Badeul ~ OneShot

Dedicado a Chan Sun Woo.

Espero que te guste.

*Baro*

Acabábamos de salir de aquel salón lleno de fans. La firma de CD’s acababa de terminar y ya podíamos irnos a casa a descansar un rato. Nos dirigíamos al camerino a ponernos más cómodos para la vuelta.

Sandeul iba prácticamente tirado encima mía, estaba agotado, con los ensayos y todo eso no habíamos tenido casi ni tiempo de dormir.

- Oye, Sandeul, que pesas, sabes?

Lo único que conseguí diciéndole eso fue que se cargase aún más encima mía, y ya harto de que ni estuviera subido ni bajado, lo cargué encima de mi espalda provocando una sonrisita de satisfacción y victoria en su cara. Los demás nos miraban riéndose y CNU incluso tomó una foto.

- Esto dependiendo de lo que me preparéis hoy de cena irá a parar a Twitter o no… Ya veremos…- Sonrió chantajista y yo le saqué la lengua… Siempre con las fotitos este hombre…

Entramos los 5 en el camerino y yo despaché al dormido Sandeul encima de un sofá mientras yo me cambiaba. Los demás habían sido veloces y ya se estaban cambiando cuando yo aun no había ni alcanzado mi mochila.

- Sandeul, deberías cambiarte… Noona se enfadará si manchas o arrugas demasiado los trajes… - Sandeul se revolvió entre los cojines y se quedó encogido como un cachorro. Yo le miré con ternura, hacía ya casi medio año aproximadamente que tenía asumido lo que sentía por él, pero no podía decírselo aunque me esforzaba cada día en que él fuese adivinándolo poco a poco. Me acerqué a él y le acaricié la mejilla mientras le susurraba al oído. –Sandeullie, que te cambies o te dejaremos aquí abandonado… Los demás nos iremos a casa y tú te quedarás aquí solito…-Ante esta idea Sandeul abrió los ojos y se incorporó rápidamente mirándome somnoliento.

- Ya me apresuro , no te preocupes. – Decía esto mientras avanzaba a trompicones con los pantalones del traje medio bajados hacia donde se encontraban sus vaqueros, y más de una vez estuvo a punto de tragar suelo pero su equilibrio le salvó. No pude evitar sonreír ante aquello. Ese chico era ternura en estado puro, y yo por mucho que había intentado evitarlo, no podía dejar de quererle.

Ya cambiados, seguimos al manager hasta donde se encontraba la furgoneta que nos llevaría a casa. Sandeul y yo siempre nos sentábamos juntos, no sé por qué, siempre había sido así y esperaba que no cambiase. Subimos y Sandeul en seguida se volvió a dormir acunado por los ronroneos del motor de la furgoneta. Poco a poco su cabeza fue cayendo sobre mi hombro y yo apoyé la mía sobre la suya, su pelo era suave y sedoso. “Podría quedarme así eternamente…” Pensaba mientras cerraba los ojos y sonreía. Aquellos momentos eran los que realmente hacían que la rutina de grupo idol fuera llevadera. Cuando abrí los ojos ya estábamos llegando a nuestra casa. Puse la mano en la cabeza de Sandeul y revolviéndole ligeramente el pelo le llamé.

- Sandeul, ya llegamos. Despierta…- No parecía moverse y a mi me partía el alma despertarle, así que, después de asegurarme de que nadie miraba, le dí un beso en la cabeza aprovechando para oler su pelo, no era nada del otro mundo, pero a mí aquello me embelesaba por completo. Sonreí al ver el puchero que hacía mientras yo le intentaba cargar sobre mi espalda. Era tarde así que le llevaría directamente al dormitorio y el resto de los hyungs y yo cenaríamos algo. Salí de la furgoneta como puse con Sandeul espatarrado sobre mí.

- Pero Baro… Qué pasa? Está cojo? – Gongchan replicó observando al koala que yo llevaba en la espalda.

- No , es que está cansado y me da cosa despertarle… Más tarde le chantajearé con esto…- Sonreí con malicia. No pensaba hacerlo, me encantaba llevarle sobre mí, me encantaba cualquier cosa que tuviera que ver con él, así que entramos en la casa y yo fui directamente al dormitorio. Todos dormíamos en el mismo exceptuando a CNU, quien dormía en una habitación solo y a veces con el Manager.

Sandeul y yo compartíamos una litera, y él, por suerte, dormía en la cama de abajo, digo por suerte porque por mucho que me guste pasar tiempo con él, es humano y pesa, y no creo que hubiera podido dejarle en la litera de arriba, así que con cuidado me senté en el borde de la cama inclinándome ligeramente hacia atrás para que se fuera deslizando hasta el colchón. Retiré sus brazos que me rodeaban y lo dejé tumbado en el colchón. Me senté a su lado por un momento. Verle dormir me hacía sentir muy tranquilo… Hay gente que mira paisajes, yo miraba a Sandeul dormir.

Ya me disponía a irme cuando unos brazos me rodearon el cuello obligando a que me quedara con la cabeza en su pecho. Levanté la mirada para ver si estaba despierto, pero él seguía durmiendo inocentemente con una sonrisa en la cara mientras me abrazaba contra él. Yo sentía su respiración tranquila debajo de mí mientras sonreía y pensaba “Inocente… te debes de creer que soy de piedra, no?”. Cerré los ojos y me acomodé encima de él, a quien no pareció importarle en absoluto, y así me quedé ya toda la noche. Juro que no dormí tan bien en toda mi vida… El cuerpo de Sandeul se acomodaba perfectamente al mío y era más cómodo que cualquier cama de palacio.

Por la mañana yo me desperté primero. Miré a la litera continua a la nuestra y vi a Jinyoung dormido con los cascos puestos y a Gongchan no lo vi, pero vi una pierna colgando de la cama con unos calcetines de Pororo así que supuse que sí, era nuestro maknae.

Me liberé suavemente de los brazos de Sandeul para a continuación levantarme cuidadosamente de no despertarle. Estaba precioso. Me arrodillé a su lado y le acaricié la cabeza suavemente para a continuación depositarle un beso en la frente. “Ojalá lo supieras todo Sandeul… Así esto no tendría que hacerlo a escondidas…” Me levanté y salí a la cocina a prepararme el desayuno. No me apetecía nada en especial así que abrí la nevera para encontrarme con el deplorable paisaje de un par de yogures caducados, un cartón de leche abierto desde sabe dios cuánto tiempo y una lechuga marchita. Cerré la nevera decepcionado y cogí de una estantería un paquete de cereales que empecé a comer directamente de la caja mientras buscaba el mando de la televisión. En ese momento Sandeul apareció por la puerta del dormitorio entrando al salón.

- Buenos días… - Dijo mientras bostezaba. Tuve que contenerme para no lanzarme encima suya… era adorable.

- Buenos días! Quieres? – Le señalé la caja a la cual miró confundido.

- Por qué no desayunas algo normal? No sé… échale leche o algo al menos…

- Es que la leche que hay en la nevera está mala… Debe de tener ya un universo nuevo dentro y todo… - Sonrió ante mi pésimo chiste y se puso a preparar ramen.

Me acerqué a él y me senté encima de la encimera mientras observaba las burbujas que el agua empezaba a hacer para indicar que pronto empezaría a hervir.

- Oye…- Levanté la mirada al ver que se dirigía a mí.- Perdona.

- Por?

- Esta noche te he obligado a dormir conmigo… Lo siento mucho, seguro que no has pegado ojo.

Entonces lo sabía? Se había dado cuenta? Mi corazón empezó a palpitar histérico enviando señales confusas a distintas partes de mi cuerpo.

- No pasa nada… De hecho, eres bastante cómodo.- Sonreí para ver como él parecía ruborizarse levemente e intentaba abrir el paquete de ramen sin éxito.- Trae anda…

Le retiré el paquete de ramen de las manos, sintiendo una corriente eléctrica por todo mi cuerpo al rozar las suyas con las mías. Me miró, no debería haberlo hecho, porque en uno de esos momentos de confusión, mi cerebro reaccionó sin hacer caso a mi cociencia que me chillaba histérica que me calmase, y agarré a Sandeul por la cintura pegándole a mi y quedándome a escasos centímetros de su boca. Sandeul me miraba con una mezcla entre aterrado y sorprendido. Me iba acercando lentamente cuando…

- Waaaa! Estáis haciendo ramen? – Un maknae se acercó dando saltitos felices con un peluche de Pororo en las manos y una sonrisa de oreja a oreja. Sandeul me apartó de golpe bajando la mirada.

- Sí! Te apetece? – Le dijo recogiendo el paquete de ramen que había caído al suelo y abriéndolo para verter la pasta en el agua.- En seguida estará, tranquilo.

Yo estaba helado mientras me llamaba estúpido a mí mismo… Cómo podía haber hecho eso? Qué se me había pasado por la cabeza?

Gongchan correteaba de un lado al otro del salón desbordando felicidad.

Poco después apareció CNU y minutos después Jinyoung. Todos nos sentamos en la mesa y comimos. Yo no podía parar de mirar a Sandeul, pero cada vez que nuestras miradas se encontraban, éste la retiraba rápidamente haciendo que mi corazón se fuera volviendo más y más pequeño por la angustia.

Hoy no teníamos mucho que hacer… Teníamos casi todo el día libre hasta la tarde, que teníamos Fan Meeting en un centro comercial.

CNU decidió con Jinyoung que irían de compras, pronto sería navidad y no sabían cuánto lío tendrían después y si les daría tiempo a hacer las compras, así que llamaron al manager para pedir permiso y ante la respuesta deseada llamaron a un taxi para que pasara a recogerles en media hora. Ambos se levantaron de la mesa y se fueron a vestir.

Gongchan se colocó delante del ordenador y se puso a Twittear, parecía muy emocionado, le encantaba aquello de que todo el mundo supiera lo que hacía en cada momento, así que conociéndole estaría un buen rato entretenido. Yo miré a Sandeul, quien sin decir nada se puso a recoger la mesa.

- Te ayudaré… - Levantó la mirada unos segundos sosteniendo la mía y retirándola nervioso añadió un “gracias” que apenas se pareció a un susurro.

Cogí los cuencos y palillos y él cogió la olla y la puso en el fregadero.

- Puedes ir a hacer lo que tengas que hacer, yo lavaré los platos…- Me dijo mientras se ponía los guantes de plástico para disponerse a hacerlo.

- Bueno…- Me dí la vuelta y me fui al dormitorio dispuesto a meterme en la cama y no volver a salir nunca. Al entrar me encontré a un histérico Jinyoung que no sabía que ponerse.

- Hyung, la sudadera verde o la gris? – Me preguntó sosteniendo cada una en una mano mientras yo trepaba hacia mi litera.

- La roja.- Le espeté lo más borde posible.

- Vale, la amarilla! – Me contestó con una sonrisa. Esa era una parte que me gustaba de nuestro líder. Detectaba automáticamente cuando nos pasaba algo y siempre sabía como sacarnos una sonrisa con alguna de sus cosas.

Se enfundó la sudadera amarilla que le hacía parecer el Capitán Pescanova y salió a molestar a CNU para que se diera prisa.

En el mismo momento en el que este salía, Sandeul entró en la habitación y cerró la puerta detrás suya quedándose él pegado a ella mirándome.

- Baro… podemos hablar? – Me preguntó en voz baja, tan baja que si no fuera que todos mis sentidos se centraban en él cuando estaba cerca no lo hubiera escuchado.

- Claro…- Me senté en el borde de la cama de forma que mis piernas quedaban colgando entre los barrotes.- Qué ocurre?

- Pues… es que… Me explicas qué ha pasado antes allá afuera? – Empezó a mover la pierna nervioso. Siempre lo hacía cuando se encontraba incómodo.

Yo bajé la mirada avergonzado. Quizás fuese ese el momento idóneo para declararme, quién sabe? justo oímos de fondo a nuestros dos hyungs despedirse y cerrar la puerta de entrada a la casa cuando bajé de la cama de un salto.

Miré a Sandeul fijamente. Se lo iba a decir. Tenía que hacerlo o de lo contrario podría ser que nunca en la vida volviera a tener una oportunidad como aquella…

- Te quiero.- Nos quedamos ambos quietos en silencio. Cada uno en un extremo de la habitación y yo más nervioso que en ningún otro momento de mi vida. – Ha pasado que te quiero Sandeul.

*Sandeul*

Allí me encontraba yo, pegado a la puerta, con la pierna a punto de desencajarse del resto de mi cuerpo cuando escuché aquellas palabras.

- Te quiero… Ha pasado que te quiero, Sandeul.- Yo… Yo no sabía que decir. Mentiría si dijese que no fui terriblemente feliz al escucharle. Yo también le quería. Le quería desde hace tanto que ya no me acuerdo ni del momento exacto en el que lo supe, pero en ese momento, tan de golpe, y sin mentalizarme anteriormente lo único que hizo mi cuerpo sin hacer caso a mi mente fue salir corriendo de esa habitación.

Me dí la vuelta rápidamente y salí de ese cuarto dejando a Baro ahí de pie junto a su cama después de su confesión. Me dirigí al baño pasando por encima de Gongchan y su ordenador, y me encerré allí. En mi cabeza un montón de dudas de empezaban a amontonar. “Sería una broma? Baro siempre está bromeando…” “Cómo he podido salir huyendo?” “Qué haré? Qué hago!?” “Podré volver a mirarle a la cara?” “Me odiará?”. Me miré al espejo y no sentí otra cosa que furia. Había esperado mucho para aquello, lo había soñado todas las noches y ahora que por fin había sucedido, lo único que yo hacía era esconderme en un baño? Salí del baño con decisión, la misma decisión que se esfumó al encontrarme a Baro a punto de llamar a la puerta del baño. Justo iba a decirle algo cuando me interrumpió con una sonrisa, falsa obviamente, pues se podía notar el dolor en sus ojos.

- Tranquilo. Lo entiendo. Olvidemos lo que ha pasado, vale? no te preocupes. Yo no volveré a recordártelo y todo será como ha sido hasta ahora…- Sonrió de nuevo y se dio la vuelta para dirigirse de nuevo a la habitación que compartíamos, dejándome allí de pie solo con las palabras en la boca.

“No, espera! Perdóname! Yo te quiero! No quiero olvidarlo, no quiero seguir como hasta ahora…” Eso es lo que me hubiera gustado decirle, gritárselo, saltar por encima de Gongchan y tirarme en sus brazos, pero mientras yo planeaba todo esto, él ya había cerrado la puerta detrás suya y se había metido en la habitación. “Qué hago?” Dirigí mis pies de plomo hasta la habitación y una vez dentro me asomé a su cama, pero no encontré a Baro, encontré un bulto envuelto en un edredón con la música de los cascos a todo volumen y los ojos cerrados. Decidí que no era el momento así que me dí la vuelta y me fui al sofá, coloqué una película en el DVD y me puse a verla, sí señores, así era como iba a pasarme el día, viendo películas pirata en el DVD.

- Qué le pasa a Baro? – Preguntó Gongchan sin separar la vista de la pantalla.

- Le ha sentado mal el ramen… Le duele el estómago.- Mentí yo mientras apretaba con fuerza los botones del mando intentando saber por qué no funcionaba.

- Aaaaam… Que poco creíble… Pero bueno, si no me lo quieres decir será por algo…- Le miré mientras golpeaba el mando contra mi rodilla para ver si espabilaba y me dejaba ver la maldita película. El maknae no era tan bobo como parecía. Siempre se enteraba de lo que pasaba a su alrededor a pesar de que nunca parecía estar atento.- Por cierto, las pilas del mando las usó Jinyoung para su cámara el otro día, así que antes de que te lo cargues ve al cajón y coge unas nuevas anda…- Detuve los golpes y en silencio me dirigí al cajón para coger pilas. Este Jinyoung… al menos podía haberse molestado en avisar…

Me pasé toda la tarde viendo películas, y al mismo tiempo sin verlas, porque ahora me preguntas qué películas vi y de qué trataban y te puedo contar que son las seis y media y que me gusta el color azul.

No sé cuánto tiempo pasó, el caso es que oímos un ruido en la puerta y al girarme a comprobar quien era vi entrar a Jinyoung y a CNU cargados de bolsas.

- Qué tal las compras? – Pregunté con el mínimo interés.

- Bueno, nada mal, pero por lo menos ya nos hemos librado de ellas.- Comentó CNU mientras se quitaba el abrigo.

- Yo no compré nada para navidad, pero me he comprado ropa nueva…- Sonrió Jinyoung con felicidad. Siempre hacía lo mismo… Iba para algo y acababa haciendo algo que no tiene nada que ver con el plan inicial.

Pocos minutos después el teléfono de Jinyoung sonó.

- Chicos, el manager, que nos vayamos preparando que nos pasan a buscar en quince minutos y… dónde está Baro? BAROOOO!!

- No grites, está en la habitación, que le sentó mal el ramen.- Dijo Gongchan apagando el ordenador que estaba apunto de echar humo. Me miró y me sonrió.

- Le sentó mal? Pero si siempre come porquerías! – Dijo CNU dirigiéndose a la habitación.- Baro! Deja de hacerte el enfermo y prepárate! Que nos vamos!

Se oyó un golpe seco del cual se adivina que Baro acababa de ser tirado de su cama al suelo por nuestro querido y siempre delicado CNU y ya oíamos gritos de protesta cuando CNU salió con una sonrisa triunfal sacudiéndose las manos de la habitación.

- Él ya está listo.

Todos nos preparamos y nos subimos en la furgoneta en cuanto tocaron el timbre para indicar que el transporte estaba en la puerta.

Baro no me miró. Iba con los auriculares puestos siguiendo el ritmo de la música con las dedos y ni siquiera cuando nos sentamos en la furgoneta me dirigió una mirada.

La angustia empezaba a devorarme por dentro… Sería aquel el final de nuestra amistad? No quería eso, me negaba a ello, pero tampoco me atrevía a hablar con él…

Nos pasamos todo el camino en silencio, excepto CNU que iba comentando con Jinyoung algo sobre los ronquidos del Manager y Gongchan canturreaba las canciones que salían en la radio, motivándose mucho más cuando salía alguna nuestra, por supuesto.

Llegamos al Centro Comercial, donde a través de los cristales tintados de la furgoneta podíamos observar a nuestro ejército de BANAS chillando como locas con carteles fosforitos y cámaras listas.

Salimos de la furgoneta con una sonrisa y saludando. Baro salió como si nada, nada más salir empezó a poner caras y a saludar a todas las que podía, mientras Gongchan y su eterno aegyo se encargaba de hacer que las fans chillaran al verle hacer sus monerías. Estábamos a punto de subir al escenario para la actuación principal del Fan Meeting cuando empezamos a oír a las fans corear los nombres de las parejas que ellas mismas habían creado en el grupo.

Los primeros en encargarse del fan service fueron CNU y Jinyoung, quienes se abrazaron dramáticamente antes de que CNU le plantara un beso rápido en la mejilla a nuestro líder, el cual actuando como una damisela le dio un manotazo fingiendo estar avergonzado mientras se movía coquetamente. Baro se rió y yo no pude evitar hacerlo también.

Subimos al escenario y cantamos “Baby, I’m Sorry”. Las fans nos coreaban y estuvo bastante bien.

Justo después de la actuación y de un saludo formal, las fans no saciadas de Fan Service se pusieron a corear “SanChan! SanChan!” Fue en este momento donde yo presa de la confusión y el pánico, vio acercarse a Gongchan, ponerse de rodillas delante de mí, tomarme la mano y mirándome a los ojos cantarme con voz suave “Baby I’m Sorry, we got the better…” Yo no pude hacer otra cosa que dirigir mi mirada a Baro, quien nos observaba con una cara que parecía que de un momento a otro se echaría a llorar. Todos los miembros del grupo se echaron a reír, incluyendo Gongchan, que se levantó y me dio un beso en la mejilla, provocando un griterío que casi me destroza los tímpanos. Baro retiró la mirada y yo, durante el resto del Fan Meeting no pude hacer otra cosa que preocuparme por ello… No se lo habría tomado en serio, no?

Después de que terminara el Fan Meeting, volvimos a la furgoneta, Baro no habló, ni se puso los auriculares, ni hizo caso cuando se le habló, esta de cuerpo presente pero su mente estaba en tierras de nadie.

Llegamos a casa y nada más salir de la furgoneta, Baro se encerró en la habitación. Yo no sabía que hacer… Debía hablar con él?

- Deberías hablar con él… - una voz a mi espalda hizo que me sobresaltara. Este maknae… era una especie de Ninja o algo así?

- Qué?

- Venga ya… sabes que debes hacerlo… Yo lo vi todo anoche… vi cuando tú te despertaste y le viste durmiendo encima tuya. Vi cómo sonreíste. Vi cuando le acariciaste el pelo y también vi cuando le depositaste aquel beso en los labios, yo lo vi to-di-to…- Le miré con los ojos como platos… este maknae me asustaba, iba a pedir un cambio de cuarto… Mis mejillas ardían y yo estaba como un tomate cuando anuncié que me iba a la cama sin cenar y sin nada.

Abrí la puerta de la habitación. El resto de los chicos tardarían en acostarse, querían ver no se qué en la TV, así que yo tenía horas para hablar con él.

Cerré la puerta detrás de mí.

- Baro?

No obtuve respuesta. Me asomé a su cama.

- Baro…

- Estoy durmiendo.

- Podemos hablar?

- Estoy dur-mi-en-do… Qué no entiendes de ese concepto?

Me quedé en silencio. Pero no me iba a rendir, así que subí a su cama.

- Qué crees que haces?

- Hablar contigo.

- Sandeul, debes de ser bobo o algo así… Que me dejes en paz! Te lo tengo que decir así para que lo entiendas?

- No. Tienes que hablar conmigo, y no voy a parar hasta que lo hagas.

Me empecé a colar entre sus sábanas y me coloqué entre él y la pared, quedando cara a cara a escasos centímetros. Tenerle tan cerca, sintiendo su respiración mezclarse con la mía me ponía nervioso, pero era la única opción que tenía. Noté que se ruborizaba a pesar de la poca luz de la estancia.

- Baro… Quiero que hablemos de esto…

- puff… mira que eres pesado, eh? A ver… qué?

Me miró fijamente haciendo que mi corazón se pusiese a mil por hora.

- Yo… Gongchan…

- Suficiente! No quiero oírlo!

- Pero si no te he dicho nada!

- No quiero oír nada que me haga daño Sandeul, de verdad que no quiero…

Verle así por primera vez me enterneció el corazón, así que puse mi mano en su nuca y acerqué mis labios a los suyos cerrando los ojos. Aquel momento que tanto había soñado y deseado había llegado. Era una sensación como la que se sentiría si mezclases la felicidad que se siente en Navidad y en tu cumpleaños al mismo tiempo…

Baro se puso tenso, lo noté en su cuerpo, pero en ningún momento se resistió, y poco a poco fue dejando que nuestros labios se fundiesen como si fuesen uno solo, se devoraban los unos a los otros. Me separé lentamente con la respiración agitada.

- Ahora me escucharás? – no obtuve respuesta así que me lo tomé como un sí.- Baro, Gongchan hizo todo eso por las fans, no siente nada por mí, y yo, mucho menos por él, yo en realidad… - tragué saliva- Yo en realidad solo te veo a ti.

Noté como sus ojos se abrían en la oscuridad y como intentaba decir algo pero no le salían las palabras.

- Eso era todo lo que te quería decir.- Me disponía a levantarme cuando una mano se posó en mi nuca impulsándome de nuevo hacia el colchón y sentí los labios de Baro con los míos de nuevo. Este beso no era como el mío. Se sentía necesitado, como si lo hubiera estado guardando mucho tiempo. Me dejé besar completamente feliz mientras sentía el peso de Baro poco a poco encima mía al igual que la noche anterior. Dejó de besarme y apoyó su cabeza en mi pecho presionándolo mientras me rodeaba la cintura con los brazos. Yo le abracé por el cuello y sonreí.

- No vuelvas a hacer Fan Service con otro que no sea yo, me oyes? O de lo contrario no te soltaré nunca.

Reí y le acaricié el pelo completamente feliz.

- Entonces tendré que hacerlo más a menudo si este es mi castigo…- Le dí un beso en la cabeza y así nos quedamos toda la noche, el uno junto al otro.

- Nunca te vayas…- Me susurró Baro a media noche cuando los otros ya dormían cada uno en su cama.

- Tranquilo…- Le dije acariciando su cabeza.- No pienso dejarte.

-Fin-