Niel POV
- Chicos,
revisad si todos tenéis vuestro pasaporte con vosotros, por favor. – Nos pidió
el mánager por decimoquinta vez desde que habíamos salido de casa. Ninguno le
hicimos caso; el pasaporte estaba exactamente en el mismo sitio que hacía cinco
minutos, dentro de nuestras mochilas. – Me encanta el respeto que se me tiene
en este grupo…
- Te
entiendo demasiado bien, Hyung. – Murmuró Minsoo, jugando a mi lado con el
teléfono. Reí y Chanhee me miró con reproche.
- Es
gracioso, acaso? – Tragué saliva ante sus palabras y Minsoo suspiró. Byunghyun
y él llevaban de un humor de perros desde que había habido aquel “asunto sin
importancia”, también denominado enfrentamiento, entre Byunghyun y L de
Infinite. Sunggyu se había disculpado con nosotros un millón de veces, de L no
sabíamos nada, y tampoco sabemos qué le dijo a Byunghyun, porque no pronunciaba
palabra sobre el asunto. Bueno, ni sobre ese asunto ni sobre ninguno: Parecía
haberse hundido en su universo depresivo particular.
- Lo siento,
Hyung. – Murmuré, bajando la mirada. Minsoo bloqueó el móvil y se sentó recto
en la silla, mirándole con enfado.
- Oye,
Chanhee… Ya. Suficiente. – Chanhee enarcó una ceja y Byunghyun se levantó sin
decir palabra, desapareciendo de nuestra vista en cuestión de pasos.
- Byunghyun!
Aquí en quince minutos, me oyes!? – Hyung ignoró al mánager olímpicamente, pero
Minsoo no le retiró el contacto visual a Chanhee.
- Hyung… -
Coloqué mis manos sobre su antebrazo, calmándole. Minsoo era muy protector
conmigo a veces. – Está bien.
- No
deberías de haberte disculpado, no hiciste nada malo. – Dijo, ya con la voz
algo menos tensa, pero aún sin retirarle la mirada al rubio.- Nosotros no
tenemos la culpa de que él no sea feliz.
Susurró
estas últimas palabras, seguramente para no herir a Chanhee más de lo
estrictamente necesario, y se giró hacia mí pocos segundos después,
observándome para después sonreír. Le devolví la sonrisa y él asintió.
- Sonriendo
estás mucho mejor que con esa cara de sumisión que pones. – Musitó,
revolviéndome el pelo. Yo reí y miré a Chanhee de reojo, que miraba al suelo
con cara de tristeza absoluta. Podía apostar todo lo que tenía a que seguía
enamorado de Byunghyun… Si él era feliz, su humor era excelente, si estaba
triste, como era el caso, no había quien le aguantase.
Mi mirada le
abandonó entonces para observar a los dos maknaes, que compartían un único par
de auriculares. Miré a Minsoo, que no pudo evitar sonreír al mirarlos también.
- Qué están
haciendo? – Musité, al analizar que ambos miraban la pantalla del móvil y luego
se miraban al mismo tiempo durante tan solo unos segundos antes de ponerse rojos
o soltar una risotada histérica.
- Crecer… -
Minsoo sonrió de forma paternal y de nuevo, sonreí. No era mucho mayor que
ellos… Pero al haber pasado su adolescencia trabajando como idols, cualquier
rato que tenían para disfrutarla, se lo cedíamos.
- Dónde
demonios está este chaval!? – Viendo que se acercaba la hora de embarque, y que
Byunghyun no aparecía, el mánager ya estaba entrando en pánico.
- Le mandaré
un mensaje. – Dijo Chanhee.
- Hyung… -
Me giré hacia Chanhee, ya sentados en nuestros asientos. Minsoo dormía a mi
espalda, sentado con el mánager. Él me miró, serio. – Cómo estás?
Suspiró
profundamente y se acomodó, descalzándose. Era un largo vuelo hasta Nueva York.
– Estoy bien… - Cerró los ojos unos segundos hasta que llamó mi nombre. – Niel…
- Sí?
- Perdona,
en serio. No estoy muy amable últimamente, y lo pago con quien no tiene la
culpa. – Sonreí con dulzura y negué.
- Para eso
estamos los jóvenes, para que los ancianos nos tengáis de saco de boxeo.
- Me estoy
disculpando yo, así que incluso ignoraré que me has llamado viejo. – Reímos y
nos pusimos los cinturones cuando nos lo indicaron. Íbamos a despegar.
- Cuánto
tardaremos en llegar? – Preguntó Chanhee a una azafata.
- Catorce
horas y media, señor. – Abrí los ojos como platos y la mujer rió.- Será mejor
que se acomoden y tengan paciencia…
Chanhee y yo
nos miramos, con agotamiento en la cara con solo pensar en pasar medio día en
un avión encerrados.
- Chicos, -
Nos llamó el mánager a todos y nos juntamos alrededor de su asiento. – en cuanto
lleguemos iremos directos al hotel.
- Para eso
aún quedan diez horas… Daba tiempo a construir un hotel nuevo. – Ironizó Jonghyun.
Changhyun rió y ambos se sonrieron. Enarqué una ceja; era obvio que me estaba
perdiendo algo.
- Calla. –
Imperó el mánager. Obedeció al momento. – Las habitaciones son 4, tres dobles y
una individual…
- Quién va a
dormir solo? – Preguntó Chanhee. El mánager se señaló a sí mismo y los demás
suspiramos, asintiendo.
- Quizás
Byunghyun Hyung debería de tener esa habitación… - Musitó Changhyun,
señalándole. Estaba sentado con los auriculares puestos, exactamente en la
misma posición que hacía cuatro horas. Le miramos con preocupación.
- No creo
que sea una buena idea… - Murmuró Chanhee.
- Hacedlo a
piedra, papel o tijera. – Apuró el mánager. – Tengo que tener el reparto de
habitaciones cuanto antes.
- Por? Ni
que fueses a poder avisar desde aquí arriba… - Protestó Minsoo. Recibió una
mirada de reproche como única respuesta.
- Os apuráis
o no? – Todos nos miramos entre nosotros y suspiramos. Obedecimos y a Minsoo y
a mí nos tocó compartir cuarto. Nos sonreímos con ternura mientras los demás
discutían.
- NO LO
ACEPTO. – Chilló Jonghyun antes de que el mánager le tapase la boca,
disculpándose inmediatamente con el resto de pasajeros. Asesinó al maknae con
la mirada y lo soltó poco después, pero Jonghyun no cambió su expresión de
rabia.
- Qué pasa? –
Pregunté. Chanhee me miró, exasperado, mientras Changhyun se mantenía
cabizbajo.
- Que
Chanhee se cree que le voy a dejar dormir con Changhyun! Ni hablar!
- Pero si es
que no me deja explicarme… - Protestó Hyung.
- No quiero
excusas! Changhyun va a dormir conmigo y no hay más que decir! – Le agarró el
brazo con fuerza y colocó al pequeño peliazul a su espalda. Éste estaba rojo
como un tomate y no levantaba la mirada. Minsoo y yo sonreímos.
- Lo que te
quería decir, melón, que no escuchas… - Chanhee apretó los puños y cerró los
ojos, armándose de paciencia para no sacudirle en medio del avión. – es que
podíamos cambiar cuartos; yo dormiré con Byunghyun o el mánager y tú con el
pitufo!
- No le
insultes! – Masculló Jonghyun. Chanhee abrió los ojos como platos y nos miró a
Minsoo y a mí, en busca de algún apoyo, pero solo encontró risas. La imagen era
adorable… Jonghyun tenía tan sobreprotegido a Changhyun que hasta el apodo del
pequeño le molestaba.
- Están
juntos? – Susurré a Minsoo. Éste se encogió de hombros.
- Qué suerte
tienes de que estemos en un sitio público… - Amenazó Chanhee.
- A ver, -
interrumpió el mánager. – entonces Minsoo y Niel, Changhyun y Jonghyun, y… tú? –
Preguntó, refiriéndose a Chanhee.
- Yo dormiré
con Byunghyun. – Respondió, mirándole de reojo. Los demás nos miramos entre
nosotros con expresiones preocupadas. Estoy seguro que no era yo el único que
pensaba que era la peor idea del mundo… Esos dos no compartían habitación desde
su ruptura, y ahora se iban a meter en ese berenjenal cuando las cosas estaban
así de sensibles? Sonaba a catástrofe que tiraba para atrás.
- Hyung,
estás seguro de que dormir con Byunghyun Hyung es una buena idea? – Pregunté,
cuando ya solo quedaban unas horas más de vuelo y todos dormían a pierna suelta.
Él sonrió con tristeza.
- Si está
solo en estos momentos, luego será peor… Le conozco. Es de los que dicen que
necesita estar solo, pero en el fondo llora por un abrazo y algo de compañía. –
Asentí, con expresión comprensiva, pero seguía preocupado por lo que fuese a
salir de ese cuarto al día siguiente.
- Solo… Ten
cuidado. Byunghyun Hyung puede estar dolido, pero… Con un miembro así es
suficiente. – Le sonreí y él me devolvió la sonrisa, asintiendo.
- Tendré
cuidado. Tú también, ándate con ojito… - Parpadeé, sin entender.- No estás
nervioso?
- Yo? Por?
- Vas a
dormir con Minsoo.
- Y?
- No es la
primera vez que dormís juntos desde que estáis saliendo? Ahora comparte
habitación conmigo. – Tragué saliva, empezando a entender por dónde iban los tiros.
- Bueno… No
importa. Confío en él. – Mi voz sonaba bastante menos segura de lo que me
hubiese gustado. Chanhee rió.
- Y yo, pero
es un hombre. Somos hombres todos.
- Él es
distinto. – Rió de nuevo y asintió, acariciándome el pelo con expresión
comprensiva.
- Todos lo
somos… Pero seguimos siendo hombres.
- Hyung,
estás intentando asustarme? – Negó con la cabeza.
- En
absoluto. Solo intento que te mentalices y que no vayas con la idea de que no
va a pasar nada.
- No va a
pasar nada! Acabamos de empezar a salir! – Notaba mi cara arder de la
incomodidad y de la vergüenza.
- Cuántos
años tiene Minsoo?
- Veintidós.
- Y tú?
- Diecinueve.
Enarcó una
ceja y sonrió de lado.
- Qué!?
- Que sois
adultos. Esas cosas de días y tiempo saliendo es de niños de instituto.
- Mentira! –
Empezaba a entrarme el pánico.
- Byunghyun
y yo nos acostamos por primera vez antes de empezar a salir siquiera… Así que…
Abrí los
ojos como platos y le miré, con la palabra “trauma” grabada en mi frente.
- Hyung…
Demasiada información. – Rió.
- Lo siento,
pero solo quiero que seas consciente. No es como si los dos fueseis esos dos… -
Señaló a Changhyun y a Jonghyun, que dormían a nuestra derecha, apoyados el uno
en la cabeza del otro. Fruncí el ceño. – Sois adultos.
- Yo aún no…
- Poco te
falta.
- Pero aún
no. Calla. – Le di la espalda y me puse los auriculares, dando por finalizada
la conversación. Confiaba en Minsoo, y sabía que no me obligaría a hacer nada
para lo que no estuviese preparado, así que podía ir perfectamente tranquilo.
Esa era la idea, pero la realidad era que no paraban de sudarme las manos y que
no pude pegar ojo por culpa de Chanhee más de media hora seguida hasta que, por
fin, aterrizamos en la noche neoyorquina.
- Dormiste? –
Minsoo me acarició la cabeza y me sonrió con ternura, ayudándome a cargar la
maleta en la furgoneta que allí nos esperaba. Se lo agradecí con una sonrisa,
hasta que Chanhee se cruzó en mi campo visual con una sonrisa siniestra en su
totalidad y me provocó un escalofrío.
- Muy poco…
- Mascullé, mirándole con odio hasta que se metió en el vehículo.
- Y eso? –
Minsoo me miró, preocupado. Subimos a la furgoneta, sentándonos al fondo con Byunghyun,
aunque como si no estuviese.
- Los
nervios, no? – Le pegué una patada al asiento de Chanhee y Minsoo me miró,
confuso.
- Qué me he
perdido?
- Nada. –
Mascullé. Chanhee reía como un histérico mientras Jonghyun se cambiaba de sitio
con Changhyun, de forma que quedaba él en el medio y nadie salvo él estaba al
lado del pitufo.
No tardamos
más de una hora y poco en llegar al hotel, y por fin pude dormir algo. El
hombro de Minsoo era infinitamente más cómodo cuando se estaba al borde del
agotamiento que de lo normal.
- Vete a
dormir directamente.- Me dijo en cuanto entramos en la habitación. Yo intentaba
calmarme y olvidar absolutamente todo lo que me había dicho Chanhee. – O date una
ducha antes para relajarte.
- Prefiero
ducharme mañana… Ahora corro el riesgo de dormirme ahí y romperme la crisma. –
Reí con incomodidad y Minsoo asintió, sonriendo.
- Yo sí me
ducharé.
No pudimos
decir nada más porque nos quedamos mirando la habitación. Más concretamente, la
única cama doble que había en el centro de esta. Ahora ya era inevitable: Podía
escuchar las risotadas y burlas de Chanhee en mi cerebro, y eso que aún no
habían sucedido… Me iba a hacer vidente profesional.
- Esto… -
Minsoo decidió romper el silencio y me miró, con expresión preocupada.- Vamos a
hacer una cosa: Tú ponte el pijama y vete a dormir… Yo dormiré en el sofá.
Señaló un
sofá biplaza en el que no cabría ni un niño de cinco años con carencia de
calcio y me sonrió con dulzura.
- Pero… -
Negó con la cabeza y dejó nuestras maletas en el suelo, abriendo la suya y sacando
su pijama.
- Está bien,
en serio. Mañana pediré una cama supletoria. – Le miré, pero él siguió
sonriendo y se metió en el baño a darse esa ducha.
Me sentía
muy egoísta por ocupar una cama en la que cabrían cinco “yo”, y Minsoo tener
que dormir en un proyecto de sofá.
Escuché el
sonido de la ducha en el baño y suspiré, optando primero por cambiarme y
meterme en la cama. Una vez dentro, observé de nuevo con culpabilidad el mueble
en el que dormiría mi… novio. No me acostumbraba a pensar en él de esa forma,
pero tenía que hacerlo tarde o temprano.
- Si es mi
pareja… No debería de haber ningún problema en que durmiese conmigo. – Miré el
enorme hueco que había a mi derecha y suspiré. En esa cama entraría todo el
grupo… Era más que probable que no fuésemos ni a rozarnos en toda la noche de
lo grande que era.
Pero, cada
vez que me planteaba la opción de hacerle un hueco, la idea implantada en mi
cerebro por Chanhee hacía acto de presencia y me obligaba a descartar la opción
completamente.
- Aún no
estás durmiendo!? – Minsoo salió, con el pelo empapado y una camiseta sin
mangas. Tragué saliva y maldije por milésima vez a Chanhee. Frunció el ceño. –
Ya deberías de llevar dormido media hora.
- Ya… - Suspiré,
y él se acercó a mí, sentándose en el borde y mirándome atentamente. Tragué
saliva y sentí mi cara subir diez tonalidades.
- Estás
bien? Te noto raro… - Musitó, poniendo su mano en mi frente. – No tienes
fiebre.
- Por qué
debería? – Reí, retirándole la mano de mi frente, lo que hizo que su expresión
se pronunciase.
- En serio. –
Me miró a los ojos, con seriedad. – Qué te pasa?
Tenía los
nervios a flor de piel, pero no podía mentirle… No a él.
- Chanhee
Hyung. – Suspiró profundamente.
- Qué ha
hecho?
- Me ha
dicho unas cosas…
- Otra vez!?
– Se puso en pie y puso las manos en la cadera, en gesto de enfado. – Quieres
que vaya a hablar con él?
- No… - Le
miré a los ojos, calmándole y haciendo que se sentase a mi lado de nuevo. Me
miró, confuso.
- Entonces?
- Aish… - Me
despeiné, frustrado. – Es que en el avión… Me empezó a decir que si no estaba
nervioso por ir a dormir contigo ahora que somos pareja, y que ya no soy un niño,
y que él se acostó con Byunghyun antes de empezar a salir formalmente… - Hizo
una mueca y suspiró.
- Demasiada
información.
- Exacto.
Nos quedamos
unos segundos en silencio hasta que un suspiro profundo salió de su boca y se
acomodó a mi lado, mirándome seriamente.
- Vale,
hablemos esto pues. – Tragué saliva y bajé la mirada. – Niel, no va a pasar
nada. Nada que tú no quieras que pase… Me oyes?
Asentí
suavemente.
- Escucha; -
Tomó una de mis manos y entrelazó nuestros dedos. Le miré, sorprendido y él me
sonrió con ternura. – es cierto que no eres un niño, pero eso no quiere decir
que estés preparado. Acabamos de empezar esto, y aún es raro, estoy seguro de
que no soy el único que lo piensa… Pero soy muy feliz, estamos empezando a
querernos, y eso se expresa de varias maneras… Pero cada una de esas maneras
tiene un momento. Nuestro momento para eso aún no ha llegado, estoy seguro,
sabremos cuándo será porque será inevitable. – Tragué saliva y él me pellizcó
una mejilla. – Por el momento, la forma que tengo para demostrarte mis
sentimientos es estar a tu lado, ayudarte cuando me necesites, y hablar de todo
lo que te preocupe.
Le sonreí
con ternura y asentí. Solamente él sabía calmarme así.
- Hyung…
- Sí? – Bajé
la mirada, avergonzado.
- No tienes
que dormir en el sofá. – Musité. Él rió.
- Seguro? –
Asentí.- Menos mal… Porque iba a tener bonita la espalda para ponerme a bailar
mañana.
Ambos reímos
y él se tumbó a mi lado, tapándose y tapándome a mí de paso con las sábanas.
- Intentaré
no reírme mañana por la mañana cuando te vea con los labios hinchados como
salchichas… - Le miré con odio y le sacudí con el cojín, mientras el lloraba de
la risa. Al final acabamos los dos riendo y cayendo dormidos en cuestión de
minutos.
A la mañana
siguiente, me desperté rodeado por sus brazos. Tragué saliva, sorprendido.
- Estoy
seguro de que ayer por la noche estábamos cada uno a un lado de la cama… -
Musité. Lo peor fue cuando me di cuenta de que era yo el que se había movido,
que Minsoo era el único que había respetado la norma. – Aish…
Minsoo se
removió en la cama, y yo me helé completamente el notar algo directamente en mi
trasero.
- Niel! –
Minsoo me perseguía, masajeándose la espalda, dolorido de la caída causada por
mi empujón. – No es culpa mía! Le pasa a todo el mundo!
- A MÍ NO! –
Me encerré en el baño, sentándome contra la puerta e intentando borrar esa
sensación incómoda en mi trasero de mi memoria.
- Niel… Ha
sido sin querer! Uno no controla esas cosas! – Sonaba realmente arrepentido,
pero yo me había pegado el susto de mi vida.
- Me dijiste
que había un momento para cada cosa y que el nuestro aún no había llegado!
- Y lo
mantengo! – Resopló. – Venga ya… Cómo va a haber llegado si no llevamos ni una
semana juntos?
- Hyung dijo
que…
- Chanhee es
un enfermo! No se lo ves en la cara!? – Nos quedamos en silencio mientras yo
intentaba poner en orden mi mente. – Niel… - Susurró.- Escúchame, ha sido sin
querer. “Eso” es una cosa muy común que le pasa a una mayoría de hombres todas
las mañanas. Estoy seguro de que a ti también te pasará en el futuro… Y será
normal! Natural! No hay que hacer un drama ni sacar conclusiones de donde no
las hay…
Suspiré, me
incorporé y abrí la puerta, dándole un rápido beso en la mejilla. Me miró,
sorprendido, y yo le miré, serio.
- Buenos
días, por eso es el beso. Y, a partir de hoy, duermes o en una cama supletoria,
o en el suelo o donde quieras, pero no podemos dormir juntos. – Su expresión de
decepción lo decía todo, pero era mi decisión irrefutable.
No me daba
miedo Minsoo, me daba miedo lo que pudiese pasarme a mí por la cabeza.
Sungjong POV
Volví a
marcar, por centésima vez en lo que iba de día, y de nuevo, nada.
- No
contesta? – Preguntó Howon, sentándose a mi lado en el sofá, ofreciéndome una
de las dos latas de Coca-Cola que traía consigo. Negué, suspirando.
- No da
señales de vida, Hyung… - Susurré, dándole vueltas al envase rojo entre mis
manos.
No sabía qué
había pasado exactamente entre L.Joe y Myungsoo, pero estaba completamente
seguro de que Myungsoo había empezado y era el causante de todo esto.
L.Joe había
abandonado la práctica sin decir nada a nadie más que a su líder, y éste
tampoco supo decirnos los motivos. Cuando Myungsoo entró por la puerta de la
sala de prácticas con esa expresión de mala leche y superioridad al mismo
tiempo, no hubo que ser muy listo para atar cabos, y el líder de Teen Top
también debió de deducirlo, porque intentó hablar con él sin éxito. La culpa
era suya por ser demasiado educado… Yo le habría partido esa bonita cara contra
el suelo de madera.
Al final
Myungsoo también había acabado abandonando la práctica, Chunji se fue a buscar
a L.Joe, cosa que no me hizo ninguna gracia pero que tuve que aguantar, y
Sungyeol se fue a buscar a Myungsoo. Al final, se canceló el ensayo porque
éramos cuatro gatos.
- Y
entonces? No tienes el número de nadie de su grupo? – Negué con la cabeza.- Yo
tengo el de Ricky, pero hasta que vuelvan a Corea no lo va a usar, me lo dijo
él.
- No están
en Corea? – Le miré. Asintió.
- Salían hoy
para Nueva York… Van a sacar un photobook
y dar un concierto. – Suspiré, hundiendo la espalda en el mullido respaldo.
- Y sabes
cuándo vuelven? – Negó con la cabeza.
- Me imagino
que en quince días o así… Pero no estoy seguro.
Tenía miedo.
Pánico. Myungsoo era capaz de cualquier cosa, y sus palabras a veces resultaban
realmente aterradoras si te conocía lo suficiente como para disparar al sitio
más sensible.
Además, era
muy raro que L.Joe no hubiese dejado ni un mensaje respecto a lo que había
pasado… Ni contestaba al teléfono. Y yo tenía una horrible sensación en el
cuerpo que me daba a entender que jamás volvería a verle sonreírme de la forma
en la que lo hacía antes.
- Dongwoo no
tendrá el teléfono de Changjo? – Howon se encogió de hombros.
- No sé,
puedes preguntarle, pero aun así, me imagino que todos los miembros del grupo
estarán sin teléfono hasta volver a Corea… Dudo mucho que su CEO les pague
tarifa internacional.
- Y qué se
supone que debo de hacer hasta que vuelvan? Quedarme esperando de brazos
cruzados?
- No lo sé,
Jonggie… - Suspiró, poniéndome la mano en el hombro, intentando darme ánimos.
- Maldito
sea Myungsoo… Sé que es por su culpa. Siempre es por su culpa. – Tenía las
lágrimas ya a punto de empaparme la cara; lágrimas de frustración, de rabia, de
pena y de culpa. Era culpa mía que Myungsoo le hubiese hecho esa encerrona en
los baños.
- Vuelvo
ahora. – Anunció Sungyeol, cogiendo su cartera de la mochila. Howon y yo le
miramos. – Voy a comprar, necesitáis algo?
- No,
gracias. – Yo ni le contesté. Sungyeol ya me había decepcionado bastante cuando
le vi volver a casa con Myungsoo inconsciente y apestando a alcohol. Yo le
hubiese dejado tirado en una alcantarilla, a merced de roedores varios con
hambre de ulzzang.
- Myungsoo
está fatal… Si por la tarde continúa así, vamos a tener que llevarle al
hospital. – Escuché a Sunggyu desde la cocina y resoplé.
- Maldito
capullo… Aún encima hace que se preocupen por él.
- Es cierto
que no es santo de mi devoción, pero sigue siendo un miembro del grupo, Jong… Y
tenemos que cuidarnos los unos a los otros.
Una de mis
lágrimas de sentimientos varios rodó por mis mejillas cuando miré a Howon, resoplando
ante sus palabras.
- Y a mí?
Quién demonios me cuida a mí? Estoy hecho una mierda por culpa de ese capullo,
y ahora que empezaba a ser feliz de nuevo, vuelve a pisotearme de nuevo… Jamás
se acabará esto!?
Me levanté
con rabia y avancé a zancadas hasta su cuarto, abriendo la puerta de una patada
y haciéndole sobresaltarse en su fiebre.
- Yeollie?
- No, no soy
tu esclavo. – Mascullé, encendiendo la luz y haciendo que soltase un gemido de
dolor, seguramente por su terrible dolor de cabeza al que se le daba una
importancia exagerada.
- Sungjong…
- Ni te
atrevas a pronunciar mi nombre, Myungsoo… - Me estaba controlando muy mucho
para no lanzarme a su cuello.
- Yo…
- Cierra esa
bocaza. – Intentaba incorporarse, pero no podía. Se desplomaba sobre el colchón
cada vez que lograba elevarse unos centímetros con la ayuda de sus brazos.-
Quiero que me digas ahora mismo qué demonios le dijiste a L.Joe.
Una sonrisa
cansada se dibujó en su cara.
- Yo?
- Sí, tú! –
Había vuelto a empezar a llorar en algún momento, pero no parecía haberse dado cuenta.
El efecto de los analgésicos era demasiado. Me fijé en sus manos y brazos,
llenos de cortes feos y limpios gracias a los cuidados de Sungyeol. Eso también
me enfurecía, parecía que nuestra charla le había dado lo mismo y volvía a las andadas.
- No dije
nada que no fuese la verdad… - Dijo, con voz ronca y mirándome con ojos
cansados. Sentí mi sangre hervir de furia.
- La verdad
se puede ver desde muchas perspectivas, Myungsoo… Dime exactamente qué diablos
le dijiste.
- Que no
tocase lo que era mío. – Dijo, pronunciando con sorna todas y cada una de las
sílabas. Me entraron ganas de vomitar. Cómo era posible alcanzar este nivel de
furia y desprecio hasta un ser de mi misma especie?
- Sé que da
igual que te lo diga, pero te lo recuerdo: No soy tuyo. No soy de tu propiedad.
No soy un objeto que puedas marcar como el perro que eres. – Sonrió.
- Le dije
que lo vuestro no funcionaría, porque en el caso en el que se descubriese, su
minúscula agencia se hundiría y desaparecería de un día a otro. Le dije que si
tenía alguna clase de aprecio por sus compañeros de grupo, sería inteligente y
no haría tonterías.
Me quedé sin
palabras, mientras derramaba lágrimas que empapaban mi rostro sin expresión.
- Me sorprendes…
- Logre pronunciar por fin. Él me miró, esperando mi reacción. – En serio, cada
día te superas, Myungsoo…
Elevó las
cejas, a la espera de algo más grande. Tragué saliva y me sequé las lágrimas
con furia.
- Puedo
hacerte una pregunta? – Parecía sorprendido, pero asintió. – Dime, cómo puede
un ser humano ser tan sumamente cruel? Cómo se puede tener tan poco aprecio por
tus compañeros? Tanto orgullo que si tú te hundes, en vez de ayudar a los demás
a salir a flote, los atas a ti?
Tragó saliva.
Definitivamente, no se esperaba eso.
- Me das
pena. – Continué. – Jamás serás amado de esta forma, Myungsoo… Si eres así,
jamás sabrás lo que es ser querido de verdad. Lo que es la felicidad de amar y
ser amado. Sé que te crees que tienes a Sungyeol… Pero piensa, durante cuánto
tiempo? Mírame a mí. Con esto, lo único que haces es alejarme aún más de ti. La
ya de por sí remota posibilidad de que volviésemos a ser amigos, se ha
esfumado. Ahora lo único que soy capaz de sentir por ti es odio, odio puro.
Realmente es esto lo que querías? Ser odiado? Piensa: Cuántos miembros de
Infinite estarían dispuestos ahora de llevarte al hospital? Sungyeol. Y puedo
asegurarte que quizás lo haga hoy, pero mañana… Puedes asegurar que mañana lo
hará si es necesario?
Me miraba,
serio. En mi inocencia incrédula, deseaba pensar que le estaba haciendo
reflexionar.
- Me das
asco. – Mascullé. Sus pupilas se dilataron. – Te deseo lo peor, Hyung. Y sabes
qué te digo?- En ese momento se abrió la puerta y Sungyeol se quedó estático,
mirándonos. Le miré un segundo para después volver a mirar a Myungsoo, que ni
se había inmutado ante la llegada de su enfermera. – Que como sigas así… No
volverás a verme jamás. Dejaré eso en tu conciencia. Si vuelves a hablar con
L.Joe en lo que te queda de vida, o conmigo, cojo la puerta y me largo.
- Sungjong,
qué dices? – Interrumpió Sungyeol, mirándome con expresión aterrada.
- A que como
este engendro vuelva a hablarme, tocarme, o mirarme siquiera, dejo Infinite.
Para siempre.
Myungsoo
bajó la mirada y yo hice una mueca de asco antes de esquivar las manos de
Sungyeol, que intentaban detenerme y hablar, y salí de esa habitación con unas
ganas inmensas de vomitar. Si Myungsoo le había dicho todo eso a L.Joe, y
estaba seguro de que solamente me había dado a conocer la punta del iceberg, si
le había amenazado con hundir a su grupo, L.Joe no volvería a hablar conmigo
nunca.
- Nunca… -
No pude evitar romper a llorar ante la idea. Él era lo único que me quedaba… Él
era la venda que se estaba encargando de que todas las piezas de mi corazón
roto empezasen a curar y volver a ser solo una… Sin él, se desgarraría de
nuevo. Volvería a estar roto… - Duele mucho estar roto… - Sollocé, dejándome
caer sobre mis rodillas en el medio del pasillo. – No quiero volver a eso…
En ese
momento, mi móvil vibró en mi bolsillo, y me apresuré a mirarlo. Era un mensaje
que decía que el teléfono al que había llamado anteriormente ya estaba
disponible.
No tuve ni
que pensarlo: En segundos ya estaba marcando su número, pero esperé todos los
tonos de llamada posibles antes de que el buzón de voz me saltase. Sollocé
desconsoladamente.
“Estás llamando a Byunghyun, en este momento
no puedo responder, pero deja un mensaje y te llamaré en cuanto pueda.”, su
voz no ayudó en absoluto a calmar mi desconsolación, y mucho menos porque en lo
más profundo de mí sabía perfectamente que sí que podía responder a mi llamada,
pero que no quería. Sonó un agudo pitido en la línea y el silencio que se
suponía que yo debía de rellenar con mi mensaje.
- Hola,
L.Joe… Byunghyun… Soy Sungjong… - Los sollozos entre frases no hacían más que
añadirle patetismo a mi mensaje. – Oye… Siento muchísimo lo de Myungsoo… No sé
cómo disculparme porque lo que ha dicho es imperdonable… - Suspiré, sollozando
lo menos posible e intentando no hacerlo notorio, aunque mi voz resquebrajada y
entrecortada no ayudaba. – De verdad que lo siento… No quiero que sus palabras
te afecten… Nos afecten… Me gustaba mucho tu compañía y… Bueno… No sé qué haré
si la pierdo… - Rompí a llorar ruidosamente en el teléfono, e imaginarme a
L.Joe escuchando el mensaje solamente lo empeoraba.
- L.Joe… -
Logré pronunciar por fin. – Byunghyun, por favor… No te alejes de mi lado…
La llamada
se cortó; había superado el límite de tiempo y no había dicho más que
chorradas. Me tiré en el parqué y lloré. Lloré mucho, grité, golpeé, pataleé,
tosí, maldije, insulté… Todo esto entre lágrimas y sollozos hasta que Sunggyu Hyung
vino a abrazarme y calmarme en un abrazo cálido y comprensivo.
- Tranquilo,
Jonggie… Estará bien… Todo irá bien… - Me aferré a él. A mi Hyung, mi líder, mi
amigo… Necesité aferrarme para no hundirme completamente.
- No quiero
perderle, Hyung… - Sollocé. Ni siquiera sé cómo pudo entenderme entre hipidos y
bocanadas de aire.
- No lo
harás. Ya veremos qué podemos hacer, sí? Ahora ve a dormir un poco… - Caí
rendido en cuanto me ayudó a tumbarme en mi cama. Las pesadillas sobre
Byunghyun ignorándome, torciéndome la cara al verme, desapareciendo de mi vida,
me persiguieron toda la noche.
-Fin-
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