?
- Depende del servicio… - Musitó, apoyando la cabeza contra la pared. Parecía muy cansada. – Un completo sobre una hora, pero si solamente quieren una felación o algo así, tardo menos. Media hora como mucho. – Asentí. Me sorprendió que ninguna de las palabras de la guapa Leanne provocasen ni lo más mínimo en mí.
-  Y cuánto llevamos? – Miró su reloj de pulsera.
- Media hora.
- Esperemos media más entonces. – Me miró, sorprendida. – Me siento extrañamente cómodo aquí…
Asintió y nos quedamos en silencio, cada uno pensando en sus propios problemas. En ese momento, me di cuenta de una cosa: yo pensaba que mi vida era una mierda. Había perdido a Sungyeol, la única persona que había amado, y a Sungjong, quien siempre había estado a mi lado. Pero, mirando a Jessica o Leanne o como fuese que se llamase esa chica, me sentía terriblemente egoísta al sentirme desdichado. Qué le habrían obligado a hacer? Ella solamente quería cumplir su sueño, y se lo habían arrebatado a base de rechazos y obscenidades de enfermos mentales. Su rostro era hermoso, pero detrás del grueso maquillaje, podías ver a una persona que, aun siendo tan joven, había sido demacrada por la vida.
- Es duro? – Pregunté, girándome hacia ella. Ella levantó la mirada y me observó atentamente.- Vivir así… Es duro? Puedes dormir?
Parpadeó varias veces antes de que sus ojos empezasen a humedecerse y una lágrima teñida de negro por el rímel barato recorriese su empolvada mejilla.
- No tengo nada más que esto… - Sollozó, torciéndome el rostro, impidiendo que viese sus lágrimas. La compadecí, y solo me sentí peor conmigo mismo. Era el ser más miserable sobre la tierra.- Tengo deudas, y tengo que devolver el dinero si quiero vivir… Aunque ya ni sé si quiero vivir.
La observé atentamente de nuevo, desde el top transparente hasta los tacones de aguja. Suspiré y me senté a su lado en el suelo.
- Cuánto debes?
- Demasiado.
- Dime cifras. – Sus pequeños hombros temblaban por los sollozos.
- Un millón. – Suspiré por enésima vez.
- Está bien… - Saqué la cartera de la mochila y le tendí un billete. Lo miró, con el rostro descompuesto.
- Qué es esto?
- Una manzana. Tú qué crees? – Hice una mueca y se lo dejé sobre las rodillas.
- Esto es demasiado, no puedo aceptarlo.
- Con esto, tu deuda desciende a la mitad, no es cierto? – Me levanté y volví a mi “asiento” original. Ella lo miraba como si estuviese viendo un fantasma.
- Pero… No… No puedo…
- Es por el servicio. – Me miró. – Me he quedado muy satisfecho, díselo a tu jefe. De nuevo, sus ojos se inundaron de lágrimas.
- Eres un ángel… - Sollozó, arrodillándose ante mí. – Jamás podré agradecértelo lo suficiente.
- Ojalá lo fuese… - Musité, apartando la mirada de ella y soltando un largo suspiro. – Se está acabando el tiempo. Arréglate el maquillaje y prepárate para salir.
Asintió, incorporándose y haciéndome mil reverencias. Me molestó esa acción de gratitud, porque no me la merecía. No me merecía la simpatía de nadie.
- Ah! – La llamé, antes de que saliese por la puerta de los lavabos. Se giró y me miró. – Conozco un local… Bueno, conozco a la dueña. – Busqué en mi cartera hasta dar con una tarjeta fucsia y se la tendí. – No sé si tendrán vacantes, pero por pasarte no pierdes nada.
- Qué es? – La miró, confusa.
- Es un bar de strippers. – Levantó la mirada, enarcando una ceja.
- Escucha, allí no te tocarán. Solamente tienes que bailar y servir copas. Hay seguridad para proteger a las chicas.
- Qué pasa? Lo has probado? Los puños de los seguratas? – Rió y resoplé, mirándola con desprecio. – Perdona, continúa.
- La dueña es una buena persona. Y además, no pagan mucho, pero dan alojamiento a todas las chicas. Pásate y di que vas de parte de L.
- L? – Frunció el ceño. Asentí. – Es tu pseudónimo?- Volví a asentir. Ella rió. – Qué eres? Una especie de súper héroe o algo así?
- Tú pásate. La chica se llama Sandy. – Me giré sobre mis talones y salí de esos lavabos nauseabundos, saliendo del local. El señor del puro me observó y le sonreí de lado como despedida. Rió satisfecho y asintió lentamente.
Mientras vagaba por las calles oscuras de la zona no turística de la ciudad, esquivando cristales y basura general, pensaba y pensaba. En qué? En todo y en nada. Por qué yo era así? Por qué me comportaba así? Por miedo? Orgullo? Estupidez? Todo junto era una mezcla explosiva.
Entré en una pequeña tienda de refrigerios y me compré una botella verde de soju. No quería recordar nada de nada sobre nada y por ningún motivo. Quería desaparecer, camuflarme con mis ropas negras en la oscuridad de las sombras de los barrios marginales y que no me encontrasen nunca.
- Está vez no vendrá nadie a buscarme, no? – Farfullé, sentado en una esquina de un callejón sin salida. Una metáfora preciosa de mi estado de ánimo. – Sungyeol… Esta vez no vendrás a buscarme, verdad?
Mientras bebía, lloraba. Lloraba mucho, y las lágrimas saladas acababan en mis labios, dándole el toque final al sabor fuerte del alcohol.
Todo era culpa mía… Yo me lo había buscado. Me advirtieron y no escuché, me dijeron que acabaría solo por mi egoísmo y mi prepotencia, y me reí en su cara. Pero ahora, estaba realmente solo.
Tenía tanto miedo de estar solo que había acabado devorado por mis propios temores. Recuerdo cuándo me di cuenta de que me había enamorado de Sungyeol… Cómo fui feliz cuando nos dimos nuestro primer beso, pero no era suficiente. Y si se iba Sungyeol? Qué haría con mi vida? Necesitaba un seguro, y ahí apareció Sungjong con su inocencia y su amor blanco y puro, el mismo que yo ensucié con mis mentiras y ahora era oscuro y desconfiado.
- Siempre he tenido miedo de perder a la gente que amo… - Cerré los ojos, escuchando el sonido del tráfico al otro lado del muro donde descansaba mi espalda. Rematé la botella, lanzándola a mis pies, escuchando también el agudo sonido del cristal al deshacerse en miles de trozos, inundando el camino que antes había recorrido. – Ahora me pregunto si habrá alguien ahí fuera que tenga miedo de perderme a mí.
- Haz el favor de levantarte. – Esa voz me resultaba familiar. Abrí, no sin esfuerzo, un ojo, pero el sol de frente me impidió ver a la persona que me hablaba.- Mírate, Myungsoo… Cómo has podido llegar a esto? Eres cantante de uno de los grupos más importantes de Corea, famoso a nivel mundial, y te dedicas a lloriquear en las esquinas, borracho hasta la médula?
La alta y delgada figura se movió hacia mí, extendiendo su sombra sobre mí, y entonces le vi. Sungyeol me observaba con expresión dolida y una mueca de desprecio.
- Yeollie… - Los ojos se me inundaron y quise ordenar a mi cuerpo lanzarse a abrazarle, pero no se movió. – Has venido a salvarme…
- Si no viniese yo, te quedarías ahí pudriéndote en tu coma etílico, capullo. – Masculló, arrodillándose frente a mí tras apartar los cristales verdes con el pie. – Levántate ahora mismo o te juro que me iré.
Me tendió una mano que tomé y me ayudó a ponerme en pie. Le observé, y aunque le veía borroso, podía reconocerle y sentir cómo el dolor de sus ojos me abrasaba la piel donde miraba.
- Cómo me has encontrado?
- Una chica llevaba tu sudadera. Has estado con una prostituta y aún encima le regalas tu ropa? Qué lujo… Debería de pagarte ella a ti. – Masculló, pasándose mi brazo sobre sus hombros, ayudándome a mantener el equilibrio.
- Jessica…
- A ver qué piensas hacer si habla con la prensa. Ya sabía que no pensabas mucho, pero creía que eras un poco más inteligente.
- No sabe quién soy… No te preocupes.
- A saber qué sablazo te habrá metido a la cartera… - Susurró, frenando cerca de la carretera, a la aparente espera de un taxi.
- No me he acostado con ella, Sungyeol. – Le miré cuando me miró, sorprendido. – No he podido. No sentí nada cuando se me acercó… Porque no podía parar de pensar en ti.
- Por eso has amenazado a L.Joe para que no toque a Sungjong? Ya. Vale. Me da igual lo que digas, Myungsoo, ya te lo dije. Yo ya no tengo nada que ver contigo.
Jamás había visto la faceta fría e insensible de Sungyeol… Antes solo era un chico alto y tímido que besaba el camino que yo había pisado, pero ahora… Realmente le había perdido.
- No sé qué hacer… - Murmuré.
- Creo que lo mejor será que no hagas nada, Myungsoo. Mejor no hagas nada. – Eso que acababa de ver recorrer la hermosa mejilla de mi ángel había sido una lágrima? Sungyeol estaba llorando por mi culpa… Otra vez.

*Hoya POV*

- Myungsoo se está pasando tres pueblos. – Mascullé, esperando a que nos trajesen la comida a mí y a Woohyun, que se mantenía en estado autista desde lo de Sunggyu. – Woohyun! Me estás escuchando?
Asintió sin alma y suspiré. Mis amistades todas estaban sufriendo por una metamorfosis, y lo peor es que en vez de mariposas, estaban volviendo a larvas.
- Por lo menos no bebas como ayer, por favor… No pesas poco y el ascensor no funciona. Sabes las agujetas que tengo en las piernas? Vivimos en un noveno!
- Lo siento…
- Da igual. Pero hoy zumito, vale? – Sonrió con dulzura y le devolví la sonrisa. Estaba intentando sacar a mi amigo de la depresión a costa de hundirme yo en ella.
- Oye… - Pareció espabilar un poco al oler los fideos que nos traía la señora. Le agradecimos y se marchó en seguida. – Eunji es maja, por qué no intentas salir con ella? A lo mejor realmente te olvidas de Dongwoo y al menos alguien en la casa será feliz.
Reí y negué.
- Como le ponga una mano encima a Eunji, me la romperá en mil trocitos y se la dará de comer a su caniche. Es una lesbiana fuerte y segura de sí misma. – Pero Dongwoo parece muy feliz con su amiga, así que… Yo solo quiero que él sea feliz. Y si conmigo no puede serlo, yo no soy quien para decirle nada.
- Te has olvidado decir que a ti Eunji te atrae menos que a un tonto un sudoku. – Reí y él rió también. Me alegraba verle reír aunque fuese momentáneo.
- Cierto… La verdad es que es alucinante esta especie de obsesión que he desarrollado por ese idiota… Sabes que ni viendo porno me excito? No soy capaz si no pienso en él… Eso es de enfermo obsesivo. Me pienso buscar un psiquiatra. – No mentía. Yo mismo me daba miedo porque me descubría infraganti soñando despierto con el rostro de Dongwoo dormido, y puedo asegurar que no era precisamente atractivo con la boca abierta y babeando… Pero yo estaba enamorado.
En ese momento, mi móvil empezó a vibrar. Me disculpé con Woohyun, que estaba muy entretenido jugando con sus fideos y salí del restaurante para hablar.
- Diga? – Descolgué el teléfono y una voz grave sonó al otro lado de la línea.
- Howon? Soy yo! – Tardé un rato en caer, y sonreí automáticamente.
- Inguk!? Qué tal? – Rió y yo sonreí ampliamente. – Cuánto tiempo…
- Ya ves! Qué tal te va todo? – Resoplé. – Cuenta. Que nos conocemos y tus suspiros o exhalaciones varias nunca son buenas.
- Nada, Hyung… Un corazón roto. – Reí, aunque en realidad no quería reírme.
- No me digas que es el tuyo…
- Eso me temo.
- Lo siento… - Sonreí y negué.
- Da igual, lo superaré. No es la primera vez…
- No sé quién es, pero sea quien sea, no sabe lo que se pierde. – Sonreí con ternura. – Quién cocina como tú? O tiene esa sonrisa? Y esos ojitos brillantes?
Hice una mueca.
- Hyung… Frena…
- Lo siento, lo siento. Aún no me he olvidado de que el que me rompió el corazón a mí fuiste tú…  - Mueca de nuevo.
- Lo siento.
- De eso hace ya años! – Rió. – Ya ha cicatrizado.
- Me alegro…
- A todo esto, te llamaba para decirte que me han llamado para un dorama nuevo… Y te he propuesto para participar conmigo.
- Qué?
- Sí.
- No crees que deberías de habérmelo consultado antes, por casualidad?
- Eres mi Howon, no me habrías dicho que no. – Resoplé y me senté en el bordillo de la acera. – Mañana supongo que llamarán a tu agencia para preguntar. Llamaba para asegurarme de que dirás que sí.
- Cuál sería mi papel, exactamente? – El amigo de la protagonista. Estarías enamorado de mí.
Enarqué una ceja y apreté los labios con fuerza. Ahora tenía todo sentido.
- Inguk…
- Actuar, Howon, actuar. Además, actuar abre muchas puertas. – Cerré los ojos, inspirando y exhalando como me habían enseñado para relajarme.
- No voy a decir nada salvo que me lo pensaré. – Murmuré, finalmente. Él no tardó en mostrar su alegría.
- Será genial! Además, la protagonista es muy guapa, seguro que haremos muy buen equipo.
- Quién es?
- Te suena A-Pink? La líder, Eunji.- Mi mandíbula se cayó al asfalto en cuanto escuché su nombre.
- Es… guapa. – Era lo único que se me ocurría decir. Aquello iba a ser un desastre… O no. Por una vez, no veía qué iba a salir de ese proyecto.
- Mucho. Bueno, te dejo… Tengo que ir a no sé dónde.
- Genial.
- Descansa, mi amor.
- Inguk…
- Es broma! – Rió y yo suspiré.
- Te quiero! – Escuché una risa histérica antes de que colgase y resoplé. Hacía mucho que le conocía, ya que de tanto tropezarnos en los pasillos, habíamos acabado siendo amigos. Luego me pidió salir y tuve que rechazarle porque ya estaba enamorado de Dongwoo. Pareció tomárselo bien, me trataba como siempre, pero quizás lo que había cambiado era que su afecto era más… efusivo. Sí, por decirlo bonito.
Cuando volví adentro, Woohyun seguía haciendo el tonto con los fideos.
- No piensas comer? – Le reprendí, sentándome enfrente. Me sonrió con dulzura y comenzó a comer.
- Aún encima que te espero… Quién era?
- Seo Inguk. – Se atragantó y me miró con los ojos como platos.
- Me lo explicas?
- Me ha propuesto para participar con él en un dorama.
- Eso es genial!
- Hago de un tipo que está enamorado de él.
- Oh… Eso ya no es tan genial. Sigue acosándote?
- No me acosa… Es… Especial.
- Qué delicadeza de vocabulario. – Ironizó. – Se pasa el día sobándote y llamándote cosas raras.
- Es una persona cariñosa. – Enarcó una ceja. Por qué le estaba justificando? Quizás porque veía mi futuro reflejado en él? Yo acabaría como él si Dongwoo me rechazase?
- Como quieras… Pero es raro.
- Tú también lo eres.
- Pero yo soy adorable! – De repente se quedó serio y se le humedecieron los ojos. “Aquí vamos de nuevo…” – Pero Sunggyu no me quiere aun así!
Y comenzó a llorar, y de una forma tan ruidosa que todo el restaurante mi miraba con desaprobación.
- Yo no he hecho nada! – Grité, cuando noté que todos me miraban como si fuese un monstruo.- Woohyun, acábate de comer eso ahora mismo y vámonos antes de que alguien me tire algo…

- Dónde estábais? – Preguntó Dongwoo cuando aparecimos por casa. – Eso de irse a beber y engordar después de los ensayos no es bueno… Tenéis un cuerpo que mantener!
- Para qué? Sunggyu no va a verlo… - Sollozó Woohyun, pasando por nuestro lado y continuando hasta el baño donde se encerró. Siempre que iba a llorar, se encerraba en el baño y tras una hora aproximada, salía con una sonrisa radiante y falsa.
- Fuimos a comer porque este estaba tristón… Además, tú te apañas solo con Changjo, que Ricky era mío y está cojo. – Hice un puchero rápido y entré en nuestro cuarto, seguido por él.
- Changjo y yo ya hemos acabado de aprendernos la coreografía… Ahora iremos a por la letra… Aunque él canta y yo rapeo, pero bueno. – Se sentó en nuestra cama y me observó. Había algo en su mirada…
- Qué has hecho? – Le inquirí, señalándole con el dedo índice. Le conocía demasiado bien.
- Yo? Nada!
- Dongwoo…
- He vuelto a quedar con Bomi y necesito que…
- Ni hablar. No. – Me giré sobre mis talones y abrí el armario en busca de un chándal limpio para después de la ducha.
- Qué? Por qué no? Eunji te gustó!
Me quedé de piedra mirando a mi fondo de armario y una ceja se enarcó lentamente en mi cara mientras intentaba controlar mis ganas de estamparle la cara contra la pared.
- No me gustó.
- Te lo vi en la cara! – No pude evitar reírme. – Qué?
- Que tienes la capacidad receptiva de un ladrillo, eso pasa.
- Por?
Me giré, cerré el armario con el talón y me apoyé sobre sus puertas, cruzando los brazos sobre mi pecho y mirándole fijamente a los ojos. Tragó saliva, seguramente pensando que le iba a pegar.
- Soy gay. – Así, sin pensar, sin razonar ni analizar las posibles consecuencias, amordazando mi inteligencia y pateándole el estómago, me sinceré.
- Qué? – Dongwoo me miró con la boca abierta y parpadeó varias veces antes de, por fin, emitir ese maldito monosílabo.
- Lo que has escuchado.
- Oye… Si no quieres salir con ella, yo…
- No es eso. Si fuese de esa clase de hombres lo haría, pero no lo soy.
- De esa clase?
- Heterosexuales.
Tragó saliva y apartó su mirada de mí, clavándola en el suelo. Qué demonios acababa de hacer? Empezaba a verme como Woohyun, llorando en la azotea y emborrachándome con alcohol barato de graduaciones atmosféricas.
- Bueno, entonces nada. – Se incorporó y soltó una de sus risotadas de hiena. Le miré, sorprendido. – La avisaré y le diré que no podrá ser.
- Esto… - Le seguí, mientras rebuscaba por la habitación en busca de su móvil. Siempre lo perdía, pero ese no era el caso en ese momento; el caso era que no se había enfadado, ni me había puesto un crucifijo en las narices y acusado de posesión mariquita ni nada así. – No te vas a enfadar?
Me miró, ahora parecía él sorprendido.
- Por? Has hecho algo malo?
- No… No sé. No lo creo. – Murmuré, mirándole, completamente de piedra.
- Somos amigos desde hace años, crees que va a cambiar porque te gusten los chicos? No sé qué imagen tienes de mí… - Rió y me dio una palmadita en el hombro. Mi salida oficial del armario con el hombre del que estaba enamorado y ya me había mandado de cabeza a la friendzone de una patada.
- Pero…
- Howon, - me miró fijamente, por fin con el móvil en la mano. – es como si te maginase porque te gusta el morado en vez del verde! El verde es genial, pero ese no es el tema ahora, sino que no tienes que preocuparte por mi reacción. El mundo ha cambiado!
- Qué has visto en la tele? – Reí, sonriéndole con dulzura. En cierto modo me sentía aliviado… Tenía miedo de que me mandase a dormir a la azotea.
- Nada, pero una cosa… - Me sonrió y arrugó la nariz. Adoraba ese gesto. – Ahora comprenderás que sea algo más incómodo compartir cama… - Rió suavemente. – Así que estrenaré la mía, si no te importa.
Señaló la litera superior, llena de armatostes y enarqué una ceja, aunque finalmente suspiré y asentí. Había ganado una experiencia y había perdido mi único momento íntimo con él: las noches. Aunque solamente lo fuesen para mí, eran importantes.
- Claro, lo entiendo. – Reí con falsedad y entonces, mi lado malvado decidió que podía torturarme aún más. – Hay algo más que no te he contado…
Me volvió a mirar, mientras empezaba a sacar peluches y objetos de su cama. – Dime.
- Voy a empezar a salir con Seo Inguk.
- … Qué!?

*Woohyun POV*

En cuanto logré calmarme, salí del baño, pero para ser arrastrado adentro en cuestión de segundos por Howon.
- Qué pasa? – Pregunté, cuando me miró con rostro de pánico.
- Acabo de hacer la mayor tontería de mi vida… - Susurró.
- Vale, por qué susurras?
- Por si me oyen mis demonios internos.
- … Oye, tómate una aspirina o algo, que sirve para todo, a lo mejor para brotes psicóticos también.
- Le he dicho a Dongwoo que soy gay.
- QUÉ!?
- Y que voy a salir con Inguk.
- VAS A SALIR CON INGUK!? – Me hizo un gesto con las manos para que no chillase. – Cuánto tiempo he estado encerrado aquí? Años? Ahora sé cómo se sentirá Walt Disney… El mundo ha cambiado mucho…
- Deja de decir gilipolleces, que esto es muy serio.
- Pero… Espera. Por orden. Vas a salir con ese lunático?
- Claro que no! No estoy loco!
- Entonces?
- Es que me enfadé porque se tomó demasiado bien que soy gay… Ni siquiera se va a cambiar de cuarto.
- … Espera. Otra vez. Recapitulemos. Te has enfadado porque se lo ha tomado… bien? – Asintió. – Eres idiota?
Volvió a asentir.
- Bueno, mira, relájate. – Suspiré y le tomé por los hombros, adoptando mi papel de Hyung. – Todo va a ir bien… Si se lo ha tomado bien, eso es lo importante por el momento, vale?
- Vale…
- Ahora, déjame salir de aquí, que me está dando Síndrome de Estocolmo. – Rió y le sonreí, saliendo ambos del baño.
- Qué pasa? – Preguntó Sunggyu, mirándonos a ambos salir del baño, yo rodeándole con el brazo y él con cara de damisela a la cual le han tocado el trasero en el metro. – Se encuentra bien?
Me encogí de hombros y Howon no reaccionó. Estaba en shock post-traumático.
- Le he dicho a Dongwoo que soy gay… - Susurró. Sunggyu abrió mucho los ojos y me miró. Estaba adorable, pero ese no era el momento de contemplar su innegable belleza.
- No lo sabía!? – Howon y yo le miramos, confusos. – Este hombre no se entera de nada… Que alguien le quite la videoconsola pero ya.
- Tú lo sabías? – Susurró Howon. Sunggyu asintió con naturalidad y mi amigo se libró de mi abrazo y se fue, a pasos de zombi, por el pasillo adelante. Miré con reproche a Sunggyu, que me miraba, ahora él confuso.
Acabamos los dos en nuestro cuarto, pero ninguno decía nada. La incomodidad dominaba el silencio, y eso era algo que yo no podía soportar.
- Oye, - elevó la mirada. – sabes que he escuchado un chiste buenísimo?
- Sí? – Asentí. Se notaba que no le interesaba en absoluto, pero que intentaba lo mismo que yo: aligerar el ambiente, que pesaba como si fuese de hierro.
- Escucha: - Me acomodé en la cama y él me miró fijamente. Tuve que retirar la mirada, porque sus ojos marrones eran demasiado para mí. – Va un langostino pequeñito por el mar, llorando, cuando se encuentra a su amiga la langosta y le pregunta ésta que qué le pasa, y el pequeño langostino le responde: Nada, que mis papás se han ido a un cóctel de marisco y aún no han vuelto.
Sunggyu me miró con expresión horrorizada.
- Eso es…
- Sí, olvídalo. – Me tumbé en la cama. – En mi mente sonaba mucho menos cruel.
De nuevo, silencio.
- Qué cenaremos? – Preguntó Sunggyu. – Los niños empezarán a reclamar comida en breves…
Sonreí al escuchar que seguía llamándoles “los niños”, como cuando bromeábamos (YO) que éramos un matrimonio y ellos nuestros pequeños lunáticos. Finalmente, Sunggyu había acabado llamándoles así también.
- Yo ya cené… Pero dales pollo. Siempre les parece bien el pollo.
- Ya cenaste?
- Sí.
- El qué?
- Ramen.
- Oh… Dónde?
- En un local al que me llevó Howon al acabar de ensayar.
- Estaban buenos?
- Mucho.
- Habrá que ir algún día entonces…
- Sí, además también era barato!
- Qué bien!
- Sí…
- Ajá…
Y silencio de nuevo. Esa conversación nacida de un bol de fideos había sonado más forzada que un corsé.
Entonces, milagrosamente, Jesús escuchó mis plegarias e hizo mi móvil sonar. Sunggyu lo miró y yo sonreí al ver el nombre que había en la pantalla.
- Holita.- Canturreé tras descolgare. Frunció el ceño. No le gustaban nada mis adorables expresiones que él no encontraba en absoluto adorables.
- My Hyun! – Chilló una voz al otro lado del aparato. Reí.
- My Bum! – Enarcó una ceja y se giró sobre su cama, mirando a la pared. Hice una mueca. – Perdona, Sunggyu, salgo del cuarto.
- Quién es? – Preguntó antes de que saliese.
- Key.
- El de SHINee?- Asentí. – No sabía que erais cercanos…
- Mucho. Es mi alma gemela. – Su expresión se tensó y me extrañó, pero no podía preguntar porque Kibum reclamaba mi atención al otro lado de la línea.
- Estás celoso? – Susurré antes de salir y esquivar el cojín proyectil que me lanzó.

- Hey! Qué es de tu vida? – Sonreí al escucharle.
- Nada nuevo, cielo… Y tú?
- Yo feliz y fabuloso, como siempre. – Reímos. – Qué tal con Sunggyu? Cómo vas?
- Me confesé…
- OMO! Y de eso no se me informa? – Su voz de pito me obligó a apartarme un poco de mi teléfono con el objetivo de conservar mi tímpano.
- Me rechazó… Como era de ver.
- Qué dices? Eso es imposible. – Reí.
- Pues es un hecho.
- Si está por ti! Te lo digo yo, que esas cosas las veo… - Suspiré y me dejé caer en el sofá del salón.
- Pues… Ve a revisarte el don, que se te ha atrofiado.
- Que no! Nunca fallo! Si justo la semana pasada conseguí juntar a Kyungsoo y Jongin!
- Los de EXO?
- Los mismos. Más monos… - Su tono maternal me hizo sonreír.
- Pues lo siento, pero conmigo te ha fallado, Kibum. Sunggyu me nombró oficialmente un “amigo”, con un “solo” delante muy detallado y remarcado. – Le escuché resoplar, frustrado.
- No me equivoco nunca.
- Para todo hay una primera vez…
- Sí, y duele más de lo que pensaba. – Reí al pillar el doble sentido. – De qué te ríes? Ni que lo hubieras probado antes…
- Estoy esperando al indicado!
- Y está en tu cuarto ahora mismo! Pero es idiota y no se da cuenta!
- Dejemos el tema… Aún no soy inmune a estas conversaciones… Está muy reciente todo. – Suspiró.
- Woohyun, dime que no te has rendido.
- No me he rendido, estoy de baja en el combate.
- Si te recomendase una idea… Me harías caso? – Me temí lo peor, pero lo peor de lo peor es que las ideas más absurdas de Kibum, siempre acababan resultando.
- Te escucho. – Dije, tras mucho pensar. Unos cinco segundos largos.
- Dile que estás saliendo conmigo. Díselo a todos, que no haya nadie a quien pueda interrogar y enterarse de la farsa… Y cuando te vea entre mis fabulosos y preciosos brazos, te extrañará entre los suyos y te pedirá que vuelvas.
- … Paso.
- Qué!? Venga ya! Es una buena idea!
- Expongo fallos: Uno, no sé mentir. Dos, no quiero que Jonghyun me dé una paliza. Tres, Sunggyu va a pasar del tema como de los chicles del suelo de la calle.
- Resuelvo fallos: Uno, aprende. Dos, tú le puedes a Jonghyun, y además, le informaré antes. Tres, te apuesto lo que quieras a que en menos de una semana le tienes en tu cama.
- No le quiero en mi cama, Kibum!
- Hombre que no…
- No todos somos unos adictos como tú. – Rió histérico.
- Bueno, vale, pero venga… Acepta mi plan. Qué tienes que perder?
“También es verdad…”
- Está bien.
- Voy a hablar con mi cachorro, con el humano me refiero. Mañana llámame y me cuentas.
- Está bien…
- Buenas noches, amorcito!
- Buenas noches, cielo!
En ese momento Sungjong cruzaba a la cocina y me miró con cara extrañada.
- Quién era?
Me encogí de hombros y fui a abrir la puerta. El pollo llegaba con un timing perfecto.

- Comed despacio! – Regañaba Sunggyu. – Y dónde demonios están Myungsoo y Sungyeol!?
Todos miramos a Sungjong, que disfrutaba de un muslito. Nos miró con el hueso en la boca y se encogió de hombros.
- Ni lo sé ni me importa… - Sunggyu le regañó por hablar con la boca llena mientras yo me armaba de valor para hacer mi declaración.
- Chicos… - Musité por fin, pero no me hicieron ni caso. Dongwoo se reía como un histérico de Sunggyu, que a su vez le reñía por reírse, y Hoya observaba al pollo como si estuviese viendo algo nauseabundo. Parte del shock, me imagino.
- Esto… Chicos… - Lo reintenté, pero de nuevo ni caso. Mi ansia de atención y las ganas de quitarme el peso de encima me superaban, así que simplemente pegué un puñetazo a la mesa y todos me miraron como si estuviese loco. – Gracias.
Sonreí con sinceridad.
- Qué diablos te pasa? – Masculló Sunggyu con cara de psicópata. Los nervios de todo el día cuidando de “los niños” le superaban.
- Tengo que informaros de algo… - “Recuerda todo lo que has aprendido en las clases de teatro y todo irá bien… Recuerda!” – Estoy saliendo con alguien.
El tenedor de Sunggyu se estrelló contra el suelo y solamente Dongwoo dirigió su vista hacia él un nanosegundo antes de volver a fijarla en mí, con la boca abierta al igual que los demás.
- Con quién? – Howon me interrogaba con la mirada, pero la condición de Kibum era que nadie podía saber la verdad, así que me callé y le sonreí con dulzura.
- Es el hombre de mi vida… - Sungjong ni parpadeaba siquiera. – Todos conocéis ya a Kibum de SHINee, no?
- KEY!? – Chilló Sungjong, levantándose incluso. – Estás de broma?
Negué con la cabeza y sonreí alegremente. Pero cuando miré a Sunggyu a la cara, su expresión parecía un poema.
- Pero ese no estaba saliendo con Dongwoon de Beast? – Preguntó Dongwoo.
- No! Estaba con Lee Joon de MBLAQ, no? – Dijo Sungjong. Maldije a Kibum y su poca discreción con sus ligues.
- Bueno, eso es pasado. Ahora está conmigo, y es para siempre.
Nadie dijo nada más, hasta que nos fuimos a dormir.
- Woohyun… - Sunggyu me llamó en la oscuridad.
- Sí? – Me giré en mi cama, mirándole. Podía ver el brillo de sus ojos incluso en la oscuridad.
- De verdad estás saliendo con Kibum?- Se me hizo un nudo en el estómago.
- Sí.
- De verdad?
- Sí.
- Vale. – Y silencio. Únicamente silencio.

*Ricky POV*

Miré a Jonghyun con una ceja enarcada mientras me colocaba la almohada y los cojines estratégicamente para que me acostase en la cama.
- Debes de estar cansado… Túmbate! Tienes que reposar. – Se acercó a mí y me obligó a pasarle un brazo por los hombros hasta que me tumbó en la cama.- Estás cómodo? Necesitas algo? Tienes calor? Voy a por el ventilador? Aunque no es buena idea porque podrías resfriarte… Quieres un helado? Voy a comprarlos?
Tuve que sujetarle el brazo porque ya se estaba poniendo la sudadera.
- Oye… Estoy bien. – Sonreí. – Estoy demasiado bien.
Asintió y bajó la mirada, sentándose al lado de mi cama, en el suelo, apoyando la cabeza en mi colchón. Le miré y sonreí con dulzura. Me hacía muy feliz que se preocupase tanto por mí… Pero todo tenía un límite. Mi deducción era que se sentía culpable porque había sido él quien quería ir a jugar el día del esguince, pero aun así… era tontería exagerar tanto las cosas.
Debería hablar con él? Decirle que no es necesario que se moleste tanto?
Otra cosa que me había llamado la atención era que me había prohibido sentarme en cualquier sitio que no fuese o solo, o con él a mi lado. Nadie tenía derecho a acercarse a mí o se ponía como una fiera… Los hyungs tenían hasta miedo por la violencia que había desarrollado, y a mí me daba la impresión de que todo era porque se sentía sobreprotector por culpa de mi torpeza.
- Jonghyun… - Le llamé con dulzura y él se incorporó a la velocidad del rayo.
- Sí? – Le miré, sorprendido, y reí.
- Nada, que si podemos hablar…
- Oh… - Se sentó sobre mi colchón, a la altura de mi cadera, y me miró con expresión suave. – Dime.
- Verás… Últimamente he notado que estás muy cerca de mí siempre…
- Siempre he estado cerca…
- Ya, pero ahora es como que… Es decir, antes jugábamos y tal, pero ahora es como si me tuvieses en una burbuja…
- Porque estás herido!
“Herido!?” – Qué exagerado eres! – Reí, y él frunció el ceño, mirando mi pie, vendado en exceso porque él mismo le había ordenado a las enfermeras que gastasen la mitad de las existencias del hospital. Llevaba más vendas que la momia. – Es sólo un esguince… En quince días se curará y podré volver a jugar contigo.
- No lo harás, guardarás reposo y harás la rehabilitación que te mandaron. – Su mirada me heló de lo seria que era.
- Jonghyun… - Susurré. – De verdad, por qué haces esto? Puedo valerme por mí mismo, no es necesario que te esfuerces tanto…
Bajó la mirada, haciendo que el flequillo caoba le tapase los ojos. Estaba tan raro… Tenía el corazón en un puño por la indecisión que me producía su comportamiento.
- Que por qué lo hago? – Susurró. Asentí suavemente. – Porque eres mi amigo… Y te has hecho daño. Y no he podido evitarlo.
“Amigo. Cierto… En qué pensabas, Changhyun?”
- Gracias… Pero es culpa mía y de nadie más. – Me miró, con expresión triste y le sonreí, intento que no se notase mi decepción. – Te quiero, Jonghyun… Gracias por ser mi amigo.
Su expresión cambió a sorprendida, pero luego se dulcificó y volvió a bajar la mirada.
- Yo también te quiero. – Sonreí y suspiré.
- Chicos, a cenar! – La voz de Minsoo rebotó por las paredes de toda la casa.
- Pollo! – Chilló Niel, emocionado.
Jonghyun se incorporó y me miró, tendiéndome una mano. Le sonreí y la tomé, sintiendo esa característica electricidad recorrerme todo el cuerpo. Entonces, Jonghyun se estremeció y me miró, con expresión asustada.
“Acaso… Él también la ha sentido?”
- Qué ocurre? – Pregunté, esperando a que tirase de mí para poder incorporarme. Él simplemente estaba helado, mirándome. – Jonghyun? – Llamé suavemente su nombre y él, finalmente, parpadeó varias veces.
- Perdona… - Murmuró, tirando de mí hacia él, recibiéndome en su pecho hasta que pude estabilizarme y alcanzar la muleta. Su pecho era tan cómodo que desearía poder abrazarle día sí y día también.
- Gracias. – Le sonreí con dulzura y él asintió, caminando detrás de mí, como siempre desde que estaba “lisiado”.
Me ayudó a sentarme en la silla y él se sentó enfrente antes de que empezásemos a comer.

- Está rico? Es un restaurante nuevo. – Comentó Myungsoo. Le miré, estaba de un buen humor extrañamente inusual. Todos asentimos y él sonrió, orgulloso.
- Invitas tú, Hyung? – Preguntó Chanhee.
- Así es. – Todos le miramos como si acabase de decir algo prohibido. – Qué?
- Tú no invitas nunca! – Chilló Jonghyun, señalándole con un dedo acusador que en seguida fue reprendido por mamá Chanhee. – Qué has hecho? Quién ha muerto?
Reí. – Hyung, acaso quieres dejar el grupo? Es eso?
- Qué bestias sois! – Salió Niel de la nada. – No se puede ser amable en esta casa o qué? Tendríais que darle las gracias! – Minsoo le sonrió y él le devolvió la sonrisa. – Gracias…
La vocecita dulce y que me causó un escalofrío de Niel, en seguida recibió burlas.
- “Gracias…” – Le imitó Jonghyun, riendo conmigo al momento. – Qué te pasa a ti también?
- No comes, Byunghyun? – Susurró Chanhee a mi derecha. Les miré de reojo, y mi Hyung parecía más triste que la noche, así que decidí dejarlo por el momento. Lo mismo pensó Chanhee, sirviéndole un trozo de pollo en el plato, trozo del que no probó nada.
- Veréis… - Carraspeó Minsoo. – En realidad, tengo que deciros algo.
Todos, menos Byunghyun, centramos nuestra atención en él.
- No quiero que afecte a la vida que llevamos en absoluto, y prometo que nada va a cambiar en ningún aspecto, y que seré completamente responsable de lo que ocurra…
- Al grano. – Dijo Chanhee, mirándole con una ceja enarcada.
- Estamos saliendo… - Susurró Niel, siendo rodeado al momento por el fuerte brazo de Minsoo. Jonghyun dejó caer sus palillos al suelo, emitiendo un sonido metálico que me llamó la atención.
- Qué? – Chanhee parecía tan sorprendido como nosotros.
- Prometemos que seremos completamente responsables y que eso no afectará en nada al grupo. Separaremos vida profesional de pida personal.- Argumentó Minsoo. Jonghyun resopló.
- El problema, Hyung, es que aquí, en nuestro grupo, la vida profesional y la personal la compartimos todos con todos. Es una misma! Y si pasa algo! Como con ellos! – Señaló a Byunghyun y a Chanhee y yo le miré, dolido, haciendo que se sentase al momento al sentir mi mirada.
- Eso no viene a cuento, Jonghyun… - Le reprendió el líder. – Y repito, que seremos responsables.
- Una forma preciosa de llamarnos irresponsables a nosotros. – Masculló Byunghyun, incorporándose de la mesa y dirigiéndose a su cuarto. Entonces, se frenó, justo en cuanto el picaporte tocó su mano. – Tenéis mi bendición, de todas formas. Todos tenemos derecho a ser felices… Aunque algunos más que otros.
- Qué le pasa? – Preguntó Niel a Chanhee, que negó con la cabeza, incorporándose también.
- Niel, hoy limpias tú. – Susurró, sonriendo de forma cansada. – Tenéis mi apoyo también.
Chanhee desapareció en dirección a su cuarto, dejándonos solos con la nueva pareja. Jonghyun mantenía la mirada baja y yo le entendía… Ambos teníamos miedo por el grupo. Y yo, tenía que añadirle a eso mis sentimientos.
- Chicos… - Minsoo nos llamó con dulzura, pero ni él ni yo nos movimos. – Podéis confiar en nosotros?
- Hyung… - Susurró Changjo. – Prometéis ser felices? Si no me lo prometéis, no podré daros mi apoyo.
Tragué saliva, porque en ese momento, había levantado la mirada y sus ojos se clavaban en los míos. No entendía qué me quería decir…
- Yo… - Murmuró Niel. – Quiero serlo.
- Yo intentaré lograrlo. Prometo que lo intentaré con todo lo que tengo. – Añadió Minsoo, apretando aún más a Niel contra su cuerpo.
Yo suspiré y asentí, sonriendo con suavidad.
- Por mí… OK. – Volví a mirar a Changjo, que no había desviado sus ojos de mí durante todo el rato. De hecho, yo no le había visto ni pestañear.
- Vale. – Musitó. Minsoo le abrazó también y me sonrió con cariño.
- Gracias, chicos.
Jonghyun me ayudó a levantarme de nuevo mientras Minsoo y Niel recogían la mesa entre miraditas y risas estúpidas. Les envidiaba tanto que les odiaba… No. En realidad no podía odiarles, pero sí que les envidiaba. Y mucho.
Me dejó con cuidado en la cama, al igual que antes, y se sentó en la suya, mirando la moqueta.
- Por qué ellos pueden? Cómo les es tan fácil? – Susurró. Le miré, sin entender.
- A qué te refieres?
- Al amor. Por qué entre ellos nace así, porque sí? Cómo lo hacen para que, de una forma u otra, acaben siendo felices? Aunque sea temporal, están juntos y son felices. Y ahora Byunghyun Hyung ha encontrado a otra persona y también va a ser feliz…
- El amor llega para los que tienen suerte… - Murmuré, llevándome una mano el pecho. Tenía un nudo en la garganta y me costaba respirar. Entendía a lo que se refería Jonghyun… Yo también quería amar y ser amado.
- Yo también quiero tener a alguien a mi lado… - Susurró. Alzó la mirada, encontrándose con mis ojos, y haciendo que mi respiración se extinguiese aún más si cabe. – Por qué no puedo? Por qué soy incapaz?
Por qué me daba la impresión de que se estaba refiriendo a mí? “No te hagas ilusiones, Changhyun… Cuanto más alto subes, más duele la caída.”
- Yo… Tampoco soy capaz. – Susurré, retirándole la mirada. Él resopló en cuanto lo hice. Bajé la cabeza y cerré los ojos con fuerza, con todas mis fuerzas, hasta que empecé a ver lucecitas de colores.
- Les envidio… - Murmuró. Asentí, aún en la oscuridad de mis ojos. – Cómo alguien puede ser tan valiente de coger a la persona que le gusta de los hombros, mirarla a los ojos y declararse? De dónde sacan el valor?
Abrí los ojos porque, de repente, un lado de mi cama su hundió. Jonghyun me miraba, fijamente, al igual que antes, pero no era capaz de leer nada más en sus ojos más allá de un nerviosismo del cual no encontraba el origen.
- Imagina… - Susurró, colocando sus manos en mis hombros. Mi corazón latía desbocado. – Que ahora yo te tomo así… - Sentí la presión de sus dedos en mis carnes, no dolía, no me hacía daño… Pero mi piel quemaba. – Te acerco a mí… - Tiró de mí hacia él, suavemente, despacio…- Y te miro a los ojos… - De nuevo, su mirada apuñaló mis ojos, clavándose en ellos de forma que yo no podía apartarla. – Y te digo… Me gustas. Me gustas mucho.
Juraría que me desmayé en ese momento, pero no, desearía haberlo hecho, pero no lo hice. Al contrario, trague una saliva inexistente para humedecer mi boca, más seca que el desierto, y cogí aire y fuerzas.
- E imagina… - Murmuré, sintiendo como todo mi cuerpo temblaba. – que yo te dijese que tú a mí también.
La expresión de Jonghyun se tensó de golpe. Sus músculos faciales se tensaron.
- Entonces… Si eso pasase… Ya estaría? Eso habría sido todo? El paso a dar para lograr estar juntos? – Seguíamos comunicándonos en susurros. Unos susurros tan dulces que lanzaban su respiración hacia mi piel, acariciándola y calmándola al mismo tiempo que abrasaba, como su tacto.
- Supongo que sí… - Respondí, sin ser capaz de bajar mi mirada. – Ahora estaríamos juntos… Si eso pasase.
- Si eso pasase. – Jonghyun liberó su agarre y me dejó de nuevo con cuidado sobre el colchón, sin retirar sus ojos de los míos.
- Sí… - Murmuré, siendo capaz por fin de cerrar los ojos y respirar. Jonghyun no se movió, ni lo hice yo. Dejamos pasar el tiempo durante unos minutos que me parecieron horas, o quizás lo fueron… No lo sé.
- Changhyun… - Susurró. Abrí los ojos y le observé. Estaba colorado, con el pelo despeinado y no paraba de tragar saliva.
- Sí?
- Por qué… No hacemos que pase? – Abrí los ojos como platos y él me retiró la mirada, mirando al suelo. – Me gustas… No lo digo por decir. Lo digo en serio. Desde hace tiempo, me gustas.
En ese momento sentí tantas cosas al mismo tiempo que estuve al borde del derrame cerebral. Sorprendentemente, mi cerebro logró imponer calma, y no sentí nervios más allá de lo que debían de ser las famosas mariposas en el estómago, no sentí dudas, ni “y si”, ni “pero”, simplemente sonreí con amplitud.
- Y tú a mí. Mucho. – Jonghyun me miró, con expresión sorprendida.
- En serio? No lo dices por cumplir? O por pena?
- No… - No podía dejar de sonreír. Me dolían las mejillas, pero me daba igual.
- Entonces… Quieres salir conmigo? – Me sentía como en una película. Todo estaba saliendo tan perfecto que tenía miedo de que llegasen los créditos finales. “No. No llegarán.” Asentí enérgicamente y Jonghyun sonrió con timidez, sentándose más cómodamente en mi cama, cruzado de piernas, mirándome.
- Entonces… Ahora qué? – Le miré, sin entender. – Qué hacemos?
Tenía razón. Y ahora qué?
- Tú sabrás! Eres el que tiene experiencia! – Repliqué.
- YO!? – Se señaló y yo asentí. Me miró, sin entender tampoco. – Yo nunca he tenido novia.
- Yo… tampoco. – Ambos nos quedamos mirándonos, confusos a más no poder. Habíamos debutado muy jóvenes… No habíamos tenido tiempo de hacer nada que los demás chicos de nuestra edad ya habían experimentado. Nada.
- Bueno… - Murmuró, jugando con la cremallera de su sudadera. – Lo importante es que estemos juntos… - A medida que hablaba, el tono de sus mejillas se intensificaba, al igual que el mío. Asentí.
- Solamente… Tenemos que querernos. – Asintió, mirándome un segundo antes de que ambos retirásemos la mirada. Aquello era muy vergonzoso… Pero me hacía terriblemente feliz.
- Cómo? – Murmuró. – Nunca he querido a nadie… Bueno, a mi familia, pero no es lo mismo…
Asentí, pensativo. No tenía ni idea de esto, y tampoco esperaba que fuese a llegar el momento, así que mi preparación era escasa tirando para inexistente.
- No lo sé… - Susurré, jugando yo con el cordón de la capucha. Aun así, no podía dejar de sonreír.
- Oh! – Levanté la mirada y le miré, descubriendo su mirada brillante. Sonrió con timidez y le devolví la sonrisa. – Creo que… Así?
- Así cómo? – Murmuré, pero ya no pude decir nada más, porque Jonghyun se acercó a mí y posó sus labios sobre los míos. Estuvo así durante unos segundos que me aseguré de grabar para siempre en mi memoria.
Se separó y me miró, sonriente y sonrojado. Le sonreí también y bajé la mirada, avergonzado.
- Es mi primer beso… - Susurré. Me sentía atontado y estúpido por no poder dejar de sonreír.
- Ojalá fuese el mío… - Masculló, maldiciendo a Niel en su mente. Reí suave y él me miró. – Para mí… Cuenta como el primero. Vale?
Asentí y él rió, nervioso.
- Nuestro primer beso. – Murmuré, y él asintió.
- Puedo… Darte otro? – Levanté la mirada, sorprendido. Mi cara se puso del color de mi chándal, rojo como el más fresco de los tomates, y él sonrió, acercándose de nuevo y depositando un corto y suave beso sobre mi frente. Eso me sorprendió aún más.
- Hace cosquillas… - Susurré, sonriéndole, y él me devolvió la sonrisa.
- Es muy agradable… - Nos sonreímos y reímos como idiotas durante toda la noche.
“Ah… Esto es la felicidad? Me gusta… Yo también quiero prometer que voy a ser feliz.”

-Fin-


6 comentarios:

  1. El changrick es tan tierno!! waaaaaaa me pudro de amor con ellos!! pasando a las deagracias, Myungsoo debe convertirse en monje para poder salvarse del pecado(? xD igual esta hermoso *W* la cosa es que se porte bien y ya una no lo querrá golpear, a quien también dan ganas de golpear es a Dongwoo, si por mi fuera lo agarro a palos, pero de eso se encarga Hoya xD, quiero destacar algo, UNA PAREJA PARA CHANHEE!!! -se para con su cartel que dice: "Queremos que Chanhee sea feliz", el necesita amor!! todos andas en la temible zona del amigo xD JAJAAJ quiero leer mas x__x

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    1. JAJAJAJAJA MONJE!? Me encanta xD
      La pareja de Chanhee... Veremos qué puedo hacer al respecto xD
      La zona del amigo es peor que las arenas movedizas
      Pronto actualizaré ^^

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  2. PD: ME ENCANTA EL NUEVO DISEÑO!! GRACIAS por dejas que descarguemos los fincs ♥ eres lo MÁXIMO!

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  3. Esta muy bonito el fic nunca pensé odiar a myungsoo en un fic pobre de mi sungjong como pudo aprovecharse de el y de sungyol(tengo tantos sentimientos encontrados haaaaaaa)simplemente hermoso unnie y espero que sufra mucho dongwoo por hacer sufrir a hoya y va también para sunggyu haaaaaaa no se que hacer sufre tanto que sufro con ellos igual :'( (es hermoso :'( :'( :'(

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    1. Me alegro de que te guste!
      Todos sufrimos, pero pronto esperemos que mejoren las cosas...
      Gracias por leer y comentar~ <3

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