♥KyuMin♥ Cap.4

Antes de nada, perdón por la tardanza... Ahora no voy a poder escribir todos los días por los exámenes, pero siempre que tenga un ratito me tendréis aquí.
También quería dar las gracias a Kriss por ayudarme y darme unas ideas fantásticas para ♥KyuMin♥, Gracias Kriss.
Bueno, ahora sí, os dejo con el capítulo 4 :3 Espero que os guste!


- Te dije que no volvieras a llorar delante mía.
Me miró con esos ojos oscuros y brillantes y volvió a besarme… Yo cerré los ojos mientras empezaba a asimilar lo que pasaba a mi alrededor. Él no parecía tener intención de parar, y yo no estaba muy consciente en ese momento de lo que pasaba a mi alrededor. Puse mis manos en sus hombros y le alejé lentamente y cuando él abrió los ojos sorprendido le miré, observé cada milímetro de su cara al detalle, inspeccionando cada pulgada para no perderme nada.

- Déjame asegurarme de una cosa un momento por favor. No te muevas.- Mientras le pedía esto, sin quitar las manos de sus hombros cerré los ojos recordando su cara en todo momento y me acerqué lentamente a sus labios para besarlos. Solo posé los míos sobre los suyos y una pequeña corriente eléctrica me recorrió el cuerpo. Me separé lentamente, abrí los ojos y allí estaba él, con mis manos sobre sus hombros, sus ojos cerrados y cumpliendo mi petición de no moverse. Esta situación no pudo hacerme más feliz, le quería, lo tenía tan claro que me resultaba increíble… Y él me quería a mí, era todo perfecto… - Ya puedes moverte.- Dije sonriente. Abrió los ojos y me miró, pero esta vez no era una mirada fría, brillaba y repartía calor allí a donde él la dirigía.
- Sungmin… No vas a rechazarme verdad?.- Me colocó ambas manos una a cada lado de mi cara al preguntármelo.
Sonreí, me sentía tan feliz que dolía. – Cómo podría? Eres tú, no sé por qué pero eres tú… Yo también te quiero.- Sonrió, me sonrió y me abrazó. no podía asimilarlo todo de golpe… No hacía ni dos días que nos conocíamos, pero esto era real, este sentimiento, estas sensaciones nuevas… Todo era perfecto.
Y allí estaba yo, cómodamente apoyado en su hombro, sonriendo como un bobo y correspondiéndole al abrazo.
- Tendremos que disimular muy bien para que no se note que estamos juntos, no crees? – Es increíble como funciona el corazón de uno… Puedes estar rebosando felicidad y viendo arco iris a donde mires que de repente suena un pequeño “crack” y notas como cada trozo de tu corazón se va cayendo a un oscuro vacío mientras que las astillas se clavan una a una en tu alma y desgarrando todo lo que antes parecía sacado de una película. Esconderlo? lo nuestro? Por qué? No. No quería. Quería compartir mi felicidad con mis amigos. Ellos presumían de pareja, por qué yo no podía hacerlo?
- No entiendo a qué te refieres Kyuhyun… Disimular el qué?
- Hombre, no pretenderás que todos sepan que estamos juntos, no? No pienso dejar que lo sepan…
- Por qué no? – Empezaba a desesperarme… Una angustia me empezaba a devorar por dentro cada vez más rápidamente.
- Porque Sungmin, no sería bien visto… Tú eres tú, yo soy yo… no se vería bien..
- Que no se vería bien? A qué te refieres? Te avergüenzas de mí? Ellos no se molestan en esconderse, por qué nosotros deberíamos?
- Por que no quiero que sepan que estoy enamorado de alguien como tú, Sungmin! – ahí, ahí fue el momento exacto en el que se rompió todo, cuánto había durado la felicidad? 15 minutos? 16? Debería haberlos contado con más precisión para recordarlos mejor…
- A… Alguien… Alguien como yo? – No entendía nada… - A qué te refieres con eso?
Yo ya me había alejado de su hombro hace rato, y ahora estaba sentado en el banco de enfrente de la cafetería intentando poner en orden mis pensamientos.
- No, Sungmin, no es que sea algo malo… es que yo… a ver, no pegamos juntos y aún así… no creo que…
- BASTA! – Le interrumpí con un grito cuando supe que las lágrimas no aguantarían mucho más dentro de mis ojos y que no tardarían en caer. – Basta… No me digas nada más Kyuhyun, porque solo lograrás hacerme odiarte más de lo que te odio en este momento… Soy alguien vergonzoso para ti, vale… Eso lo entiendo… LO QUE NO ENTIENDO ES PARA QUE COJONES ME BESAS Y ME DICES QUE ME QUIERES SI NO ESTAS DISPUESTO A HACERLO DE VERDAD!
- Pero qué dices Sungmin? Deja de comportarte como una niñita de primaria, quieres?- Una niñita? Yo? no sabía si pegarle un puñetazo o salir de allí corriendo, me apetecían ambas y justo cuando estaba decidiendo el orden en el que llevarlas a cabo él interrumpió mis pensamientos con unas palabras que nublaron mi mente completamente.
- Mejor olvidamos lo que ha pasado hoy. Yo nunca te he dicho nada. Solo he venido a por una botella de agua y nos hemos entretenido hablando, vale? No me da la gana de pasar por esta humillación. Adiós.
Y se puso en marcha en dirección al colegio. Ahí me quedé yo con una pinta deplorable y con mis lágrimas bañando mis mejillas. Mientras miraba como se alejaba apretaba los puños de pura rabia… Ya lo entendía todo… Yo era una niña, no, una niñita de primaria exactamente… Y le avergonzaba. No me quería, eso nunca había pasado…
- Aaaaaaaaaaaaaaaaargh! – Le pegué un puñetazo al banco, haciendo que la piel de mis nudillos se levantara y la sangre empezara a fluir por mis dedos. Dios, como podía haber sido tan estúpido? Había entregado mi corazón en dos días a una persona que lo había desechado en 15 minutos… Muy bien Sungmin, muy listo…
Me arrodillé y mis lágrimas empezaron a salir con más fluidez… Como me dolía el cuerpo, no físicamente, pero estaba agotado, tenía sueño, hambre y me sentía una mierda. Entonces escuché unos pasos detrás mía y al girar la cabeza vi a Yesung Hyung acercándose con cara preocupada.
- Sungmin… Yo… lo siento mucho, salí a buscaros al ver que tardabais y al ver que estabais hablando decidí esperar y lo escuché todo… yo… de verdad que lo siento Sungmin Ah… Estás bien?
Me quedé perplejo… Menudo día más surrealista estaba teniendo… Al ver que realmente estaba preocupado intenté sonreír, pero por primera vez en muchos años, no fui capaz. Solo salió un débil gemido de mi garganta que desembocó en muchas más lágrimas a las cuales Yesung Hyung intentaba frenar a base de abrazos y palabras de consuelo.
- Sungmin, no le hagas caso… No debería haberte dicho esas cosas, no es culpa tuya…
Ya sabía que no era culpa mía, cómo podía serlo? Solo faltaba! Pero el dolor que sentía por dentro no me dejaba pensar con claridad, ni siquiera en mi propia inocencia y me oprimía el pecho con tal fuerza que notaba que me faltaba el oxígeno.
Yesung me agarró la mano que seguía sangrando por una fea y sucia herida y apresuradamente me ayudó a incorporarme y me sentó en el banco mientras que él entraba en la cafetería a comprar una botella de agua y a pedirle a la camarera, la cual había visto todo y le hacía preguntas a Yesung, una tirita y un poco de desinfectante.
A su regreso, Yesung me limpió la herida con el agua, me echó el desinfectante y me colocó con cuidado la tirita. El escozor del desinfectante y el dolor del contacto directo de la tirita no eran nada comparado con el torbellino que yo sentía en mi interior, pero ya no lloraba, ni tampoco reía, simplemente estaba ahí en cuerpo presente y alma ausente, perdido en algún lugar mientras intentaba alejarme de todos esos recuerdos malditos…
Después de que Yesung y yo volvimos al colegio, caminando despacio y mi Hyung cuidando de que no me tropezara con mis propios pies, entramos en clase, la cual ya se estaba impartiendo.
- Chicos, llegáis tarde. Oh, Dios mío! Sungmin Ah! Qué te ha pasado? – Supongo que mi aspecto debía de ser deplorable por mucho que mi Hyung me hubiera intentado arreglar, porque la profesora corrió hacia mí con una cara de “qué hacías tú en Vietnam?” que no era ni medio normal.
Después de explicar la excusa más deplorable del mundo: “me caí”, me dirigí a mi asiento mirando al suelo. Kyuhyun también debía estar allí, no lo sé con certeza porque no levanté la cabeza hasta que estuve colocado en mi silla, que entonces intenté prestar atención a la clase. Notaba los murmullos de la clase, posiblemente inspirados en mí, pero no me apetecía dar explicaciones en ese momento.
Tocó la campana y todos nos dirigimos al exterior para tomar un poco el aire. Todos menos yo, que me quedé inmóvil en clase observando el esquema de la pizarra, no es que mirara eso porque fuera excepcionalmente interesante, si no porque me daba miedo llevar la mirada a otro sitio y verle a él.
- Sungmin… - Era la voz grave y seca de Siwon Hyung.
- Sí?
- Quieres hablar de algo?
- No sé a qué te refieres…
- Sungmin…
- Sí?
- Ha pasado algo con Kyuhyun?- En ese momento la pizarra empezó a hacerse borrosa ante mis ojos y para mi asombro, aún me quedaban más lágrimas, que rápidamente empezaron a correr por mis mejillas.
- No… Nunca ha pasado nada… Nunca me ha dicho que me quiere… Nunca me ha besado y nunca me ha sonreído con dulzura… Nunca…- hundí mi deplorable cara entre mis brazos cruzados encima de la mesa mientras sollozaba incontrolablemente.
- Sungmin… Vamos a hablar, sí?
Me abrazó y empezó a escuchar mis desgracias por segunda vez, atento y pasándome pañuelos mientras que él con otros iba secando la mesa y los libros que y había empapado.
Se lo conté todo y después de eso me sentí muchísimo mejor. Incluso sonreí cuando me dijo: - Sungmin, ahora que te has desahogado te voy a decir una cosa… El día que cometas un delito y tengas que ir a declarar y te quieras confesar inocente lo vas a tener muy crudo si cuando te defiendes dices ya todo lo que has hecho…
- Si Hyung, tienes razón… Sabes que no sé mentir…
Salimos afuera con los demás, que se habían ido a la cafetería.
Nos pusimos en marcha hacia allí… Siwon Hyung siempre me hacía sentir mejor después de hablar con él… Quizás debería estudiar psicología o algo así.
Entramos en la cafetería en la que acababa de estar hace un par de horas, y allí nos encontramos a toda la prole que nos miraba seria y silenciosa. Kyuhyun no estaba pero me negué en rotundo a comerme la cabeza pensando donde se habría metido…
- Sungmin, estás bien? – Preguntó por fin Leeteuk, se notaba que todos querían decir algo pero nadie se animaba.
- Yo? sí Hyung, por qué?
- Nos ha contado la camarera lo que ha pasado con Kyuhyun… Estábamos preocupados… Kyuhyun se ha ido enfadado cuando ella nos lo ha contado todo… Estábamos esperando a ver si aparecías tú.
Suspiré y agaché la cabeza, no tenía ganas de llorar, pero sentía una frustración y una furia que podría haber tocado algo y haberlo lanzado lejos con onda expansiva incluída.
Les expliqué todo un poquito por encima a mis Hyungs, quienes escuchaban atentamente mi relato.
Cuando terminé todos se miraban unos a otros serios… Nadie parecía muy seguro de qué decir…
- Bueno Sungmin… Está claro que se pasó con lo que te dijo… Nosotros no creemos que seas motivo de vergüenza alguna – Dijo por fin Kangin- pero no te dejes hundir por sus comentarios… Parece que es un chico muy sincero y con mucho orgullo y debe de estar confuso… No sé.
- Sí Sungminnie, Hyung tiene razón… - continuó Kibum- No te lo tomes muy en serio… sí?
Todos asentían a las explicaciones…
- Mira que decir que soy una niña… Cómo se le ocurre? Yo soy maduro y masculino! – Decidí soltar este comentario para relajar el ambiente, en plan broma, pero para mi sorpresa el efecto fue justo el contrario. El aire sen tensó y miradas cómplice surcaban la mesa de un extremo a otro.
- Hombre Sungminnie… Masculino, lo que se dice masculino precisamente no es exactamente la palabra para describirte… - Donghae pronunció estas palabras buscando el apoyo de los demás.
- Eres nuestra niña favorita! La más mona y nuestra favorita! – Heechul hyung siempre tan directo… Todos intentaban decirlo sin ofender pero yo realmente me sentía herido… Era así como pensaban de mí? Yo era la niña del grupo?
- Tan afeminado me veis? – Bajé la cabeza vergonzosamente al preguntarles, con la esperanza de que al menos uno de mis compañeros me negase la pregunta, pero un silencio reinó en la cafetería. Solo se oía la radio y la máquina de café de fondo. – Sí? Con que esas tenemos, eh? Pues os vais a enterar!
Me levante bruscamente de la silla y salí a grandes zancadas de la cafetería seguido por las miradas de mis Hyungs, confusos.
- Heechul, esto es culpa tuya! Por qué la llamas “la niña”? Sabes que le fastidia! – reprochó Shindong.
- Yo? Si hombre, ahora cargadme a mí el muerto… Si hasta tú te refieres a él en femenino: Por qué LA llamas “la niña”.- Contestó Heechul apresuradamente haciendo que Shindong callara avergonzado.
Yo me apresuraba hacia los dormitorios.
- Yo? Afeminado? Se van a enterar… Voy a ser el más masculino de todos! Ya verás que rápido cambian de parecer.- mientras iba hablándome a mí mismo como un loco, iba desarreglándome el uniforme, siempre intentaba ir lo más pulcro posible, pero eso se había acabado. Me saqué la camisa por fuera, me dejé algo caídos los pantalones, provocando que casi me cayera y me despeiné el cabello.
Llegué a la zona de dormitorios y al llegar a mi habitación abrí la puerta, entré rápidamente al percatarme de que allí tirado en su cama leyendo un libro estaba él, abrí mi armario y entonces me dí la vuelta empujándome a mí mismo dentro de él al mirar a mi alrededor… QUÉ NARICES LE HABÍA PASADO A MI HABITACIÓN?
Observé a mi alrededor, todas las cosas que yo había colocado por la habitación para decorarla y que a Kyuhyun no le habían molestado estaban en cajas al lado de mi cama. El papel rosado y crema de las paredes había sido arrancado de la mitad de la habitación a jirones y sustituidos por graffitis (que solamente Dios sabe de donde había sacado ese hombre los tubos de Spray si no se vende nada parecido en el campus…). Mire horrorizado el panorama con la boca abierta mientras giraba sobre mí mismo. No me lo podía creer… Aquello parecía la mansión de un traficante de drogas… A él le gustaba aquel estilo?
- Qué significa esto?
Ni movió un pelo.
- Te he preguntado que qué significa esto… no crees que al menos deberías tener la educación de contestarme cuando te hablo?
Suspiró, bajó el libro y me miró haciendo que se me helara la sangre en un segundo.
- A qué te refieres? – Me contestó con una voz áspera, no era su voz de siempre.. Había estado gritando? Es posible que alguien se quede afónico en 3 horas?
- Me refiero a que significa todo eso y todo esto.- Dije señalando con una mano la pared de al lado de su cama, con pintadas y jirones y con la otra mano señalando al lado de la habitación en el cual estaba mi cama, ahora cubierta por trozos de papel arrancados de la pared y cajas llenas de cosas.
- Ah, eso! – Volvió a dirigir su vista al libro desinteresado.- Es que he decidido que vamos a dividir la habitación en dos. Cada uno su lado y su espacio. Yo no quiero una habitación de niña así que he masculinizado un poco mi parte. No tiré nada porque pensé que a lo mejor lo querías tú. – Querer? Trozos de papel de pared rotos? Y que narices significa eso de masculinizar? Masculino significa roto y con aspecto sucio?
- Has decidido? TÚ has decidido? Que morro… Sabes qué Kyuhyun? Que resulta que aquí vamos a vivir los dos, te guste o no, así que no puedes tomar las decisiones por tu cuenta… Si no te gusta pues te cambias de habitación y punto.
- No me voy a cambiar de habitación. Estoy bien aquí.- Su inconformismo me estaba haciendo hervir la sangre de pura furia. Ni siquiera se molestaba en fingir que leía. Simplemente observaba una página del libro con 3 frases exactas y es la misma en la que ya estaba cuando yo entré por la puerta.
- Pero dijiste que la decoración no te importaba.- Contesté apretando los dientes para no gritárselo en la cara.
- Mentí.
Hice rechinar los dientes y apreté los puños. – Mentiste?
- Sí. Últimamente lo hago mucho. Acostúmbrate.
Me acerqué a su cama a zancadas, con los puños apretados y cuando estaba al borde de su cama me puse una sonrisa falsa, le quité el libro de las manos y le dije: - Sí? Vale, me parece bien… Yo también puedo jugar a esto, verdad? – Dejé de sonreir, cogí el libro y le arranqué la página haciendo que él abriera los ojos como platos ante mi gesto.
- Qué te crees que haces? – Me espetó.
- PASARTE DE PÁGINA DE UNA PUTA VEZ!
Le tiré el libro al suelo y salí por la puerta dando un portazo sonoro.

-Fin-