L.Joe POV
- Sungyeol!?
- L.Joe!?
Ambos nos
mirábamos el uno al otro con confusión, pero yo fui más rápido y me incorporé
primero, ayudándole a levantarse. Tomó mi mano y se incorporó, sacudiéndose el
polvo de la parte trasera de sus vaqueros.
- Estás
bien? - Pregunté, mirándome yo las rodillas, donde a través de los rotos de los
pantalones se podía ver mis rodillas con unos raspones sucios y sangrantes,
pero nada grave.
-
Perfectamente, pero tú… - Señaló mis articulaciones enrojecidas y sonreí con
cansancio, negando con la cabeza.
- El escozor
es soportable. Cuando llegue a casa les echaré agua oxigenada.
- Está bien…
- Musitó, mirándome ahora con algo de desconfianza. - Qué haces por aquí a
estas horas? No tienes agenda?
- Llegamos
ayer de la gira y tenemos unos días de descanso. - Musité, preguntándome si
habría hablado con Sungjong y también me odiaría. Motivos no le faltaban.
- Oh.
- Y tú?
- Yo no
tengo agenda. - Respondió automáticamente, como si no quisiese contarme algo.-
No deberías estar en el dormitorio descansando? Escuché que estábais en Estados
Unidos… No es un vuelo corto. Nosotros fuimos a rodar un vídeo a Los Ángeles y
fue bastante duro.
- Estoy
bien. - Respondí, aunque su mirada analizaba mi rostro, con ojeras pronunciadas
y una piel que no estaba en su mejor condición debido a la extenuación. Sí que
había sido muy duro, aunque no precisamente por la gira. - A dónde ibas tan
apresurado, Hyung?
Bajó la
mirada, incómodo. Fruncí el ceño.
- A dar una
vuelta, simplemente. - Su dormitorio no quedaba cerca de ese sitio… Y unas
manzanas más allá, estaba el pub que solía frecuentar Sungjong. Me preguntaba
si quizás estaría allí ahora… Y me preguntaba más aún si Sungyeol acababa de ir
a verle. Aunque la verdad, siendo sinceros, tampoco tenía ni la más remota idea
de qué le iba a decir si le veía… Simplemente, después de la visita que le
había hecho a Myungsoo, había sentido la necesidad de estar a su lado, como
antes de marcharme a América, y cuando quise darme cuenta, estaba corriendo sin
sentir el agotamiento de mis poco entrenados pulmones.
- Hyung… -
Tragué saliva y le miré con miedo. Porque sí, tenía miedo de que, si había
hablado con Sungjong, fuese a partirme la cara de un momento a otro. Me miró
como respuesta. - Has visto hoy a…
- Sungjong?
Sí. - Espetó. Tragué saliva y sentí la necesidad de retirar la mirada ante su
seguridad. Había hablado con Sungjong, no había duda.
- Y… Cómo
está?
- Estupendo.
Creo que ya te lo imaginabas. - Cerré los ojos. Si dijese que no me dolía
hacerle daño a Sungjong, mentiría. Mis sentimientos por él no habían hecho más
que crecer, pero mi deber y lealtad por mis compañeros también se había
reforzado, y mi interior era un completo caos ante esa situación.
- Yo… Lo
siento muchísimo, de verdad. - Musité. Sentía la necesidad de caer sobre mis
rodillas heridas, pero también sabía que eso no serviría de nada. Yo no
sentiría piedad por alguien que hiriese a alguno de mis compañeros, que eran
como hermanos para mí, así que dudaba que Sungyeol fuese a hacerlo.
- No creo
que sea conmigo con quien debas disculparte, L.Joe.
- Llámame
Byunghyun.
- No quiero
llamarte nada, la verdad… - Le miré, dolido por sus palabras, y él suspiró,
abrochándose la chaqueta con la mirada baja. - Oye… Sé que Myungsoo te comió la
cabeza no hace demasiado tiempo, que te metió el miedo en el cuerpo y que
probablemente una gran parte de todo lo que está pasando ahora mismo es culpa
suya, pero… - Volvió a suspirar y se peinó con nerviosismo, como si no supiese
muy bien si lo que estaba haciendo era correcto o no. - Creo que en lugar de
haberte asustado y huido, deberías de haber luchado por lo que sentías.
- Hyung…
- No quiero
que pienses que le estoy excusando. Nada más lejos de mi intención, fue un
capullo y no se merece que ni tú ni Sungjong le volváis a dirigir la palabra
jamás. - En ese momento conectó sus ojos con los míos y una línea invisible de
tensión y sentimientos entremezclados se creó entre nosotros: comprensión y
enfado, miedo y coraje, inseguridad y decisión. - Lo que quiero decir es que si
en algún momento llegaste a sentir algo por Sungjong, ahora va a ser muy
difícil que eso se vuelva a recuperar. En el momento en el que decidiste que
salir huyendo y pisar sobre seguro era la mejor opción, perdiste todo el
derecho a pedir su perdón.
- Yo… -
Musité, tosiendo suavemente a continuación para aclarar mi voz y que sonase más
segura. - Acabo de volver de ver a Myungsoo.
Abrió los
ojos con sorpresa y frunció el ceño, probablemente imaginando qué habría pasado
en el hospital.
- Y…?
- Yo… - Le
corté, bajando la mirada como disculpa por mi osadía. No dejaba de ser alguien
más mayor que yo. - Me enteré anoche de que estaba ingresado en el hospital, y
fui a ver cómo se encontraba. Sungjong vino ayer al aeropuerto a recibirme, y
mi comportamiento fue de todo menos apropiado, pero realmente me encontré a mí
mismo en una situación de pánico y desesperación, y fue lo único que se me
ocurrió.
- Qué te ha
dicho Myungsoo? - Musitó. Su voz sonaba mucho menos segura que antes. Temía que
Myungsoo hubiese vuelto a su personalidad obsesa por Sungjong, y eso no era
nada difícil de ver.
- Nada de lo
que estás pensando, te lo juro. - Respondí, con voz tranquilizadora. - El único
que mencionó a Sungjong en esa habitación fui yo.
Respiró,
aliviado.
- Entonces?
- Nada.
Solamente quería que lo supieses, y porque yo también quiero decirte algo,
Hyung. - Enarcó una ceja y asintió, dándome a entender que tenía su atención. -
Yo… No conozco mucho a Myungsoo, ni a ti, y de hecho tampoco a Sungjong, y hay
muy pocas cosas de las que esté completamente seguro que os conciernan a los
tres, pero hoy Myungsoo me ha parecido una persona completamente diferente. -
En su mirada vi un brillo esperanzador y de alegría, pero su rostro no cambió
en absoluto. - Perdona la comparación, pero diría que el perro salvaje ha sido
domesticado, y aunque todavía es reacio al contacto con extraños, parece estar
esperando a su dueño.
Eso que vi
en su rostro fue un atisbo de sonrisa. Suspiré y sonreí con suavidad en su
lugar.
- Hyung, ve al
hospital. - Asintió suavemente y cuando se ponía en marcha, se paró a mi lado y
colocó una mano en mi hombro. Le miré, y él me miró.
- Hey.
- Mh?
- No sé qué
será lo que te está pasando ahora mismo por esa cabeza manipulable tuya, pero
solamente quiero que sepas que… Bueno… Es importante ser sincero, sobre todo
con uno mismo. Y que ser generoso no es sinónimo de ser idiota, ambos términos
son compatibles. Sungjong te quiere, porque tú le sacaste de la oscuridad en la
que estaba sumido, y él también es un perro que está abandonado, esperando a su
dueño y el cariño que éste un día le prometió.
- Hyung…
- He dicho.
- Una palmadita en la espalda a modo de despedida y se alejó, corriendo a gran
velocidad con sus largas y envidiables piernas.
En el
momento en el que Sungyeol abandonó mi lado, sentí que se había llevado consigo
todas mis fuerzas. Me adentré en los jardines que tenía a mi derecha e invadí
un banco, tirándome sobre éste boca arriba y sintiendo de repente la fatiga de
mi maratón.
- Y yo ahora
qué se supone que he de hacer? - Musité, casi en un susurro, tapándome los ojos
con el antebrazo por culpa de la molesta luz del sol, que cada vez se acercaba
más al punto álgido del cielo.
- Disculpe, podría decirme la habitación de
Kim Myung Soo? - Pregunté en recepción.
Subí por las escaleras, esquivando a la
mayor parte de gente posible y evitar situaciones incómodas con fans
espontáneas, hasta que llegué a la planta que me habían señalado y avancé, no
sin dudas, por los pasillos de tonalidades crema y verde. Finalmente, me paré
frente a una habitación que tenía un cartelito con su nombre, pero no me
acababa de decidir a entrar. Aquello podía ser, o una reunión incómoda como
pocas o la matanza de Texas, y no estaba muy seguro de cuál prefería.
- Hola? - Llamé finalmente, armándome de
valor, a la puerta, pero no obtuve respuesta.
- Disculpe. - Paré a una de las enfermeras
que revoloteaban por ahí. - Esta habitación está vacía?
Me miró como si fuese idiota. Apostaba que
estaba pensando que cómo quería yo que ella lo supiese.
Suspiró, dejando las sábanas blancas que
llevaba en sus brazos sobre un carrito de acero y avanzó a grandes zancadas
hacia la puerta. Mi sorpresa llegó cuando, sin llamar siguiera, la señora abrió
la puerta.
- Kim! Tienes visita! - Chilló, desde el
umbral. - No, no está vacía. - Me dijo, pasando de largo y dejándome allí, con
Myungsoo mirándome desde una butaca al lado de la ventana, con el ceño fruncido
y calándome hasta los huesos con esa mirada característica suya, tan fría,
desafiante y oscura como la noche.
- Hola… - Musité, acercándome lentamente. -
Me enteré por la radio de tu hospitalización, mi mánager llamó al tuyo y…
- No me interesa tu vida. - Espetó,
desviando su vista a la ventana. Desde allí se veían unos jardines y un parque
infantil.
- Pues para no interesarte, te has ocupado
bastante de ella. - Musité, acercándome y quedándome de pie al lado de su cama,
a una distancia prudente. Tenía la salida despejada por si las moscas.
- La culpa es tuya por hacerme caso. - Espetó,
sin dignarse siquiera a mirarme. - De verdad te crees que, después de todo,
sería capaz de destrozar así a Sungjong? Si le destrozase, sería con mis
propias manos, no con otros medios mediocres.
Después de ser definido como un “medio
mediocre”, no pude evitar fruncir el ceño.
- Estás tratando de decirme que no pensabas
llevar a cabo tu amenaza?
- Básicamente.
En ese momento, mi conciencia empezó a
atormentarme a unos niveles que rozaban la locura.
- Pero…
- Ahora ya da igual. Sungjong necesita a un
hombre a su lado, no a un cobarde que huya de una situación difícil con el rabo
entre las piernas.
- Oye… - Mascullé, sintiendo palpitar la
vena de mi cuello. - Amenazaste a mi grupo y a mi agencia… Sabes cuántas
familias comen de eso? Qué esperabas que hiciese?
Se giró en la silla y me miró, congelándome
automáticamente con esos ojos negros.
- Esperaba que peleases. - Espetó, como si
le diese asco dirigirse hacia mí. - Esperaba que me dijeses que ibas a salvar a
todos: a tu agencia, a tu amado grupo y a Sungjong. Esperaba que te dejases la
piel en ello como todos hemos hecho en nuestro momento para defender nuestros
sentimientos. Esperaba que, aunque fueses a rastras, lograses ganarte mi
respeto… - Me escaneó con los ojos de arriba a abajo y resopló, negando con la
cabeza y volviendo a darme la espalda. - Ahora lárgate… No estoy de humor.
- Y qué hay de ti? - Me escudriñó a través
de mi reflejo en el cristal. Enarcó una ceja. - Tú has hecho daño a las dos
únicas personas que querías en el mundo, manejándolas a tu antojo como si
fuesen marionetas.
- Cállate.
- Y ahora qué? Estás solo. Yo al menos tengo
a mi grupo a mi lado, para recogerme si me caigo…
- Yo no estoy solo. - Masculló.
- No? - Alcé las cejas, mirando a mi
alrededor exageradamente. - Caray… Pues yo no veo a nadie a mi alrededor.
- Cállate.
- Es triste, Myungsoo. - Musité, suavizando
mi tono y mirándole con reproche. - Es triste que, tras tanto jugar, finalmente
te hayas quedado tan solo. Es triste que la primera visita del día te la haga
yo, el hombre al que hundiste emocionalmente. Es triste que sea yo el único que
se preocupe en venir a ver si tienes algo roto.
- …
- No tienes nada que decir?
- Byunghyun… - Tragué saliva al escuchar mi
nombre de su boca. Mi verdadero nombre. A través de su imagen en la ventana,
juraría haber visto una lágrima rodar por su rostro. “Oh… Bueno, supongo que
hasta las peores personas odian quedarse solos.” - Lo siento.
- … Eh?- Me esperaba una defensa con uñas y
dientes, no una disculpa.
Bajó la cabeza y hundió el rostro entre las
manos.
- Yo… - Suspiró, mientras su voz intentaba
esforzarse en parecer neutral, pero a la hora de la verdad sonaba rota. En ese
momento pensé que Myungsoo extrañaba a Sungyeol a su lado, o incluso a
Sungjong. - De verdad que lo siento.
Me quedé en silencio unos segundos,
observando la figura oscura y demacrada de un hombre solo. Y en ese momento, me
pareció digno de lástima.
- Hyung…
- Yo… No volveré a entrometerme. Quiero
cambiar, por mí y por las personas a las que quiero, quiero cambiar. -
“Sungyeol…”- Quiero que alguien esté a mi lado a partir de ahora… Pero porque
me quieran, no por lástima y obligación. - “Ven rápido a buscar a tu hombre…
Creo que ya puedes entrar sin que muerda.”
Cuando abrí
los ojos, el sol estaba en lo más alto del cielo, el parque se llenaba poco a
poco de gente con cajas y bolsas de papel con su almuerzo en el interior, y yo
miré la hora. Era tarde, muy tarde.
Probablemente,
Sungjong ya se habría ido, o habría sido llevado, a casa, así que tras suspirar
profundamente y morderme el labio con frustración, bajé la mirada y, al igual
que Myungsoo en mi recuerdo, hundí el rostro entre mis manos, buscando el
consuelo en la oscuridad.
- De todas
formas… - Musité. - Qué le diría? Que me perdone? - Sonreí con frustración y
negué con la cabeza, incorporándome y sacando el teléfono para pedir un taxi.
No me apetecía caminar. - Menuda estupidez… Sungjong jamás me perdonará.
L POV
En mi
butaca, en mi habitación, recordaba la visita de Byunghyun, recordaba la visita
de Sungyeol, y sentía que no podía llorar más o acabarían dándome tratamiento
contra la deshidratación.
- Kim,
quieres ducharte ahora o más tarde? - Una enfermera joven se acercó con una
sonrisa tímida en el rostro. La miré de reojo con una ceja enarcada. - Yo te
puedo ayudar, si lo necesitas.
- Me ves
aspecto de tetrapléjico, furcia? - Mascullé, haciendo que su expresión inocente
se transformase. Me faltaban los gruñidos guturales y enseñar los colmillos.
- Yo…
- Largo.
Obedeció en
el acto, saliendo apresuradamente de la habitación y yo, furioso conmigo mismo,
con la vida, con el karma, con la gente y con todo, corrí las cortinas con
furia, inundando mi cuarto con una casi completa y acogedora oscuridad.
- Miento. -
Musité, abrazando mis rodillas y hundiendo el rostro en ellas. - No odio a todo
el mundo… No odio a Sungyeol.
Solamente
mencionar su nombre, hizo que mi llanto se reanudase, incontrolable.
Opté por
aceptar la sugerencia de mi enfermera, al menos la parte de tomarme una ducha.
La verdad es que el cuerpo me dolía bastante, el jefe de la mafia no se había
cortado ni un pelo. De todas formas, agradecía estar vivo… Así podía continuar
torturándome a mí mismo en lugar de encontrar la paz de la muerte.
- Qué
demonios estoy pensando? - Resoplé, quitándome la camiseta y encaminándome al
baño. Me quité las tiritas del cuerpo y me cubrí con plástico la muñeca en la
que me habían hecho el esguince, ya que lo último que quería era que me
viniesen a molestar para cambiarme la venda por estar húmeda.
- Todo
apesta… - Mascullé, metiéndome bajo el agua, que dolía al contacto con mis
heridas, pero cerré los ojos y tensé la mandíbula. - De qué sirve intentar ser
mejor persona por alguien que ya no tiene ninguna fe en ti? No se puede
restaurar algo que está hecho polvo.
Abrí los
ojos, pero no vi nada. Mi flequillo caía sobre mi rostro, empapado y creando
una cortina negra que cortaba mi visión.
- De qué
sirve? - Sollocé, sintiendo mi voz cortarse por el llanto inminente, camuflado
esta vez bajo el agua. - De qué sirvo?
Me senté en
la bañera, debajo del chorro de la ducha, y abracé mis rodillas, llorando.
Siempre terminaba llorando solo… Pero yo mismo me lo había buscado, por no
haber podido frenar a tiempo en mi carrera. Siempre había sentido que lo tenía
todo: Atractivo, popularidad, capacidad de esfuerzo y talento, pero ahora… Todo
eso de qué diablos me servía si ni siquiera podía pedir a alguien que me ayudase
a vestirme debido a mi condición?
- De nada… -
Susurré, cerrando los ojos y sintiendo la temperatura del agua aumentar,
quemando mi piel bajo mi mando. Era soportable. Hasta eso dolía menos que
recordar el rostro de decepción de Sungyeol cuando salió por la puerta hacía
unas horas.
De hecho,
estaba aterrado ante la idea de que esta vez podía ser la última y que Sungyeol
podría llegar a cumplir definitivamente su amenaza. Podía llegar a dejar el
grupo y desaparecer.
- Oiga! No
corra! - Abrí los ojos al escuchar gritar a una enfermera al otro lado de la
pared.
“Pero qué…?”
Una puerta
abrirse de golpe y…
- Myungsoo!
- Abrí los ojos como platos al escuchar la voz entrecortada pero muy poco
silenciosa de Sungyeol en mi habitación. No me dio tiempo a responder porque,
en seguida, la puerta del baño se abrió con el mismo ruido y Sungyeol me
observó, con ojos llorosos y el rostro descompuesto.
Nos quedamos
mirándonos el uno al otro, él respirando agitadamente y yo apenas haciéndolo.
La situación era cómica dentro de lo grave, pero perdió ya toda la seriedad
cuando Sungyeol se descalzó, sus zapatos y calcetines volaron por el cuarto de
baño, y pronto se les unió su camisa y su camiseta.
- Qué
estás…? - Cuando quise protestar, Sungyeol había saltado dentro de la ducha,
semidesnudo, y me abrazaba con fuerza, sollozando en mi cuello bajo el agua.
- Lo siento
mucho, Myungsoo! Lo siento tanto…! - Lloraba y lloraba, pero no lograba
reaccionar a la situación. Más que nada, porque no alcanzaba a entenderla.
- Sungyeol…
- Finalmente, subí mis manos a su espalda y le abracé, cerrando los ojos que
amenazaban con descargar toda su artillería de nuevo. Realmente estaba aquí? No
me había ahogado en la ducha y estaba en el limbo? En el cielo? En el paraíso?
- Myungsoo…
- Se separó de mí y sujetó mi rostro entre sus manos, mirándome a los ojos con
una sonrisa dulce en el rostro. - Myungsoo… Lo siento muchísimo.
- De qué
estás hablando? - Musité, colocando mis manos sobre las suyas. Me negaba a
dejarle ir, estuviese donde estuviese.
- Jessica. -
Abrí los ojos sin poder esconder mi sorpresa. - Todo lo que me dijiste era
cierto… Verdad? - Sonrió más ampliamente. - Oh, Myungsoo… Te quiero tanto…
- … Repite
eso. - Murmuré, deslizando una de mis manos hasta su cintura, que chorreaba
agua. Le aproximé a mi cuerpo, necesitado de su contacto, de sus palabras, de
su respiración y de todo lo que tuviese que ver con Sungyeol.
- Te amo,
maldito bastardo. - Sonreí y me abalancé sobre sus labios con hambre y ansias.
Le devoraba la boca como si no existiese un mañana, y él se esforzaba por
devolverme el beso, pero apenas podíamos porque a la mínima una sonrisa se
dibujaba en nuestras bocas, que se negaban a separarse. Respirar era
secundario.
Le sujeté la
cintura y él rodeó mi cuello con sus brazos, dejándome tumbarle debajo de mi
cuerpo, que chillaba por sentir el suyo después de tantísimo tiempo. Nos
logramos deshacer de sus pantalones, lo cual no fue una tarea fácil, ya que
unos vaqueros ajustados y mojados, no son un buen accesorio, y mucho menos cómodo
de poner y sacar. La ropa interior me dio muchos menos problemas.
- Sabes cómo
te necesitaba, Sungyeol? - Susurré sobre sus labios, mordiendo de inmediato su
grueso labio inferior y haciéndole suspirar. Él no me respondió, simplemente me
aproximó con brusquedad a su boca y besándome con violencia. Ahí entendí que yo
no había sido el único.
Su cuerpo
delgado y largo me volvía loco, y no me molestaba en ocultarlo. Lo lamía, lo
mordía, lo succionaba, lo saboreaba… Todos los rincones de su cuerpo eran míos
y solo míos, para siempre, y lo iba a marcar para que todos lo supiesen. Que
nadie pudiese negármelo.
Lamí su
pecho, haciéndole gemir de inmediato, pero nada comparado con cuando me hundí
en su cuello, que agarraba mi pelo con fuerza, pidiéndome más entre suspiros.
Obviamente, lo hice. Le separé las piernas y entré en él sin prepararle.
No era
necesario hacerlo… El cuerpo de Sungyeol me conocía demasiado bien, eran muchos
años ya de relación y sabía perfectamente él solito qué hacer y cómo. En la
primera penetración, sonreí con satisfacción en su pecho al ver que, en efecto,
tanto entrenamiento había dado sus frutos pese a llevar un tiempo en Hiatus.
A la
segunda, el cuerpo de Sungyeol ya se sacudió, y a la tercera, su columna se
arqueó, arañándome la espalda y gruñendo por más.
- Te quiero.
- Le susurré en los labios, besándole lentamente, al ritmo de mis movimientos
de cadera, que le desesperaban pero al mismo tiempo le hacían convulsionar cada
vez que, con cada una de mis certeras estocadas, alcanzaban su punto dorado.
- Myungsoo…
- Gimió, hundiendo sus manos en mi pelo y cerrando los ojos, manteniendo su
boca abierta, invitándome a invadirla sin pensármelo dos veces. Yo, compulsivo
como siempre, lo hice, saboreándole y derritiéndome con él bajo el agua con
cada movimiento, que a petición de los dos, cada vez aumentaban más su
velocidad y fuerza, hasta que literalmente gritaba debajo de mi cuerpo,
clavando sus uñas en mi baja espalda y empujándome contra él con violencia.
Sungyeol llegó primero al orgasmo, con un gruñido grave y sonoro, y dadas sus
convulsiones y contracciones interiores, no tardé en llegar yo. Cuestión de
segundos.
- Joder… -
Jadeó, tirado boca arriba en el suelo del baño. - Hacía mucho tiempo…
- Mucho… -
Respondí, apresurándome a tomar su mano. Me sentía muy frío si una mínima parte
de mi cuerpo no estaba unida al suyo.
- Me estaba
volviendo loco sin sentirte… - Confesó, en un susurro, y yo giré mi cabeza
hacia él, mirándole. Él hizo lo mismo y su expresión tímida y cansada me
derritió por dentro. No pude evitarlo y me tiré sobre él de nuevo, abrazándole
con fuerza y besándole. Él reía en mi boca y yo le sonreí, atrapándole debajo
de mi peso. Protestó con un gemido, pero me dio igual. Darle la mano no era
suficiente.
- Yo estaba
al borde de la psicosis. - Murmuré en su oído, dándole un beso suave en el
cuello, y él subió sus manos hasta mi espalda, acariciando con las yemas de los
dedos sus propios arañazos, hinchados por lo reciente del acto. - Te necesito
tanto…
- Y yo a ti…
- Te quiero,
Sungyeol. Te juro que jamás volveré a hacértelo dudar. - Le miré a los ojos y
él sonrió con timidez, asintiendo con suavidad.
- Lo has
jurado. Ahora y no hay marcha atrás. - Asentí y le besé la frente, deslizándome
hasta su lado para dejarle respirar con propiedad. Sin embargo, no solté su
mano.
- Oye… - Le
miré y él me sonrió ampliamente.
- Mh?
- No hemos
usado protección. - Le miré, sin entender.
- Por una
vez no pasa nada…
Rió con
timidez y enarqué una ceja.
- Qué?
- Y si me
quedo embarazado?
- …
- Te
imaginas un bebé nuestro? Sería completamente hermoso!
- …
- Myung?
- Eres
idiota, Sungyeol?
haaaaaaaaaaaaaaaaa que lindo yo lo que sigo esperando es lo que va a pasar entre l.joe y sugjong la verdad es que si es un poco torpe l.joe yo pensé que l.joe iba a pelear por sungjong después de la amenaza de myungsoo, como en el dicho perro que ladra no muerde,y a pesar de que myungsoo se escuchaba muy serio no lo creía capas de cumplirlo, pero bueno que le vamos hacer.
ResponderEliminarte quedo muy bien el myungyeol pero la verdad es que a mi casi no me gusta el lemon, la verdad no me gusta pero estuvo genial :)
espero lo que va a pasar con las de mas couples.
Lo del L.Jong ya para el siguiente capítulo ^^
EliminarA mi sí que me gusta el lemon >/< Me alegro de que te gustase!! ^^
-Llega rodando y chillando de felicidad- Al fin puedo leer esto, ya me hacia falta ponerme al día! TwT, una pregunta, Cuando L.joe dejara de ser tan idiota, es que hay un limite y el ya lo a superado! si sigue jugando así con los dos se va a quedar como el perro del hortelano sin cabra ni cuerda -creo era así- es tiempo de que se ponga los pantalones , se los pone o se los pongo ewe,
ResponderEliminaraddsaasdasdsda Estaba chillando y fangirliandome al leer el lemmon, no es que sea pervertida -si lo soy- pero es que tu lemmon es tan tierno y romantico, ya era tiempo de que ellos dos estuvieran bien, Myungsoo tenia su corazoncito ewe, son tan lindos, quien diría que serian la pareja feliz Jjaajajaaj todo va mejorando ahora solo falta LA REVOLUCIÓN DE LOS UKES!! YEAH!!! gracias por escribir <3
Jajajaja Te echaba de menos por aquí!
EliminarL.Joe es idiota pero... Me da penita (?) ;; Está confuso.
El lemmon es lo mejor <3
LA REVOLUCIÓN DE LOS UKES ya veremos jajajaja Aunque en cierto modo Ricky y Niel se han revolucionado (?)
¡Hola! Lamento tardar tanto en comentar, estaba ocupada (Exámenes, Pruebas, Deberes...) ¡¡Pero al fin pude leer!! *-* Tenía unas ganas inmensas de leer el capítulo y comentarte (El "testamento" que te prometí XD) Comencemos.
ResponderEliminarPrimero; L.Joe... Ohh queridísimo Byunghyun, en realidad no sé cómo comenzar, solo que... es una mala persona, sí lo pienso, pero también entiendo que esté confuso, vamos, acaba de salir de una relación muy larga, lo amenazaron... ¡es normal que esté confuso! ¡Pero me enfada que le haya hecho daño a Sungjong! ¡Le tengo demasiado cariño! además ha sufrido un montón con Myungsoo... No puede volver a pasar por lo mismo con él...
El gran encuentro entre L y L.Joe fue épico, me encantó, los razonamientos de cada uno, la discusión; he de admitir que en cada diálogo me enfadaba con los dos, dijeron cosas muy hirientes, verdaderas, pero hirientes de todos modos. Pero me encantó porque ambos se percataron más de lo que estaban haciendo, especialmente Myungsoo, a él ya lo veo como rehabilitado (?) XD Joe sigue estando confuso. Creo. XD
Segundo; Estoy desesperada por ver como se encuentra Sungjong, decir que estoy preocupada por él es poco, y es que me enfadó tanto que L.Joe le haya dado la espalda que... estaría bien que no le perdonase, por el momento (Soy un poco rencorosa pero no tanto XD)
¡¡Y es que también sufro por Chunji!! ¡¡Chanhee!! ¡¡No soporto que esté sufriendo tanto!! TT^TT ¡¡Se merece a alguien que lo quiera al cien por cien!! ¡¡Todo el tiempo!! ¡¡Todos los días incondicionalmente!! Perdón por tantas exclamaciones pero es que…… ¡¡Es Chunji!! (?) ;3;
Tercero; Pasando a cosas más felices (Mucho, mucho, más felices) La reconciliación entre Myungsoo y Sungyeol, el Lemon fue hermoso (Casi lloro. Lo sé, demasiado sentimental XD) ¡Me gustó, me gustó muchísimo! El amor y la necesitad que mostraban fue realmente conmovedora, además del toque cómico del final… perfecto, simplemente perfecto.
En conclusión, un capitulo que me encantó como todos los demás, definitivamente me quedo embelesada cada vez que leo. Eres genial :3
Esperaré el próximo capítulo, espero poder comentarte más pronto a como lo he hecho hoy *-*
¡Gracias! <3
Kath! Ya te esperaba con ansias ^^ No te preocupes, lo primero es lo primero :3
EliminarL.Joe no es malo... Solo está más perdido que un pulpo en un garaje. Él no quiere hacer daño a nadie ;;
Ahora L.Joe tendrá que rehabilitarse (?)
Ya veremos qué ocurre con el L.Jong... Jajajaja
Sufres por todos! No se puede ir así por la vida, mujer... Alegría! xD
Llorar con el lemon no está permitido en este blog, eh? Jajajaja Con el lemon se fangirlea de toda la vida *-*
Muchas gracias por tu súper comentario ^^ Me alegro un montón de que te gustase el capítulo y espero que el siguiente te guste tanto o incluso más :3
Gracias a ti, amor! <3
Lo primero es lo primero... Pero lo primero no me deja hacer más cosas (?) XD
EliminarSi sé que L.Joe no es malo... pero hace cosas malas... Ok, eso no tiene sentido jajaja De todas formas, espero que se rehabilite, como L
Quiero demasiado a todos como para no sufrir por ellos ;^;
Pero ya lloré con un Lemon en este blog, en el capítulo 7.2 D: ¿Cuál es mi multa? XD
Tardé en responder otra vez -.- Es por lo que dije al principio, espero el próximo capítulo <3
Es lo malo que tienen las clases... Yo también paso por eso y es el mal D:
EliminarRehabilitación de idols en marcha jajajajaja
Jajajaajajaja Ninguna, mujer, solo que el lemon se debería disfrutar, no hacer llorar xD
Y don't worry, que ni los fics ni los comentarios se van a mover de aquí ^^