[TEENFINITE] Forbidden. Capítulo 15: Mistakes.

Hoya POV

-  Entonces… Qué tal van el culebrón? - Preguntó Eunji, destapando una botella de agua y bebiéndosela de un solo trago bajo mi atónita mirada.

- A qué te refieres? - Yo también intenté beberme mi botella de un trago, pero acabó conmigo atragantándome y ella conteniéndose la risa y pasándome un pañuelo.

- Al drama de Infinite! Venga ya, esto está súper interesante! Deberíais de vender los derechos a una cadena de televisión.

- Claaaaaaaro, lo que nos faltaba. - Suspiré, secándome la camiseta con desesperación. La de vestuario me mataría como no desapareciese antes de que el descanso acabase.

- Con Dongwoo todo bien? - Sonreí nada más escuchar su nombre y alcé la mirada hasta ella, asintiendo. - Pero mírate qué cara de empanado… Qué bonito es el amor.

Su mueca desagradable me hizo reír.

- Nos va muy bien, la verdad. No ha cambiado nada en exceso… Solamente que ahora no nos desnudamos el uno delante del otro.

Eunji rió.

- Os tenéis que tener súper vistos los unos a los otros. El día que te acuestes con él no va a ser especial!

- Oye! - La reprendí, pidiéndole por favor que bajase el tono. - Primero, eso no es asunto tuyo. Y segundo, te equivocas, será el día más especial de mi vida.

- Cuándo?

- Pero serás cotilla…! - Fruncí el ceño, metiendo la botella en mi bolsa. - No es de tu incumbencia!

- Es que es muy gracioso ver cómo te pones colorado de la vergüenza… - Dijo, con una sonrisa traviesa.

- Maldita… - Gruñí, colocándome las manos en las mejillas, tapando mis coloretes. - Y tú con Bomi?

- Sin comentarios al respecto. - Resopló, bajando la mirada con el ceño fruncido. Hice un gesto con la boca y le di una palmadita en el hombro.

- Tiempo al tiempo.

- Y una mierda, que ahora ha empezado a conocer a un chico.

- Ups… - Estrujó la botella en su mano y tensó la mandíbula. - Bueno…

- No, bueno no. Malo. Muy malo.

- No sé qué decirte…

Resopló y acercó una de las sillas hacia ella, sentándose y mirándome con expresión cansada.

- Entonces en tu grupo todo bien?

Decidí seguirle el rollo con el cambio de tema. No debía de ser fácil hablar de esto para ella.

- Bueno… - También acerqué una silla y me senté a su lado. - Si ignoras que los ensayos son más incómodos que llevar ropa interior que te queda pequeña, que en casa todos tememos por Myungsoo y Sungyeol, que nuestro maknae apenas hace acto de presencia en las actividades conjuntas con Teen Top y que Dongwoo es un idiota hiperactivo… Sí, todo bien.

- Lo de Dongwoo ya pasaba antes, así que no me vengas con esas. - Protestó, enarcando una ceja.

- Cierto.

- Y qué pasa con L?

- Nada, que esos dos han vuelto y el resto del grupo sentimos que son como una bomba de relojería… Puede estallar de nuevo en cualquier momento.

- Pero me comentaste que L había cambiado.

- Y lo ha hecho: Está irreconocible. Pero no sabemos nada viniendo de él. De verdad, es un ser raro como él solo. Quién sabe cuándo volverá a salir su alter ego?

- Deberíais de darle un voto de confianza.

- Lo estamos haciendo, pero nos da pánico.

- Y el maknae? Sungjongie?

- Otro… - Suspiré, contagiándome su expresión cansada.

- Qué?

- Está deprimido. Tenemos una actuación con Teen Top conjunta para mañana,  y Sungjong solamente ensaya cuando estamos los de Infinite. Se niega a estar si Teen Top va a estar con nosotros.

- Ah, cierto… Algo me habías mencionado que había tenido problemas con el rapero.

- Sí, con L.Joe. A nosotros nos preocupa porque, a ver, Sungjong tiene talento para bailar, eso no lo dudamos, pero nosotros no podemos corregirle la coreografía como podrían hacérselo los del propio grupo.

- Habéis intentado hablar con él?

- Imposible.

- Y eso?

- Está desaparecido.

- Pero si le veis en los ensayos.

- Que le veamos no significa que esté receptivo, Eunji. Es como una máquina: Él llega, baila, coge su mochila y se larga. El móvil no lo tiene operativo, y no sabemos a dónde va por las noches, dónde come, dónde duerme ni con quién. Es peor que cuando había tenido aquel desengaño con Myungsoo.

- Tú crees que L.Joe le gusta de verdad?

- Creo que es más que eso… - Musité, sintiéndome triste de repente al visualizar a mi maknae todo tristón en una esquina, como siempre. Por qué no era capaz de desahogarse con nosotros? - Creo que se ha enamorado.

- Puf.

- Exacto: Puf. L.Joe fue el único que consiguió que empezase a olvidar a Myungsoo, y creo que por eso tiene la necesidad de aferrarse a él, por miedo a que vuelva a enamorarse de alguien como L.

- Y vosotros no podéis hacer nada? - La miré como si estuviese loca. - Qué?

- No conoces a Sungjong… Es dulce y delicado, pero como despiertes a la bestia (cosa que no es complicada), estás listo. Araña.

- Qué exagerado. - Enarqué una ceja y ella me miró, extrañada. Sungjongie? - Asentí. - Pero si es un amor! Algo creído, pero… Es como una niña!

- Que araña.

- Bueno… Si tú lo dices… - Hizo una mueca y yo suspiré. - Y con Inguk qué piensas hacer?

Imité su mueca y miré a mi alrededor, asegurándome de que estaba lo suficientemente ocupado para no darse cuenta de que habíamos pronunciado su nombre.

- Hacer con qué?

- Con lo tuyo y lo de Dongwoo! Tendrás que decírselo! No puedes tenerle así, es cruel.

- Pero… Aish. - Bajé la cabeza, frustrado.

- Aish no. Sabes que debes hablar con él… Si no seguirá haciéndose ilusiones!

- Pero es que no le doy motivos para que se las haga! - Pataleé sobre mi silla hasta que me escurrí y mi trasero quedó al borde del vacío. Le miré desde mi postura y puse expresión de cordero degollado que, por supuesto, no le afectó.

- Tarde o temprano tendrás que hacerlo, Howon. - Dijo, asintiendo a la llamada que le hizo su mánager. - Me toca, y a ti también. Venga, arriba y échale un par!

Le miré, descolocado por su expresión, y ella rió, desapareciendo hacia maquillaje mientras yo miré a Inguk, que enseguida me atravesó con su mirada y me sonrió con dulzura. Me tocaba una escena con él… Y no me hacía ninguna gracia tener que estar con él hablando de las ñoñerías que ponía en el guión con un cachorro en brazos.

- Este es Goguma. Trátalo bien, eh? - Me dijo una chica del staff, que me acercó al bichito peludo, y que en cuanto tomé en brazos, me miró alegremente meneando la cola.

- Hola, pequeñajo. - Le sonreí con ternura y él me lamió la mano con entusiasmo.

- Howon! - Inguk se acercó y saludó con una caricia en la cabeza al pequeño Goguma. - Esto… Podemos hablar al acabar la escena? Sé que es tarde y que debes de estar liado, pero serán solo diez minutos.

- Claro… - Musité, haciendo que su sonrisa se ampliara y se fuese dando saltos a vestuario. Yo entonces saqué el móvil del bolsillo y vi que tenía un mensaje de Dongwoo.

“Te iré a buscar yo en lugar del mánager, así nos podemos ir a cenar por ahí!”. Resoplé y miré al pequeño Goguma a los ojos. Lloriqueó, ansiando caricias.

- Esto va a ser divertido… - Murmuré, acercándome a las escaleras donde nos tocaría rodar.

- Buen trabajo a todos! - Dijo el director, dando por finalizada la escena y el día de rodaje. Era de noche y hacía frío.

- Buen trabajo. - Me dijo Inguk, colocándome un anorak más grueso que yo mismo por encima. Mi hipotermia se lo agradeció.

- Igualmente. - Dije, sonriendo con suavidad mientras, disimuladamente, miraba a todos lados en busca de Dongwoo. No quería que malinterpretase la situación… Ya bastante me había costado convencerle de que no podía venir todos los días al rodaje para vigilar, no a mí, sino a Inguk.

- Quieres un café? - Me preguntó, señalando un puesto de café, cortesía de las fans de A-Pink. Miré a mi alrededor una vez más y suspiré, encogiéndome de hombros.

- Uno rapidito, eh? - Sonrió alegremente y asintió, tirando de mi manga hasta llegar al puesto, refugiándonos bajo su tejadillo.

- Qué quieres?

- Huir.

- Eh?

- Un capuchino doble con crema, por favor. - Sonreí al dueño del puesto que asintió y miró a Inguk.

- Que sean dos.

Nos sentamos en una de las mesas, cada uno a un lado. No era casualidad, yo prefería que hubiese distancia.

- Bueno… - Musitó, exhalando y creando humo blanco a partir de su boca. - Qué tal? Te va gustando lo de ser actor?

- Sí, está bien. Es diferente a ser cantante. - Dije, frotando mis manos cual mosca.

- Tienes frío? - Me dijo, mirándome preocupado.

- Eh? No, no. Estoy bien. - Pero le dio lo mismo, porque arrastró su silla hasta mi lado y tomó mis manos. Le miré, con una ceja enarcada.

- Inguk.

- Qué?

- Qué haces? - Él sonrió con dulzura y acarició con sus pulgares mi piel. Por muy cálido que fuese, la incomodidad no lo compensaba.

- Últimamente te he notado distante… - Las imágenes de mí mismo ocultándome detrás de columnas al verle venir y huyendo de él sin disimulo alguno se amontonaron en mi cabeza. Fruncí el ceño, molesto.

- Qué va… Imaginaciones tuyas.

- Howon… - Apretó más mis manos entre las suyas cuando notó que yo tiraba, intentando librarme de su agarre. - Ya sabes lo que siento por ti…

- Lo sé, lo sé.

- Pero yo no sé qué tienes tú por mí!

- Joder, eres Einstein, eh? - Musité.

- Eh?

- Nada, nada.

- Nada qué?

- Nada a todo, Inguk. - Dije, aumentando el tono de mi voz y tirando con todas mis fuerzas, librándome así de sus manos. Él me miró con la mirada triste en cuanto el hombre del puesto se acercó con los cafés.

- Muchas gracias. - Musité. Él respondió con un gesto de cabeza y volvió a su cálido remolque.

- Howon! - Entonces escuché la voz de Dongwoo a mi espalda y sentí que Dios existía.

- Dongwoo! - Me intenté incorporar, pero en ese momento Inguk me miró a los ojos y se abalanzó literalmente sobre mí, tirándome sobre el frío cemento y besándome con rudeza.

- PERO QUÉ…!? - Yo estaba con los ojos abiertos como platos, inmóvil en el suelo cuando Dongwoo se lanzó cual bestia sobre Inguk, rodando ambos por el suelo y ganando, por supuesto, mi novio hiperactivo.

- Sal de encima, fracasado! - Chillaba Inguk, retorciéndose entre sus piernas mientras los ojos de Dongwoo pedían sangre.

- Qué demonios te crees que estás haciendo? - Siseó, mientras apretaba los puños y la vena del cuello se le hinchaba lentamente.  

- A ti qué te parece? Besar a mi futuro novio!

La mandíbula de Dongwoo se tensó y una sonrisa de puro odio se dibujó en su rostro mientras yo intentaba pensar lo más rápido posible qué decirle a cada uno.

- Perdona… - Siseó de nuevo. - Creo que me he quedado sordo por tu chillido de niña. Tu futuro qué?

- NOVIO.

El puño de Dongwoo se estrelló en la mejilla de Inguk, que rugió en seguida como respuesta.

- Dongwoo! - Ese fui yo, corriendo hacia él y obligándole a apartarse de él.

- Escúchame, chaval. - Dijo Dongwoo, librándose de mi abrazo y tomando con firmeza mi mano, asegurándose de que eso fuese todo lo que Inguk viese. - Que sea la última vez que le diriges la palabra a MI novio fuera del plató, me oyes?

Inguk en ese momento se puso pálido y me miró con la mirada rota. Yo no pude soportarlo y me escondí detrás de Dongwoo.

- Howon… Qué está diciendo?

- Estás sordo? - Replicó Dongwoo, pero le hice callar con un golpecito en el hombro. Decidí armarme de valor y salir de detrás de él, soltándome de su mano y acercándome lentamente a Inguk, no sin sentir la mirada de mi novio clavada en mi espalda, atento y dispuesto a saltar de nuevo.

- Eso es lo que quería decirte hoy a ti… - Musité, bajando la mirada hacia el suelo, sintiéndome mal por él. - Lo siento mucho, Inguk. No siento nada por ti nada más que cariño porque te conozco desde hace mucho, y gratitud porque me diste la oportunidad de actuar. Pero eso es todo. Yo… Estoy con Dongwoo. Estamos saliendo.

- Desde hace 19 días, cuatro horas y veinte minutos. - Escuché a mi espalda. No pude evitar girarme y sonreírle con dulzura.

- Lo has contado? - Asintió concienzudamente y meneó la cabeza, contento, al ritmo de una música que solo escuchaba él.

- Bueno, - Me volví a girar hacia mi amigo, que me miraba con el rostro rojo y a punto de llorar. - Lo siento de veras, Inguk. Ojalá pudiese hacer algo por ti…

- Creo que ya has hecho bastante. - Susurró, abrochándose el abrigo hasta arriba, de forma que el cuello le tapaba hasta la nariz y yo pudiese ver menos de su expresión. - Podías habérmelo dicho antes, no?

En mi mente escuché a Eunji diciéndome un “Te lo dije” más claro que el agua.

- Lo siento de veras… Es que no sabía cómo decírtelo. - Musité, sintiendo los dedos de Dongwoo entrelazándose suavemente con los míos. Le miré con ternura y él me acarició una mejilla, sonriéndome con dulzura.

- Créeme, - Dijo, frotándose la mejilla donde antes había sido pegado. - cualquier forma hubiese sido mejor que esta.

“Eso seguro”, pensé, recordando a Dongwoo a punto de cometer un asesinato.

- Te envidio. - Miró a mi novio, que enarcó una ceja. - No sabes cuánto. Y siento mucho haberle besado, no sabía que al final me habías ganado… No me lo esperaba.

- Gracias... Creo. - Respondió, rodeándome los hombros protectoramente. - Ahora creo que deberíamos irnos. Tenemos ensayo.

Asentí y me dejé llevar por él, no sin mirar atrás antes de subirme al coche y ver a Inguk en el mismo sitio donde le habíamos dejado, quieto, con la mirada baja y la espalda temblando.

- Me siento fatal. - Musité, mientras Dongwoo ponía la calefacción.

- Sí.. Da penita. - Respondió, mirándole también. - Pero me acuerdo de cuando te besó y se me pasa.

Sonreí y resoplé.

- Tienes tela, eh? - Se encogió de hombros y puso en marcha el coche.

- Ah, por cierto! - Dijo, mirándome de reojo.

- Qué?

Cuando quise darme cuenta, sus labios estaban sobre los míos, besándome con dulzura mientras sujetaba con firmeza mi nuca.

Se separó y me sonrió de forma infantil. Reí y le pegué un manotazo en el brazo.

- Y eso a qué viene? - Protesté, rebuscando en la guantera en busca del estuche de los discos para escoger la música. Él meneó la cabeza de nuevo, contento.

- No iba a permitir que de quedases con sus gérmenes en los labios… Ahora tienes los míos. - Le miré, con expresión divertida.

- Eres idiota, lo sabes?

- Puede. Pero mi beso duró más… He ganado!- Rió histérico y el motor rugió cuando pisó el acelerador.

- Idiota… - Sonreí, dándole al play y dejando sonar Black Eyed Peas.

Ricky POV

- Hoy Sungjong tampoco vino. Y la actuación es mañana… - Musitó Niel, en el vestuario de Woollim. Asentí, mientras me quitaba el chándal, sudado, y me ponía los vaqueros.

- No viene nunca. - Susurré, mirando de reojo a Byunghyun, que claramente nos había escuchado y miraba fijamente los azulejos del suelo, con expresión vacía.

- Crees que estará bien? - Susurró Chanhee, en voz aún más bajita. L.Joe cogió su bolsa, se levantó, y salió de los vestuarios. Chanhee observó la puerta con expresión triste.

- Los de su grupo comentaban hoy que no saben nada de él. - Respondió Niel. - No duerme en casa y solo se comunica con su mánager. Sunggyu está que se sube por las paredes.

- Menudo irresponsable. - Musitó Minsoo desde el otro lado de la sala, recibiendo automáticamente una mirada de todos nosotros. Él nos miró, confuso por la repentina atención, y miró a Niel con rostro suplicante, pero solamente consiguió una expresión de rechazo.

- Ya todos sabemos tu punto de vista. - Masculló, cogiendo su mochila y siguiendo el camino de Byunghyun. Chanhee y yo le miramos irse y nos miramos entre nosotros, suspirando al unísono.

- Qué días, eh? - Sonrió con cansancio. Asentí, pero sin poder sonreír porque sentía la mirada de Jonghyun clavada en mí.

- Es todo un asco. - Respondí, abrochándome los vaqueros y cogiendo mi bolsa. - Quieres que te espere, Hyung?

Negó con la cabeza.

- No, me ducharé aquí para no tener que hacer la cola en casa. Ve yendo a la furgoneta si quieres.

Asentí y me incorporé, al mismo tiempo que lo hizo Jonghyun, que me siguió a la salida.

Salimos de los vestuarios y yo ralenticé mi ritmo, notando que él también lo hacía. Era definitivo: Me estaba siguiendo.

- Oh, me he olvidado algo! - Dije, dándome media vuelta hacia la sala de prácticas y escuchando sus pasos detrás de mí. Resoplé y en cuanto entramos en la oscura sala, me giré, tiré la mochila al suelo y le encaré con el ceño fruncido.

- Qué estás haciendo? - Le dije, con los brazos cruzados. Él me miró, con el ceño también fruncido.

- Quiero que hagamos las paces.

- Y yo quiero que me dejes en paz.

Su ceño se pronunció y negó con la cabeza. Suspiré, frustrado.

- Es que no entiendo por qué te has enfadado conmigo.

- Porque eres un maldito egoísta que solo se preocupa de sí mismo.

- Ah, sí? No me he preocupado por ti hasta ahora?

No supe qué responder a eso que no me hiciese quedar mal, así que simplemente bajé la mirada y me mordí el labio, enfadado conmigo mismo.

- No me refiero a eso y lo sabes.

- No, no lo sé. Explícamelo.

- Pues que no me gusta cómo piensas respecto a Byunghyun y Chanhee!

- Estás enfadado conmigo porque no me parece bien que hayan vuelto juntos?

- No… Estoy enfadado porque no ves el amor como yo lo veo.

- Changhyun, estás enfadado porque no pienso como tú sobre las segundas oportunidades!

- Porque lo que dices es cruel! Y no tienes razón!

- Ah, no? Acaso tú los ves felices? - Le miré, dolido. No, no lo hacía. - Ves que sea todo como siempre? Que se quieran como el primer día? Ves que haya sido una buena idea? Ahora de dos personas dolidas, ha salido una tercera que ni siquiera es de nuestro grupo.

- Que no haya salido bien esta vez no significa que no pueda salir bien en otros casos! - Me defendí.

- Yo no lo creo. Pero que tú y yo pensemos diferente no significa nada! - Sentí como se agolpaban mis ganas de llorar.

- Jonghyun… - Musité, calmando los gritos que resonaban en las paredes insonorizadas de la habitación. - Lo que me dolió fue que no intentases eliminar de mi cabeza la idea de que en caso de que tú y yo nos peleásemos, como ha pasado, tú no volverías a mí porque no crees en las segundas oportunidades. Me dolió la idea de que por una discusión, estuvieses dispuesto a dejar que todo lo nuestro se rompiese.

- Joder! - Rugió, frustrado, dándose la vuelta y golpeando la pared. - Changhyun, no me jodas.

Sonreí con tristeza y bajé la mirada, negando suavemente con la cabeza.

- Quizás… Sería mejor que lo dejásemos ahora?

Jonghyun se giró hacia mí y me miró con desesperación.

- Qué diablos estás diciendo?

- Lo que oyes. - Intenté no mirarle a la cara por todos los medios. - Oye… Yo así no quiero seguir. No quiero pelearme contigo, no quiero sentirme horrible conmigo mismo y andarte esquivando. Estoy cansado de tener que dormir fuera de mi cuarto…

- No tienes que hacerlo y lo sabes.

- No puedo dormir si te tengo a mi lado. - Le miré, con los ojos llenos de lágrimas. - No sabiendo que no puedo hablarte.

- Changhyun… - Intentó acariciarme la cara, pero le esquivé y negué con la cabeza de nuevo. Él tragó saliva.

- Vamos a dejarlo, sí? Será lo mejor para ti, para mí, y para el grupo. - Finjamos que esto nunca ha pasado.

- Qué?

- Es mejor ahora que más tarde… Ahora que todavía no estamos completamente colgados el uno por el otro.

- Qué diablos me estás contando? - Siseó a mis espaldas. Oculté una mueca de mi sollozo. - Eso no es justo! Por qué estás hablando por los dos?

- Jonghyun… Por favor…

- No! NO! Me niego! No! No quiero! - Le escuché caminar a mi espalda, golpear la pared y continuar caminando. Cerré los ojos, intentando conseguir fuerzas de donde no las había.

- Me voy a ir… - Musité, intentando agacharme a coger mi mochila, pero Jonghyun corrió y la cogió, lanzándola sobre las colchoneta al fondo de la sala. Le miré, cansado, pero su mirada mostraba decisión y miedo. Miedo?

- No es justo.

- Jonghyun…

- Por qué te empeñas en hablar por los dos?

- Por favor….

- Qué es eso de que todavía no estamos completamente colgados el uno por el otro? - Abrí los ojos como platos. - Qué diablos significa eso?

- Pues…

- Estos últimos meses, Changhyun, han sido los mejores meses de mi vida! Que no estamos colgados el uno del otro? Habla por ti, joder!

Le miré fijamente. Eso era una confesión?

- Yo… No…

Él se acercó a mí, sujetó mi rostro entre sus manos y me miró fijamente a los ojos, pegando su frente contra la mía. Me hizo sentir pequeño, muy pequeño.

- Yo estoy completamente colgado por ti. - Susurró, haciendo que dos lágrimas cayesen al mismo tiempo de mis ojos y se perdiesen en mi chaqueta. - No vuelvas a decir que vas a alejarte de mí… Ni se te ocurra.

Abrí mucho los ojos cuando él los cerró y pegó sus labios a los míos, en un beso lento y dulce que me desarmó por completo. No pude evitarlo, llevé mis manos a si espalda con timidez y me aferré a él mientras cerraba mis ojos y disfrutaba de los labios de Jonghyun.

- Changhyun… - Susurró, profundizando un poco más el beso y haciendo que de mi garganta saliese un gemido lastimero que hizo que rodease mi cintura y me apegase a él con fuerza.

Cuando quise darme cuenta, estaba recostado en el suelo, con Jonghyun besándome violentamente y nuestras chaquetas tiradas por alguna parte de la sala de ensayos.

Coló una de sus piernas entre las mías, y pude sentir directamente sobre mi anatomía que yo no era el único que estaba teniendo un problema pasional ahí abajo. Abrí mis ojos, sintiendo mi rostro arder, y Jonghyun me acarició una mejilla, besándome la frente.

- Te quiero. - Suspiró, haciendo que mi vergüenza solo se multiplicase por mil. Cerré los ojos con fuerza y le escuché reír con dulzura, volviendo a besarme suavemente y yo llevé mis manos a su cuello. Lo deseaba, y mucho, y aunque quizás no era el sitio más indicado, me importaba un cuerno a esas alturas.

Jonghyun se quitó la camiseta y nos miramos el uno al otro en la casi oscuridad de la habitación. Tomó una de mis manos, no sin dudar antes, y la posó sobre su pecho. Yo cerré los ojos con fuerza al sentir su ardiente temperatura directamente en mi piel, y un calambre recorrió todo mi cuerpo, haciendo que mis caderas se elevasen un poquito involuntariamente, pero estoy completamente seguro de que él, aunque no lo mencionase, lo notó. Jonghyun era suave y terso.

Bajó mi mano por su torso hasta su vientre, y yo me mordí el labio, nervioso, negándome a abrir los ojos. Aquello era más de lo que yo podía soportar.

- Te voy a quitar la camiseta, vale? - Susurró repentinamente en mi oído, y ojalá hubiese podido contestar algo, pero de mi boca únicamente salió un gemido al sentir sus manos en mi vientre. Desde cuando yo era tan sensible?

Levanté los brazos y me encontré semi desnudo a su lado. Jonghyun entonces se recostó a mi lado, girándome hacia él y me besó tiernamente en la frente, haciendo que, no sin pensármelo antes, abriese los ojos y le mirase. Él me sonreía con dulzura y miró mis labios fijamente, cerrando los ojos y acercándose de nuevo a mi rostro, posando una de sus manos en mi cintura y pegándome a él. Sentir su torso contra el mío solamente hizo que tuviese más y más calor, y que ambos solamente nos sintiésemos más incómodos aún con los pantalones puestos. Apretaban tanto que dolía, y estoy seguro de que a él también, porque con cada roce casual, o no tanto, todo su cuerpo se retorcía junto al mío.

- Changhyun… - Gruñó mi nombre cuando volvió a colocarse encima de mí, separando mis piernas y colándose entre ellas, haciendo un roce brusco que hizo que de mi garganta saliese un gemido agudo y notablemente embarazoso pese a que la situación de por sí ya lo era.

Abrí mis ojos como platos cuando sentí sus manos en el botón de mis vaqueros, y mi cuerpo entero se tensó. Jonghyun me miró con dulzura y se acercó a mi rostro, besándome lentamente y mirándome a los ojos.

- Puedo? - Susurró. Le miré a los ojos, y pese a que llevábamos un montón de días enfadados, lo único que vi en ellos fue amor. Asentí serio y abracé su cuello, atrayéndole hacia mí y fundiéndonos en otro beso mientras él ya desabrochaba mis pantalones.

Noté sus manos en el borde de ellos, yo ya me mentalizaba y me moría de deseo junto a él cuando la puerta se abrió y ambos nos quedamos helados, mirándonos con los ojos como platos el uno al otro.

- Chicos, el mánager dice que… HOSTIAS. - Giramos ambos la vista hacia la puerta y allí estaba Chanhee, mirándonos con los ojos como platos y la boca abierta.

- Hyung! - Lloriqueé, sacando de una patada a Jonghyun de encima y apresurándome hacia mi camiseta, muerto de la vergüenza.

- Chanhee… - Siseó con puro odio Jonghyun, mirándole con sangre inyectada en los ojos. - No vas a volver a dormir tranquilo. Me aseguraré de ello.  

- Chicos, lo siento muchísimo! - Dijo mi Hyung, bajando la mirada con los ojos fuertemente cerrados. - Daos prisa, sí?

Cerró la puerta y le escuchamos correr.

- LEE CHAN HEE! TE ODIO! TE MATARÉ! - Rugió Jonghyun, con tanta fuerza que hizo retumbar las paredes de la sala. Mientras, yo me vestía y lloraba de pura vergüenza. A la mierda mi imagen, mi autoestima, y mi todo.

Woohyun POV

Sunggyu tenía un programa de radio nocturno, y Myungsoo tenía el rodaje de un anuncio, así que Sungyeol y yo nos quedamos solos, pensando en qué hacer con nuestras vidas.

- Y Howon y Dongwoo? - Preguntó Sungyeol, tirado a mi lado en el suelo del salón. Aburrimiento era nuestro nombre.

- En algún hotel, seguro. - Respondí, intentando borrar de mi mente la desagradable imagen no apta para todos los públicos.

- Tan pronto? No creo.

- Qué más da? Andarán por ahí de farra.

- Qué bien te expresas, Hyung.

- Verdad? Da gusto.

- Me aburro!

- Y YO!

Silencio tras nuestra intelectual conversación.

- Yah. - Dijo. Me giré y le miré de reojo. Moverme más de lo necesario era demasiado esfuerzo.

- Qué?

- Y si vamos a tomar algo?

- Salir de fiesta? Tendría que arreglarme… Y además, durante la semana los pubs están muertos…

- No, hombre, de pubs no. A beber. - Enarqué una ceja. La idea no me disgustaba del todo. Además, ahora que habíamos empezado a salir, Sunggyu se preocupaba de las distancias, y no me había dejado desde hacía casi un mes darle ni un mísero besito. Tenía que dormir en una esquina de nuestro cuarto… Así que me vendría bien emborracharme hasta perder el sentido. Así, al llegar a casa, podría abalanzarme sobre él y alegar en mi defensa que era culpa del alcohol. Además, borracho las palizas seguro que duelen menos, y si me iba a acabar abalanzando sobre mi Kyu, probablemente me ganaría una. Y de las gordas.

- Me parece bien. - Respondí, tras meditarlo “cuidadosamente”. Sungyeol asintió y se incorporó. Yo le observé con “pereza” grabado en la frente.

- Venga! - Me animó, tirando de mis brazos hacia él. Suspiré y me molesté en ayudarle algo, haciendo fuerza y acabando de pie a su lado.

- Y a dónde vamos?

- Qué más da? - Dijo, poniéndose un gorro y abrochándose el anorak. - En cualquier sitio venden soju.

- También es verdad. - Me puse mis gafas, mi gorro y mi anorak y cerramos la puerta tras nosotros.

- Y Sunggyu no me deja dormir con él! Y yo le echo de menos. - Lloriqueé, borracho, a grito pelado en un puesto de pasteles de arroz picantes. Tenía la tripa llena y más alcohol que sangre en el cuerpo. Sungyeol asintió a mis palabras, con la lagrimilla en el ojo.

- Pobre tú… - Sollozó, igual de alcoholizado que yo. - Y qué malo Sunggyu! No te quiere dejar echar un polvo! Yo no logro convencer a Myungsoo de que el sueño también es necesario en mi ciclo vital.

- Yo no quiero un polvo, por qué todos me decís eso? Yo quiero que me deje abrazarle, mimarle, dormir a su lado y despertarnos con una sonrisa y besitos! - Sungyeol rompió a reír, haciendo que el resto de la gente del local nos mirase con desaprobación. “Estos jóvenes…”, le había escuchado antes a una señora.

- No estaríamos hablando del mismo Sunggyu si se dejase hacer todo eso… - Hice un puchero y me serví otro chupito de las ya ocho botellas verdes que se amontonaban a nuestra derecha.

- Antes se dejaba! Pero desde que empezamos a salir…

- No es que se dejase, es que le lograbas inmovilizar por unos momentos!

- Puede ser. Pero en el fondo le gustaba.

- Lo dudo. Eres como esa gente que viste a sus mascotas.

- Eing?

- Se creen que a los bichos les gusta, pero en el fondo les importa un comino el modelito. Ellos solo quieren ir al parque y pringarse en el barro.

- Sunggyu no quiere ir a pringarse en el barro.

- No, él quiere comer y dormir. Es más gato que perro.

- Gato?

- Ajá.

- Sunggyu es un gato?

- No, Sunggyu es un humano.

- Entonces quién es el gato?

- Tu novio.

- Sunggyu es mi novio.

- Sí? Desde cuándo?

- Desde hace… Mucho tiempo! Ya lo era antes de que él lo supiese!

- El gato?

- Sunggyu!

- Sunggyu es un gato?

- Me acabas de decir que es una persona!

- Es que si no lo fuese sería ilegal.

- El gato es ilegal?

- No, pero tirarse a uno sí.

- Quién se tiraría a un gato?

- Te sorprenderías.

Miré a mi derecha, donde una pareja nos miraba, alucinando por la conversación que estábamos teniendo.

- Buenas noches! - Saludé, con mi sonrisa de idol algo distorsionada por la bebida y haciendo un corazón con las manos. - Muchas gracias por apoyarnos en el comeback! OS QUEREMOS!

- Vámonos, cielo. - Dijo el novio de la chica, que me miraba horrorizada. Me encogí de hombros y miré a Sungyeol, que se reía.

- Esta no es una Inspirit… Debe de ser fan de Teen Top.

- Será eso.

- Cómo se llaman las fans de Teen Top?

- Angels.

- Y eso por qué?

- Porque son unos cursis. - Nos reímos histéricos y liquidamos lo que quedaba en la botella.

- Oye, - Le dije, cuando estábamos tirados en un banco de un parque. Nos habían echado del local por escandalosos. - cómo es que te decidiste por darle una segunda oportunidad a Myungsoo?

Sungyeol se encogió de hombros y se abrazó las rodillas, cayendo de lado. No volveríamos a beber, o al menos eso es lo que es obligatorio decir.

- Me demostró que estaba esforzándose mucho por cambiar… Así que pensé que una vez más no me mataría. Además, yo le quiero.

- Entiendo…

- Y no es una segunda oportunidad. Van setenta por lo menos. - Rió, incorporándose y esforzándose por mantener el equilibrio.

- Yo no quiero pelearme tanto con Sunggyu como hicisteis vosotros… Me dolería demasiado.

Se encogió de hombros.

- A todo se hace uno. - Sonreí y negué con la cabeza, arrepintiéndome de inmediato por las náuseas que me dio.

- Yo creo que Sunggyu es el definitivo. Cuando Infinite se acabe, nos casaremos, compraremos una casita en la montaña y viviremos tranquilamente.

- OYE! Cómo que cuando Infinite se acabe? - Protestó, dándome una patada que, además de no dolerme en absoluto, le hizo caer de culo al suelo y hacer que yo me retorciese de risa hasta caer a su lado. - Nosotros seremos para siempre.

- Claro, claro! Lo decía de broma!

- Qué mentira…

Nos ayudamos el uno al otro a incorporarnos y nos miramos.

- Yeollie… - Le dije, acercándome a él y abrazándole.

- Sí, Hyung? - Él me devolvió el abrazo.

- Por qué eres tan alto?

- Porque yo lo valgo.

- Entiendo.

- Y Hyung…

- Sí?

Por qué estás tan musculoso?

- Porque hago deporte.

- Tiene sentido.

Nos apretujamos con más fuerza.

- Te quiero, Hyung.

- Y yo a ti, mi pequeño.

- Somos del mismo año, Hyung.

- Pero te saco unos meses, así que a callar.

- Algún día me dejarás dejar de llamarte Hyung.

- Jamás.

- Vale.

- Quieres apostar algo? - Estábamos en un 24 horas, cada uno con un frasquito de ginseng anti-resaca en la mano. El alcohol aún seguía haciendo estragos en nuestro cerebro, y nos reíamos por los reflejos de la luz y las manchas del cristal de la ventana.

- Por qué de repente?  - Pregunté.

- Y por qué no?

- También es verdad. - Cuando tenía razón, la tenía. - Qué quieres apostar?

- Mmmm… A ver quién corre más?

- No es justo, tus piernas son el doble de las mías.

- De ancho no.

- Me estás llamando gordo?

- Hyung, pareces una chica.

- Soy sensible, vale?

- A ver, entonces… - Dijo, estirándose en su silla y jugando con el frasco vacío del ginseng. Sabía a rayos, pero al día siguiente lo agradeceríamos. - Apostemos a ver quién… No sé!

- Tengo una idea mejor. - Mis palabras sonaban como las de un viejo sin dentadura. Beber afectaba a mi vocalización. - Juguemos a los atrevimientos.

- Vale. Empiezas tú.

- A que no te atreves a llamar a Sunggyu y preguntarle cuánto me quiere? - Sungyeol enarcó una ceja y yo rompí a reír.

- Estamos jugando a los atrevimientos, no a los favores.

- Jopé...

- A que no te atreves a ir conmigo a un hotel del amor y pedir una habitación? - Sungyeol me miró con sonrisa traviesa y yo se la devolví.

- Que no?

- A que no te atreves?

Me incorporé y me bebí de golpe mi ginseng, sintiendo de inmediato la amargura en la garganta, pero me recompuse y le miré fijamente.

- Vamos, amor mío.

Me desperté porque el sol se estaba ensañando con mis ojos y protesté, pataleando.

- Sunggyu, no has cerrado las cortinas! - Farfullé, notando mi cabeza palpitar a pesar del dichoso ginseng.

- Estate quieto, cojones! Que quiero dormir! - Abrí los ojos como platos al escuchar esa voz. Ese no era Sunggyu. Me giré muy lentamente, temiendo lo que fuese que me podía encontrar a mi lado en la cama.

- Oh, Dios mío. - Musité, mirando fijamente a Sungyeol en ropa interior y luego mirándome a mí.

- Te callas? - Protestó, enrollándose en la manta y dejándome desnudo, con frío y cara de haber visto a un fantasma.

- Sungyeol… - Dije, con menos seguridad que un gato en una perrera.

- Mh?

- Qué diablos hemos hecho?

Sungyeol entonces se giró hacia mí, entreabrió los ojos y me miró a la cara durante unos segundos, antes de pegar un grito y saltar del colchón, mirándome con los ojos tan abiertos que parecía que se le iban a caer de la cara.

- QUÉ COJONES HACES DESNUDO EN MI CAMA?

- PODRÍA PREGUNTARTE LO MISMO!

- Myungsoo me va a matar…

- Sunggyu me matará, me revivirá, volverá a matarme y así hasta que le acusen de brujería y le quemen vivo. Entonces me torturará por toda la eternidad en su forma fantasmal. - Dije, a punto de llorar sobre mis rodillas.

- Deja de decir gilipolleces y vístete! - Protestó Sungyeol, tirándome sus vaqueros.

- ESTO NO ME ENTRA! PALILLO! - Dije, sollozando y lanzándoselos con rabia. Él gruñó y se los puso, lanzándome los míos.

- A ver, que haya calma… No tiene por qué haber pasado nada… - Susurré, secándome las lágrimas con las manos. Le miré, esperanzado. - No me duele el trasero… Y a ti?

Sungyeol me miró unos segundos y bajó la mirada, tensando la mandíbula. Mis ojos volvieron a inundarse.

- Yeollie?

- …

- YEOL?

- SÍ, HOSTIAS, SÍ. ME DUELE EL CULO. CÁLLATE YA.

- Sunggyu me va a odiar para siempre… - Dije, tirándome boca abajo en la moqueta, abrazando mis vaqueros y llorando desconsoladamente. - Kyu! Yo te quiero a ti! POR QUÉ ME PASA ESTO A MÍ!?