Allí nos encontrábamos, en una sala oscura, tirados en el suelo abrazados mientras nos besábamos. No recuerdo en mi vida un momento más feliz que aquel, y estoy haciendo memoria, pero no lo encuentro…
Me separé para coger aire y al separarme le miré a la cara, no me cansaba de hacerlo, podría observar ese bello rostro para siempre y no cansarme.
Sonreí provocando que él también lo hiciera.
- Sungmin, vamos a pasar aquí la noche?– Miró a su alrededor tranquilamente, no parecía preocupado, al contrario que yo, que nada más mencionarlo un escalofrío me recorrió la espalda como si de un rayo se tratase.
- Pues… no lo sé…- Busqué en mis bolsillos, pero no tenía teléfono móvil, debía de haberlo dejado en la habitación. Kyuhyun se dio cuenta de mi inicio de pánico y me agarró la mano suavemente mientras me sonreía.
- No te preocupes, de todas formas, aunque pasemos aquí la noche, para mí será perfecta solamente porque tú vas a estar a mi lado.- Le sonreí en la oscuridad, era increíble como unas palabras tan absolutamente cursis podían calmarme tanto.
De repente, cuando nos estábamos acomodando juntos preparándonos para pasar la noche, oímos un chasquido en la puerta.
- Qué es eso… QUÉ ES ESO? – Me puse nervioso otra vez… había superado lo de la oscuridad, pero los ruidos aún estaba en proceso.
Kyuhyun se colocó delante mía de forma protectora mirando fijamente la puerta cuando ésta se abrió y una cabeza se asomó por ella.
Grité, grité tanto que estoy seguro de que le podría haber roto los tímpanos a Kyuhyun, el cual tranquilamente suspiró, se levanto y me observó a mí tirado en el suelo en posición fetal gritando como un loco. Aquí he de añadir que tengo unos pulmones envidiables.
- Sungmin, cállate! – Fui bajando el volumen del grito a medida que mi cerebro reconocía la cabeza. Era Leeteuk. Me incorporé rápidamente avergonzado y me coloqué la ropa asegurándome de que la preciada cazadora de Donghae estaba intacta. Como le hubiera pasado algo Donghae me hubiera matado sin piedad alguna con el objeto que tuviera al alcance en ese momento, aunque fuera una espátula.
Kyuhyun sonrió y me cogió la mano.
- Casi me dejas sordo… Espero que al menos gritar te sirviera de algo que no fuera quedarte sin cuerdas vocales mañana.- Me sonrió irónico provocando una sonrisa mía como respuesta, aunque tenía razón, lo más probable era que mañana estuviera afónico como el que más.
Leeteuk sonrió y miró nuestras manos unidas.
- Sabía que así haríais las paces.- Soltó una risotada de villano de cómic que hizo que le miráramos confusos.
- A qué te refieres? – Kyuhyun le miró con una ceja enarcada y cara de pocos amigos.
- Me refiero a que hay una pequeña, enana, minúscula posibilidad de que haya sido yo el que os ha encerrado aquí… - Leeteuk se llevó un dedo al labio con gesto inocente, pero lo único que consiguió antes de que Kyuhyun saliera furioso a perseguirle como un perro a un gato, es que él me dijera que me fuera a las habitación, que él vendría ahora y un beso ligero en la frente que sacó mi mejor sonrisa.
Me dirigí a la habitación mientras escuchaba de fondo a Leeteuk reírse como un loco y a mi Kyuhyun diciendo unas palabras que si las dijera no dormiría por la noche.
Entré en la habitación, me puse el pijama y me metí en la cama completamente feliz… Puede que no fuera un día tan malo… Me sentía feliz hasta que cuando me giré en la cama en dirección a la de Kyuhyun volví a ver esa pared. Enarqué una ceja.
- ESO no se va a quedar así… - Me dije a mi mismo en voz alta justo antes de quedarme dormido.
Ni siquiera sentí a Kyuhyun entrar en la habitación unos minutos después, sudoroso y agitado por la carrera que le había hecho pegarse Leeteuk, ni tampoco sentí su beso de buenas noches que dulcemente me depositó en los labios con cuidado, solo fue un sueño, un sueño precioso que me hizo despertarme con una sonrisa en la cara.
A la mañana siguiente me desperté antes de que sonara el despertador. Me incorporé sin ningún cansancio encima, completamente espabilado.
Ese día no había clase, era el día en el que yo había quedado para irme de compras con los chicos.
Dirigí la mirada a la cama continua a la mía y sonreí al verle ahí, tan indefenso. Me acerqué y le coloqué el pelo exactamente igual que había hecho la mañana anterior, y cuando me disponía a ir al baño, una mano me agarró.
- Qué haces? – Le miré. Pensaba que sería como la mañana anterior, él serio y enfadado, pero sonreía feliz y tirando de mi brazo en dirección a él, me tiró encima suya en la cama, y así nos quedamos los dos durante no sé cuánto tiempo, yo feliz entre sus brazos y él durmiendo con una sonrisa en cara. Al final, yo también me volví a dormir… Su cuerpo era mucho más cómodo y confortable que cualquier cama de lujo.
Cuando sonó el despertador yo me desperté rápidamente, pero él ni se movió. A base de toquecitos y cosquillas conseguí despertarle.
- Buenos días…- Le deposité un tímido beso en los labios antes de irme a todo correr al baño, sonrojado y muerto de la vergüenza.
- Buenos Días! – Escuché al otro lado de la puerta provocando que la pasta de dientes de me ocurriera por la comisura de los labios al sonreír.
Noté que llamaban a la puerta del baño. – Sungmin! Tu móvil está vibrando! – Abrí la puerta después de enjuagarme la boca y tomé el móvil de la mano de Kyuhyun, el cual tomo el relevo y se metió en el baño.
- Sí? soy Sungmin…. Ah! Siwon Hyung!... Sí, sí que voy… Ajá… Ajá… Vale, en media hora en la entrada de los dormitorios… Ajá… Muy bien, Adiós! – Colgué y me dirigí al armario para vestirme, y ahí me encontré otro problema… Mi ropa era la de siempre… Toda rosa y tonos pastel… Dirigí mi miraba al baño con gesto preocupado… Había decidido ser más masculino… Por Kyuhyun y por lo nuestro, así que con esa ropa no lo conseguiría… Entonces dirigí mi mirada a la ropa de Donghae pensando si quizás debería volver a ponérmela, pero temiendo la reacción de éste, deseché la idea. Al final me resigné y escogí lo menos cursi que tenía. Unos vaqueros azules normales y un polo blanco con una cazadora vaquera que tapara el dibujo de un conejito rosa que éste tenía por detrás.
Apresurado y temeroso de que Kyuhyun me volviera a ver así puse en marcha un plan que acababa de diseñar en tres minutos mal aprovechados que consistía en despedirme rápidamente con una excusa cualquiera y salir de allí escopeteado antes de que a él le diera tiempo a salir del baño para despedirme.
Me coloqué ante la puerta del baño, con la principal ya abierta y preparada para mi huída, y llamé a la puerta.
- Kyuhyun, tengo que salir ya… Siwon me está esperando y tal y como es Yesung, seguro que si tardo se van sin mí. Adioooos… - tarareé la última palabra mientras me dirigía a la salida y cerré la puerta justo antes de que Kyuhyun abriera la del baño.
Corrí por el pasillo y llegué a la entrada donde ya estaban Siwon y Yesung esperándome.
- Vaya! Ya se acabó tu etapa oscura?- Yesung me sonrió y me miró atentamente a través de sus gafas de sol.
- No seas malo Yesung, de hecho, hoy vamos de compras para que él tenga su propia ropa y no robe la de los demás… No? – Siwon también sonrió y me dio una palmada amistosa en la espalda.
- No era etapa oscura! Es etapa Mas-cu-li-na! – Le reproché a Yesung mientras le sacaba la lengua y me encaminaba junto a Siwon a la parada de autobús.
Tomamos el número 5 en dirección a la zona comercial de las afueras de la ciudad. No tardamos mucho en llegar, yo diría que en un cuarto de hora como mucho.
Nos bajamos del autobús y entramos en uno de los centros comerciales… Yo no solía ir mucho, así que me dejé llevar por Siwon, que parecía completamente en su salsa.
Había un montón de tiendas geniales, pero no del tipo de geniales que yo buscaba ahora, así que fui arrastrado de esos escaparates adorables llenos de color rosa y fresas por los dolorosos empujones de Yesung.
Llegamos a una tienda que a Siwon le pareció buena… Alcé la vista para ver el nombre de la tienda sobre la puerta y sonreí al leerlo… Se llamaba “Man” así que no me sorprendió en absoluto el interés de estos dos en ella.
Nada más entrar una dependienta se acercó a nosotros sonriente.
- Bienvenidos a “Man”, me llamo Ga Eul y estoy aquí para ayudaros. Estáis buscando algo en particular?
Siwon se quitó las gafas con un movimiento que solo faltaban los focos y los gritos de fans histéricas para ser sacado de la alfombre roja. Por supuesto, este gesto dejó boquiabierta a la pobre de la dependienta, que le miraba como si fuera el Moisés de Miguel Ángel.
- Sí, verá señorita… estamos buscando renovar el armario de mi amigo. – Me señaló con la mano con la que sujetaba las gafas y yo me sentí señalado por focos, flechas y todo tipo de carteles luminosos que existan. La mujer sonrió amablemente al verme y se acercó.
- Bueno, pues vamos a ver que tenemos que te pueda interesar, sí? – Se encaminó y yo la seguí mientras Yesung desordenaba estanterías sin buscar nada en concreto y Siwon me miraba divertido mientras yo, confuso, atendía a las explicaciones de la chica. Enseguida, cuando me vio más perdido que una patata en una plantación de tomates vino a salvarme.
- Qué estilo te gustaría?
- Mmm… Estilo? De qué?
- De vestir… estás en una tienda de ropa… -Sonrió nerviosa.- Sport? Elegante?
- Mmmm… Uno muy masculino! Que me haga parecer un hombre!
- Qué? Un hombre? Pero tú no eres ya un chico?...– La pobre de la dependienta se estaba empezando a poner nerviosa así que Súper Siwon vino.
- Queremos algo que sea discreto, elegante, pero no demasiado, que se pueda poner todos los días para ir a cualquier sitio. – Le miré embobado… De dónde había salido este tío? Ese extraño Siwon siempre me dejaba boquiabierto.
- Entiendo, creo que podemos tener lo que buscáis… - La chica nos indicó que le siguiéramos a la parte más profunda de la tienda, así que la seguimos dejando a Yesung con un ejército de dependientes detrás ordenando todo lo que él iba destrozando a su paso.
- Mirad, esta chaqueta es muy práctica… Es una americana, pero va con todo tipo de camisetas y camisas… Es muy de armario de fondo. – Sonrió mientras nos explicaba.
- Armario de fondo? No señorita, yo solo tengo uno… - Siwon me interrumpió mientras se reía.
- Armario de fondo quiere decir que es básico. Que es algo que todos deberíamos tener.- Escuché atentamente su explicación y asentí mientras miraba la chaqueta. A mí me parecía normal….
- Entiendo…- Asentí con convicción. La dependienta se rió y me dedicó una cálida sonrisa.
- Creo que pueden irse señores, los dos nos las arreglaremos bien por aquí… verdad? – Me miró sonriente, yo no estaba muy seguro de aquello de quedarme a solas en una tienda, pero la chica parecía simpática así que le sonreí provocando que se ruborizara un poco y luego asentí mirando a Siwon.
- Está bien, yo me llevo a Yesung antes de que se lo lleven los de seguridad.- Me dio un golpecito en el hombro y se fue.
- Bueno… Me dice su nombre señor? – La miré y le sonreí.
- Sungmin, pero no me trates de usted…
- Bueno Sungmin, entonces tú puedes llamarme Noona, sí? – Me sonrío y yo le sonreí como respuesta. [Noona es un término informal coreano que sirve para dirigirse a las mujeres de tu misma edad o aproximada. Literalmente significa hermana mayor, pero traducido sería como “señorita” en un contexto muy informal.]
Me siguió enseñando prendas y cuando ya habíamos elegido las que me gustaban me llevó a los probadores. Yo no me había dado cuenta de que justo en ese momento Kyuhyun había entrado en la tienda y estaba ojeando por ahí.
Entré en el probador con un montón de ropa y la pereza de pensar que me tendría que probar todo eso… Pero en cuanto le cogí el ritmo me gustó… Noona lo hacía muy divertido y era sincera, cosa que me gustaba.
Salí por quinta vez del probador con unos pantalones vaqueros oscuros, una camiseta roja con letras azul marino y la dichosa “chaqueta de fondo”.
- Waaaaa… Sungmin, estás muy guapo!- Kyuhyun se asomó por una estantería en ese momento, con una ceja enarcada y mirando con cara de muy pocos amigos a la pobre de la dependienta.
- Sí? Te gusta Noona?
- Desde luego, estás muy varonil! – Puso los pulgares hacia arriba y me guiñó un ojo en señal de aprobación mientras Kyuhyun la observaba con un mirada que menos mal que no eran puñales.
Noona entró conmigo en el probador en ese momento para ayudarme a elegir lo que me llevaba y lo que no, cosa que hizo que los ojos de Kyuhyun se abrieran tanto que casi se salieran de sus órbitas y su mente empezara a imaginar situaciones muy de comedia romántica americana.
Noona y yo salimos del probador, ella estaba un poco despeinada a causa del poco espacio que había en éste y se tocaba el pelo intentando arreglárselo.
- Permíteme Noona… - Le pasé las manos por el pelo un par de veces hasta dejárselo lo mejor posible, y esto desencadenó que no solamente los ojos de Kyuhyun se abrieran, si no también su boca, por lo que ahora llevaba media hora allí, de pié con un jersey en la mano y mirando hacia el probador con una cara como la de el cuadro “el grito” de Munch.
Me dirigí a la caja para pagar con 5 pantalones, 3 chaquetas, 4 jerseys y unas 10 camisetas… Mis padres me iban a matar cuando vieran la factura de la tarjeta.
- Son 372,389.71 won (unos 251 euros). Gracias por su compra.
Salí de la tienda contento con mis bolsas mientras Kyuhyun me observaba desde dentro de la tienda inmóvil. Pero la gota que colmó el vaso fue lo que pasó a continuación.
- Sungmin, espera! – Noona salió corriendo de la tienda hacia mí y sonriendo me tendió mi móvil. – Te lo olvidabas Sungmin…
- Aish, Qué cabeza la mía! Gracias Noona… - Le sonreí ampliamente. Ella me devolvió la sonrisa.
- Te he guardado mi número en la memoria… Así si quieres un día podemos ir a tomar algo… Un helado, un refresco, en fin…
Le sonreí feliz, yo al menos lo hice, pero Kyuhyun estaba entre los maniquíes del escaparate escuchando todo y observando todo muy serio con la mandíbula apretada.
- Gracias Noona! Te llamaré! – Cogí mi teléfono y me puse a buscar a mis Hyungs, que a saber dónde se habían metido…
Me fui a tiempo, porque justo cuando yo me dí la vuelta, los de la tienda acudían corriendo al escaparate porque, por lo visto, “alguien” se había caído encima de los maniquíes y había cabezas, brazos y miembros varios de anatomía humana por todo el local… Sin contar que más tarde, “alguien” había amenazado a una dependienta…
Los encontré tomándose un refresco delante de un Burger King de la planta alta del centro comercial.
- Hola chicos!
- Madre mía! Sungmin! Pero… Cuánto te has gastado? – Yesung me miró con cara de terror exagerada mientras Siwon silbaba de admiración.
- Sungmin, estoy orgulloso, pero sé realista, tus padres te matarán… - Sonrió y se puso las gafas de sol como gesto de “yo no sé nada”.
- Sí, lo sé, pero no me importa… Estoy muy contento y Noona es muy maja!
- Noona? Que confianza le has cogido a la dependienta, no?
- Sí! Es muy maja… incluso me ha dado su número para quedar! – Sonreí feliz, pero fui el único que lo hizo porque mis dos compañeros se miraron entre ellos cómplices. –Qué pasa?
- Sungmin, te lo ha dado ella o se lo has pedido tú?
- Mmm… Me lo ha anotado ella en mi móvil, por?
- Sungmin, has ligado con la dependienta?
- QUÉ? NO! cómo haría yo eso?
- Es verdad Yesung, él no ha ligado con ella… Ella se lo ha ligado y él no se ha dado cuenta… - Ambos empezaron a reírse y Yesung en una de sus exageradas convulsiones se manchó toda la camiseta con Coca Cola, pero yo seguía sin entender muy bien a qué venía aquello…
- Bueno, por lo menos hemos cumplido con lo que veníamos a hacer, no? Venga, vámonos… Que con suerte llegamos para comer con todos. – Siwon se puso en pie y sonriendo divertido nos dirigió a Yesung y a mí a la parada de Autobús.
- Mmm… Eh, Ese que está subiendo al autobús no es Kyuhyun?
Dirigí mi mirada a donde señalaba Yesung…
- Sí, sí que es… Qué hace aquí? EEEEEY, KYUHYUN!! – Agité el brazo cuando Kyuhyun dirigió la mirada hacia nosotros, pero, para mi sorpresa, se puso las gafas de sol y se subió al autobús ignorando mis señales.
- Qué le pasa?- Me pregunté a mí mismo…
Eché a correr en dirección al autobús pero justo a mitad de camino, este cerró las puertas y se fue. Al ver a Kyuhyun por la ventanilla, saqué el móvil a toda prisa y marqué su número, cuál fue mi sorpresa al verle perfectamente en la ventanilla del autobús sacar el móvil del bolsillo, sacarse las gafas de sol para comprobar quién llamaba y colgar descaradamente.
Me quedé escuchando la voz del contestador automático mientras veía irse al autobús por la carretera.
Siwon y Yesung llegaron a mi lado corriendo.
- Joder Sungmin, que velocidad! – Se quejó Yesung.
- Por qué no ha parado el autobús para que nos esperase? – Preguntó Siwon tranquilamente, en absoluto cansado.
Yo no respondí, seguía mirando al autobús perderse en la carretera mientras en mi oreja sonaba el pitido que indicaba que ya podía dejar mi mensaje.
- No… no lo sé…
Fue lo único que alcancé a decir… “Qué acababa de pasar que yo no había pillado?”
-Fin-
ahhh los celos los celos
ResponderEliminar:O
KYUMIN <3